viernes, 15 de septiembre de 2023

El enemigo en casa


 

Menos mal que ahora se lleva eso de la inteligencias diversas. Porque en lo relacionado con el sentido del humor a lo mejor sumo algún que otro punto de lista, pero desde luego en lo que se refiere a la incertidumbre soy tonta de remate. Soporto mal la falta de certezas. Muy mal. Me agobio. Me entran los nervios. Me pongo en lo peor.

Y buscando explicaciones al caos supremo que ha sido y es mi vida, el otro día me encontré con esto.

"A veces se produce la paradoja del autosabotaje como forma de control. Si boicoteo mi vida puedo diseñar mi propia muerte en lugar de dejar que suceda. Tal vez no sea de mi agrado, pero lo habré escogido".

Y como lo del sabotaje es un hit ya en mi día a día, me ha dado por atar cabos y pensar que no puede ser casualidad. Que aquí hay un patrón.Y que necesitaba más información sobre el tema.

 Así que aquí estoy, leyendo a Hazel Gale. Voy por la mitad, pero por ahora puedo decir que cuenta cosas interesantes y las cuenta bien. Entretenida. Clara. Pedagógica. Y que si la leéis, prepararos para ver vuestra infancia con otros ojos. Yo estoy flipando, vaya.

domingo, 10 de septiembre de 2023

Here we go again

Bueno, chavalotes, pues aquí estamos otra vez. Estoy a punto, a punnnnnto, de volver a liarla. Con lo que sufrí. No me lo puedo creer.

Vosotros no os acordaréis porque han pasado ya cien eternidades y una pandemia, pero hace unos años me metí en una supermovida que casi acaba conmigo. Me costó sangre, sudor y lágrimas terminar una tortura que me tuvo colapsada y sufriendo al máximo la tira y cuando aprobé juré y perjuré que jamás volvería a hacerlo, que como gracia ya había valido, que ya había tenido suficientes chanchullos para llenar veinte vidas y que nunca mais.

Vale pues...




A verrrr... no está decidido aún, pero me lo estoy planteando y eso ya es mucho. Estoy sopesando empezar de cero OOOOOTRA VEZ. DE NUEVO, estoy considerando la idea de cambiar el tren de vías para enfilar un destino diferente que me saque de esta parálisis. Increíble documento.

Es cierto que el chungo me dio fuerzas para salir por fin de una vía muerta y que desde entonces he estado en una estación fantasma, fuera de las líneas regulares, fuera del tiempo y el espacio. Me quedé allí apartada del mundanal ruido para hacer reparaciones y recargar combustible, sabiendo que algún día se acabaría la tregua, que en algún momento tendría que volver a circular. 

Me ha costado: mis vagones estaban muy dañados y mi GPS había perdido el rumbo. No sabía a donde ir ni qué camino tomar. Esperaba al rayo de la inspiración para ponerme en marcha y (parece) que ya ha llegado. Por fin.

¿Problema? Que me esperaba un rayo de poca potencia, manejable y ha caído una descarga de años de sufrimiento. MUCHOS AÑOS Y MUCHO SUFRIMIENTO. Y yo ya no soy un chiqui tren, llevo kilómetro y kilómetros a mis espaldas. No sé si mi locomotora va a poder a estas alturas con semejante recorrido. Y lo que es inaceptable es quedarme de nuevo tirada en una vía muerta (otra distinta) en medio de la nada.

La columna de los pros y de los contras está bastante igualada. Seguiremos informando.

domingo, 3 de septiembre de 2023

Picasso desquebrajado

Hablar del tiempo solía ser una solución de compromiso para situaciones incómodas, un tema neutro, sin polémicas, pero también soso, repetitivo y sin pizca de emoción.

HASTA AHORA

Este ¿verano? (lo llamo así por entendernos, porque los cierto es que no sé si se merecería ese nombre) nos ha tenido en guardia a todas horas, sin darnos ocasión de aburrirnos y mucho menos de relajarnos. Cuando creíamos que ya le habíamos cogido el truquillo a a cosa y que podíamos más o menos predecir lo que nos esperaría al día siguiente... ¡ZAS! cambio drástico. Lunes: 5 millones de grados, 8000 personas ingresadas por golpes de calor, huevos friéndose sobre el asfalto. Jueves: -7 grados, saca el nórdico y el abrigo de la nieve. Domingo: cae tal tormentón que las carreteras se convierten en ríos, literalmente. Todo tranquilidad y cero estrés, como se puede comprobar.

En medio de esta movida yo me he puesto morena sin planificación, sin orden ni concierto, lo que se traduce, como os podéis imaginar, en el caos supremo. Típica excursión a 58 grados en la que crees haberte aplicado protector solar, aunque quizá no y no lo recuerdas porque el calor que has acumulado en tu cuerpo apenas te deja acordarte de tu propio nombre. En esas circunstancias tu espalda puede acabar a topos blancos y negros si la camiseta que llevas tiene agujeros por detrás. Que no es que me haya pasado a mi ni nada, ¿eh? ¡Qué va!

Y en el caso de que me hubiera ocurrido (que no ha sido así, PARA NADA) habría podido pensar que mi bronceado iba a igualarse en la siguiente sesión de piscina. Lo que seguramente no habría supuesto es que dicha sesión sería después de 3 danas, 8 huracanes y 20 tifones y que hasta entonces habría lucido un tatuaje de contrastes de tonos blancos y negros en la espalda que poco le iba a envidiar a las composiciones cubistas picassianas.

Y por si fuera poca desgracia llevar un Picasso regulinchi en la retaguardia, ahora el verano ha decidido hacer dejación de funciones con antelación y traer consigo por adelantado una de las peores cosas del final del estío: la roñilla posvacacional.

Sí, amiguis, ya estoy empezando a dejar por todas partes rastros de mi ADN en cantidades suficientes para poner en serio riesgo el trabajo.de cualquier delincuente profesional que se precie. Lo que se traduce en un sospechoso e incómodo reguero de mugre que voy dejando allá donde voy y una cada vez más distorsionada creación vanguardista, posmoderna y bicolor en mis cuartos traseros. O dicho en palabras llanas: el horror total, vaya.

Yo contaba con quince días más para arreglar el cuadro (nunca mejor dicho) de mi bronceado desigual y mantener a raya el desquebrajamiento de la obra. Sin embargo parece que este verano perezoso ha decidido declararse en huelga de brazos caídos antes de lo previsto y descuadrarnos los planes a todos.

¡Qué paciencia hay que tener, de verdad!

lunes, 21 de agosto de 2023

Posesión fantasmagórica

Saludos cordiales No sé ni por donde empezar. ¿Me presento? Porque igual ya no os acordáis de mi. Bueno, mejor sí, no vaya a ser. 

(Sonido de carraspeo)

Hola, soy SpeedyGirl, la que hace el corte de mangas en la foto de perfil de ahí al lado. Os diría que he estado desaparecida por movidas superheroicas, pero lo cierto es que no, ha sido más bien como un apagón. Fue como si me saltaran los plomos, se quedara mi cerebro a oscuras, se cerrara la puerta de golpe con las llaves por dentro y yo me quedara tirada en el rellano en pijama y con zapatillas de felpa. Que piensas, ¿dónde voy yo ahora con esta pinta a pedir ayuda?

Y ahí he estado un mes, sola, fuera, en el pasillo, sin móvil, sin nada que leer, o lo que es lo mismo, con DEMASIADO tiempo para pensar. ¿Sabéis cuando repites en voz alta tantas veces una palabra que termina perdiendo el significado? Pues un poco eso. Ya no sabía qué era verdad y qué eran imaginaciones mías, qué era real y con qué me estaba troleando mi mente. El horror.

Por suerte, irrumpieron en escena las vacaciones. Se me hundieron unos planes, me salieron otros y sobre todo me vi arrastrada por una posesión fantasmagórica. En concreto la de SpeedyMum, a la que poseyó el espíritu de los gemelos del programa de reformas de Divinity,



¿Que por qué eso me ha afectado a mi? Muy sencillo: porque se le han ocurrido miles de ideas de mejoras habitacionales en las que ella era el cerebro de la operación y yo el músculo. Y daba igual que no tuviera la formación, la habilidad ni los conocimientos necesarios para ejecutarlo.

Con mayor o menor fortuna, estas vacaciones he pintado verjas, he podado árboles, he transportado sacos de tierra, me he sacado el carnet B2 de cortacesped. Y quiero pensar que me he convertido en una versión más joven y menos glamurosa de la prota de Mamma Mia.


(Y cantando peor que Meryl, claro)

El caso es que tanto ajetreo me quitó bastante la tontería. Vine a contároslo aquí como a mitad de vacaciones, pero todavía debía de quedar algún fusible fundido, me creí que había dejado algo programado y resulta que no.  Ejem, ejem, soy una mente brillante, ¿eh?

Total, que esto nos trae a este momento, los instantes previos a mi vuelta al curro en los que, como os podéis imaginar, tengo serias tentaciones de cortarme las venas porque ¡¡NO QUIEROOOOO VOLVERRRR!!

Pero esa ya es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión. Ahora sólo quiero saludar. confirmar que estoy viva, desear que disfrutéis de las vacaciones a alos que cabrones que aún os queden días libres y decir que, como siempre:

Por la sombra, bombones.

martes, 11 de julio de 2023

Blancazo (again)

Hace mogollón que no escribo (ni aquí ni en ningún sitio). Y lo que es aún más preocupante, ni siquiera leo. Y ¡ojo!, que venía de una racha lectora muy buena de hasta ocho libros por mes. Pero llevo 60 días en blanco, con la mente paralizada, en encefalograma plano.

Le echaría la culpa a la leche que me di en la mano que me ha tenido cuatro semanas casi manca y pudiendo usar el ordenador poco, mal y a paso de tortuga, pero lo cierto es que esta paralización empezó mucho antes. Y tampoco es un bajón anímico, porque no es una mala época, estoy tranquila, normal. Incluso me está pasando alguna cosa buena. No tengo ni repajolera idea de lo que ha ocurrido para que, de repente, la parte artística-creativa (como queráis llamarlo) de mi cerebro se haya puesto en huelga, sin previo aviso. Pum, apagón, como si se le hubiera acabado la batería. No hay quien saque nada en limpio de ahí.

