domingo, 4 de junio de 2023
El dilema de las puertas
miércoles, 31 de mayo de 2023
Audaces
¡Qué os parece, colegas! En cinco minutos otra vez elecciones. Oooootra vez.¿Cómo os quedáis? Yo, hijos míos, estoy de la fiesta de la democracia hasta el mismísimo unicornio. De verdad os lo digo. Estar en campaña electoral continua non-stop es una tortura. En finnnn....
Cuestión: el plot twist del presi. En lo político nada que decir, no es el momento ni el lugar. Lo traigo aquí por un calificativo que muchísima gente usó para describir la decisión: AUDAZ. Vi incluso un meme de Sanchez que ahora no encuentro, pero que venía a decir un poco esto de abajo.
Y sin nada que ver con este tema concreto, me dio por pensar en la audacia. Yo, que soy una culocagao de manual, eso me pilla muy lejos. Así que consulté a los listillos de la RAE. Y sobre los audaces dicen los siguiente.
1. adj. Osado, atrevido.
Sin embargo, a la osadía le bajan un grado de intensidad porque la definen tal que así:
1. f. Atrevimiento, resolución.
¿Es lo mismo ser resuelto que ser atrevido? No, ¿no? El atrevimiento es un puntito más. Y si ya te pasas de vueltas te tildan de temerario, que es esto:
1. adj. Dicho de una persona: Excesivamente imprudente arrostrando peligros.
A ver, a ver, señores académicos, ¿"excesivamente" según quién? ¿Como se decide que es demasiado? ¿Demasiado para mi abuela, para un fan del puenting o para nuestro (al menos hasta julio) presi?
En cualquier caso, todos, incluso una culocagao como yo, estaremos de acuerdo en lo de la foto de arriba, que sin riesgo no hay historia y que quien no arriesga no gana. Ya lo decía Horacio:
Mezcla tu prudencia con un grano de locura.
Si, ¿no?
jueves, 25 de mayo de 2023
Piropear bien
Venga, vamos a hablar de esto, que me apetece debatir. Estamos de acuerdo en que todos los cuerpos son bellos y bla bla bla. Y que para gustos los colores, por supuestísimo. Y yo además estoy convencida de que, si se mira con atención, todos tenemos algún rasgo bonito a destacar: unos ojos grandes, pestañas larguísimas, cejas perfectas sin necesidad de definirlas, piel suave, pómulos marcados, pecas graciosas... Si buscas, encuentras, desde luego. Pero siendo sinceros, también hay que reconocer que no todos somos Miss ni Mister Universo.Que no todos encajamos de primeras y de forma general con un físico normativo considerado de forma mayoritaria como atractivo.
Bien, pues partamos de eso, de esa enooooorme cantidad de personas (la mayoría, en mi opinión) que está bien, que no tiene ningún problema con su aspecto ni ningún complejo, pero cuyo físico no es su punto más fuerte (Y LO SABEN). Cero dramas, cero traumas, pero son conscientes de que destacan más por su perspicacia, por su agilidad mental, por su capacidad de observación, por su eficacia, por su ternura que por su cara o su tipazo. A toda esa gente, ¿les halaga que les llamen guapas/os? No sé yo...
A ver si me explico. Claro que les gusta, sobre todo si el/la que se lo dice tiene buena intención, si pretende ser amable, demostrar cariño. Entonces se agradece, sin duda. Pero una cosa es agradecerlo y otra creértelo. ¿Y un halago sirve de algo si no te lo crees?
No sé si está quedando claro mi argumento. Imaginaos la típica foto que os ha pillado en un mal gesto y en la que salís fatal. Una de esas que no tienen salvación de ningún tipo. Una catástrofe de foto, vaya. Y alguien que os quiere os dice que en esa imagen estáis muy guapos. Le agradecéis la intención, el detalle, que trate de ser amable, pero no os hace sentir mejor porque no es verdad y lo sabéis. Como piropo no sirve, porque (definición de la RAE) no os da satisfacción. Aunque bueno, también dicen los listillos de la academia que el halago es una muestra de afecto. En ese sentido puede ser, es cierto.
Pero la cuestión es: ¿no sería más eficaz, más útil, no sentaría mejor destacar algo bueno que sea cierto? ¿Algo con lo que la otra/el otro se pueda sentir empoderada/o (palabra de moda) porque le están reconociendo uno de sus puntos fuertes reales?
No sé, pregunto.
lunes, 22 de mayo de 2023
Amores, pandemias y escaleras
Leí el otro día El amor y otras pandemias. Me gustó bastante, la verdad. Es una historia romanticona fresca, sin mayores aspiraciones, pero bastante tierna y divertida. Me sorprendió lo pronto que olvidamos y lo fácil que me resultó reírme del CoronaSuplicio (que, obviamente, no se aborda en absoluto, sólo sirve de telón de fondo con cero dramatismos). Y me encantó el sentido de humor de la autora, que no se da ínfulas de nada y resulta muy graciosa. Además que explica cosas difíciles de forma simple con unas metáforas de "andar por casa" que a mi me llegaron un montón (y ya voy teniendo mis añitos, es decir, que no están pensadas sólo para lectores juveniles). ¿Lo recomiendo? Sí. No le van a dar el Nobel, pero se lee en un suspiro, pasaréis un rato entretenido y os va a dejar buen sabor de boca. La lectura también en eso, ser feliz un rato sin más complicaciones.
Aquí os dejo la metáfora del amor como una escalera, que me pareció bastante acertada y otras citas que me molan.
¡BUENA SEMANA Y POR LA SOMBRA, BOMBONES!
"El amor es como una escalera, cada persona tiene la suya propia. A veces son pequeñas, como taburetes y otras interminables. No te enamoras de golpe, vas subiendo peldaño a peldaño. Con algunos llegas a la cima pronto, no puedes avanzar más, Con otras puedes subir cada vez más arriba. (...) Lo malo de subir escalones emocionales es el daño que te hace cuando el dueño te empuja hacia el suelo. Pero vuelves a trepar, porque tus sentimientos no desaparecen porque te rechacen."
-Se ríe, nos reímos. Y todo es absurdo y fantástico, a pesar de ellos. O precisamente por ello.
-¿Cómo se hace para que alguien te deje de gustar? ¿Para rendirse de una vez? Esperanza, te odio. Un montón.
-No nos parecemos, pero esto no va de eso. Va de compenetración, de rellenar huecos
viernes, 12 de mayo de 2023
Tirar para dentro
La teoría de los cuadros ya os la conté hace tiempo por aquí. La neura esa que me entra a veces cuando pasa algo bueno de creer que el karma es un cabrito. La manía de no querer creerme que las cosas van a salir bien por si al final salen mal. Esa absurda absurdez suprema. A lo mejor os pasa a vosotros también. Ojalá no.
Total, que ahora tengo un ataque de absurditis bastante agudo. Me ha llegado algo bueno y no me atrevo a contarlo por si se gafa. Bueno, no, no es exactamente eso. Me da pereza contarlo porque cuando se vaya al traste voy a tener que dar muchas explicaciones desagradables que podría evitarme si, simplemente, mantengo la discreción un tiempo prudencial.
Y fijaos que el párrafo de arriba tiene sólo cuatro líneas y necesito aclarar unos siete millones de matices:
-- Lo que más me preocupa, que en mi cerebro la construcción verbal única sea esa. "Cuando se vaya al traste" y no "si se va al traste". Mi mente debería contemplar al menos la posibilidad de que salga bien y no darlo todo por perdido. ¿Por qué no lo hace? Por costumbre. Lo que me lleva directamente al punto siguiente.
-- Este tema ya ha salido mal otras veces. No muchas, pero sí un alto porcentaje (la mayoría de un número pequeño, vamos). Que para ser objetivos esto, en realidad, se podría leer de dos maneras: "Va a ser un fiasco como casi siempre hasta ahora" o "lo has intentado poco y en circunstancias distintas, es perfectamente posible que esta sea la buena". Por razones que desconozco, mi mente elige siempre la primera interpretación.
--Dicho esto, volvamos a lo de "un tiempo prudencial". ¿Cuánto es eso? ¿A partir de qué momento se considera que algo ya ha durado lo suficiente como para que no te quede otra que comerte con patatas las consecuencias negativas y las explicaciones desagradables? ES MÁS, ¿qué duración es necesaria para evitar la etiqueta de fracaso? Porque eterno no va a ser, claro. Nada, ni bueno ni malo, dura para siempre.¿Donde trazamos la línea? ¿Un día, una semana, un mes, cinco años, una década?
