miércoles, 9 de diciembre de 2015
Que no estaba muerto, estaba de parranda...
La canción viene muy a cuento pero en mi caso sólo es verdad a medias. Yo no estaba muerta, pero DESDE LUEGO no he estado de parranda. De hecho, nada más lejos de la realidad. Los motivos que me han mantenido alejada del teclado se resumen en un superagobio mortal producido básicamente por lo estreses de la Supermovida y sus exámenes. He estado matándome a estudiar a ver si conseguía sacar el tema adelante y ya os puedo adelantar que la cosa no ha ido demasiado bien. Qué le vamos a hacer.
La parte mala de esto es que fracasar es siempre una caca de la vaca Paca. Y fracasar cuando te has esforzado al máximo pues más, ya os podéis imaginar. La parte buena es que ya he aceptado que, dadas mis circunstancias actuales, no puedo con esto de golpe, así que habrá que plantearse otras opciones. Todas ellas implican más tiempo y bajar el ritmo porque si sigo así me va a dar un chungo. Así que, por sacarle el lado positivo, volveré a tener tiempo para algo más que trabajar y estudiar.
Y es que estos días no he hecho otra cosa. No he salido, no he leído, no he escrito, no he ligado, no he comido casi nada y prácticamente no he dormido. He vivido dos meses al borde del colapso nervioso y no ha servido para gran cosa, lo cual sólo deja clara una cosa: que es hora de pasar al plan B.
Consista en lo que consista ese plan, espero que incluya pasarme más a menudo por aquí. Y por vuestros blogs, que me tengo que poner al día. Porque a todo esto... ¿vosotros qué tal?
martes, 13 de octubre de 2015
Deje su mensaje después de oír la señal
Este es el contestador automático del blog de Speedy. En este momento no puedo atenderos porque tengo la vida colapsada debido, básicamente, a que me han surgido nuevos compromisos profesionales superheroicos que además se solapan completamente con las clases de la SuperMovida, lo que da como resultado que estoy a tope de curro mientras mis profes amenazan con catearme todo juuuuuuuuuuuuuuto en el último curso de mi tortura estudiantil. Hay que evitar esta catástrofe a toda costa para no tirar por la borda todo el esfuerzo (y sufrimiento) que me ha exigido la SuperMovida los dos últimos años así que ahora mismo soy básicamente una loca de la vida que va de la ceca a la meca más estresada que un camaleón en Desigual. Total, en resumen (que va a sonar el piiiiiiii del contestador y no habré acabado de soltar mi chapa): no me da tiempo a escribir porque básicamente no me da tiempo ni a respirar, pero no me olvido de vosotros. Si dejáis vuestro mensaje después de oír la señal pasaré a escucharlos cuando pueda. Y a leeros por vuestras casas también, claro. Se os quiere.
PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
lunes, 5 de octubre de 2015
El colmo de los colmos
No tengo tiempo de escribir aquí. Os lo explicaría pero, ¡oh, sorpresa!, no tengo tiempo de explicároslo. Pero lo que me ha pasado esta noche lo tengo que contar porque es el colmo. No, no, el colmo no. El colmo de los colmos.
Ya he dicho por aquí que estoy atravesando la mayor sequía sentimental de la historia. Creo que la razón principal es que no tengo materia prima para empezar nada porque no conozco chicos de ninguna clase, edad, ni condición. ¿Que por qué? Sí, exactamente, porque no tengo tiempo. ¿Cómo lo habéis adivinado?
El caso es que, dada esta situación, mi vida sentimental se reduce a la pequeña pantalla. Me voy a explicar. Yo veo un trozo de una serie (porque SORPRENDENTEMENTE no tengo tiempo de ver un capítulo entero), localizo al bueno de la historia, al típico prota listo, simpático, honrado, angelical y con cara de no haber roto un plato en su vida y me enamoro de él. No tengo tiempo de darle más vueltas.