No se me ocurre nada. Lo poco que se me ocurre me da pereza escribirlo y cuando logro hacerlo me parece un zurullo como un piano. Cojo un libro y leo el mismo párrafo una y otra vez, en la página 50 aún no me acuerdo de como se llama el protagonista y me sorprende oír hablar del funeral de personajes que no sabía que se habían muerto.

Ni leer. ¡NI LEER, COLEGAS! ¿Qué leches me pasa?

sábado, 1 de julio de 2023

Falsa alarma

Lo que son las cosas, oye. Mira que el reverso tenebroso es fuerte en mi y mira que de normal, para mi desgracia, soy de las que se fijan en un donut y solo ven el agujero. Pero esta vez, por lo que sea, conservé la fe, esperé contra toda esperanza. Y por una vez me salí con la mía. 

¡¡ESCAYOLA FUERA!! ¡AR! ¡ROMPAN FILAS!

Así es, amiguis, falsa alarma. El médico que me la puso ("no se ve nada en la radiografía pero te vas enyesada, porque el escafoides siempre se rompe"), mis fisios ("no te hagas ilusiones, algo llevarás, una fisura mínimo"), SpeedyDad alias la alegría de la huerta ("mentalízate para dos meses inmovilizada"), TODOS se empeñaban en hundirme la moral. Pero yo no desesperaba, confiaba en la radiografía de esta semana, en la repetición a cámara lenta, en la fotofinish. El partido no se acaba hasta el pitido final. Y este miércoles...

"En la radiografía no se ve nada, pierdes la escayola, pero te llevas una venda superapretada, el juego del programa y este maravilloso aplauso del público".

Así que ahora aparte de un subidón espectacular y una alegría tremenda, tengo un brazo dolorido de color morado -verdoso -negro que aún no puedo usar porque veo las estrellas, pero con todos sus huesos enteros. Que no es poco. A partir de aquí cuidado y paciencia hasta que la contusión se cure y después libreeee, como el sol cuando amanece y Nino Bravo yo soy libreeee, como el mar. Esto merece pinchar el temazo veraniego más mítico de los 90.





Pd:25 minutos he tardado en teclear esta mierdilla sólo con la mano izquierda.  Aún queda sufrimiento por delante

jueves, 22 de junio de 2023

Tu clave es escafoides

Como dirían en Mision Imposible "tu clave es Jonas" y este mensaje se autodestruirá en 20 segundos. Bueno, pues la versión speedica es la siguiente. Como me imagino que ya supondréis, el surf con bastón TAMBIÉN se me dio regulinchi, me caí mucho (aunque me reí más) y al intento un millón de partirme la crisma hubo premio. Me resbalé, apoyé mal la mano y cantaron fractura de escafoides en la derecha. Como soy diestra, esto quiere decir que estoy escribiendo esta entrada con la izda y que voy a tardar cien eternidades. De hecho, podemos hacer porras de cuanto me va a costar y doy el veredicto en los comentarios.

Total, que muy requetebien, me he agenciado una bonita escayola, el complemento ideal para el verano y los calores que vienen ahora. Y una cosa os voy a decir, no os llaméis a engaño: los días cunden la mitad cuando tienes que hacer todo con una sola mano, que para colmo es la mala. Cualquier cosa es un mundo. Hay que abrir una botella de agua, llama a los bomberos. Quieres colocar los platos en el armario, help 112. Toca cerrarse el botón de los vaqueros, que vengan los GEO.

Seguiría dando la turra con el tema, pero ya os hacéis una idea y en este tercer párrafo el agotamiento se me come por los pies, así que no dilapidemos recursos necesarios para funciones vitales. El resumen es que me esperan unos días regulinchi y que si ya pasaba poco antes por aquí, ahora menos. Pero me entendéis, ¿no?

Ya sabéis que no me olvido de vosotros. Que se os quiere. Y que como siempre...

POR LA SOMBRA, BOMBONES.

viernes, 16 de junio de 2023

Surcando las olas con bastón

Estos días tengo puente y había decidido ir a cabalgar las olas, a ver si esta vez tenía más éxito. Después los agoreros de la agencia estatal de metereología y sus predicciones pinchaglobos me animaron a cambiar de destino a otro en el que no estuviera previsto el diluvio ni que, como temían los galos, el cielo se cayera sobre nuestras cabezas.

Así que le he añadido sol a la ecuación, le he restado olas revolcadoras y le he sumado un remo. A ver si así tengo un poquiiiito más de éxito que en ocasiones anteriores. Lo dudo mucho (y vosotros también lo dudáis, reconocedlo), pero la esperanza es lo último que se pierde.

 


 

Ya os contaré. 

Y con este cliffhanger y un bizcocho, hasta la semana que viene a las ocho (o quizá a otra hora, pero había que rimar)

Ahora más que nunca, que parece que ya llega el veranito hardcore: por la sombra, bombones.

domingo, 4 de junio de 2023

El dilema de las puertas

 


Parálisis por análisis. Quedarse enganchado en el bucle infinito de la dudas. O dicho en bonito, no hay mayor preso como el que duda entre dos puertas abiertas.

¿A que sí?

miércoles, 31 de mayo de 2023

Audaces

 

¡Qué os parece, colegas! En cinco minutos otra vez elecciones. Oooootra vez.¿Cómo os quedáis? Yo, hijos míos, estoy de la fiesta de la democracia hasta el mismísimo unicornio. De verdad os lo digo. Estar en campaña electoral continua non-stop es una tortura. En finnnn....

Cuestión: el plot twist del presi. En lo político nada que decir, no es el momento ni el lugar. Lo traigo aquí por un calificativo que muchísima gente usó para describir la decisión: AUDAZ. Vi incluso un meme de Sanchez que ahora no encuentro, pero que venía a decir un poco esto de abajo.


Y sin nada que ver con este tema concreto, me dio por pensar en la audacia. Yo, que soy una culocagao de manual, eso me pilla muy lejos. Así que consulté a los listillos de la  RAE. Y sobre los audaces dicen los siguiente.

 
1. adj. Osado, atrevido.

Sin embargo, a la osadía le bajan un grado de intensidad porque la definen tal que así:

1. f. Atrevimiento, resolución.

¿Es lo mismo ser resuelto que ser atrevido? No, ¿no? El atrevimiento es un puntito más. Y si ya te pasas de vueltas te tildan de temerario, que es esto:


1. adj. Dicho de una persona: Excesivamente imprudente arrostrando peligros.

A ver, a ver, señores académicos, ¿"excesivamente" según quién? ¿Como se decide que es demasiado? ¿Demasiado para mi abuela, para un fan del puenting o para nuestro (al menos hasta julio) presi?

En cualquier caso, todos, incluso una culocagao como yo, estaremos de acuerdo en lo de la foto de arriba, que sin riesgo no hay historia y que quien no arriesga no gana. Ya lo decía Horacio: 

Mezcla tu prudencia con un grano de locura.

Si, ¿no?


jueves, 25 de mayo de 2023

Piropear bien


 

Venga, vamos a hablar de esto, que me apetece debatir. Estamos de acuerdo en que todos los cuerpos son bellos y bla bla bla. Y que para gustos los colores, por supuestísimo. Y yo además estoy convencida de que, si se mira con atención, todos tenemos algún rasgo bonito a destacar: unos ojos grandes, pestañas larguísimas, cejas perfectas sin necesidad de definirlas, piel suave, pómulos marcados, pecas graciosas... Si buscas, encuentras, desde luego. Pero siendo sinceros, también hay que reconocer que no todos somos Miss ni Mister Universo.Que no todos encajamos de primeras y de forma general con un físico normativo considerado de forma mayoritaria como atractivo.

Bien, pues partamos de eso, de esa enooooorme cantidad de personas (la mayoría, en mi opinión) que está bien, que no tiene ningún problema con su aspecto ni ningún complejo, pero cuyo físico no es su punto más fuerte (Y LO SABEN). Cero dramas, cero traumas, pero son conscientes de que destacan más por su perspicacia, por su agilidad mental, por su capacidad de observación, por su eficacia, por su ternura que por su cara o su tipazo. A toda esa gente, ¿les halaga que les llamen guapas/os? No sé yo...

A ver si me explico. Claro que les gusta, sobre todo si el/la que se lo dice tiene buena intención, si pretende ser amable, demostrar cariño. Entonces se agradece, sin duda. Pero una cosa es agradecerlo y otra creértelo. ¿Y un halago sirve de algo si no te lo crees?

No sé si está quedando claro mi argumento. Imaginaos la típica foto que os ha pillado en un mal gesto y en la que salís fatal. Una de esas que no tienen salvación de ningún tipo. Una catástrofe de foto, vaya. Y alguien que os quiere os dice que en esa imagen estáis muy guapos. Le agradecéis la intención, el detalle, que trate de ser amable, pero no os hace sentir mejor porque no es verdad y lo sabéis. Como piropo no sirve, porque (definición de la RAE) no os da satisfacción. Aunque bueno, también dicen los listillos de la academia que el halago es una muestra de afecto. En ese sentido puede ser, es cierto.

Pero la cuestión es: ¿no sería más eficaz, más útil, no sentaría mejor destacar algo bueno que sea cierto? ¿Algo con lo que la otra/el otro se pueda sentir empoderada/o (palabra de moda) porque le están reconociendo uno de sus puntos fuertes reales?

No sé, pregunto.

lunes, 22 de mayo de 2023

Amores, pandemias y escaleras

Leí el otro día El amor y otras pandemias. Me gustó bastante, la verdad. Es una historia romanticona fresca, sin mayores aspiraciones, pero bastante tierna y divertida. Me sorprendió lo pronto que olvidamos y lo fácil que me resultó reírme del CoronaSuplicio (que, obviamente, no se aborda en absoluto, sólo sirve de telón de fondo con cero dramatismos). Y me encantó el sentido de humor de la autora, que no se da ínfulas de nada y resulta muy graciosa. Además que explica cosas difíciles de forma simple con unas metáforas de "andar por casa" que a mi me llegaron un montón (y ya voy teniendo mis añitos, es decir, que no están pensadas sólo para lectores juveniles). ¿Lo recomiendo? Sí. No le van a dar el Nobel, pero se lee en un suspiro, pasaréis un rato entretenido y os va a dejar buen sabor de boca. La lectura también en eso, ser feliz un rato sin más complicaciones.

Aquí os dejo la metáfora del amor como una escalera, que me pareció bastante acertada y otras citas que me molan.


¡BUENA SEMANA Y POR LA SOMBRA, BOMBONES!