--Por lo tanto, si no hay consenso en la duración que te obliga ya a hacerlo público, ¿por qué no en cualquier momento? ¿Porque si lo dices hoy el karma se encabrona al verte tan confiado y se acaba mañana? Es decir, ¿aplicamos la teoría de los cuadros? ¿Y si la estamos aplicando al revés? ¿A ver si el karma es un abusón de cole y cuanto más inseguro te ve más se ceba contigo? ¿A ver si lo que hay que hacer es ir por la vida más chulo que un ocho y que nadie, NI SIQUIERA el kama, se atreva a toserte?
¿A ver si llevo toda la vida empujando la puerta de la felicidad y resulta que había que tirar para dentro?
lunes, 8 de mayo de 2023
Ni a tiros
Virginia era un poco dramas, pero en esto de arriba tiene razón. ¿Cuántas veces se escribe para dejar salir lo que sea de la manera menos violenta posible? ¿Cuántas veces escribir es desahogarse, en todos los sentidos posibles?
Por eso me extraña tanto que este blog ha sido siempre mi válvula de escape y llevo desde la semana pasada sin poder escribir una letra. No es que no me haya acordado, no es que no me haya dado tiempo, es que nada me parecía bien. Tenía pocas ideas y malas. Aquí, que cabe cualquier chorrada. Aquí, que no tenemos unos estándares mínimos. Apaga y vámonos.
Así que voy a publicar esto por cabezonería pura y a conseguir una pistola, por si todo lo demás falla. ¿Que igual es una pistola de agua? Ni confirmo ni desmiento. Pero tendrá gatillo.
¡Buena semana!
lunes, 1 de mayo de 2023
Prima hermana de Dory
Siempre he sido una persona bastante dispersa, pero de un tiempo a esta parte empiezo a acercarme peligrosamente al nivel de concentración y memoria de Dory, la de Buscando a Nemo. Es que mi mente va por libre, de verdad os lo digo. No ya que tenga varias pestañas del ordenador abiertas y que al cambiar de una a otra se me olvide lo que iba a hacer porque me despisto con algo. Que bueno, eso mal, pero lo puedo aceptar. Pero es que cada vez me es más difícil mantener la concentración en cualquier cosa un tiempo razonable, me cuesta lo que no está escrito leer textos largos de no ficción, me resulta casi imposible no leer en diagonal mucha información en pantalla.
Y pensaba que si a mi me ocurre esto, que me he pegado media vida sin usar apenas dispositivos electrónicos, que no les pasará a los chiquitillos que han tenido un móvil y una tablet en cada mano desde que nacieron. Que seguro que alguna parte del cerebro se les ha modificado ya y les pone cada vez más difícil concentrarse en contenidos densos y formatos analógicos. Luego que els cuesta engancharse a la lectura. Pues sí, claro, pero es que se lo estamos poniendo difícil, la verdad.
La cosa es que leyendo sobre esto en este artículo, me encontré con esta otra idea en la que no había pensado y que aún me chocó más.
"También impacta reflexionar sobre cómo los niños actuales viven una existencia con una agenda ya preparada y sobreprotectora, sin poder tener todas aquellas experiencias (el juego libre, los retos de la calle, las dinámicas jerárquicas, sacarse de apuros, inventar, explorar y descubrir) que, en un primate, son necesarias para desarrollar una oportuna estructura mental, perceptiva y emocional. Estos niños son como los macacos de los laboratorios, que nacen en una jaula y viven su desarrollo en un ambiente constreñido y artificial, sometidos a tareas y pruebas constantes. Sin su ambiente físico y social, el animal no puede recibir aquellos estímulos que, conforme un programa evolutivo de millones de años, son indispensables para activar y canalizar la formación de su capacidad mental."
Porque, bien pensado, tiene razón, ¿no? Nuestros pequeños saben inglés, informática, música y practican dos millones de deportes en un horario estresante que no les deja tiempo libre para lo que ellos quieran. Y no sólo eso, sino que esa agenda imposiblemente completa les convierte en pardillos que saben mucha teoría, pero muy poco de la práctica real, porque no han tenido tiempo de encontrarse con problemas inesperados y resolverlos.
Y al final la vida va de eso. De ir apañando cada marrón random que te cae encima para poder pasar a la siguiente pantalla del videojuego de la vida. Si no practicas en las primeras, mal te va a ir en las siguientes. Y al final se nos va a llenar todo de jugadores bilingües y muy formados que se quedan atrapados para siempre en la pantalla 1.
jueves, 27 de abril de 2023
Distorsionando
Me gusta leer libros divulgativos sobre psicología porque me da tranquilidad ver que a muchos nos pasa lo mismo, que a la mayoría de la peña su coco le hace la vida un poco imposible a ratos. Y me mola comprobar que cada uno lo llamamos de una manera, pero que hay cosas tan frecuentes que hasta tienen clasificaciones y denominaciones técnicas. El tema es que como son tan tan tan técnicas a veces no se entiende un mierdo y aquí vengo yo, a traducirlo a la jerga blogger para tenerlo a mano a modo de chuleta cuando lo necesite.
Total, que como se ha comprobado miles de veces en esta santa casa, a menudo nos entendemos regulero porque aquí cada uno percibe y procesa la realidad como le sale del mismísimo unicornio. A esto los listos lo llaman distorsiones cognitivas y hay la tira. Yo sólo voy a poner las que en mi caso son grandes hits:
lunes, 24 de abril de 2023
El vaso medio lleno o medio vacío
viernes, 21 de abril de 2023
No, siguiente pregunta
Ahora mismo no estoy en el caso de la foto porque llama a mi puerta ya mismo un fin de semana llenerrimo de planes guays. Que descansar tampoco voy a descansar un mierdo y lo necesito como el comer, pero en fin, ese es otro tema. La cosa es que he visto esta genialidad en twitter y la he traído aquí para guardarla porque es la respuesta perfecta para un montón de días chof.
By the way, sé que los que paráis por aquí sois entre nada y nada de nada tuiteros, pero igualmente esto hay que comentarlo. ¿Qué opinamos de la movida de Twitter Blue, los verificados y toda esa mandanga? ¿Quién iba a decir que la marquita que antes servía de prueba de fiabilidad ahora se interprete como símbolo de que sólo pagas porque tienes pensado timar o engañar a los demás usuarios?
Las vueltas que da la vida, con Elon no ganamos para sorpresas...
domingo, 16 de abril de 2023
Por suerte, nunca seré famosa
He vuelto a hacer otra vez eso que no se le debe hacer nunca a un escritor: leer su primera obra y la más reciente la misma semana. Lo siento, no lo he podido evitar, han llegado a mi, será el destino. Y me ha pasado un poco lo mismo que os conté con Colleen, pero elevado a la enésima potencia. Tanto, tanto, tanto, que he pensado: "Por favor, si alguna vez soy famosa, espero no hacer esto".
Me explico.
La autora a la que me refiero es bastante conocida en España y está siempre en buenos puestos de ventas. Como escribe relativamente rápido, sale a libro por año, así que no creo que sea multimillonaria en plan JK Rowling, pero problemas de dinero tampoco debe de tener. Pienso yo, vamos, es muy leída y muy regalada. Así las cosas, se podría haber evitado reeditar su primera novela que francamente es... pues bastante castaña, la verdad. Sin ánimo de ofender, lo digo como un hecho objetivo.
Y repito lo que digo con Colleen, que es completamente comprensible, que todos aprendemos con los años, que ella es la escritora que es ahora gracias a todos los títulos anteriores. Y que nunca hay que avergonzarse de los primeros trabajos porque sin ellos no habrías conseguido avanzar. Pero una cosa es eso y otra no tener un mínimo de objetividad para detectar cuando un primer texto es bastante horror. Si lo escribiste a los 13 años y no sabías nada de la vida y de las relaciones, tus personajes serán planos, tus escenas inverosímiles y tus conflictos superficiales y mal resueltos. Es normal, eras pequeña, te quedaba todo por aprender, pero lógicamente te saldrá una historia bastante regulinchi. Que tú le tengas cariño porque fue tu primera vez, perfecto. Que no te de corte, maravilloso. Que la reedites como si estuviera al nivel de lo que escribes en la actualidad es pasarse un poco de rosca. Porque las comparaciones son odiosas y porque, por mucha ternura que te den tus comienzos, objetivamente, no tiene bastante calidad.
Me pregunto siquiera si será consciente. Porque leyendo las reseñas de sus fans, les ha parecido estupendísima esa obra. Fresca, divertida, adictiva. Y sí, eso lo puedo admitir sin problema. Pero también tiene un argumento que raya el absurdo, problemas duros y difíciles se abordan de forma frívola, falta coherencia, consistencia y los personajes parecen de cartón piedra. El ritmo es atroz, muy mal llevado. No hay quien se crea nada porque algo que en la página 4 es blanco en la primera línea de la 5 es negro y me parece imposible empatizar con nadie de los que pululan por la historia dado que sus decisiones y sentimientos son incomprensibles. Para un adulto, al menos. A lo mejor para alguien de 13 años, quizá los que tenía la autora cuando lo escribió, puede ser...
