miércoles, 24 de julio de 2019

Amaneceres pendientes, el audio

Lo que es la vida, oye. Cuando escribí esto no me atrevía a decir algo así a alguien. Lo que daría ahora por tener alguien a quien decírselo.

¿Decir el qué?

Dadle al play y os lo cuento.

viernes, 19 de julio de 2019

Tu yo del futuro cercano

Este finde he visto en la playa a tu yo del futuro. Se ha debido abrir un portal temporal de poco recorrido porque no era un tú muy distinto a ti, te sacaba unos 5 o 7 años. Debía ser tu yo del futuro cercano.

Le (te) he reconocido enseguida porque mantiene ese cuerpazo que tienes ahora, esos brazacos, esos marcadísimos abdominales y sobre todo esa sonrisa de 1000 vatios que podría iluminar una ciudad de tamaño medio. Supongo que esa es tu marca de identidad, también la tendrá tu yo del futuro lejanísimo. Ojalá. Lleva el mismo peinado que tú, un tupé al estilo Felipe (el amiguito de Mafalda) inesperadamente repoblado, así que intuyo que de aquí a una década los tratamientos capilares habrán mejorado un montón.

(Y ahora, POR FAVOR, no sigas leyendo si eres de los que te gusta mantener la emoción y la sorpresa en las series porque vienen unos spoilers como castillos)

¡¡¡¡ SPOILER ALERT !!!!

(No lo puedo poner más grande ni más destacado, la que avisa no es traidora)

Tiene dos niños preciosos, dos mellizos (chico-chica) movidísimos (de tal palo, tal astilla) que a sus dos añitos ya apuntan maneras de ser dentro de nada tan atléticos como tú.Y por si esa sonrisa iluminadora me había dejado alguna duda, al verle jugar con ellos, cuidarles, abrazarles, he tenido la absoluta certeza de que eras tú. Sé que serás así con tus hijos porque ya se te nota con tu sobrino: no se sabe quien disfruta más haciendo el gamberro con el otro, si el adulto o el enano...

Tu yo del futuro cercano está en la playa con una chica. No es la madre de los mellizos y tampoco se os ve excesivamente unidos. No sé si es un ligue reciente o uno al que le quedan dos telediarios, sólo sé que si alguna vez veo a tu yo del futuro lejano espero que no esté con ella. No hace castillos para no mancharse de arena, no salta olas con los pequeños y su creatividad e imaginación brilla por su ausencia. Pegáis cero.

Y me dan ganas de levantarme de la toalla para ir a decirle a tu futuro yo lo mismo que le diría a tu yo del  presente: que sé con quién deberías estar. Con alguien que pueda hacer un edificio de tres plantas con toda la tierra que se saca del bañador cuando vuelve de la playa. Con una TODera de las que se apañan en TODAS las situaciones: que lo mismo juegue a las palas (o lo intente), que mantenga el equilibrio de 4 pequeños piratas encima de una colchoneta gigante en forma de porción de pizza, que se invente un cuento de hadas moderno en el que Cenicienta triunfa en el mundo de los negocios y pasa de bailes, toques de queda mágicos y zapatitos de cristal y que atienda las micro-crisis alimentarias playeras de mitad de mañana con trozos de sandía, melocotón y naranja porque quién tiene ganas con estos calores de ponerse a hacer bocadillos. Con alguien a quien a veces le sobre valor en los naufragios y le falte en los vasos de agua (no le vendría mal una duchita de serenidad, me temo) pero que aún así sea un buen marino en la tormenta, alguien con quien se pueda contar cuando la cosa se pone chunga. Con alguien  pelín despistada, un poco caótica y bastante desastre pero en tu mismo canal de locura mental y con la suficiente imaginación para ver a tu yo del futuro y reconocerle.

Si no se te ocurre a nadie yo tengo algunas ideas...

lunes, 15 de julio de 2019

Angel de la guarda estresado

SpeedyDad suele decir que uno de los SpeedySobris más peques tiene a su ángel de la guarda estresado. Y es verdad. G es un niño tan guapo como movido que está todo el rato corriendo, brincando y saltando de todo banco, muro o piedra con un mínimo de altura, lo que se traduce en caídas permanentes y constantes que de vez en cuando terminan en el hospital. Por suerte hasta ahora sólo han sido mini-sustos sin mayores consecuencias, pero no me extrañaría lo más mínimo que su cuidador alado esté agobiado perdido. De hecho me lo imagino extenuado, cabizbajo, con la aureola de santo caída sobre la frente, arrastrando los pies y diciendo: "De verdad, este trabajo no está pagao".