"El amor es como una escalera, cada persona tiene la suya propia. A veces son pequeñas, como taburetes y otras interminables. No te enamoras de golpe, vas subiendo peldaño a peldaño. Con algunos llegas a la cima pronto, no puedes avanzar más, Con otras puedes subir cada vez más arriba. (...) Lo malo de subir escalones emocionales es el daño que te hace cuando el dueño te empuja hacia el suelo. Pero vuelves a trepar, porque tus sentimientos no desaparecen porque te rechacen."


-Se ríe, nos reímos. Y todo es absurdo y fantástico, a pesar de ellos. O precisamente por ello.

-¿Cómo se hace para que alguien te deje de gustar? ¿Para rendirse de una vez? Esperanza, te odio. Un montón.

-No nos parecemos, pero esto no va de eso. Va de compenetración, de rellenar huecos


viernes, 12 de mayo de 2023

Tirar para dentro

La teoría de los cuadros ya os la conté hace tiempo por aquí. La neura esa que me entra a veces cuando pasa algo bueno de creer que el karma es un cabrito. La manía de no querer creerme que las cosas van a salir bien por si al final salen mal. Esa absurda absurdez suprema. A lo mejor os pasa a vosotros también. Ojalá no.

Total, que ahora tengo un ataque de absurditis bastante agudo. Me ha llegado algo bueno y no me atrevo a contarlo por si se gafa. Bueno, no, no es exactamente eso. Me da pereza contarlo porque cuando se vaya al traste voy a tener que dar muchas explicaciones desagradables que podría evitarme si, simplemente, mantengo la discreción un tiempo prudencial.

Y fijaos que el párrafo de arriba tiene sólo cuatro líneas y necesito aclarar unos siete millones de matices:

-- Lo que más me preocupa, que en mi cerebro la construcción verbal única sea esa. "Cuando se vaya al traste" y no "si se va al traste". Mi mente debería contemplar al menos la posibilidad de que salga bien y no darlo todo por perdido. ¿Por qué no lo hace? Por costumbre. Lo que me lleva directamente al punto siguiente.

-- Este tema ya ha salido mal otras veces. No muchas, pero sí un alto porcentaje (la mayoría de un número pequeño, vamos). Que para ser objetivos esto, en realidad, se podría leer de dos maneras: "Va a ser un fiasco como casi siempre hasta ahora" o "lo has intentado poco y en circunstancias distintas, es perfectamente posible que esta sea la buena".  Por razones que desconozco, mi mente elige siempre la primera interpretación.

--Dicho esto, volvamos a lo de "un tiempo prudencial".  ¿Cuánto es eso? ¿A partir de qué momento se considera que algo ya ha durado lo suficiente como para que no te quede otra que comerte con patatas las consecuencias negativas y las explicaciones desagradables? ES MÁS, ¿qué duración es necesaria para evitar la etiqueta de fracaso? Porque eterno no va a ser, claro. Nada, ni bueno ni malo, dura para siempre.¿Donde trazamos la línea? ¿Un día, una semana, un mes, cinco años, una década? 

--Por lo tanto, si no hay consenso en la duración que te obliga ya a hacerlo público, ¿por qué no en cualquier momento? ¿Porque si lo dices hoy el karma se encabrona al verte tan confiado y se acaba mañana? Es decir, ¿aplicamos la teoría de los cuadros? ¿Y si la estamos aplicando al revés? ¿A ver si el karma es un abusón de cole y cuanto más inseguro te ve más se ceba contigo? ¿A ver si lo que hay que hacer es ir por la vida más chulo que un ocho y que nadie, NI SIQUIERA el kama, se atreva a toserte?

¿A ver si llevo toda la vida empujando la puerta de la felicidad y resulta que había que tirar para dentro?

lunes, 8 de mayo de 2023

Ni a tiros

 

Virginia era un poco dramas, pero en esto de arriba tiene razón. ¿Cuántas veces se escribe para dejar salir lo que sea de la manera menos violenta posible? ¿Cuántas veces escribir es desahogarse, en todos los sentidos posibles?

Por eso me extraña tanto que este blog ha sido siempre mi válvula de escape y llevo desde la semana pasada sin poder escribir una letra. No es que no me haya acordado, no es que no me haya dado tiempo, es que nada me parecía bien. Tenía pocas ideas y malas. Aquí, que cabe cualquier chorrada. Aquí, que no tenemos unos estándares mínimos. Apaga y vámonos.

Así que voy a publicar esto por cabezonería pura y a conseguir una pistola, por si todo lo demás falla. ¿Que igual es una pistola de agua? Ni confirmo ni desmiento. Pero tendrá gatillo.

¡Buena semana!

lunes, 1 de mayo de 2023

Prima hermana de Dory

Siempre he sido una persona bastante dispersa, pero de un tiempo a esta parte empiezo a acercarme peligrosamente al nivel de concentración y memoria de Dory, la de Buscando a Nemo. Es que mi mente va por libre, de verdad os lo digo. No ya que tenga varias pestañas del ordenador abiertas y que al cambiar de una a otra se me olvide lo que iba a hacer porque me despisto con algo. Que bueno, eso mal, pero lo puedo aceptar. Pero es que cada vez me es más difícil mantener la concentración en cualquier cosa un tiempo razonable, me cuesta lo que no está escrito leer textos largos de no ficción, me resulta casi imposible no leer en diagonal mucha información en pantalla. 

Y pensaba que si a mi me ocurre esto, que me he pegado media vida sin usar apenas dispositivos electrónicos, que no les pasará a los chiquitillos que han tenido un móvil y una tablet en cada mano desde que nacieron. Que seguro que alguna parte del cerebro se les ha modificado ya y les pone cada vez más difícil concentrarse en contenidos densos y formatos analógicos. Luego que els cuesta engancharse a la lectura. Pues sí, claro, pero es que se lo estamos poniendo difícil, la verdad.

La cosa es que leyendo sobre esto en este artículo, me encontré con esta otra idea en la que no había pensado y que aún me chocó más.

"También impacta reflexionar sobre cómo los niños actuales viven una existencia con una agenda ya preparada y sobreprotectora, sin poder tener todas aquellas experiencias (el juego libre, los retos de la calle, las dinámicas jerárquicas, sacarse de apuros, inventar, explorar y descubrir) que, en un primate, son necesarias para desarrollar una oportuna estructura mental, perceptiva y emocional. Estos niños son como los macacos de los laboratorios, que nacen en una jaula y viven su desarrollo en un ambiente constreñido y artificial, sometidos a tareas y pruebas constantes. Sin su ambiente físico y social, el animal no puede recibir aquellos estímulos que, conforme un programa evolutivo de millones de años, son indispensables para activar y canalizar la formación de su capacidad mental."

Porque, bien pensado, tiene razón, ¿no? Nuestros pequeños saben inglés, informática, música y practican dos millones de deportes en un horario estresante que no les deja tiempo libre para lo que ellos quieran. Y no sólo eso, sino que esa agenda imposiblemente completa les convierte en pardillos que saben mucha teoría, pero muy poco de la práctica real, porque no han tenido tiempo de encontrarse con problemas inesperados y resolverlos. 

Y al final la vida va de eso. De ir apañando cada marrón random que te cae encima para poder pasar a la siguiente pantalla del videojuego de la vida. Si no practicas en las primeras, mal te va a ir en las siguientes. Y al final se nos va a llenar todo de jugadores bilingües y muy formados que se quedan atrapados para siempre en la pantalla 1.

jueves, 27 de abril de 2023

Distorsionando

Me gusta leer libros divulgativos sobre psicología porque me da tranquilidad ver que a muchos nos pasa lo mismo, que a la mayoría de la peña su coco le hace la vida un poco imposible a ratos. Y me mola comprobar que cada uno lo llamamos de una manera, pero que hay cosas tan frecuentes que hasta tienen clasificaciones y denominaciones técnicas. El tema es que como son tan tan tan técnicas a veces no se entiende un mierdo y aquí vengo yo, a traducirlo a la jerga blogger para tenerlo a mano a modo de chuleta cuando lo necesite.

Total, que como se ha comprobado miles de veces en esta santa casa, a menudo nos entendemos regulero porque aquí cada uno percibe y procesa la realidad como le sale del mismísimo unicornio. A esto los listos lo llaman distorsiones cognitivas y hay la tira. Yo sólo voy a poner las que en mi caso son grandes hits:

-Filtraje o mirar el donut y sólo ver el agujero (dicho en cristiano).
 
-Pensamiento dicotómico o estar seguro que el mundo se acaba si no sale todo perfecto. Sin medias tintas, sin grises, sin empates.

-Inferencia arbitraria, que suena megacientífico, pero que no es sino eso de creer que les adivinas el pensamiento a los otros, cuando, en realidad, no tienes ni repajolera idea de lo que les pasa por la cabeza. O sea que si les oyes reírse justo cuando te cruzas con ellos no tiene por qué tener nada que ver contigo.

-Magnificación de detalles irrelevantes. Ya decían los de Gran hermano, que en la casa "todo se magnifica" y puede que algunos lo hagamos 24/7 fuera de la casa también. Es decir, que el planeta no dejó de girar ese día ese te tropezaste al salir de clase y se te cayeron todos los papeles al suelo. Nadie lo recuerda más que tú, de hecho.
 
-Etiquetas globales. No, no TOOOODA la gente te trata mal porque el notas de turno te haya tomado por el pito del sereno. Te lo ha hecho él, a los demás no los metas en el mismo saco.
 
-Descalificación de lo positivo. Vale, tu abuela te dice que podrías presentarte a Miss Universo porque te quiere, pero no siempre que te echan flores los demás es de mentira. Igual hay días que, efectivamente, tienes el guapo subido y no pasa nada si te lo crees. Y quien dice guapo, dice todo lo demás, ya tu sabhe.

Hay muchos más, estos son los que a mi me complican más la vida. ¿Y a vosotros?

lunes, 24 de abril de 2023

El vaso medio lleno o medio vacío

 


Esto iba ayer, claro. Pero bueno, ayer tuve lío y es un texto muy aplicable también a los lunes, ¿no? No sé de quién es, lo vi en Twitter.
¡Venga, colegas, a por la semana!

viernes, 21 de abril de 2023

No, siguiente pregunta


 

Ahora mismo no estoy en el caso de la foto porque llama a mi puerta ya mismo un fin de semana llenerrimo de planes guays. Que descansar tampoco voy a descansar un mierdo y lo necesito como el comer, pero en fin, ese es otro tema. La cosa es que he visto esta genialidad en twitter y la he traído aquí para guardarla porque es la respuesta perfecta para un montón de días chof.

