Iba a hacer una entrada contando los últimos días, pero me siento completamente incapaz de escribir algo que no sea un testamento y que se medio entienda. Así lo que voy a hacer es deciros que la mayor parte de las últimas horas de mi vida las he pasado trabajando y que en un momento u otro de esas horas se han oído cosas como estas:
-He recogido 4 cubos de agua del suelo del baño y todavía cuando entro hago olas porque me cubre por el tobillo. Sólo te digo una cosa: el muñequito que viene dibujado en la factura del agua no va a hacer el signo del ok este mes, sino que aparecerá con las manos en la cabeza escandalizado por el aumento del consumo. Te lo aviso para que no te asustes cuando llegue.
-¿Que se ha desmayado una trabajadora de este turno?
-Sí.
-¿Desmayado?
-Sí.
-¿Una trabajadora?
-Sí.
-¿Desmayado una trabajadora?
-Sí.
-¿Pero ahora, en el turno?
-Sí.
-¿Que se ha desmayado una trabajadora de este turno?
-Por muchas veces que me lo preguntes la respuesta va a seguir siendo sí. Reacciona ya, que has entrado en bucle.
-Ha llegado el horario de verano al gimnasio y nos han quitado todas las clases del mediodía, el único momento en el que podemos ir. Hemos hecho un sorteo y te ha tocado dirigir los ejercicios, así que ya estás buscando en youtube entrenamientos funcionales y sesiones de spinning para que mañana nos metamos caña.
-¿Que te han llamado a las siete de la mañana diciendo que no nos traen una máquina que necesitábamos sin falta para hoy?
-No, no, ojalá me hubieran llamado. Así por lo menos podría haberles gritado. Pero no. Me han mandado un whatsapp.
-¿Pero que te han dicho?
-Que les ha surgido un imprevisto y que lo sienten.
-Subtexto: "Que os den aire fresco", ¿no?
-Efectivamente.
-¿Cojeas? ¿Y eso?
-¿Te acuerdas que fui corriendo a coger al que se desmayó y me tropecé?
-Sí.
-Pues esguince.
-Pero, ¿por qué no cortasteis el agua cuando empezó a inundarse el baño?
-La cortamos, o eso creíamos hasta que el fontanero nos dijo que la llave intermedia estaba rota y aunque movíamos la manivela aquello no cerraba ni abría nada.
-¿Y ahora por qué no sale agua de los grifos?
-Porque cuando conseguimos cortar el suministro se partió la llave general y ahora aunque mueves la manivela ni abre ni cierra nada.
-Esto es el día de la marmota de "Atrapado en el Tiempo".
-¿Podemos ya declarar oficialmente este turno como el peor turno de la historia?
-Quita, quita, que aún quedan dos horas, no lo digas muy alto a ver si va a pasar algo más...
-¿Que tu madre se ha equivocado de medicina y se ha intoxicado? Sí, claro, por supuesto, vete con ella al hospital, corre...
-¿Que ha sido ese ruido?
-Espero que otras dos baldosas de la pared de la cocina que se han caído, porque si es algo peor no quiero saberlo. No me lo digas.
-¿Y ese reloj tan tecnológico?
-Es una pulsera de actividad cutrona. Mide los pasos y las calorías consumidas, pero lo de las calorías no va bien, ¿cómo vas a quemar sólo 300 dando 14.000 pasos en un día?
-¿Puedo ir al baño?
-Sí, pero quédate donde tocas pie que no hemos contratado socorrista aún.
-Podréis decir muchas cosas de esta semana, pero NO que os habéis aburrido. Eso no podréis decirlo.
martes, 20 de junio de 2017
viernes, 9 de junio de 2017
Un Joey con moño y a lo loco
No sé qué curriculum tendrá el medio-jefecillo de mi gimnasio. No quiero extender falsos rumorazos. A lo mejor es un tío que sabe un montón de máquinas y ejercicios, con una formación muy completa sobre forma física y mucha experiencia. Pero me huelo que todo eso es lo que menos tuvieron en cuenta cuando le contrataron.
Y es que la principal labor del medio-jefecillo de mi gimnasio es, SIN NINGUNA DUDA, ligar con las usuarias. Es, desde luego, en lo que más tiempo invierte y de verdad que no creo que sea por elección propia. Mucho me temo que debe de tener, incluso, una cláusula específica en su contrato para indicar que es uno de sus deberes. Algo tal que así.