El caso es que sus fans le dicen que es una novela estupendísima y ella se lo cree y la republica. Y yo me pregunto: ¿no tiene una amiga, una madre, una editora, un alma caritativa que sea sincera? ¿Alguien que le diga: "cariño, este fue un estupendísimo primer trabajo y en su momento perfecto, pero ahora ya no está a la altura. Guárdalo en un cajón y léelo sólo en la intimidad"?
Es una suerte que yo nunca vaya a ser famosa. Odiaría que me pasara algo así.
jueves, 13 de abril de 2023
ChiquiPlanetas
Pero en fin, que tampoco quiero aburriros con la crónica completa de mi salida espacial. Yo venía a hacer una denuncia, porque aquí todos tenemos la piel muy fina y que si me ofende esto, o respeta lo de más allá... y al pobre Plutón lo están bulleando como si fuera el marginado de la clase y nadie dice ni pío. Y yo me indigno, claro.
Primero, después de toda una vida con categoría de planeta, lo degradaron sin previo aviso. Que eso tuvo que llevarlo mal el pobre, no me digáis. Como es un cuerpo celeste resiliente y sereno, sin media queja y buena cara, siguió adelante, todo digno. Pero luego aquí los amigos de la Nasa, seguramente después de una ronda de chupitos por la jubilación de Mike (miembro veterano de la plantilla y capitan del equipo de baseball de su departamento) tuvieron EL IDEÓN. Decidieron que no podía esperar ni un minuto más, y que a la panda de chiquitillos que no fueron capaces de descubrir hasta que tuvieron telescopios tochos había que ponerles un nombre molón, con garra. Y achispados como estaban con los chupitos de licor de mora casero de la tía abuela de Mike, no se les ocurrió nada mejor ni más sonoro que planetas enanos. ENANOS. Ni planetas de volumen reducido, ni cuerpos celestes bajos de torax, ni de talla XXS. ENANOS. De verdad, qué falta de sensibilidad y de todo.
Pero bueno, como se les nota que son miembros del universo de escasa complexión física pero fuerte personalidad, no se achantaron y allí están, rotando sobre sí mismos para mostrar su mejor cara sin que les afecten las críticas ni las descalificaciones. A mi me caen guay y tienen nombres muchos mejores que los grandotes clásicos: Eris, Haumea, Makemake, Ceres. Ni punto de comparación, no me digáis.
El más simpatiquete es Makemake, con síndrome de hermano mediano, siempre moviéndose en escala de grises. Ni grande ni pequeño, ni muy cerca del Sol ni muy lejos. Difuminadamente rojizo, se le ven las ganas de imitar el marrón del gigantón de la pandilla: Plutón.
Haumea es el deportista. Corpulento y rápido, es el que a más velocidad gira. Tanto, que eso le da a su aspecto la forma ovalada de una pelota de rugby. Aún así, tiene que estar estresado, el pobre. Todo su día dura lo que cuatro horas en la Tierra. Qué agobio, ¿no?
Eris es el follonero que la lió parda y por el que empezó toda la movida que acabó con Plutón degradado de categoría. Casi tan grande como él, es una Luna 2.0 por su tamaño muy similar a nuestra Lunita. Eso sí, con un carácter bastante peor y un mal ambiente que lo hace inhóspito como pocos.-243 graditos marcan los termómetros allí. Poca broma.
Ceres es mi favorito. El benjamín del grupo, no tanto por su tamaño, sino porque lo llaman planeta embrionario (que no se terminó de formar, dicen. A saber a qué se refieren). Está muy cerquita del Sol, es el primero de los chiquitillos al que mandamos una sonda espacial y ¡¡tiene agua!! Y si tiene agua, algún extraterrerestre de alguna clase tiene que andar por allí, sólo que nos tienen miedo, se esconden y por eso no los hemos visto aún. Pero ya los encontraremos, ya...
Y en fin, hasta aquí mi TED talk sobre no discriminar a ningún cuerpo celeste por su tamaño. No seais bordes, hombre, no son enanos, son bajos de torax.
lunes, 3 de abril de 2023
10.000
¿Sabes esas veces que lees una frase de casualidad y te deja tocada para el resto del día? A mi me pasó ayer con esta, y aún estoy enganchada en el bucle.
¿Has vivido 10.000 días
o has vivido el mismo día 10.000 veces?
Así que, aunque lo he intentado, poco más os puedo contar.
Os dejo con vuestros pensamientos.
(Postpost: A los que estáis de vacaciones ya, os odio. Al resto de gente de bien, ¡¡feliz semana!)
miércoles, 29 de marzo de 2023
Menuda panda
Al loro con esta panda, que no sé qué me flipa más.
Primero, la reunión. ¿Cuándo se han juntado todos estos cracks en el mismo espacio tiempo? En ninguna peli salen todos, ¿no? Y no parecen unos premios ni nada así,tiene pinta de decorado. O de finde en casa rural con los amigotes. ¿Os imagináis la conversación?
-¿Quién se encargaba de las patatas? ¿Habéis comprado las de sabor huevo frito que son las mejores?
-No, que estoy a dieta para mi próximo personaje en Misión Imposible. Estos días todo light.
Segundo, la fecha. Dicen que la foto tiene 20 años. ¿Lo qué? ¿Y qué han hecho algunos, congelar el tiempo? Porque los mayores están igual ahora que hace dos décadas. Los medianos parecidos. Y a Brad le da lo mismo, porque va a mejor, el cabrito de él. Menuda lotería genética la de este pavo. Es más, os diré, por si os sorprende tanto como a mi, que él y Tom se llevan sólo un año. ¿Cómo os quedáis?
Tercero, el infiltrado. ¿Qué pinta Edward Norton ahí?¿En esa época se le conocía más? ¿O era el primo segundo del dueño de la casa rural donde pasaban las vacaciones y no quedaba otra que dejarle salir en la foto?
Menuda panda, colegas.
domingo, 26 de marzo de 2023
Plot twist delfinero
domingo, 19 de marzo de 2023
Blanca y los padecimientos de la gente guapa
Me acordé escuchando el discurso de Blanca Portillo del otro día, pero vaya, que esto lo he pensado muchas veces. Ella se refería a que los actrices no tendrían que estar supeditadas a su físico, que tendrían que poder dedicarse a ese oficio sin ser una top model. Tiene razón y se podría decir de muchísimos otros ámbitos: no tendrías que necesitar estar buenísima para presentar un telediario, porque no hace ninguna falta. No tendrías que necesitar ser un bellezón para poner copas en un bar de moda. Y así hasta el infinito
Pero más allá del fondo de las palabras de Blanca, quería comentar un punto concreto de lo que dijo. Ella se comparaba (pero al revés) con Brad Pitt, el cual ha tenido que luchar contra los prejuicios de ser sólo una cara bonita para que le dieran papeles interesantes. Y a eso voy, a comentar los "padecimientos" de la gente guapa. Que los tendrán, claro, porque a cada uno nos importa lo nuestro y todos soportamos unos niveles de sufrimiento parecidos, los que lloran en una limusina y los que no tienen donde caerse muertos. Pero mi pregunta es: ¿de verdad de verdad de verdad los macizos/as no se dan cuenta de que compiten en el videojuego de la vida en modo fácil? ¿De verdad de verdad de verdad no son conscientes de que, aunque tengan sus problemas como todo hijo de vecino, su físico les consigue sin esfuerzo muchas cosas que al resto de los mortales les cuestan sangre, sudor y lágrimas?
¿En serio no ven que juegan con ventaja? ¿Vosotros os lo creéis?
Yo regulinchi.
martes, 14 de marzo de 2023
Evelyn y sus siete maridos
Bueno, pues aquí estoy, viniendo de nuevo a hablar de un libro con mis ya clásicos años de retraso. Porque para qué leer las cosas cuando las lee todo el mundo y poder comentar a su tiempo, ¿eh? Hasta ahí podíamos llegar.
Total, que por fin he leído Los siete maridos de Evelyn Hugo. Y muy bien, me ha gustado. ¿Tanto como a la gente? Pues no sé, pero sí, está chulo. Ágil, adictivo, glamuroso. Escrito guay, algunos recursos narrativos me han molado bastante. El plot twist del final sorprendente, no me lo vi venir y estaba avisada ya de que había un plot twist gordo.Como a mi el mundo de las estrellas de cine me pirra, le doy un 10 en temática y ambientación. Así que en general, estupendo. Creo que me habría impactado más si no hubiera llegado a él con las expectativas tan altas, pero vaya, quejas cero.