By the way, sé que los que paráis por aquí sois entre nada y nada de nada tuiteros, pero igualmente esto hay que comentarlo. ¿Qué opinamos de la movida de Twitter Blue, los verificados y toda esa mandanga? ¿Quién iba a decir que la marquita que antes servía de prueba de fiabilidad ahora se interprete como símbolo de que sólo pagas porque tienes pensado timar o engañar a los demás usuarios?

Las vueltas que da la vida, con Elon no ganamos para sorpresas...

domingo, 16 de abril de 2023

Por suerte, nunca seré famosa

He vuelto a hacer otra vez eso que no se le debe hacer nunca a un escritor: leer su primera obra y la más reciente la misma semana. Lo siento, no lo he podido evitar, han llegado a mi, será el destino. Y me ha pasado un poco lo mismo que os conté con Colleen, pero elevado a la enésima potencia. Tanto, tanto, tanto, que he pensado: "Por favor, si alguna vez soy famosa, espero no hacer esto".

Me explico.

La autora a la que me refiero es bastante conocida en España y está siempre en buenos puestos de ventas. Como escribe relativamente rápido, sale a libro por año, así que no creo que sea multimillonaria en plan JK Rowling, pero problemas de dinero tampoco debe de tener. Pienso yo, vamos, es muy leída y muy regalada. Así las cosas, se podría haber evitado reeditar su primera novela que francamente es... pues bastante castaña, la verdad. Sin ánimo de ofender, lo digo como un hecho objetivo.

Y repito lo que digo con Colleen, que es completamente comprensible, que todos aprendemos con los años, que ella es la escritora que es ahora gracias a todos los títulos anteriores. Y que nunca hay que avergonzarse de los primeros trabajos porque sin ellos no habrías conseguido avanzar. Pero una cosa es eso y otra no tener un mínimo de objetividad para detectar cuando un primer texto es bastante horror. Si lo escribiste a los 13 años y no sabías nada de la vida y de las relaciones, tus personajes serán planos, tus escenas inverosímiles y tus conflictos superficiales y mal resueltos. Es normal, eras pequeña, te quedaba todo por aprender, pero lógicamente te saldrá una historia bastante regulinchi. Que tú le tengas cariño porque fue tu primera vez, perfecto. Que no te de corte, maravilloso. Que la reedites como si estuviera al nivel de lo que escribes en la actualidad es pasarse un poco de rosca. Porque las comparaciones son odiosas y porque, por mucha ternura que te den tus comienzos, objetivamente, no tiene bastante calidad.

Me pregunto siquiera si será consciente. Porque leyendo las reseñas de sus fans, les ha parecido estupendísima esa obra. Fresca, divertida, adictiva. Y sí, eso lo puedo admitir sin problema. Pero también tiene un argumento que raya el absurdo, problemas duros y difíciles se abordan de forma frívola, falta coherencia, consistencia y los personajes parecen de cartón piedra. El ritmo es atroz, muy mal llevado. No hay quien se crea nada porque algo que en la página 4 es blanco en la primera línea de la 5 es negro y me parece imposible empatizar con nadie de los que pululan por la historia dado que sus decisiones y sentimientos son incomprensibles. Para un adulto, al menos. A lo mejor para alguien de 13 años, quizá los que tenía la autora cuando lo escribió, puede ser... 

El caso es que sus fans le dicen que es una novela estupendísima y ella se lo cree y la republica. Y yo me pregunto: ¿no tiene una amiga, una madre, una editora, un alma caritativa que sea sincera? ¿Alguien que le diga: "cariño, este fue un estupendísimo primer trabajo y en su momento perfecto, pero ahora ya no está a la altura. Guárdalo en un cajón y léelo sólo en la intimidad"?

Es una suerte que yo nunca vaya a ser famosa. Odiaría que me pasara algo así.

jueves, 13 de abril de 2023

ChiquiPlanetas

Perdón, he tardado en volver por aquí porque aprovechando la Semana Santa y tal he estado de viajecito interplanetario. Y bueno, bien, nos ha hecho buen tiempo, hasta he cogido un poco de colorcillo. Ah, eso sí, tengo que deciros que esto de que no haya atmósfera en casi ningún sitio y las temperaturas entre el día y la noche varíen tanto es un tostón. 200 grados de diferencia en el termómetro es un verdadero reto a la hora de hacer la maleta.

Pero en fin, que tampoco quiero aburriros con la crónica completa de mi salida espacial. Yo venía a hacer una denuncia, porque aquí todos tenemos la piel muy fina y que si me ofende esto, o respeta lo de más allá... y al pobre Plutón lo están bulleando como si fuera el marginado de la clase y nadie dice ni pío. Y yo me indigno, claro.

Primero, después de toda una vida con categoría de planeta, lo degradaron sin previo aviso. Que eso tuvo que llevarlo mal el pobre, no me digáis. Como es un cuerpo celeste resiliente y sereno, sin media queja y buena cara, siguió adelante, todo digno. Pero luego aquí los amigos de la Nasa, seguramente después de una ronda de chupitos por la jubilación de Mike (miembro veterano de la plantilla y capitan del equipo de baseball de su departamento) tuvieron EL IDEÓN. Decidieron que no podía esperar ni un minuto más, y que a la panda de chiquitillos que no fueron capaces de descubrir hasta que tuvieron telescopios tochos había que ponerles un nombre molón, con garra. Y achispados como estaban con los chupitos de licor de mora casero de la tía abuela de Mike, no se les ocurrió nada mejor ni más sonoro que planetas enanos. ENANOS. Ni planetas de volumen reducido, ni cuerpos celestes bajos de torax, ni de talla XXS. ENANOS. De verdad, qué falta de sensibilidad y de todo.

Pero bueno, como se les nota que son miembros del universo de escasa complexión física pero fuerte personalidad, no se achantaron y allí están, rotando sobre sí mismos para mostrar su mejor cara sin que les afecten las críticas ni las descalificaciones. A mi me caen guay y tienen nombres muchos mejores que los grandotes clásicos: Eris, Haumea, Makemake, Ceres. Ni punto de comparación, no me digáis.

El más simpatiquete es Makemake, con síndrome de hermano mediano, siempre moviéndose en escala de grises. Ni grande ni pequeño, ni muy cerca del Sol ni muy lejos. Difuminadamente rojizo, se le ven las ganas de imitar el marrón del gigantón de la pandilla: Plutón.

Haumea es el deportista. Corpulento y rápido, es el que a más velocidad gira. Tanto, que eso le da a su aspecto la forma ovalada de una pelota de rugby. Aún así, tiene que estar estresado, el pobre. Todo su día dura lo que cuatro horas en la Tierra. Qué agobio, ¿no?

Eris es el follonero que la lió parda y por el que empezó toda la movida que acabó con Plutón degradado de categoría. Casi tan grande como él, es una Luna 2.0 por su tamaño muy similar a nuestra Lunita. Eso sí, con un carácter bastante peor y un mal ambiente que lo hace inhóspito como pocos.-243 graditos marcan los termómetros allí. Poca broma.

Ceres es mi favorito. El benjamín del grupo, no tanto por su tamaño, sino porque lo llaman planeta embrionario (que no se terminó de formar, dicen. A saber a qué se refieren). Está muy cerquita del Sol, es el primero de los chiquitillos al que mandamos una sonda espacial y ¡¡tiene agua!! Y si tiene agua, algún extraterrerestre de alguna clase tiene que andar por allí, sólo que nos tienen miedo, se esconden y por eso no los hemos visto aún. Pero ya los encontraremos, ya...

Y en fin, hasta aquí mi TED talk sobre no discriminar a ningún cuerpo celeste por su tamaño. No seais bordes, hombre, no son enanos, son bajos de torax.

lunes, 3 de abril de 2023

10.000

¿Sabes esas veces que lees una frase de casualidad y te deja tocada para el resto del día? A mi me pasó ayer con esta, y aún estoy enganchada en el bucle.


¿Has vivido 10.000 días 

o has vivido el mismo día 10.000 veces?

 

Así que, aunque lo he intentado, poco más os puedo contar. 

Os dejo con vuestros pensamientos.

(Postpost: A los que estáis de vacaciones ya, os odio. Al resto de gente de bien, ¡¡feliz semana!)

miércoles, 29 de marzo de 2023

Menuda panda

 

Al loro con esta panda, que no sé qué me flipa más. 

Primero, la reunión. ¿Cuándo se han juntado todos estos cracks en el mismo espacio tiempo? En ninguna peli salen todos, ¿no? Y no parecen unos premios ni nada así,tiene pinta de decorado. O de finde en casa rural con los amigotes. ¿Os imagináis la conversación?

-¿Quién se encargaba de las patatas? ¿Habéis comprado las de sabor huevo frito que son las mejores?

-No, que estoy a dieta para mi próximo personaje en Misión Imposible. Estos días todo light.

Segundo, la fecha. Dicen que la foto tiene 20 años. ¿Lo qué? ¿Y qué han hecho algunos, congelar el tiempo? Porque los mayores están igual ahora que hace dos décadas. Los medianos parecidos. Y a Brad le da lo mismo, porque va a mejor, el cabrito de él. Menuda lotería genética la de este pavo. Es más, os diré, por si os sorprende tanto como a mi, que él y Tom se llevan sólo un año. ¿Cómo os quedáis?

Tercero, el infiltrado. ¿Qué pinta Edward Norton ahí?¿En esa época se le conocía más? ¿O era el primo segundo del dueño de la casa rural donde pasaban las vacaciones y no quedaba otra que dejarle salir en la foto?

Menuda panda, colegas.

domingo, 26 de marzo de 2023

Plot twist delfinero

Por motivos cero interesantes estos días me estoy viendo en la obligación de resumir mi vida (a grandes rasgos, porque entrando en el detalle nos eternizaríamos ya tu sabhe). Y conforme voy contando cosas no paro de pensar: y esto pa'qué, menudo sufrimiento infinito me costó lo otro y total después no sirvió para nada, como no pude darme cuenta de lo de más allá si estaba claro cristalino. De hecho, el pensamiento general más repetido es: ¿pero en ese momento había alguien a los mandos? Y si lo había, ¿estaba sobrio?