(De este, por ejemplo)
Hasta aquí todo normal. Triste, pero normal. El COLMO ha venido esta noche, que he soñado con él. Que vosotros diréis: los sueños son gratis, habrás soñado una historia de amor épica e inolvidable para compensar la sequía sentimental real, ¿no? Pues no, hijos míos, no, ya me gustaría.
He soñado que conocía al actor real de la serie, Sean Berdy, que igual que en la ficción, es sordo. Como no tengo tiempo tampoco en los sueños y como lo poco que aprendí de lengua de signos lo tengo en los talones, el chico hablaba perfectamente (además en español), que si no, no nos íbamos a entender. Mis sueños ahí, abriendo caminos para el amor.
Aunque ya que se ponían a abrir caminos, podrían haber traído al personaje de Sean en la serie, Emmet, que es el que a mi me gusta. Contra Sean no tengo nada, pero como no lo conozco me lo he tenido que inventar en mi ficción onírica. Y ha sido un fiasco total.
Porque, en mi sueño, Sean era un actor acabado, en el ocaso de su carrera, un amargado de la vida que no tenía donde caerse muerto. Y sí que intentaba ligar conmigo, si... pero para encontrar un sitio en el que dormir en su última noche en Speedytown. Un caradura, vamos
Yo es que flipo. En medio de la mayor sequía sentimental de la historia mis sueños se dedican a minarme la moral. Esto es de juzgado de guardia. Tendría que ir a la Oficina de Creación Onírica de mi cerebro, montar un pollo y poner una reclamación.
Porque no tengo tiempo, que si no...
martes, 22 de septiembre de 2015
El horror elevado a la enésima potencia
Leyendo la foto de arriba creo que ya os podréis hacer una idea de donde he estado este fin de semana. La parte buena es que con esta boda termino la INFINITA primera tanda de bodorrios que he vivido últimamente. Todos los de mi alrededor que estaban en condiciones de hacerlo ya han pasado por el altar. Ahora quedan los de la segunda tanda, los que aún no están en condiciones. Esos entre que se apañan y no aún tardarán un tiempecito en darse el sí quiero. Y la verdad, menos mal, porque empezaba a estar un poco saturada de tanta oficialización del amor. Bueno, más que de la oficialización, de todo el circo comercial que se ha montado a su alrededor: vestidos, banquetes, peluquerías, regalos, despedidas... De eso estaba más que harta. ¡Qué aburrimiento!
Ahora, con una resaca de tres pares, afronto el comienzo de la semana. Para empezar bien, este lunes ya ha venido cargadito: curro de ocho horas, primer día de la SuperMovida (último año de la SuperMovida, ¡¡por fin!!) y una estupenda sesión de dentista para sacarme las muelas del juicio que estaba tan agarradas las cabritas que han convertido aquello en una carnicería. ¿Sabéis la típica escena de las pelis del oeste en la que el herrero le arranca al protagonista con unos alicates algún diente picado usando por toda anestesia dos tragos de whisky? Pues tres cuartos de lo mismo pero en el siglo XXI y con whatsapp para lloriquear y quejarme después.
¿¿¿¿¿Exagerada yooooo??? Estooooooo, ¡qué va! No sé de qué estáis hablando...
Eso sí, os cambio a cualquiera de vosotros mi comienzo de semana por el vuestro.
¡¡¡Venga, valientes!!!
lunes, 31 de agosto de 2015
Vacaciones-no vacaciones
Diría que este ha sido el peor verano de mi vida, pero no quiero ponerme dramática, así que lo vamos a dejar en que han pasado varias cosas adscritas a la categoría de "caca de la vaca paca" y absolutamente nada de lo demás. Pero cero pelotero, oye. Y claro, lo pongo todo en una balanza y no terminan de salirme las cuentas.
Supongo que esto tiene bastante que ver con que he estado dos meses encadenada a unas vacaciones-no vacaciones que me han colapsado a más no poder. Entraría en el detalle, pero me iba a costar dos párrafos explicarlo bien y hace mucho calor para entradas largas, así que os lo resumiré diciendo que tenía un mega-marrón que resolver y la búsqueda de una solución no me ha dejado tiempo para nada más. Al final esa solución no la he encontrado, así que a los efectos es como si hubiera estado estos meses cómodamente repanchingada en una tumbona de la playa bajo un cocotero. Mi absoluta falta de bronceado deja claro que el plan del cocotero ni lo he olido y la verdad es que me da rabia. Porque si te quedas sin días libres y sirve para algo, pues vale que vale... pero lo que me ha pasado a mi este año es de juzgado de guardia.