Por destacar algo distinto a lo que he visto en las reseñas, me ha gustado mucho la habilidad de la autora para hacer una prota contundente, IMPLACABLE y a la vez rasgada por los matices. La mayor parte del libro parece no sé si mala, pero sí fría, sin escrúpulos o al menos salvajemente egoísta y luego resulta que no es así sólo por ella. Que a veces se hacen cosas moralmente cuestionables por las razones correctas. Para mi, de hecho, esa es la idea central de la novela: nadie es completamente bueno o malo.
De Evelyn me ha llamado la atención su pragmatismo, su seguridad para conseguir lo que quiere, no sólo el qué, sino el cómo. Que vea tan claros los pasos que debe seguir para lograr sus objetivos y que sus planes siempre salgan bien. Sus errores, los que más lamenta, son de juicio, tienen que ver con sus decisiones, no están relacionados con como terminan o la consecuencias de sus acciones.
He apuntado muchas citas. Aquí van algunas:
-No hay víctimas ni vencedores. Todos estamos en algún punto entre esos extremos. La gente que se proyecta como una cosa o la otra no solo se engaña a sí misma, sino que además es dolorosamente poco original.
-Estar orgullosa de tu belleza es contraproducente. Porque te permites creer que lo único destacable de ti es algo que no dura mucho
-Debes transgredir los límites de la gente y no sentirte mal por ello. Nadie va a darte nada si no lo pides
-Hazte un favor y aprende a tomar la vida por las pelotas, querida. No te esfuerces tanto en hacer lo correcto cuando resulta tan dolorosamente obvio cuál es la decisión inteligente.
-Cuando te dan una oportunidad de cambiar tu vida, debes estar dispuesta a hacer lo que sea con tal de lograrlo. El mundo no te da cosas: tú debes tomarla
-El mundo respeta a las personas que se creen capaces de gobernarlo.
-Si quiero que las cosas cambien, tengo que cambiar mi modo de hacer las cosas.
-La culpa es un sentimiento con el que nunca me he llevado bien. Me sucede que, cuando llega, trae consigo un ejército. Cuando me siento culpable por una cosa, empiezo a ver todas las otras cosas por las que debería sentir culpa."
jueves, 9 de marzo de 2023
Castigo kármicos para malas lectoras
A ver, por favor, esto que no salga de aquí que no quiero ir a la cárcel, pero yo soy una lectora horrible. ODIOSA. De las que los escritores detestan con la fuerza de mil soles. Y lo más triste es que llevan toda la razón, no tengo disculpa ninguna. Pero es que no puedo evitarlo. No puedo.
¿Que qué hago? TODO lo que no se debería hacer al leer. Cuando la cosa me interesa mucho, leo a lo loco, lo más deprisa que puedo, casi en diagonal para enterarme cuanto antes de como acaba. Traducción: me pierdo la mitad. Maaaal.
Todavía peor: cuando me interesa tanto tanto tanto y estoy tan metida en la historia que los personajes me importan como si fueran de mi familia, voy al final a asegurarme de que todo acaba bien. A mi, al contrario que la mayoría de la peña, los spoilers no sólo no me fastidian, sino que me dan tranquilidad. Para qué voy a leer sufriendo pudiendo leer tranquila y feliz. Que si lo que le preocupa al autor es que voy a perder el interés y voy a abandonar, que duerma tranquilo, que eso no me pasa. De nuevo, al contrario que la peña, me encanta regresar sobre mis pasos para fijarme como he llegado a mi destino. No sé, me da serenidad entender como funcionan las cosas. Un poco lo mismo que cuando de pequeños abríamos relojes para verles el mecanismo de dentro, pero con palabras.
Y el colmo de los colmos, y esto si que es de denuncia a la Guardia Civil, lo sé. Como haya una relación o algún problema en la trama que por lo que sea me toca más, voy buscando lo relativo a eso para leerlo primero. Y again, que no cunda el pánico, que una vez que me he enterado de la chicha vuelvo a buscar lo demás. Porque nunca es independiente, claro. Las decisiones, las reacciones de los protas están unidas al resto de lo que les ocurre. Y cuando las ves por separado no entiendes un mierdo. Luego, con el contexto, piensas. "Ahhhh, coño". Es la misma sensación que cuando Jessica Fletcher resolvía el caso y ponían imágenes del crimen con detalles en los que antes no habías reparado. Era mi parte favorita del episodio, ¿la vuestra no?
Soy la peor lectora del mundo. Lo tengo claro y lo siento en el alma. Pero no os preocupéis, que el karma es sabio y me ha puesto mi castigo siendo el mismo tipo de escritora. ¿Qué hago ahora con mis propias historias? Liarla parda otra vez. También me pasa que tengo personajes preferidos, que me caen mejor y tramas que me inspiran más.Y entonces sólo quiero escribir de eso. Me cuesta menos esfuerzo, fluyo, así que cuando estoy atascada con lo demás (algo muy, pero que MUY frecuente) me pongo con mis prefes. Y el drama no es sólo que ellos hayan llegado ya al final de la novela y el resto esté en el capítulo tres. El drama no es que esté todo desordenado, sea un lío de la leche y ni yo misma sepa lo que ha ocurrido ya y lo que no en el argumento. EL DRAMA es que hay millones de escenas que mucho me temo que después no servirán. Como ha quedado claro hace un párrafo, las reacciones, los sentimientos de los personajes están condicionados por el resto de su vida. Y conforme voy escribiendo lo demás hay detalles que se van modificando y que hacen imposibles determinadas conversaciones, determinadas emociones.Y me toca borrar y borrar y borrar y borrar y borrar.
Y veo a mis autores favoritos pensando: ¡Toma,castigo del karma! Para que aprendas a leer como es debido. ¡HOMBRE YA!
lunes, 6 de marzo de 2023
Aclaraciones luneras
Pues a ver, tengo varias cosas que deciros:
-Tenía que haber actualizado ayer, pero después de pegarme todo el sábado totalmente atascada intentando escribir otra movida que no se dejaba sacar de mi cerebro ni a tiros, demasiado que hoy sigo con vosotros. Porque os aseguro que tuve varias veces la tentación de tirarme por la ventana y acabar con mi sufrimiento. ¡Virgen Santa que suplicio es querer escribir y no poder! Bueno, qué os voy a contar que no sepáis, claro.
-Al hilo del atasco monumental pensé que una de las razones por las que nos atascamos es porque no sabemos si vamos a lograr hacernos entender. Porque la comunicación es una pifia, ya lo decíamos en los albores de este blog y por esto que decían sabiamente en Twitter el otro día.
jueves, 2 de marzo de 2023
TrenAventuras a media luz
En verdad en verdad os digo que las cotas de surrealismo, peligrosidad y emoción a las que están llegando mis TrenAventuras es flipante. En momentos como este es cuando me planteo en serio si no estoy dentro de un programa de televisión al más puro estilo El Show de Truman. Porque otra explicación no le veo.
Tiene que ser que a los guionistas de mi vida les están presionando con las últimas cifras de audiencia. Que hemos bajado, les dicen. Que el suspense generado por el misterio de cuando pasarán los trenes que llegan cuando les sale del unicornio, la tortura psicológica de llegar siempre tarde a currar por culpa de Renfe y la tensión dramática de las ideaciones suicidas a causa de este puteo continuo ya no enganchan a los espectadores. Que hay que aumentar la acción, la intriga y los giros argumentales. ¿Y qué se les ha ocurrido a lumbreras de mis guionistas, próximos candidatos al Nobel? Apagar las luces de la estación. Claro que sí.
Me los imagino en la reunión de la mañana todos ufanos por el cacho de ideaza que acaban de tener. Que ofrece un mundo de posibilidades, piensan:
-Primero se plantean virar sutilmente de género y meter alguna trama de terror. De la oscuridad puede salir de todo: asesinos en serie, Freddy Krueger, el monstruo de las galletas... El límite es el cielo, se congratulan frotándose las manos.
-Después deciden añadir alternativas, por si el miedo no funcionara como desean. Entonces se les enciende una bombilla (la misma que han apagado en las estaciones, supongo) y exclaman: ¡Eureka, el amor nos salvará! Los líos parejiles animan cualquier argumento y como motu propio los pasajeros no parecemos dispuestos a emparejarnos entre nosotros, deciden darnos un empujoncito siguiendo técnicas made in Gran Hermano. Para empezar luz tenue, algo sutil. Más tarde oscuridad total sin medias tintas. Y si eso tampoco da resultados igual empiezan a pasarnos chupitos de tequila para que cojamos el puntillo y nos animemos como en una noche de juerga. Yo a estas alturas no descarto nada.
O quizá es más simple que todo eso y lo que pasa es que los guionistas de mi vida son muy buenas personas y como nos ven sufrir tanto con el errático comportamiento de los puñeteros trenes, han decidido declarar la hora de recreo del cole y ponernos a jugar a las tinieblas, como cuando éramos pequeños. Un juego que según la edad servía para las dos cosas: para pasar miedo y dar sustos o para liarse con el maromazo de turno sin consecuencia alguna.