No me sorprende que los demás no entiendan mi vida, porque lo cierto es que vista en conjunto no la termino de entender ni yo. En el momento, en medio del bullullu, con la escasa y sesgada información de la que disponía, puede que mis decisiones tuvieran sentido. O al menos fueran comprensibles, consecuentes. Pero abriendo el plano y mirando los resultados a la vez, sólo se distingue un torbellino de caos que provoca una reacción unánime: el emoticono de la muñequita de whatsapp que encoge los hombros y sube las manos en señal de no saber o no entender nada.

El problema, además, es que en muchos casos no tengo la sensación de haber decidido yo, sino que han decidido por mi: las circunstancias, las coincidencias, la salud. Si escoges la única alternativa que te parece viable, ¿estás eligiendo o estás aceptando? 

Aún así, me gusta pensar que soy como los delfines, que hicieron un plot twist que después no les convencía, recogieron cable en el tiempo de descuento y apechugando con las consecuencias se convirtieron en lo que son ahora: el animal preferido de (casi)toda persona de bien y la estrella de oceanográficos y acuarios.

Si un delfín contara su evolución a lo largo de la historia, puede que también le respondieran con el emoticono de la muñequita que encoge los hombros. En el vídeo de abajo las pruebas.

¡¡BUENA SEMANA!!



  

domingo, 19 de marzo de 2023

Blanca y los padecimientos de la gente guapa

Me acordé escuchando el discurso de Blanca Portillo del otro día, pero vaya, que esto lo he pensado muchas veces. Ella se refería a que los actrices no tendrían que estar supeditadas a su físico, que tendrían que poder dedicarse a ese oficio sin ser una top model. Tiene razón y se podría decir de muchísimos otros ámbitos: no tendrías que necesitar estar buenísima para presentar un telediario, porque no hace ninguna falta. No tendrías que necesitar ser un bellezón para poner copas en un bar de moda. Y así hasta el infinito

Pero más allá del fondo de las palabras de Blanca, quería comentar un punto concreto de lo que dijo. Ella se comparaba (pero al revés) con Brad Pitt, el cual ha tenido que luchar contra los prejuicios de ser sólo una cara bonita para que le dieran papeles interesantes. Y a eso voy, a comentar los "padecimientos" de la gente guapa. Que los tendrán, claro, porque a cada uno nos importa lo nuestro y todos soportamos unos niveles de sufrimiento parecidos, los que lloran en una limusina y los que no tienen donde caerse muertos. Pero mi pregunta es: ¿de verdad de verdad de verdad los macizos/as no se dan cuenta de que compiten en el videojuego de la vida en modo fácil? ¿De verdad de verdad de verdad no son conscientes de que, aunque tengan sus problemas como todo hijo de vecino, su físico les consigue sin esfuerzo muchas cosas que al resto de los mortales les cuestan sangre, sudor y lágrimas?

¿En serio no ven que juegan con ventaja? ¿Vosotros os lo creéis? 

Yo regulinchi.

martes, 14 de marzo de 2023

Evelyn y sus siete maridos

Bueno, pues aquí estoy, viniendo de nuevo a hablar de un libro con mis ya clásicos años de retraso. Porque para qué leer las cosas cuando las lee todo el mundo y poder comentar a su tiempo, ¿eh? Hasta ahí podíamos llegar.

Total, que por fin he leído Los siete maridos de Evelyn Hugo. Y muy bien, me ha gustado. ¿Tanto como a la gente? Pues no sé, pero sí, está chulo. Ágil, adictivo, glamuroso. Escrito guay, algunos recursos narrativos me han molado bastante. El plot twist del final sorprendente, no me lo vi venir y estaba avisada ya de que había un plot twist gordo.Como a mi el mundo de las estrellas de cine me pirra, le doy un 10 en temática y ambientación. Así que en general, estupendo. Creo que me habría impactado más si no hubiera llegado a él con las expectativas tan altas, pero vaya, quejas cero.

Por destacar algo distinto a lo que he visto en las reseñas, me ha gustado mucho la habilidad de la autora para hacer una prota contundente, IMPLACABLE y a la vez rasgada por los matices. La mayor parte del libro parece no sé si mala, pero sí fría, sin escrúpulos o al menos salvajemente egoísta y luego resulta que no es así sólo por ella. Que a veces se hacen cosas moralmente cuestionables por las razones correctas. Para mi, de hecho, esa es la idea central de la novela: nadie es completamente bueno o malo.

De Evelyn me ha llamado la atención su pragmatismo, su seguridad para conseguir lo que quiere, no sólo el qué, sino el cómo. Que vea tan claros los pasos que debe seguir para lograr sus objetivos y que sus planes siempre salgan bien. Sus errores, los que más lamenta, son de juicio, tienen que ver con sus decisiones, no están relacionados con como terminan o la consecuencias de sus acciones.

He apuntado muchas citas. Aquí van algunas:

-No hay víctimas ni vencedores. Todos estamos en algún punto entre esos extremos. La gente que se proyecta como una cosa o la otra no solo se engaña a sí misma, sino que además es dolorosamente poco original. 

-Estar orgullosa de tu belleza es contraproducente. Porque te permites creer que lo único destacable de ti es algo que no dura mucho

-Debes transgredir los límites de la gente y no sentirte mal por ello. Nadie va a darte nada si no lo pides

-Hazte un favor y aprende a tomar la vida por las pelotas, querida. No te esfuerces tanto en hacer lo correcto cuando resulta tan dolorosamente obvio cuál es la decisión inteligente.

-Cuando te dan una oportunidad de cambiar tu vida, debes estar dispuesta a hacer lo que sea con tal de lograrlo. El mundo no te da cosas: tú debes tomarla
 

-El mundo respeta a las personas que se creen capaces de gobernarlo.

-Si quiero que las cosas cambien, tengo que cambiar mi modo de hacer las cosas.


-La culpa es un sentimiento con el que nunca me he llevado bien. Me sucede que, cuando llega, trae consigo un ejército. Cuando me siento culpable por una cosa, empiezo a ver todas las otras cosas por las que debería sentir culpa."

jueves, 9 de marzo de 2023

Castigo kármicos para malas lectoras

A ver, por favor, esto que no salga de aquí que no quiero ir a la cárcel, pero yo soy una lectora horrible. ODIOSA. De las que los escritores detestan con la fuerza de mil soles. Y lo más triste es que llevan toda la razón, no tengo disculpa ninguna. Pero es que no puedo evitarlo. No puedo.

¿Que qué hago? TODO lo que no se debería hacer al leer. Cuando la cosa me interesa mucho, leo a lo loco, lo más deprisa que puedo, casi en diagonal para enterarme cuanto antes de como acaba. Traducción: me pierdo la mitad. Maaaal.

Todavía peor: cuando me interesa tanto tanto tanto y estoy tan metida en la historia que los personajes me importan como si fueran de mi familia, voy al final a asegurarme de que todo acaba bien. A mi, al contrario que la mayoría de la peña, los spoilers no sólo no me fastidian, sino que me dan tranquilidad. Para qué voy a leer sufriendo pudiendo leer tranquila y feliz. Que si lo que le preocupa al autor es que voy a perder el interés y voy a abandonar, que duerma tranquilo, que eso no me pasa. De nuevo, al contrario que la peña, me encanta regresar sobre mis pasos para fijarme como he llegado a mi destino. No sé, me da serenidad entender como funcionan las cosas. Un poco lo mismo que cuando de pequeños abríamos relojes para verles el mecanismo de dentro, pero con palabras.

Y el colmo de los colmos, y esto si que es de denuncia a la Guardia Civil, lo sé. Como haya una relación o algún problema en la trama que por lo que sea me toca más, voy buscando lo relativo a eso para leerlo primero. Y again, que no cunda el pánico, que una vez que me he enterado de la chicha vuelvo a buscar lo demás. Porque nunca es independiente, claro. Las decisiones, las reacciones de los protas están unidas al resto de lo que les ocurre. Y cuando las ves por separado no entiendes un mierdo. Luego, con el contexto, piensas. "Ahhhh, coño". Es la misma sensación que cuando Jessica Fletcher resolvía el caso y ponían imágenes del crimen con detalles en los que antes no habías reparado. Era mi parte favorita del episodio, ¿la vuestra no?

Soy la peor lectora del mundo. Lo tengo claro y lo siento en el alma. Pero no os preocupéis, que el karma es sabio y me ha puesto mi castigo siendo el mismo tipo de escritora. ¿Qué hago ahora con mis propias historias? Liarla parda otra vez. También me pasa que tengo personajes preferidos, que me caen mejor y tramas que me inspiran más.Y entonces sólo quiero escribir de eso. Me cuesta menos esfuerzo, fluyo, así que cuando estoy atascada con lo demás (algo muy, pero que MUY frecuente) me pongo con mis prefes. Y el drama no es sólo que ellos hayan llegado ya al final de la novela y el resto esté en el capítulo tres. El drama no es que esté todo desordenado, sea un lío de la leche y ni yo misma sepa lo que ha ocurrido ya y lo que no en el argumento. EL DRAMA es que hay millones de escenas que mucho me temo que después no servirán. Como ha quedado claro hace un párrafo, las reacciones, los sentimientos de los personajes están condicionados por el resto de su vida. Y conforme voy escribiendo lo demás hay detalles que se van modificando y que hacen imposibles determinadas conversaciones, determinadas emociones.Y me toca borrar y borrar y borrar y borrar y borrar.

Y veo a mis autores favoritos pensando: ¡Toma,castigo del karma! Para que aprendas a leer como es debido. ¡HOMBRE YA!

lunes, 6 de marzo de 2023

Aclaraciones luneras

Pues a ver, tengo varias cosas que deciros: 

-Tenía que haber actualizado ayer, pero después de pegarme todo el sábado totalmente atascada intentando escribir otra movida que no se dejaba sacar de mi cerebro ni a tiros, demasiado que hoy sigo con vosotros. Porque os aseguro que tuve varias veces la tentación de tirarme por la ventana y acabar con mi sufrimiento. ¡Virgen Santa que suplicio es querer escribir y no poder! Bueno, qué os voy a contar que no sepáis, claro.

-Al hilo del atasco monumental pensé que una de las razones por las que nos atascamos es porque no sabemos si vamos a lograr hacernos entender. Porque la comunicación es una pifia, ya lo decíamos en los albores de este blog y por esto que decían sabiamente en Twitter el otro día.