"Artículo 15, barra 12, párrafo B. El abajo firmante tendrá la obligación de ligar con cada una de las clientas de las instalaciones sin perjuicio de raza, edad o complexión física. Deberá llamarlas con apelativos cariñosos al estilo de "chiqui" y la expresión y tonos más zalameros de los que el trabajador sea capaz"
Y su capacidad es muy alta, ya os lo digo yo. No sé qué otras habilidades tendrá en esta vida (a lo mejor muchas, ¿eh? Que yo no le juzgo) pero DESDE LUEGO la de ligar y flirtear la tiene extremadamente desarrollada.
Yo lo puedo decir con total objetividad porque en mí apenas tiene efecto. Le saco unos 1500 años (aprox) y no es nada mi tipo. Pero NADA. Es el típico chulillo de gimnasio, con unos muslos más grandes que la cabeza de lo musculados que los tiene y que lleva un mini-moñillo alto de esos que ahora están tan de moda. Vamos, que el chico tendrá su público, seguro, pero yo no formo parte de él. EN ABSOLUTO. Ahora, lo que es verdad es verdad. El chaval sabe que su habilidad es ligar... y la emplea.
Me di cuenta por algo que pasó el otro día. Iba yo con todos mis calores después de casi morir extenuada en una clase de bici, a la que había ido con unas mallas muy cortas para intentar no morir, TAMBIÉN, asfixiada. Me ve el medio-jefecillo de mi gimnasio, me dedica el "chiqui" de rigor y lanzándome una mirada que parecía que me estaba pasando el Norton Antivirus me suelta:
-Ya se te está notando el gimnasio, ya...
Y a mi, que no soy su público objetivo, que le saco 1500 años y que no es nada mi estilo de chico, me dio hasta un poquito de corte. No demasiado, ¿eh? que tengo mucha mili, pero algo de ruborcillo ya me subió a las mejillas, ya, y pensé... ¡Bah! Este con sus parroquianas tiene que ser como Joey en Friends y su "¿cómo va eso?"
Un Joey con moño y a lo loco ;P
Y es que la principal labor del medio-jefecillo de mi gimnasio es, SIN NINGUNA DUDA, ligar con las usuarias. Es, desde luego, en lo que más tiempo invierte y de verdad que no creo que sea por elección propia. Mucho me temo que debe de tener, incluso, una cláusula específica en su contrato para indicar que es uno de sus deberes. Algo tal que así.
"Artículo 15, barra 12, párrafo B. El abajo firmante tendrá la obligación de ligar con cada una de las clientas de las instalaciones sin perjuicio de raza, edad o complexión física. Deberá llamarlas con apelativos cariñosos al estilo de "chiqui" y la expresión y tonos más zalameros de los que el trabajador sea capaz"
Y su capacidad es muy alta, ya os lo digo yo. No sé qué otras habilidades tendrá en esta vida (a lo mejor muchas, ¿eh? Que yo no le juzgo) pero DESDE LUEGO la de ligar y flirtear la tiene extremadamente desarrollada.
Yo lo puedo decir con total objetividad porque en mí apenas tiene efecto. Le saco unos 1500 años (aprox) y no es nada mi tipo. Pero NADA. Es el típico chulillo de gimnasio, con unos muslos más grandes que la cabeza de lo musculados que los tiene y que lleva un mini-moñillo alto de esos que ahora están tan de moda. Vamos, que el chico tendrá su público, seguro, pero yo no formo parte de él. EN ABSOLUTO. Ahora, lo que es verdad es verdad. El chaval sabe que su habilidad es ligar... y la emplea.
Me di cuenta por algo que pasó el otro día. Iba yo con todos mis calores después de casi morir extenuada en una clase de bici, a la que había ido con unas mallas muy cortas para intentar no morir, TAMBIÉN, asfixiada. Me ve el medio-jefecillo de mi gimnasio, me dedica el "chiqui" de rigor y lanzándome una mirada que parecía que me estaba pasando el Norton Antivirus me suelta:
-Ya se te está notando el gimnasio, ya...
Y a mi, que no soy su público objetivo, que le saco 1500 años y que no es nada mi estilo de chico, me dio hasta un poquito de corte. No demasiado, ¿eh? que tengo mucha mili, pero algo de ruborcillo ya me subió a las mejillas, ya, y pensé... ¡Bah! Este con sus parroquianas tiene que ser como Joey en Friends y su "¿cómo va eso?"
Un Joey con moño y a lo loco ;P
domingo, 4 de junio de 2017
Echando una cana al aire con Pe
Os cuento un secreto si prometéis no chivárselo al Consejo Superior de la Federación de Superhéroes. Este fin de semana me he portado un poco mal. Le he sido infiel a mi supertraje. Me he quitado mis mallas verdes y las he cambiado por otras rosas fosforitas. Y es que durante unas horas me he metido en la piel de una dama sobre ruedas.