Dado que el equipo de guion de mi vida parece formado por mentes preclaras venidas directamente de los años 80, lo apuesto todo a la tercera opción.
Seguiremos informando.
lunes, 27 de febrero de 2023
La maldición de la entropía y el ataque del caos
Dice Rosa Montero en El peligro de estar cuerda muchas cosas interesantes. Una que me llegó al alma porque fue como si me viera por un agujerito es cuando habla de la maldición de la entropía..
"Siempre supe que el destino final del universo es el desorden y que el caos es una bestia colosal dispuesta a abalanzarse sobre ti para zamparte entero».Porque mi sensación es exactamente esa. No que yo sea desorganizada. No que sea yo la que genera el desorden, sino que es el caos el que me persigue, el que me invade, el que se estira y se extiende hasta colapsarlo todo. Es como un tsunami, un océano de detritus, un monstruo marino con vida propia que crece sin que yo pueda hacer nada para evitarlo.
No soy desordenada, sufro el ataque del caos. Un poquito de comprensión.
miércoles, 22 de febrero de 2023
Un mundo de posibilidades
Totalmente de acuerdo con Maya.
Lo mejor es enamorarse, el proceso. Creo que es por LAS POSIBILIDADES. De todo
Las potencialidades de maromazo de turno, antes de que lo conozcas de verdad. Antes de que se confirme o se desmienta, a lo mejor es listo, a lo mejor es sensible, a lo mejor es bueno, a lo mejor es divertido. Puede que le gusten, como a ti, más lo perros que lo gatos. Quizá tenga tantas ganas como tú de ir a Nueva York. Todo lo bueno es aún posible.
Las oportunidades de que ocurran cosas guays. De encontrártelo por la calle cuando menos te lo esperas y que te anime un día chof. De tener una conversación que te caliente el corazoncito (y otras partes del cuerpo, de paso). De sentir ese chispazo mágico. De notar que te mira. De que hoy, POR FIN, se cosque del tema después de un mes de estar a por uvas.De esperar con ansía y disfrutar todas vuestras primeras veces de todo.
La ocasión de soñar. De que suban a Netflix la película mental que te has montado sobre vosotros.De ser exagerada. De emocionarte. De pensar que esto es por fin lo que tanto llevabas esperando. De CREER.
Enamorarse es tener delante un mundo de posibilidades. Y mola.
domingo, 19 de febrero de 2023
El retorno de la media castaña
Ya lo decía el otro día: la vida es circular.
Me he vuelto a cortar el pelo y mi siempre incontrolable estilismo capilar se ha vuelto, otra vez, más incontrolable que nunca. Así que, de nuevo, he vuelto a recurrir para medio disimularlo a una pseudo coleta que no sé muy bien como calificar ni describir. Y cuando iba a venir aquí a contároslo, me he dado cuenta de que se ha producido un fallo en Matrix y que esto ya lo había vivido. No cortarme el pelo, no agonizar para encontrar la forma de dominarlo, sino pasar por el blog para compartir mis tribulaciones de indefinición estética.
En aquel momento recurrí al espíritu de El Señor de los Anillos para tratar de que os hicierais una idea del intento de arreglo de mi bullullu capilar. Como siempre pasa, los comentaristas son sabios y no sólo entendieron perfectamente un concepto fatalmente explicado por mi, sino que me pusieron en los comentarios una foto y la denominación técnica de este dudoso look. Lo llevaba Beckham en sus primeros años en el Madrid y se llamaba "media castaña". ¿Cómo os quedáis?
(Ha pasado tanto tiempo que ahora ni siquiera encuentro fotos exactas. Era una mezcla de estas dos, no tanto pelo como la primera, no tan corto como la segunda)
Total, que eso me facilita el trabajo, porque si restamos las consideraciones previas, sólo necesito un par de líneas para deciros que ya está en sus pantallas "La media castaña II" o lo que el lo mismo "El retorno de la media castaña". Que tiene que ser una peli de terror, porque con esos pelos de paciente recién fugada de una institución psiquiátrica, de otro género no puede ser. Y que ojalá, OJALÁ, me quedara con un cuarto de estilo que le quedaba a Beckham. Pero claro, yo no tengo ese cuello poderoso de mastodonte ni esa nariz recta y perfecta de supermodelo. Ni esas mechas, ya que estamos. Y así, claro, tampoco se puede competir.
Ale, por la sombra bombones.
miércoles, 15 de febrero de 2023
Una narratriz sin varita mágica
Esto lo vi en Twitter el otro día, no guardé el tuit y ahora no encuentro el autor, si alguien lo sabe ahí tiene los comentarios. Era una profe, creo, cuyo alumno de intercambio francés se había hecho un poco lío de idiomas y había inventado en un examen un término TAN GUAY que debería existir en castellano: narratriz. NARRATRIZ. ¿A que mola?
Es sonoro, contundente, abarca un enorme campo semántico molón al máximo y además da un poco de consuelo cuando hace falta. A mi, al menos. Os cuento.
La semana pasada tuve una de esas sesiones de tormentoEscritura en la que sufres como una perra porque no consigues que la cosa avance ni pa'lante ni pa'trás. Fue uno de esos ratos en los que de verdad llegas a creer que se te ha secado el cerebro como a Don Quijote y que nunca más vas a tener una buena idea. Como suelen hacer, Daina y PorCU, los trolls de mi cabeza, aprovecharon la ocasión para hundirme: que si eres inútil, que si no sirves para esto, que si por qué no lo dejas de una vez..
Y entonces este término intervino cual superhéroe salvador y pensé que igual no soy lerda, que a lo mejor lo que pasa es que soy narratriz. Porque es lo que he hecho desde siempre en este blog, lo que me brota natural: TRANSFORMAR más que crear desde cero. Coger una escena, un personaje real, un sentimiento verdadero y estirarlo, retorcerlo, sacarlo de contexto, mezclarlo hasta que surge algo nuevo, algo mío. NARRAR lo que veo después de pasarle mi filtro. Eso me sale sólo, no me exige ningún esfuerzo. Sin embargo inventar de la nada hay días que me cuesta la vida misma.
Y después seguí pensando y me di cuenta de que esto le pasa a todo quisqui, hasta a los seres sobrenaturales. Porque la madrina de Cenicienta necesitó la calabaza para hacer aparecer la carroza y no habría habido caballos para tirar de ella si los ratones no hubieran estado allí. Y si a ella que tiene varita y polvos mágicos le hace falta materia prima de la que partir, pues a mi también.
No soy inútil, soy narratriz. No me quitéis la ilusión.
domingo, 12 de febrero de 2023
Febrero tristón
viernes, 10 de febrero de 2023
Compis de TrenAventuras
En el emocionante concurso/deporte de riesgo que es coger el cercanías para ir a trabajar, se encuentran inevitablemente aguerridos compañeros de fatigas. No sabes como se llaman, no has hablado nunca con ellos, pero sientes que los conoces de siempre. Las emociones fuertes unen mucho y pocas actividades tan imprevisibles, fortuitas y sorpresivas como cazar un tren que pasa cuando le sale del mismísimo unicornio.
Nunca las habéis comentado, pero tenéis una historia común de batallitas ferroviarias. El día que no llegasteis a trabajar porque había huelga, suspendieron el servicio, a nadie se le ocurrió poner un triste cartel y os quedasteis todos tirados en el andén. El día que hubo una avería, convirtieron el Tren al Fin Del Mundo en cercanías, tampoco tuvieron la feliz idea de explicarlo y casi acabáis montados todos en un vagón rumbo a Singapur. Los incontables días que se retrasa tanto que os planteáis ir andando, en plan Camino de Santiago, porque sea cual sea vuestro destino, vais a llegar antes.
Controláis vuestros horarios y podéis deducir el retraso que acumularán en el curro a partir de su cara de agobio. Notáis cuando han pasado mala noche y se les han pegado las sábanas y cuando es viernes y el cuerpo lo sabe. La mañana que faltan os debatís entre la envidia por si tienen fiesta y la preocupación por si están enfermos.
Todos tus compañeros de aventuras ferroviarias se han ganado un hueco en tu corazón, pero es inevitable tener un favorito. El mío es, sin duda, El Chico Del Tren (ECDT). ¿Por? Sobre todo por el misterio, creo yo.
La mayoría de mis compis de TrenAventuras se suben en la misma parada que yo, así que compartimos inicio, fin y anden-purgatorio de sufrimientos intermedios. Lloramos juntos, nos agobiamos igual, nos indignamos a la vez. ECDT no. ECDT ya está cómodamente sentado cuando nosotros subimos y se queda en su sitio cuando bajamos, lo que suscita las inevitables preguntas filosóficas de la vida: ¿quien es? ¿de dónde viene? ¿a dónde va?