 
-Y otro tema es que el 99% de la gente de mi entorno hoy tiene puente y yo aquí estoy, levantando España (muy probablemente por el lado que no es, además). Y verme al más puro estilo  Eduardo Noriega en "Abre los ojos" caminando a las ocho de la mañana por una calle principal de SpeedyTown desierta ha sido mucho cartucho para empezar el lunes. Así que, de nuevo, demasiado que sigo con vosotros y no me he cortado las venas.

Dicho lo cual, sólo me queda mandaros todo el ánimo que pueda para resistir esa semana. Por aquí se hará lo que se pueda, aunque no prometo nada.

jueves, 2 de marzo de 2023

TrenAventuras a media luz

En verdad en verdad os digo que las cotas de surrealismo, peligrosidad y emoción a las que están llegando mis TrenAventuras es flipante. En momentos como este es cuando me planteo en serio si no estoy dentro de un programa de televisión al más puro estilo El Show de Truman. Porque otra explicación no le veo.

Tiene que ser que a los guionistas de mi vida  les están presionando con las últimas cifras de audiencia. Que hemos bajado, les dicen. Que el suspense generado por el misterio de cuando pasarán los trenes que llegan cuando les sale del unicornio, la tortura psicológica de llegar siempre tarde a currar por culpa de Renfe y la tensión dramática de las ideaciones suicidas a causa de este puteo continuo ya no enganchan a los espectadores. Que hay que aumentar la acción, la intriga y los giros argumentales. ¿Y qué se les ha ocurrido a lumbreras de mis guionistas, próximos candidatos al Nobel? Apagar las luces de la estación. Claro que sí. 

Me los imagino en la reunión de la mañana todos ufanos por el cacho de ideaza que acaban de tener. Que ofrece un mundo de posibilidades, piensan:

-Primero se plantean virar sutilmente de género y meter alguna trama de terror. De la oscuridad puede salir de todo: asesinos en serie, Freddy Krueger, el monstruo de las galletas... El límite es el cielo, se congratulan frotándose las manos.

-Después deciden añadir alternativas, por si el miedo no funcionara como desean. Entonces se les enciende una bombilla (la misma que han apagado en las estaciones, supongo) y exclaman: ¡Eureka, el amor nos salvará! Los líos parejiles animan cualquier argumento y como motu propio los pasajeros no parecemos dispuestos a emparejarnos entre nosotros, deciden darnos un empujoncito siguiendo técnicas made in Gran Hermano. Para empezar luz tenue, algo sutil. Más tarde oscuridad total sin medias tintas. Y si eso tampoco da resultados igual empiezan a pasarnos chupitos de tequila para que cojamos el puntillo y nos animemos como en una noche de juerga. Yo a estas alturas no descarto nada.

O quizá es más simple que todo eso y lo que pasa es que los guionistas de mi vida son muy buenas personas y como nos ven sufrir tanto con el errático comportamiento de los puñeteros trenes, han decidido declarar la hora de recreo del cole y ponernos a jugar a las tinieblas, como cuando éramos pequeños. Un juego que según la edad servía para las dos cosas: para pasar miedo y dar sustos o para liarse con el maromazo de turno sin consecuencia alguna.

Dado que el equipo de guion de mi vida parece formado por mentes preclaras venidas directamente de los años 80, lo apuesto todo a la tercera opción.

Seguiremos informando.

lunes, 27 de febrero de 2023

La maldición de la entropía y el ataque del caos

Dice Rosa Montero en El peligro de estar cuerda muchas cosas interesantes. Una que me llegó al alma porque fue como si me viera por un agujerito es cuando habla de la maldición de la entropía.. 

"Siempre supe que el destino final del universo es el desorden y que el caos es una bestia colosal dispuesta a abalanzarse sobre ti para zamparte entero».

Porque mi sensación es exactamente esa. No que yo sea desorganizada. No que sea yo la que genera el desorden, sino que es el caos el que me persigue, el que me invade, el que se estira y se extiende hasta colapsarlo todo. Es como un tsunami, un océano de detritus, un monstruo marino con vida propia que crece sin que yo pueda hacer nada para evitarlo. 

No soy desordenada, sufro el ataque del caos. Un poquito de comprensión.

miércoles, 22 de febrero de 2023

Un mundo de posibilidades


 

Totalmente de acuerdo con Maya. 

Lo mejor es enamorarse, el proceso. Creo que es por LAS POSIBILIDADES. De todo

Las potencialidades de maromazo de turno, antes de que lo conozcas de verdad. Antes de que se confirme o se desmienta, a lo mejor es listo, a lo mejor es sensible, a lo mejor es bueno, a lo mejor es divertido. Puede que le gusten, como a ti, más lo perros que lo gatos. Quizá tenga tantas ganas como tú de ir a Nueva York. Todo lo bueno es aún posible.

Las oportunidades de que ocurran cosas guays. De encontrártelo por la calle cuando menos te lo esperas y que te anime un día chof. De tener una conversación que te caliente el corazoncito (y otras partes del cuerpo, de paso). De sentir ese chispazo mágico. De notar que te mira. De que hoy, POR FIN, se cosque del tema después de un mes de estar a por uvas.De esperar con ansía y disfrutar todas vuestras primeras veces de todo.

La ocasión de soñar. De que suban a Netflix la película mental que te has montado sobre vosotros.De ser exagerada. De emocionarte. De pensar que esto es por fin lo que tanto llevabas esperando. De CREER.

Enamorarse es tener delante un mundo de posibilidades. Y mola.

domingo, 19 de febrero de 2023

El retorno de la media castaña

Ya lo decía el otro día: la vida es circular.

Me he vuelto a cortar el pelo y mi siempre incontrolable estilismo capilar se ha vuelto, otra vez, más incontrolable que nunca. Así que, de nuevo, he vuelto a recurrir para medio disimularlo a una pseudo coleta que no sé muy bien como calificar ni describir. Y cuando iba a venir aquí a contároslo, me he dado cuenta de que se ha producido un fallo en Matrix y que esto ya lo había vivido. No cortarme el pelo, no agonizar para encontrar la forma de dominarlo, sino pasar por el blog para compartir mis tribulaciones de indefinición estética.

En aquel momento recurrí al espíritu de El Señor de los Anillos para tratar de que os hicierais una idea del intento de arreglo de mi bullullu capilar. Como siempre pasa, los comentaristas son sabios y no sólo entendieron perfectamente un concepto fatalmente explicado por mi, sino que me pusieron en los comentarios una foto y la denominación técnica de este dudoso look. Lo llevaba Beckham en sus primeros años en el Madrid y se llamaba "media castaña". ¿Cómo os quedáis?


(Ha pasado tanto tiempo que ahora ni siquiera encuentro fotos exactas. Era una mezcla de estas dos, no tanto pelo como la primera, no tan corto como la segunda)

Total, que eso me facilita el trabajo, porque si restamos las consideraciones previas, sólo necesito un par de líneas para deciros que ya está en sus pantallas "La media castaña II" o lo que el lo mismo "El retorno de la media castaña". Que tiene que ser una peli de terror, porque con esos pelos de paciente recién fugada de una institución psiquiátrica, de otro género no puede ser. Y que ojalá, OJALÁ, me quedara con un cuarto de estilo que le quedaba a Beckham. Pero claro, yo no tengo ese cuello poderoso de mastodonte ni esa nariz recta y perfecta de supermodelo. Ni esas mechas, ya que estamos. Y así, claro, tampoco se puede competir.

Ale, por la sombra bombones.

miércoles, 15 de febrero de 2023

Una narratriz sin varita mágica

 

Esto lo vi en Twitter el otro día, no guardé el tuit y ahora no encuentro el autor, si alguien lo sabe ahí tiene los comentarios. Era una profe, creo, cuyo alumno de intercambio francés se había hecho un poco lío de idiomas y había inventado en un examen un término TAN GUAY que debería existir en castellano: narratriz. NARRATRIZ. ¿A que mola?

Es sonoro, contundente, abarca un enorme campo semántico molón al máximo y además da un poco de consuelo cuando hace falta. A mi, al menos. Os cuento.

La semana pasada tuve una de esas sesiones de tormentoEscritura en la que sufres como una perra porque no consigues que la cosa avance ni pa'lante ni pa'trás. Fue uno de esos ratos en los que de verdad llegas a creer que se te ha secado el cerebro como a Don Quijote y que nunca más vas a tener una buena idea. Como suelen hacer, Daina y PorCU, los trolls de mi cabeza, aprovecharon la ocasión para hundirme: que si eres inútil, que si no sirves para esto, que si por qué no lo dejas de una vez..

Y entonces este término intervino cual superhéroe salvador y pensé que igual no soy lerda, que a lo mejor lo que pasa es que soy narratriz. Porque es lo que he hecho desde siempre en este blog, lo que me brota natural: TRANSFORMAR más que crear desde cero. Coger una escena, un personaje real, un sentimiento verdadero y estirarlo, retorcerlo, sacarlo de contexto, mezclarlo hasta que surge algo nuevo, algo mío. NARRAR lo que veo después de pasarle mi filtro. Eso me sale sólo, no me exige ningún esfuerzo. Sin embargo inventar de la nada hay días que me cuesta la vida misma.

Y después seguí pensando y me di cuenta de que esto le pasa a todo quisqui, hasta a los seres sobrenaturales. Porque la madrina de Cenicienta necesitó la calabaza para hacer aparecer la carroza y no habría habido caballos para tirar de ella si los ratones no hubieran estado allí. Y si a ella que tiene varita y polvos mágicos le hace falta  materia prima de la que partir, pues a mi también.

No soy inútil, soy narratriz. No me quitéis la ilusión.

domingo, 12 de febrero de 2023

Febrero tristón

 

Un ejemplo más de que la vida es circular. Vi este vídeo el año pasado, o quizá antes, no lo sé. Pensé en hacer una entrada y estoy convencida de que lo puse en borradores. A lo mejor me acuerdo mal porque ahora no lo encuentro o a lo mejor lo borré en un ataque de limpieza digital. Aunque bueno, la segunda opción la veo extremadamente poco probable dado que tengo más de 300 entradas sin publicar, no creo que una más me supusiera un problema. 

El caso es que hace unos días el vídeo volvió a hacerse viral y yo lo archivé de nuevo para publicarlo más tarde. No veía la ocasión y pensaba que se me iba a pasar febrero otra vez sin colgarlo en el blog pero hoy tengo tan pocas ganas de escribir, pero tan tan tan tan tan pocas ganas de escribir, que viene mucho al caso porque se me ha caído el alma a los pies y me identifico total con febrero tristón.
 