Pensaba en esto el otro día porque mucho me temo que queda de vez en cuando con mi guardaespaldas celestial para tomar cañas y contarse sus penas. Y es que los dos están más o menos en las mismas. El mío no en el plano físico porque hace tiempo que no  hago rafting, ni piragüismo, ni buceo, ni esgrima, ni escalada, ni equitación. Y ni me acuerdo de la última vez que cabalgué las olas. Pero emocionalmente... es decir en cuanto a tranquilidad, estabilidad y confianza en el futuro mi vida es una montaña rusa y mi guardián angelical no da abasto, el pobre. Mi legendario desacierto para tomar decisiones le hace poner el gesto del GIF de abajo 24 horas al día y se ha cansado, claro. Normal.





Entre que está hasta el pico de la boina y que, desde que me dio el Jamacuco Supremo, los dos (yo también) tenemos claro que no hay tiempo que perder, ha decidido cambiar de táctica. Hasta ahora me dejaba a mi ritmo, que cometiera mis propios errores y luego ya si eso él recogía los pedazos. Como soy una cabezota y una pesada eso llevaba siiiiglos para que al final terminara la cosa como el rosario de la aurora igualmente, así que mi ángel de la guarda ha decidido aplicar una nueva técnica llamada "hostiazo a la mínima y pa'lante".

Para no meternos en complicadas definiciones poco esclarecedoras, vamos a ilustrar el concepto con ejemplos del día a día. Y para que se entienda algo, voy a dar instrucciones cromáticas. Lo verde lo pienso yo. Lo azul lo digo yo en voz alta. Lo rojo lo dice mi pobre ángel de la guarda, pero no puedo oírle, claro, si pudiera escucharle me iría bastante mejor. Los demás lo dicen artistas invitados, ya iré poniendo nombres para que os aclaréis. (Por cierto, ¿no os preocupa que necesite un color para marcar lo que dice un ser celestial? A mi una pizca, tengo que confesarlo, dice poco a favor de mi salud mental)


EJEMPLO 1

-Voy a hacer este proyecto laboral necesario, pero antes me voy a asegurar un plan B económico por si falla.
-Eso hay que hacerlo sí o sí, lánzate y no les des más vueltas, ya apechugaremos.
-Voy a ir a hacienda, y a la seguridad social y a la oficina de empleo y a...
-Esto va a ser interminable, acabamos antes si me disfrazo de funcionario y digo:
-FALSO FUNCIONARIO.- Sí, sí, claro, hay red de seguridad.
-¿Seguro que hay red de seguridad?
-FALSO FUNCIONARIO.- Si, sí
(Días después... ¡¡¡HOSTIAZO CELESTIAL!!)
¡¿Qué no hay red de seguridad?!! ¿Qué voy a hacer?
-Pues apechugar y tirar pa'lante, el proyecto laboral había que hacerlo igualmente y si no llego a mentirte habrías tardado siglos en decidir o te habrías echado atrás. Y no podía permitirlo.


EJEMPLO 2

-Ayyyy, que Maromazo tan estupenderrimo, ¡me encanta!
-Si que es majo, sí, pero con este chico no tienes ningún futuro y además tiene novia.
-Yo creo que no tiene novia, no ha salido en la conversación.
-Vaaale, voy a disfrazarme de Maromazo para ir dando pistas:
-FALSO MAROMAZO.- Sí este libro lo compré el otro día con mi SUEGRO
-¿Ha dicho suegro? Lo habré oído mal, que está la música muy alta. Seguro que ha dicho cuñado.
-Pufff, está en fase de negación, esto va a durar siglos... Hora del ¡¡HOSTIAZO CELESTIAL!!
(Dos días después, por la calle...)
-Ay, Maromazo Estupenderrimo, qué casualidad que nos encontramos cuando vas de paseo con tu Estupendérrima Novia, a la cual además resulta que conozco de algo porque al final Speedytown no es Nueva York y nos conocemos todos. ¿Qué taaaaal?
-Ale, Speedy, ya lo tienes claro ahora a tirar pa'lante y por el siguiente.


Ha habido más ejemplos los últimos días, pero con estos ya os hacéis una idea. Que no es que la técnica que me parezca mal, porque es cierto que el tiempo es oro y que yo soy muuuuy pesada, pero no sé, que me compre material protector, coderas, espinilleras, casco, no sé... que no gano para chichones.

lunes, 8 de julio de 2019

Mi Vietnam particular

He tenido muchas situaciones laborales complicadas en mi vida con condiciones malas, horribles y pésimas y creo que puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que ahora mismo estoy en una de las peores. Para no abrasaros con explicaciones innecesarias os lo resumiré diciendo que me acerco peligrosamente a la línea de pagar por trabajar, en lugar de que me paguen por hacerlo. Con eso ya os hacéis una idea.

Aún así estoy mejor que en todas esas ocasiones anteriores porque esta vez es un medio para un fin. Pero no como me habéis oído decir esto antes de una forma difusa como una idea general que podría medio acercarme a estar más próxima a algo mejor.  Esta vez es un plan concreto dirigido a  lograr un objetivo concreto en unos plazos concretos (espero). Esta vez no estoy luchando sin organización limitándome a tratar de defenderme de las flechas que me disparan desde todos los flancos. Esta vez es una batalla planificada que he comenzado yo conforme a una estrategia que (teóricamente, porque en las situaciones bélicas nunca se sabe) debería conducirme a la victoria.