Ese halo de intriga se incrementa porque es la imperturbabilidad en carne y hueso, la serenidad hecha persona talla XXL. Se pone siempre en el mismo asiento del mismo vagón mirando siempre por la ventana como un mar en calma. Incluso aunque el cercanías que (supongo) le lleva a algún lugar al que (imagino) debe llegar a una hora determinada acumule un retraso inaceptable. Él no se pone nervioso, no se frustra, fluye sobre las vías sin luchar.
Y entonces me da por pensar que la información es poder, pero también tranquilidad y que la clave estará en que él sabe algo que nosotros no. Al fin y al cabo, ya está allí cuando el resto de los pasajeros llegamos. Seguramente ha presenciado el motivo del retraso, entiende los motivos de este tormento eterno. Si has vivido el origen del caos lo toleras mejor, ¿no? Será eso.
No conozco de nada a ECDT y, sin embargo, me parece conocidísimo. Tanto, que el otro día que quitaron la obligatoriedad de las mascarillas y le vi todos los rasgos por primera vez pensé: "¡qué raro está! Esa no es su cara". Tanto, que el día de la casi excursión involuntaria a Singapur me faltó nada y menos para sentarme a su lado a preguntarle por el bullullu de los cambios de tren. No es una forma de hablar, me di cuenta a menos de medio metro que iba directa a su asiento a comentar la jugada. Y me pregunto, ¿si me hubiera puesto allí tan pancha a hablarle como si nos conociéramos de algo qué habría pensado él?
-¿Pero usted quien es? ¿Vende libros puerta por puerta?
Seguramente.
lunes, 6 de febrero de 2023
Recomendaciones para mi manual de usuario
Hay muchas cosas para las que unos consejos previos, así como truquillos para hacerlo todo más fácil, vienen que ni pintados. En un curro nuevo, en una ciudad a la que te acabas de mudar... en casi todo.
El otro día pensé que no estaría mal que las personas vinieran con manual de instrucciones. Un librito que tuviera apartados específicos para explicar los procesos más complejos, advertencias sobre los riesgos más comunes y consejos para una mejor experiencia de usuario. En el mío creo que estas recomendaciones para una convivencia feliz vendrían en negrita y subrayado.
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jueves, 2 de febrero de 2023
Denominaciones técnicas
Si es que al final todo tiene nombre en esta vida.
Resulta que los que se pasan meses mirando en internet precios, características y prestaciones del próximo teléfono que van a adquirir y se prueban ocho millones de vaqueros antes de llevarse unos a casa no son unos MariAgobios. Y los que enseguida encuentran algo que medio les convence, no se dan más mal, lo compran y se acabó la presente historia no son unos tranquilones especializados en fluir y dejarse llevar.
Aquí las denominaciones técnicas:
-Los maximizadores se concentran en elegir la mejor opción, lo que ellos llamarían como la opción perfecta.
-Los satisfactores simplemente eligen lo primero que cubra sus criterios, y siguen adelante; no le dedican tiempo a tomar la decisión ni pierden un minuto pensando si de verdad han elegido la mejor opción.
Ahora la pregunta es: ¿dónde estaba la fila para tener la potra de ser un satisfactor y por qué leches no me puse en ella?
lunes, 30 de enero de 2023
La peligrosa caza del truño
Tengo un problema. Creo que estoy empezando a hacerme adicta a leer MAL. MUY MAL. REQUETEMAL. No descartéis que en breve me encierren en un centro de rehabilitación para sacarme de esto, pero es que, en serio, es un vicio.
Porque pillar un libro bueno que te enganche y convertirte unos días en una lecto-yonki, esa especie de zombie devora-páginas que no puede parar, pues vale que vale. Igual esa semana duermes poco y no ves los informativos y te retrasas con la serie que has empezado, pero es por una causa razonable. La historia es guay, está bien escrita y quieres saber como acaba. Eres una adicta, pero es temporal y no perjudica tu salud (casi)nada
El problema, lo realmente peligroso, es engancharse a la caza del truño. Ya os he contado que a mi me parece flipante que la peña escriba TREMENDOS BODRIOS, se los publiquen y además haya gente que le gusten. A ver, que yo respetos al máximo, para gustos los colores y para colores las flores, pero hablo de auténticos zurullos, de esas tramas calcadas unas a otras, con personajes abofeteables, en las que todo, el fondo, la forma, los valores que transmite, la intención, TODO está MAL. Y me parece tan alucinante que se hagan esas mierdas de inconmensurables dimensiones, me da tanta curiosidad, que me he hecho adicta. De la peor forma.
Cuanto más horrible es una historia más necesito saber el final. De qué forma aún más espantosa puede ir empeorando cada vez más y más. Cuál es la siguiente estupidez increíblemente absurda que van a hacer los protagonistas. Cuál es el siguiente diálogo menos real y más bochornoso que se va a inventar el autor. Si logrará incluso que cierres el libro de pura vergüenza ajena. Es como un accidente de tráfico, no quiero verlo, pero no puedo dejar de mirar.
Es frecuente, además, que los perpetradores de semejantes truños sean escritores prolíficos con un millón de títulos a sus espaldas y entonces me lanzo a mi siguiente vicio: comprobar si todas sus obras son igual de malas. Si escribe la misma historia una y otra y otra vez cambiando el nombre de los personajes y la foto de la portada. Si las escenas son tan calcadas en todos sus libros que llegas a pensar que no sólo el copia y pega es su mejor amigo, sino que tiene un documento de word llamado "EscenaTipo" y trabaja a partir de él, haciendo modificaciones mínimas. Si pretende batir el record mundial de veces que se puede repetir alguna expresión o frase para las que podrían encontrarse un millón de sinónimos sin esfuerzo. Si en realidad en vez de una novela es un juego de beber y cada vez que leas cosas como "se mordió el labio inferior" tienes que tomarte un chupito.
Pero amiguis, el verdadero problema de bucear en la bibliografía terrorífica de esta gente es que llegas a un punto que empiezas a comparar. Y entonces ese protagonista creído, insensible, hipermachista que se vuelve más y más odioso en cada obra y al que si pudieras meterte en el libro le darías bofetones hasta en el carnet de identidad, de repente en el siguiente título es un poquiiito más soportable. A ver, no nos emocionemos, sigue pareciendo que ha salido de una caverna del Pleistoceno superior, pero al menos no tiene comportamientos e interacciones que rayan con la agresión física y el maltrato psicológico y tú no sientes ganas de arrancarte un brazo para tener algo que tirarle. Que cuando ves comentarios de lectores quejándose de lo tóxico que es el prota resistes la tentación de contestarles: "Uy, chica, este es un santo en comparación con los anteriores..."
Y llegados a ese punto te das cuenta de que tienes un problema, que eres adicta a la caza del truño y que necesitas ayuda profesional.
jueves, 26 de enero de 2023
Ponerse en lo peor y cañonazos
Cuando nada es seguro, todo es posible.
Así reza el dicho. Se supone que debería ser una cita motivadora, de estas que ayudan a prepararte mentalmente para comerte el mundo. Si las entiendes en el sentido adecuado, claro. Si las pillas en dirección contraria.. la puedes liar.
¿Y que hago yo habitualmente? Liarla, of course.
En mi descargo diré que a mi me pasan cosas raras toooooooooooodo el tiempo. No hace falta más que un ligero repaso a este blog para comprobarlo y eso que aquí no cuento ni la mitad de la mitad de la mitad de mis movidas rarunas. Aún así, a lo mejor tampoco soy especial y el resto de la peña también se pasa el día de Expediente X en Expediente X. A saber.
En todo caso, lo cierto y fijo es que yo suele salir de Guatemala con un golpe de estado de la calefacción en medio de una escalada histórica de precios energéticos para entrar en Guatepeor con un MierderTsunami, por ejemplo. Así que, por costumbre, se me ha quedado el dañino hábito de ponerme en lo peor ante cualquier contratiempo. ¿Y que hago cuando me pongo en lo peor? Entrar en pánico y matar moscas a cañonazos.
Un ejemplo. Cuando la semana pasada llegué a mi superguarida por la noche después de todo el día fuera de casa (y, por lo tanto, con la calefacción apagada) y noté una agradable calidez en lugar del frío polar que era esperable en esas circunstancias, activé la alerta roja. Al instante, sin reflexionar. Ni siquiera me pasaron por la mente alguna de las muchas explicaciones sencillas que podría tener semejante misterio. Yo di por hecho que era un remember del golpe de estado térmico y que había que cortar aquello de raíz antes de que Gas Shalala volviera a vaciarme la cuenta bancaria y acabara debajo de un puente (o en el fondo del río, por morosa). Así que rauda y veloz fui al cuadro de mandos, cerré la llave de paso general, me mentalicé para morir de hipotermia sin radiadores ni agua caliente y empecé a buscar la pistola para amenazar a mi casero y las cadenas con las que me iba a atar a la sede de los del gas para que me arreglaran aquel pifostio lo antes posible. Y no me pinté lineas azules y blancas en la cara al estilo Brave Heart porque con los dedos congelados no me respondían, que si no, también.