Pocas sensaciones más malas que querer escribir y no poder, tener las palabras atascadas en los dedos, que las ideas permanezcan difuminadas sin cobrar forma, que los comienzos no sólo no lleguen a finales sino que apenas consigan pasar del recibidor. 

Febrero está triste y yo también. A lo mejor me lo ha contagiado él.

viernes, 10 de febrero de 2023

Compis de TrenAventuras

En el emocionante concurso/deporte de riesgo que es coger el cercanías para ir a trabajar, se encuentran inevitablemente aguerridos compañeros de fatigas. No sabes como se llaman, no has hablado nunca con ellos, pero sientes que los conoces de siempre. Las emociones fuertes unen mucho y pocas actividades tan imprevisibles, fortuitas y sorpresivas como cazar un tren que pasa cuando le sale del mismísimo unicornio.

Nunca las habéis comentado, pero tenéis una historia común de batallitas ferroviarias. El día que no llegasteis a trabajar porque había huelga, suspendieron el servicio, a nadie se le ocurrió poner un triste cartel y os quedasteis todos tirados en el andén. El día que hubo una avería, convirtieron el Tren al Fin Del Mundo en cercanías, tampoco tuvieron la feliz idea de explicarlo y casi acabáis montados todos en un vagón rumbo a Singapur. Los incontables días que se retrasa tanto que os planteáis ir andando, en plan Camino de Santiago, porque sea cual sea vuestro destino, vais a llegar antes.

Controláis vuestros horarios y podéis deducir el retraso que acumularán en el curro a partir de su cara de agobio. Notáis cuando han pasado mala noche y se les han pegado las sábanas y cuando es viernes y el cuerpo lo sabe. La mañana que faltan os debatís entre la envidia por si tienen fiesta y la preocupación por si están enfermos.

Todos tus compañeros de aventuras ferroviarias se han ganado un hueco en tu corazón, pero es inevitable tener un favorito. El mío es, sin duda, El Chico Del Tren (ECDT). ¿Por? Sobre todo por el misterio, creo yo.

La mayoría de mis compis de TrenAventuras se suben en la misma parada que yo, así que compartimos inicio, fin y anden-purgatorio de sufrimientos intermedios. Lloramos juntos, nos agobiamos igual, nos indignamos a la vez. ECDT no. ECDT ya está cómodamente sentado cuando nosotros subimos y se queda en su sitio cuando bajamos, lo que suscita las inevitables preguntas filosóficas de la vida: ¿quien es? ¿de dónde viene? ¿a dónde va?

Ese halo de intriga se incrementa porque es la imperturbabilidad en carne y hueso, la serenidad hecha persona talla XXL. Se pone siempre en el mismo asiento del mismo vagón mirando siempre por la ventana como un mar en calma. Incluso aunque el cercanías que (supongo) le lleva a algún lugar al que (imagino) debe llegar a una hora determinada acumule un retraso inaceptable. Él no se pone nervioso, no se frustra, fluye sobre las vías sin luchar.

Y entonces me da por pensar que la información es poder, pero también tranquilidad y que la clave estará en que él sabe algo que nosotros no. Al fin y al cabo, ya está allí cuando el resto de los pasajeros llegamos. Seguramente ha presenciado el motivo del retraso, entiende los motivos de este tormento eterno. Si has vivido el origen del caos lo toleras mejor, ¿no? Será eso.

No conozco de nada a ECDT y, sin embargo, me parece conocidísimo. Tanto, que el otro día que quitaron la obligatoriedad de las mascarillas y le vi todos los rasgos por primera vez pensé: "¡qué raro está! Esa no es su cara". Tanto, que el día de la casi excursión involuntaria a Singapur me faltó nada y menos para sentarme a su lado a preguntarle por el bullullu de los cambios de tren. No es una forma de hablar, me di cuenta a menos de medio metro que iba directa a su asiento a comentar la jugada. Y me pregunto, ¿si me hubiera puesto allí tan pancha a hablarle como si nos conociéramos de algo qué habría pensado él?

-¿Pero usted quien es? ¿Vende libros puerta por puerta?

Seguramente.

lunes, 6 de febrero de 2023

Recomendaciones para mi manual de usuario

Hay muchas cosas para las que unos consejos previos, así como truquillos para hacerlo todo más fácil, vienen que ni pintados. En un curro nuevo, en una ciudad a la que te acabas de mudar... en casi todo.

El otro día pensé que no estaría mal que las personas vinieran con manual de instrucciones. Un librito que tuviera apartados específicos para explicar los procesos más complejos, advertencias sobre los riesgos más comunes y consejos para una mejor experiencia de usuario. En el mío creo que estas recomendaciones para una convivencia feliz vendrían en negrita y subrayado.

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jueves, 2 de febrero de 2023

Denominaciones técnicas

Si es que al final todo tiene nombre en esta vida. 

Resulta que los que se pasan meses mirando en internet precios, características y prestaciones del próximo teléfono que van a adquirir y se prueban ocho millones de vaqueros antes de llevarse unos a casa no son unos MariAgobios. Y los que enseguida encuentran algo que medio les convence, no se dan más mal, lo compran y se acabó la presente historia no son unos tranquilones especializados en fluir y dejarse llevar.

Aquí las denominaciones técnicas:

 -Los maximizadores se concentran en elegir la mejor opción, lo que ellos llamarían como la opción perfecta.

-Los satisfactores simplemente eligen lo primero que cubra sus criterios, y siguen adelante; no le dedican tiempo a tomar la decisión ni pierden un minuto pensando si de verdad han elegido la mejor opción.

 

Ahora la pregunta es: ¿dónde estaba la fila para tener la potra de ser un satisfactor y por qué leches no me puse en ella?

lunes, 30 de enero de 2023

La peligrosa caza del truño

Tengo un problema. Creo que estoy empezando a hacerme adicta a leer MAL. MUY MAL. REQUETEMAL. No descartéis que en breve me encierren en un centro de rehabilitación para sacarme de esto, pero es que, en serio, es un vicio.

Porque pillar un libro bueno que te enganche y convertirte unos días en una lecto-yonki, esa especie de zombie devora-páginas que no puede parar, pues vale que vale. Igual esa semana duermes poco y no ves los informativos y te retrasas con la serie que has empezado, pero es por una causa razonable. La historia es guay, está bien escrita y quieres saber como acaba. Eres una adicta, pero es temporal y no perjudica tu salud (casi)nada

El problema, lo realmente peligroso, es engancharse a la caza del truño. Ya os he contado que a mi me parece flipante que la peña escriba TREMENDOS BODRIOS, se los publiquen y además haya gente que le gusten. A ver, que yo respetos al máximo, para gustos los colores y para colores las flores, pero hablo de auténticos zurullos, de esas tramas calcadas unas a otras, con personajes abofeteables, en las que todo, el fondo, la forma, los valores que transmite, la intención, TODO está MAL. Y me parece tan alucinante que se hagan esas mierdas de inconmensurables dimensiones, me da tanta curiosidad, que me he hecho adicta. De la peor forma.

Cuanto más horrible es una historia más necesito saber el final. De qué forma aún más espantosa puede ir empeorando cada vez más y más. Cuál es la siguiente estupidez increíblemente absurda que van a hacer los protagonistas. Cuál es el siguiente diálogo menos real y más bochornoso que se va a inventar el autor. Si logrará incluso que cierres el libro de pura vergüenza ajena. Es como un accidente de tráfico, no quiero verlo, pero no puedo dejar de mirar.

Es frecuente, además, que los perpetradores de semejantes truños sean escritores prolíficos con un millón de títulos a sus espaldas y entonces me lanzo a mi siguiente vicio: comprobar si todas sus obras son igual de malas. Si escribe la misma historia una y otra y otra vez cambiando el nombre de los personajes y la foto de la portada. Si las escenas son tan calcadas en todos sus libros que llegas a pensar que no sólo el copia y pega es su mejor amigo, sino que tiene un documento de word llamado "EscenaTipo" y trabaja a partir de él, haciendo modificaciones mínimas. Si pretende batir el record mundial de veces que se puede repetir alguna expresión o frase para las que podrían encontrarse un millón de sinónimos sin esfuerzo. Si en realidad en vez de una novela es un juego de beber y cada vez que leas cosas como "se mordió el labio inferior" tienes que tomarte un chupito.

Pero amiguis, el verdadero problema de bucear en la bibliografía terrorífica de esta gente es que llegas a un punto que empiezas a comparar. Y entonces ese protagonista creído, insensible, hipermachista que se vuelve más y más odioso en cada obra y al que si pudieras meterte en el libro le darías bofetones hasta en el carnet de identidad, de repente en el siguiente título es un poquiiito más soportable. A ver, no nos emocionemos, sigue pareciendo que ha salido de una caverna del Pleistoceno superior, pero al menos no tiene comportamientos e interacciones que rayan con la agresión física y el maltrato psicológico y tú no sientes ganas de arrancarte un brazo para tener algo que tirarle. Que cuando ves comentarios de lectores quejándose de lo tóxico que es el prota resistes la tentación de contestarles: "Uy, chica, este es un santo en comparación con los anteriores..."

Y llegados a ese punto te das cuenta de que tienes un problema, que eres adicta a la caza del truño y que necesitas ayuda profesional.

jueves, 26 de enero de 2023

Ponerse en lo peor y cañonazos

Cuando nada es seguro, todo es posible.

Así reza el dicho. Se supone que debería ser una cita motivadora, de estas que ayudan a prepararte mentalmente para comerte el mundo. Si las entiendes en el sentido adecuado, claro. Si las pillas en dirección contraria.. la puedes liar.

¿Y que hago yo habitualmente? Liarla, of course.

En mi descargo diré que a mi me pasan cosas raras toooooooooooodo el tiempo. No hace falta más que un ligero repaso a este blog para comprobarlo y eso que aquí no cuento ni la mitad de la mitad de la mitad de mis movidas rarunas. Aún así, a lo mejor tampoco soy especial y el resto de la peña también se pasa el día de Expediente X en Expediente X. A saber.

En todo caso, lo cierto y fijo es que yo suele salir de Guatemala con un golpe de estado de la calefacción en medio de una escalada histórica de precios energéticos para entrar en Guatepeor con un MierderTsunami, por ejemplo. Así que, por costumbre, se me ha quedado el dañino hábito de ponerme en lo peor ante cualquier contratiempo. ¿Y que hago cuando me pongo en lo peor? Entrar en pánico y matar moscas a cañonazos.