Los que ya tengáis algunos añitos seguro que la recordáis. Era estilosa, muy rápida, mantenía su imagen intacta hasta en la carreras más estresantes y podía convertir un producto tan simple como el champú en un arma poderosa. Efectivamente, es ella, la que tantas veces hizo exclamar a Pierre Nodoyuna "maldición, maldición y tres veces maldición".
Durante unas horas ella fui yo. O yo fui ella. Y antes de que llaméis al manicomio pensando que me disfracé de ella voluntariamente, aclararé algunos puntos:
-Era una fiesta de disfraces. Los personajes se repartieron por sorteo. OBVIAMENTE, yo perdí ese sorteo. Habría preferido ser cualquiera de los otros protagonistas de series de dibujos animados que se sorteaban: Pedro Picapiedra, Las Tortugas Ninja o incluso una neurona de Érase una vez la Vida.
-Encontrar unas mallas de tamaño adulto de un rosa tan fosforito como ese no fue tarea fácil, pero, sin duda, el verdadero reto radicó en intentar construir con cartón un coche medio parecido al de Pe. Ilusa de mí, empecé intentando utilizar un caja de frigorífico. Tuve que abortar misión, claro, aquello era de todo punto inabarcable. Su (nuestro) vehículo acabó siendo el que veis en la imagen, más pequeño e infinitamente más manejable. Meter un coche (aunque sea de esas dimensiones y de cartón) dentro de otro coche tiene más miga de la que podáis imaginar.
-Al final la cosa quedó como muestra la foto. Para el desastre que me esperaba, ni tan mal, oye. Eso sí, los daños colaterales y las réplicas del terremoto disfracero se sienten todavía a estas horas en mi superguarida, donde el rosa lo ha invadido todo. Hay por todas partes restos de pintura rosa, de spray rosa, de gomas rosas. Hay papel rosa de todas las clases imaginables: de celofán, de seda, de cartulina.... Hay gomaeva rosa. Y creo que no hace falta que os diga de qué color son mis uñas en este momento...
Me enorgullece decir que tanto sufrimiento ha tenido recompensa. Ya puedo decir que, por primera vez en mi vida, he ganado un concurso de disfraces.
Más vale tarde que nunca ;P
Los que ya tengáis algunos añitos seguro que la recordáis. Era estilosa, muy rápida, mantenía su imagen intacta hasta en la carreras más estresantes y podía convertir un producto tan simple como el champú en un arma poderosa. Efectivamente, es ella, la que tantas veces hizo exclamar a Pierre Nodoyuna "maldición, maldición y tres veces maldición".
Durante unas horas ella fui yo. O yo fui ella. Y antes de que llaméis al manicomio pensando que me disfracé de ella voluntariamente, aclararé algunos puntos:
-Era una fiesta de disfraces. Los personajes se repartieron por sorteo. OBVIAMENTE, yo perdí ese sorteo. Habría preferido ser cualquiera de los otros protagonistas de series de dibujos animados que se sorteaban: Pedro Picapiedra, Las Tortugas Ninja o incluso una neurona de Érase una vez la Vida.
-Encontrar unas mallas de tamaño adulto de un rosa tan fosforito como ese no fue tarea fácil, pero, sin duda, el verdadero reto radicó en intentar construir con cartón un coche medio parecido al de Pe. Ilusa de mí, empecé intentando utilizar un caja de frigorífico. Tuve que abortar misión, claro, aquello era de todo punto inabarcable. Su (nuestro) vehículo acabó siendo el que veis en la imagen, más pequeño e infinitamente más manejable. Meter un coche (aunque sea de esas dimensiones y de cartón) dentro de otro coche tiene más miga de la que podáis imaginar.
-Al final la cosa quedó como muestra la foto. Para el desastre que me esperaba, ni tan mal, oye. Eso sí, los daños colaterales y las réplicas del terremoto disfracero se sienten todavía a estas horas en mi superguarida, donde el rosa lo ha invadido todo. Hay por todas partes restos de pintura rosa, de spray rosa, de gomas rosas. Hay papel rosa de todas las clases imaginables: de celofán, de seda, de cartulina.... Hay gomaeva rosa. Y creo que no hace falta que os diga de qué color son mis uñas en este momento...
Me enorgullece decir que tanto sufrimiento ha tenido recompensa. Ya puedo decir que, por primera vez en mi vida, he ganado un concurso de disfraces.
Más vale tarde que nunca ;P
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