Dado como he empezado esta entrada, imagino que ya supondréis que, por suerte, esta vez mi sistema de climatización no se había rebelado y no he tenido que amenazar a nadie con armas de fuego ni encadenarme a ningún lado. Y lo agradezco, ¿eh? Desde luego. Pero lo cierto es que que el 95% del mal ya está hecho porque en mi mente, en mi ánimo y en mis niveles de ansiedad eso se ha vivido. El mal rato lo he pasado. ¿Que lo he pasado calentita y pudiéndome duchar sin cubitos de hielo, al estilo de los de videos reguetoneros en los que lloran en su limusina? Pues sí, tenéis razón. Pero es un mal rato igual.
No sé si me estoy explicando. Lo que quiero decir es que ponerse SIEMPRE en lo peor es vivir lo malo dos veces y lo no tan malo multiplicado por dos. Si una vez entre un millón imaginarse catástrofes te sirve para prevenir y por tanto esquivar alguna movida turbia, no merece la pena. Precisamente por eso, porque es una vez entre un millón y las 999.999 restantes lo pasas mal sin necesidad. O mucho más mal de lo que haría falta.
Así que, niños, ponerse en lo peor no. Ponerse en lo peor, caca. Hacedle caso a la tía Speedy, que para su desgracia, habla por experiencia.
lunes, 23 de enero de 2023
Caminos
Ayyy, que liada esto de los caminos, ¿eh, Robert?
Dos caminos divergieron en un bosque amarillo,
Y afligido porque no podría caminar ambos
Siendo un solo viajero, estuve largo tiempo de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la maleza.
Después pasé al siguiente, tan bueno como el otro,
posiblemente la elección más adecuada
pues lo cubría la hierba y pedía ser usado;
aunque hasta allí lo mismo a cada uno
los había gastado el pasar de la gente,
y ambos por igual los cubría esa mañana
una capa de hojas que nadie había pisado.
¡Ah! ¡El primero dejé mejor para otro día!
Aunque tal y como un paso aventura el siguiente,
dudé si alguna vez volvería a aquel lugar.
Seguramente esto lo diré entre suspiros
en algún momento dentro de años y años
dos caminos se abrían en un bosque, elegí…
elegí el menos transitado de ambos,
Y eso supuso toda la diferencia.
jueves, 19 de enero de 2023
Miss estupidez colectiva
El ser humano es tontísimo en muchos aspectos, pero desde luego en el tema belleza se lleva la palma. Que hay gente más atractiva que otra es incontestable, como también lo es que para gustos los colores y para colores las flores. Y aún más cierto es que el canon de belleza cambia según los tiempos, el momentos histórico y la localización geográfica y que "CASUALMENTE" (¡oh, sorpresa!) siempre se impone el menos natural, el más infrecuente, el más inalcanzable. Como si a alguien, no sé, llámame loca, le interesase tenernos amargados con nuestro aspecto, para, qué te diga yo, por ejemplo, crearnos necesidades de productos, tratamientos y actividades que "arreglen" lo que en realidad no está roto. En fin...
Viendo el cuadro de abajo de las candidatas a Miss Universo pensé dos cosas. La primera, que la belleza puede tener un millón de expresiones, porque incluso entre estas chiquillas (que son todas normativas, por supuesto) hay muchísimas maneras de estar buena a más no poder. Italia cero que ver con Colombia, por ejemplo y son las dos impresionantes. Lo segundo que pensé, mirando sobre todo a las representantes de América Latina, es que no sólo somos tontos sino que el tinglado de la belleza está montado intencionadamente para hacer sufrir.
¿Qué porcentaje de chicas de Perú, Honduras o Guatemala tiene esa tez tan clara, ese color de ojos y esos rasgos tan afilados? Me la voy a jugar diciendo que uno DIMINUTO. Pero las elegimos como ejemplo de guapas para que la inmensa mayoría de las niñas de allí se torturen pensando que están mal, que su fisonomía, fruto de siglos de herencia genética, es un error. Que la Naturaleza se equivoca.
Tócate los cojones, Mariloles.
domingo, 15 de enero de 2023
Testeando
Bueno, a ver si cojo ya el ritmo de actualizaciones, porque madre del amor hermoso qué desorganización de principio de año me estoy marcando. En fin, al lío.
En una de mis lecturas al tuntún que, dicho sea de paso, era de ficción y no de autoconocimiento ni crecimiento personal, me encontré con el Test de la depresión de Beck. Por lo visto es una herramienta bastante utilizada por psicólogos en la vida real. No he investigado mucho más que una rápida consulta a San Google, así que igual me estoy columpiando, no os toméis esto al pie de la letra tampoco, ¿eh? Que os veo venir.
Pero más allá de detalles, lo que me ha interesado es el tipo de preguntas que lo conforman. Porque bastantes me han parecido, como mínimo, difíciles de responder. Y mucho más si lo que se trata de dilucidar es el estado de la salud mental. Hay muchas cuestiones, traigo aquí sólo algunas que me han llamado la atención. Por ejemplo:
Tristeza
No me siento triste
Me siento triste
Me siento triste continuamente
Me siento tan triste o tan desgraciado/a que no puedo soportar esto
¿Quién puede responder a esto la primera opción? ¿Hay alguien que JAMÁS esté triste? La segunda todos de vez en cuando, ¿no? ¿Y la tercera y la cuarta se refieren a duración o intensidad? ¿Es peor sentirse un poco triste todo el tiempo o sentirse tremendamente triste pero con descansos? Y ya puestos, ¿qué es estar triste? ¿Ser consciente de que la vida es un mierdo el 90% del tiempo es estar triste o ser, simplemente, realista?
Desánimo
No me siento especialmente desanimado/a de cara al futuro
Me siento desanimado/a de cara al futuro
Siento que no hay nada por lo que luchar
El futuro es desesperanzador y las cosas no mejorarán
Esta es otra pregunta trampa. Con la que tenemos encima, Putin, el bicho del demonio y demás pifostios, POR SUPUESTO que el futuro es desesperanzador. Pero eso no quiere decir que no haya nada por lo que luchar ni que no nos apetezca seguir adelante. Es, simplemente, ser consciente de que la cosa está turbia, como, sospecho, lo ha estado siempre por las razones que sea: la guerra civil, los campos de concentración, la Edad Media (en general) y los leones que iban a comerse a nuestros tatatatatatarabuelos homosapiens en cuanto salieran de la cueva.
Castigo
No creo que esté siendo castigado/a
Siento que quizá esté siendo castigado/a
Espero ser castigado/a
Siento que estoy siendo castigado/a
Esta ni la entiendo. ¿Castigado por quién? ¿A causa de qué motivo? ¿La tercera se refiere a sí creo que voy a ir la infierno?
Descontento
No estoy insatisfecho/a de mí mismo/a
Estoy descontento/a de mí mismo/a
Estoy a disgusto conmigo mismo/a
Me detesto
Esta pregunta hila tan fino que no sabría qué responder. ¿Qué diferencia hay entre estar descontento y a disgusto con uno mismo? Es más, ¿en serio alguien puede sinceramente responder la primera? Es decir, entiendo que la peña se acepte, comprenda sus errores y que, en conjunto, se de un aprobado porque lo bueno compensa lo malo. Pero ¿de verdad me decís que hay notas por ahí que estando en primera fila de todas las cagadas de su vida jamás estén insatisfechos consigo mismos? ¿Que no deseen a veces ser más altos, o menos tirillas, o tener más gracia o una mente más brillante? Que se valoren porque es lo que hay, vale que vale. Que nunca quieran darse a sí mismos una colleja por bobos, me cuesta muchísimo creerlo.
Aspecto
No creo tener peor aspecto que antes
Estoy preocupado/a porque parezco envejecido/da y poco atractivo/a
Noto cambios constantes en mi aspecto físico que me hacen parecer poco atractivo/a
Creo que tengo un aspecto horrible
Esta cuestión debería puntuarse diferente con la edad. Menos Brad Pitt y su pacto con el diablo, los demás tenemos complicado marcar la primera a partir de los 40. Y en esa franja de población, la segunda y la tercera pueden ser perfectamente la realidad. Bueno, igual el quid de la cuestión es ser consciente, pero que no te PREOCUPE, no sé...