Un ejemplo. Cuando la semana pasada llegué a mi superguarida por la noche después de todo el día fuera de casa (y, por lo tanto, con la calefacción apagada) y noté una agradable calidez en lugar del frío polar que era esperable en esas circunstancias, activé la alerta roja. Al instante, sin reflexionar. Ni siquiera me pasaron por la mente alguna de las muchas explicaciones sencillas que podría tener semejante misterio. Yo di por hecho que era un remember del golpe de estado térmico y que había que cortar aquello de raíz antes de que Gas Shalala volviera a vaciarme la cuenta bancaria y acabara debajo de un puente (o en el fondo del río, por morosa). Así que rauda y veloz fui al cuadro de mandos, cerré la llave de paso general, me mentalicé para morir de hipotermia sin radiadores ni agua caliente y empecé a buscar la pistola para amenazar a mi casero y las cadenas con las que me iba a atar a la sede de los del gas para que me arreglaran aquel pifostio lo antes posible. Y no me pinté lineas azules y blancas en la cara al estilo Brave Heart porque con los dedos congelados no me respondían, que si no, también.

Dado como he empezado esta entrada, imagino que ya supondréis que, por suerte, esta vez mi sistema de climatización no se había rebelado y no he tenido que amenazar a nadie con armas de fuego ni encadenarme a ningún lado. Y lo agradezco, ¿eh? Desde luego. Pero lo cierto es que que el 95% del mal ya está hecho porque en mi mente, en mi ánimo y en mis niveles de ansiedad eso se ha vivido. El mal rato lo he pasado. ¿Que lo he pasado calentita y pudiéndome duchar sin cubitos de hielo, al estilo de los de videos reguetoneros en los que lloran en su limusina? Pues sí, tenéis razón. Pero es un mal rato igual.

No sé si me estoy explicando. Lo que quiero decir es que ponerse SIEMPRE en lo peor es vivir lo malo dos veces y lo no tan malo multiplicado por dos. Si una vez entre un millón imaginarse catástrofes te sirve para prevenir y por tanto esquivar alguna movida turbia, no merece la pena. Precisamente por eso, porque es una vez entre un millón y las 999.999 restantes lo pasas mal sin necesidad. O mucho más mal de lo que haría falta.

Así que, niños, ponerse en lo peor no. Ponerse en lo peor, caca. Hacedle caso a la tía Speedy, que para su desgracia, habla por experiencia.

lunes, 23 de enero de 2023

Caminos

Ayyy, que liada esto de los caminos, ¿eh, Robert?

 

Dos caminos divergieron en un bosque amarillo,
Y afligido porque no podría caminar ambos
Siendo un solo viajero, estuve largo tiempo de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la maleza.
 

Después pasé al siguiente, tan bueno como el otro,
posiblemente la elección más adecuada
pues lo cubría la hierba y pedía ser usado;
aunque hasta allí lo mismo a cada uno
los había gastado el pasar de la gente,

y ambos por igual los cubría esa mañana
una capa de hojas que nadie había pisado.
¡Ah! ¡El primero dejé mejor para otro día!
Aunque tal y como un paso aventura el siguiente,
dudé si alguna vez volvería a aquel lugar.

Seguramente esto lo diré entre suspiros
en algún momento dentro de años y años
dos caminos se abrían en un bosque, elegí…
elegí el menos transitado de ambos,
Y eso supuso toda la diferencia.

jueves, 19 de enero de 2023

Miss estupidez colectiva

El ser humano es tontísimo en muchos aspectos, pero desde luego en el tema belleza se lleva la palma. Que hay gente más atractiva que otra es incontestable, como también lo es que para gustos los colores y para colores las flores. Y aún más cierto es que el canon de belleza cambia según los tiempos, el momentos histórico y la localización geográfica y que "CASUALMENTE" (¡oh, sorpresa!) siempre se impone el menos natural, el más infrecuente, el más inalcanzable. Como si a alguien, no sé, llámame loca, le interesase tenernos amargados con nuestro aspecto, para, qué te diga yo, por ejemplo, crearnos necesidades de productos, tratamientos y actividades que "arreglen" lo que en realidad no está roto. En fin...

Viendo el cuadro de abajo de las candidatas a Miss Universo pensé dos cosas. La primera, que la belleza puede tener un millón de expresiones, porque incluso entre estas chiquillas (que son todas normativas, por supuesto) hay muchísimas maneras de estar buena a más no poder. Italia cero que ver con Colombia, por ejemplo y son las dos impresionantes. Lo segundo que pensé, mirando sobre todo a las representantes de América Latina, es que no sólo somos tontos sino que el tinglado de la belleza está montado intencionadamente para hacer sufrir. 

¿Qué porcentaje de chicas de Perú, Honduras o Guatemala tiene esa tez tan clara, ese color de ojos y esos rasgos tan afilados? Me la voy a jugar diciendo que uno DIMINUTO. Pero las elegimos como ejemplo de guapas para que la inmensa mayoría de las niñas de allí se torturen pensando que están mal, que su fisonomía, fruto de siglos de herencia genética, es un error. Que la Naturaleza se equivoca.

Tócate los cojones, Mariloles.

 


domingo, 15 de enero de 2023

Testeando

Bueno, a ver si cojo ya el ritmo de actualizaciones, porque madre del amor hermoso qué desorganización de principio de año me estoy marcando. En fin, al lío.

En una de mis lecturas al tuntún que, dicho sea de paso, era de ficción y no de autoconocimiento ni crecimiento personal, me encontré con el Test de la depresión de Beck. Por lo visto es una herramienta bastante utilizada por psicólogos en la vida real. No he investigado mucho más que una rápida consulta a San Google, así que igual me estoy columpiando, no os toméis esto al pie de la letra tampoco, ¿eh? Que os veo venir.

Pero más allá de detalles, lo que me ha interesado es el tipo de preguntas que lo conforman. Porque bastantes me han parecido, como mínimo, difíciles de responder. Y mucho más si lo que se trata de dilucidar es el estado de la salud mental. Hay muchas cuestiones, traigo aquí sólo algunas que me han llamado la atención. Por ejemplo:

Tristeza

No me siento triste

Me siento triste

Me siento triste continuamente

Me siento tan triste o tan desgraciado/a que no puedo soportar esto


¿Quién puede responder a esto la primera opción? ¿Hay alguien que JAMÁS esté triste? La segunda todos de vez en cuando, ¿no? ¿Y la tercera y la cuarta se refieren a duración o intensidad? ¿Es peor sentirse  un poco triste todo el tiempo o sentirse tremendamente triste pero con descansos? Y ya puestos, ¿qué es estar triste?  ¿Ser consciente de que la vida es un mierdo el 90% del tiempo es estar triste o ser, simplemente, realista?


Desánimo

No me siento especialmente desanimado/a de cara al futuro

Me siento desanimado/a de cara al futuro

Siento que no hay nada por lo que luchar

El futuro es desesperanzador y las cosas no mejorarán


Esta es otra pregunta trampa. Con la que tenemos encima, Putin, el bicho del demonio y demás pifostios, POR SUPUESTO que el futuro es desesperanzador. Pero eso no quiere decir que no haya nada por lo que luchar ni que no nos apetezca seguir adelante. Es, simplemente, ser consciente de que la cosa está turbia, como, sospecho, lo ha estado siempre por las razones que sea: la guerra civil, los campos de concentración, la Edad Media (en general) y los leones que iban a comerse a nuestros tatatatatatarabuelos homosapiens en cuanto salieran de la cueva. 


Castigo

No creo que esté siendo castigado/a

Siento que quizá esté siendo castigado/a

Espero ser castigado/a

Siento que estoy siendo castigado/a


Esta ni la entiendo. ¿Castigado por quién? ¿A causa de qué motivo? ¿La tercera se refiere a sí creo que voy a ir la infierno?


Descontento

No estoy insatisfecho/a de mí mismo/a

Estoy descontento/a de mí mismo/a

Estoy a disgusto conmigo mismo/a

Me detesto


Esta pregunta hila tan fino que no sabría qué responder. ¿Qué diferencia hay entre estar descontento y a disgusto con uno mismo? Es más, ¿en serio alguien puede sinceramente responder la primera? Es decir, entiendo que la peña se acepte, comprenda sus errores y que, en conjunto, se de un aprobado porque lo bueno compensa lo malo. Pero ¿de verdad me decís que hay notas por ahí que estando en primera fila de todas las cagadas de su vida jamás estén insatisfechos consigo mismos? ¿Que no deseen a veces ser más altos, o menos tirillas, o tener más gracia o una mente más brillante? Que se valoren porque es lo que hay, vale que vale. Que nunca quieran darse a sí mismos una colleja por bobos, me cuesta muchísimo creerlo.

Aspecto

No creo tener peor aspecto que antes

Estoy preocupado/a porque parezco envejecido/da y poco atractivo/a

Noto cambios constantes en mi aspecto físico que me hacen parecer poco atractivo/a

Creo que tengo un aspecto horrible


Esta cuestión debería puntuarse diferente con la edad. Menos Brad Pitt y su pacto con el diablo, los demás tenemos complicado marcar la primera a partir de los 40. Y en esa franja de población, la  segunda y la tercera pueden ser perfectamente la realidad. Bueno, igual el quid de la cuestión es ser consciente, pero que no te PREOCUPE, no sé...


Cansancio

No me siento más cansado de lo normal

Me canso más que antes

Me canso cuando hago cualquier cosa

Estoy demasiado cansado para hacer nada


Esta tres cuartos de lo mismo que la anterior. Vas cumpliendo años, y estás más cansado Más cansado de lo normal ANTES. Más cansado que ANTES, cuando eras más joven. En muchos casos no creo que sea depresión, es la vejez que va enseñando la patita por debajo de la puerta.

En fin, no voy a seguir, que hay muchas preguntas y ya os hacéis una idea. Las que quedan van sobre la relación con los demás, dormir bien, perder peso... cosas muy relacionadas también con ir soplando cada vez más velas en la tarta de cumpleaños. Así que espero que si alguna vez tengo que responder este test de verdad me ponga un apartado de comentarios para poder añadir: Tenga en cuesta en mis contestaciones que uno ya va teniendo sus añitos...