Pero, por mucho sentido que tenga, no deja de ser una guerra y como tal es dura. De hecho, es mi Vietnam laboral particular y hay muchos ratos en que no siento las piernas. Por eso esta iniciativa, que es genial, me toca especialmente la fibra en esta época. Son las cosas que me gustaría decirle a más de uno y a más de dos, sólo que la campaña lo hace con mucha más gracia. Me encantan casi todas las intervenciones y estas son algunas de mis preferidas:





-Mi jefe no me paga, pero me hace pizza parties.

-En el mercado no puedo pagar con visibilidad y experiencia 






Y mi preferida, porque ahora estaré en mi Vietnam particular y todo lo que queráis, pero también estoy en la era Post Jamacuco en la que tengo un umbral de sufrimiento muy bajo porque la vida son dos días, uno nos lo pasamos desenredando los auriculares y desde luego no me voy a amargar ni mijita. Así que ahora más que nunca, con 42 grados a la sombra, tengo que conciliar mi vida laboral-bélica con mi vida familiar y de ocio porque (se puede decir más alto pero no más claro):

 -Tu horario flexible mata mis relaciones

Y como diría SpeedyMum: De eso nada, monada.

martes, 2 de julio de 2019

El equipo Jamacuco Support

Uno de los mejores profes de inglés que he tenido me dijo la milésima vez que me presentaba al último curso de la Escuela Oficial de Idiomas que la única manera de aprender bien una lengua es echarse un novio que sea hablante nativo de ella. Una verdad como un pinar de grande, sin duda. No hay motivación más fuerte que el amor.

Por otra parte, SpeedyBrother me aconseja últimamente que haga menos ejercicio porque empiezo a tener unos bíceps que si le doy un bofetón le arranco la cabeza. (Ahí lo lleváis, os he dejado muertos con este vuelco argumental, ¿eh? Que noooooo, que soy cinturón negro en cambiar de tema, pero que esto tiene que ver con lo que estaba hablando, lo prometo, un poco de paciencia)

SpeedyBrother es un exagerado, pero tiene razón en que me está cambiando el cuerpo porque de un tiempo a esta parte voy mucho al gimnasio. Ahora, como los lectores espabilados que sois, hilaréis rápido, tiraréis por lo del amor (que os conozco como si os hubiera parido) y pensaréis que lo mío con GimnasioMan va viento en popa a toda vela y no. Siento deciros que guardéis el confeti y los matasuegras porque el tema no va por ahí AÚN. (Me gusta poner eso de aún, que la esperanza es lo último que se pierde, pero vaya, ahora mismo GinmasioMan está a sus cosas -bien por él, es lo que tiene que hacer- y no hay garantía ninguna de que eso vaya a cambiar en un futuro. Estoy en paz con ese hecho y no me provoca sufrimiento alguno, así que no preocuparse). Total, que mi reciente afición al gimnasio no se debe a eso, aunque algo tiene que ver con el amor, no estrictamente romántico. Me explico.

Cuando estaba recién salida del Jamacuco Supremo, tenía un miedo que lo flipas. Terror. Me asustaba que me volviera a pasar y que la pierna que se me había quedado tocada no volviera a ser la misma. Estaba cagada y muuuy blandita y de lo poco que me dejaban hacer los médicos al principio era ir al gimnasio a hacer los ejercicios de rehabilitación. Así que me plantaba allí cada día con todo mi miedo y mi carita triste y allí encontré gente que se portó muy bien. GimnasioMan entre ellos, pero no el único. Hubo compas y profes que fueron amables y empáticos, cosa que, dado lo blandita que estaba, me tocó la patata, la verdad. Sentirme acompañada en un momento de mierda de mi vida lo hacía un poco menos malo. Me animaban, me preguntaban, se interesaban por mis leeentas mejoras. Incluso los monitores con los que más confianza tenía siguieron al milímetro mi recuperación porque iba aumentando gradualmente el tiempo que me metía a sus clases según iba cogiendo fuerzas: hoy 10 minutos de bici, mañana 15, dentro de 3 días 25... era como verme salir del hoyo poco a poco.

Ese proceso ha convertido el gimnasio en un lugar Speedy friendly, un sitio al que voy a gusto. No he sacado de allí novio (AÚN, la esperanza es lo último que se pierde), ni una chupipanda para tomar cañas, pero el que pasará a la historia como el equipo Jamacuco Support fue todo un hallazgo en su momento. Hacer ejercicio se ha quedado vinculado dentro de mi cabeza a una manera de escapar del miedo y el gimnasio ha dejado de ser un lugar de tortura. Por eso voy tanto.

Y ahora tengo unos biceps que si le doy un bofetón a SpeedyBrother le arranco la cabeza. Eso dice, el colega. Hace falta ser exagerado...