Cansancio
No me siento más cansado de lo normal
Me canso más que antes
Me canso cuando hago cualquier cosa
Estoy demasiado cansado para hacer nada
Esta tres cuartos de lo mismo que la anterior. Vas cumpliendo años, y estás más cansado Más cansado de lo normal ANTES. Más cansado que ANTES, cuando eras más joven. En muchos casos no creo que sea depresión, es la vejez que va enseñando la patita por debajo de la puerta.
En fin, no voy a seguir, que hay muchas preguntas y ya os hacéis una idea. Las que quedan van sobre la relación con los demás, dormir bien, perder peso... cosas muy relacionadas también con ir soplando cada vez más velas en la tarta de cumpleaños. Así que espero que si alguna vez tengo que responder este test de verdad me ponga un apartado de comentarios para poder añadir: Tenga en cuesta en mis contestaciones que uno ya va teniendo sus añitos...
viernes, 13 de enero de 2023
El mejor puente musical de la historia
Bueno, ya sé que el tema musical del momento es lo de Shakira, pero de eso ya habréis oído de todo tanto en la faceta artística como desde ABSOLUTAMENTE cualquier otro prisma. Y es que tiene la cosa bemoles, ¿eh? Hasta qué punto todo quisqui arrima el ascua a su sardina con asuntos tan virales como este. He visto sesudas utilizaciones ideológicas, políticas, filosóficas y éticas de una canción. Una CANCIÓN, señores, no un tratado político para la alianza de las civilizaciones. Si la música (el arte, en general) no puede usar el dolor, el amor y la rabia para hacernos reaccionar de la forma que sea, apaga y vámonos Que es una CANCIÓN, leche. La bailaremos, reiremos, lloraremos y lo que toque con ella y chim pun, tampoco tiene más trascendencia. En fin...
Menos polémico y desde luego menos conocido, aunque debería serlo más, es el temazo que os traigo en esta entrada. Y lo rescato porque tiene uno de los mejores puentes musicales de la historia. Sirve para reir, para llorar, para animarse a salir de fiesta, para liberar el estrés de la época de exámenes, para no tirarte de los pelos cuando tus hijos te desesperan... para todo. Tú te unes al grito de Paloma y como nuevo.
Aunque un poco tarde, aquí os dejo mi regalito de Navidad: una coartada de gritos, que no viene mal en ninguna situación.
De nada.
martes, 10 de enero de 2023
Bullullu literario
Estuve mirando mi lista de lecturas del año pasado y decir que las escojo al tun tun sería quedarse asombrosamente corto. Aquello es un barullo, un revoltijo y una mezcla que bien podría servir como indicio para un posible diagnóstico de personalidad múltiple.
¿Por?
Sobre todo porque lo que leo está muy mediatizado por el estado de mis finazas. Triste, lo sé. Gajes de mileurista precariamente independizada. El mes que voy justa, casi todo son audiolibros y préstamos de la biblio, en los que las novedades brillan por su ausencia. Hora, pues, de los clásicos de hoy y de siempre y de todos esos títulos mega famosos que por una cosa o por otra se me escaparon cuando los leyó todo el mundo y con los que me tengo que poner al día. Sin embargo, si las fechas se acercan a mi cumple o épocas de regalos como Navidad, puede haber algún ejemplar más actual y, sobre todo, que me apetezca un montón.
Aunque, bueno, tampoco lo voy a negar. A este bullullu literario contribuye mi mala costumbre de aceptar las recomendaciones literarias de booktubers de los más diversos pelajes. Me gustan estos vídeos porque la mayoría de ellas son chiquillas (algunas incluso estudiantes, todavía) que leen un montón y que se entusiasman al máximo con lo que leen. Me da ternura verlas así de emocionadas y me hace ilusión pensar que puedan contagiar esta pasión literaria a gente de su quinta y engancharles a la lectura. A su histriónica manera, las considero casi embajadoras de la cultura, no os digo más
Son tan exageradas que hay veces que me convencen hasta a mi y me creo que me van a gustar sus sugerencias, a pesar del abismo de edad que nos separa. De vez en cuando aciertan porque a mi la comedia ligera y el mamarracheo me ha ido siempre y me seguirá yendo hasta el fin de mis días. Esto es así y es así, no me escondo. Pero en la mayoría de los casos pinchan dado que, como es normal, ellas y yo no pertenecemos al mismo público objetivo y lo que se escribe pensando en su perfil, no está dirigido al mío. Por eso casi siempre yo acabo los libros que a ellas les han hecho gritar de emoción con un "ah, pues muy bien, vale". Y no es que yo sea muy exigente ni que las obras sean malas. Detecto lo que a ellas les ha emocionado y reconozco su mérito, sólo que, simplemente, no es para mi.
Esto me ha ocurrido con "La hipótesis del amor", que arrasa en redes desde hace meses y, dicho sea de paso, NO SÓLO entre booktubers adolescentes. Que me he quedado como "ah, pues vale". Tampoco la he odiado, ¿eh? Más bien me ha dado bastante igual. Y yo (cero prejuicios) soy carne de comedia romántica y hay algunas que nunca ganarán el Nobel que me han EN-CAN-TA-DO. Pero esta... pues sin más.
Reconozco cosas positivas. Se desarrolla en ambientes investigadores, lo que me ha parecido original y los chistes científicos al estilo Big Bang Theory me han divertido. Tiene un estilo fresco, ágil y algo de humor, aunque no me ha hecho tanta gracia como la autora pretendía, creo. Y hay algunos elementos sobre acoso, consentimiento y cierto tipo de atracción que ha añadido y que me parece guay que se vean representados en algo que lee gente joven. Por ese lado bien.
Mi problema ha sido sobre todo que no me he creído nada pero NADA a los personajes. NA-DA. Tampoco os sé decir la razón, he oído que están bien construidos y será así, no lo discuto. Yo tampoco detecto nada que me chirríe en exceso, más allá de alguna repetición innecesaia. Pero, por lo que sea, no me los creo. No me creo a la prota, no me creo a los secundarios y no me creo NADA al interés romántico. NA-DA. Y como no me los creo, no me importa lo que les pase. ¿Acaban felices? Guay, muy bien. ¿Tedo es un drama y una pena negra? Qué se le va a hacer, la vida del personaje literario es dura.
Así que nada, no os puedo recomendar este libro. O puedo hacerlo, pero bajo vuestra responsabilidad sabiendo lo que hay. Y yo a ver si tengo más suerte en la próxima lotería de mi bullullu literario particular. Alea jacta est.
sábado, 7 de enero de 2023
Buenos comienzos
¡FELIZ AÑO!
¿Cómo habéis empezado 2023? ¿Los Reyes Magos se han portado?
Los míos desde luego. Tenía tantos paquetes ayer para abrir que me quedé ojiplática. Mis regalos amontonados ocupaban casi más que los de los Speedysobris. Bueno, tampoco exageremos, que los más pequeños recibieron coches que cambian de color y cosas de esas con envoltorios gigantes que abultan mogollón. Y aún así estaba el tema reñido en cuanto al tamaño de nuestros montones... No os digo más.
Sólo os daré un detalle revelador: uno de mis regalos fueron unas pesas. Para hacer ejercicio en casa. Unas PESAS. ¡YO! Me conmovió la fe en mi fuerza de voluntad que tienen sus Majestades de Oriente
Sobre todo porque, (shhhhh, que no se enteren los Magos) no puedo empezar a cumplir mis propósitos para 2023 si aún no los he escrito. Ni pensado, de hecho. Es decir, estoy todavía leyendo un libro que te explica como diseñar unas metas específicas y medibles que sea posible alcanzar. Y me quedan aún la mitad de las páginas, así que por ahora no me he enterado de la fórmula mágica que parece que lleva al éxito y que, al parecer, hasta ahora nunca he aplicado en mi desastre de planificación...
Total, que estamos a día 7 y no he fallado en mis propósitos porque aún no los he empezado. Por esa parte bien, enfoquémonos en lo positivo. Por otro lado, a este ritmo, entre que acabo de leer y tal, como pronto tendré mis metas claras y decididas en febrero. Porque si no voy tarde y con la lengua fuera no sería yo, claro. Es marca de la casa. Así que el plan es convencerme de que este año tiene 11 meses, en lugar de 12. Un poco como los febreros bisiestos que les sobra un día, pero al revés y en años. Ya sé, el concepto es un pelín enrevesado, pero aún estoy puliendo los detalles, no me agobiéis. Luego bien que querréis usar mi idea de miniAño cuando os encontréis con plazos que se os quedan cortos. Pero ahora todo es criticar, claro.
En fin... que yo pasaba más que nada a desearos lo mejor para 2023. Yo, de momento, sólo le pido centrarme un poquito, que como supongo que ya deduciréis por el párrafo anterior, buena falta me hace. Y que la fuerza me acompañe.