Ahora mis vacaciones-no vacaciones se han acabado y me espera un añito de agárrate y no te menees. La supermovida y otros marronazos del infierno acechan en el horizonte junto a nuevas ocupaciones que me imagino que ya irán saliendo por aquí porque tienen tela. El caso es que me huelo la que se me viene encima y me da más miedo de lo normal porque no me coge con las pilas cargadas. Y si algo voy a necesitar en los próximos meses es energía.
Así que bueno, ya puedo espabilar. O hacerme con una batería externa de colores chillones de esas que enchufas al móvil cuando está a punto de morir y lo hacen funcionar unas cuantas horas más. ¿Dónde venderán cacharros de esos adaptados para superheroinas agotadas?
miércoles, 19 de agosto de 2015
Si no vas a jugar, aparta
La parte buena de estar atravesando la mayor sequía sentimental de la historia es que hace mucho que no paso por una ruptura. Ni me han dejado ni he tenido que dar yo la patada emocional a nadie. Esto no quiere decir que me haya librado de comerme unas cuantas semi-calabazas (defino este tecnicismo por si no queda claro: minihistorietas medio parejiles que han acabado mal o no han llegado a empezar en condiciones) pero vamos, nada que vaya a matarme. Y con esa serenidad que da la distancia de no estar metida hace mucho en ningún bullullu me he puesto a pensar en el final de las relaciones y he tenido una revelación.
¿Vosotros tenéis claro lo peor que podrían deciros para cortar? No me refiero a la forma. No digo que él se ponga nervioso y lo exprese fatal o que no sepa qué momento elegir o que no sea capaz de suavizarlo minimamente o que lo suavice tanto que no llegue a quedar claro que está rompiendo y tengáis que tener la conversación otro día. No me refiero a la forma, sino al fondo. ¿Tenéis claro cuál es la peor razón que os podría dar alguien para no estar con vosotros? Yo la leí el otro día en un libro.
"Creo que tengo que advertírtelo: no voy a luchar por ti. El problema contigo es que no eres el tipo de persona por la que uno suele pelearse. Eres mi opción de vida fácil. En el momento en que dejes de serlo, dejas de ser una opción"
(Juliet, desnuda. Nick Hornby)
Me parece brutal. BRU-TAL. No es que te digan que ya no les ilusiona estar contigo, que no hay chispa, que no hay magia, que no hay razones para intentar conservarte. Te están diciendo que nunca ha habido nada de eso. Que estaban por estar, porque no tenían otra cosa mejor que hacer. Que se estaban conformando. ¡Qué horror!
Conformarse no sólo afecta al que se conforma. También concierne, y mucho, a la persona con la que te estás conformando. Porque, como es tu premio de consolación, no te emociona. No tienes miedo a perderlo. Te da igual tenerlo que no, así que no te esfuerzas. No necesitas ser la mejor versión de ti mismo. No das lo mejor de ti. Es más, seguramente no des más que migajas, limosna. ¿Y qué tiene que ver eso con el amor? Ya os lo digo yo: NADA.
Conformarte con alguien no es sólo perder tu tiempo, es hacérselo perder a la otra persona también. Es mentirle, estafarle, retenerla, impedirle que se encuentre con alguien que la quiera de verdad, al cien por cien, a todo o nada. Es apartarla del amor no queriéndola. Que ya es gordo.
Yo nunca me he conformado. Puede que esto tenga bastante que ver con mis laaaaaaaargas sequías sentimentales,ahora que lo pienso, pero no lo he hecho nuca y espero no hacerlo jamás. Por mi, desde luego, pero también por respeto a la otra persona.
Todos nos merecemos ser alguna vez el todo o nada de alguien. Ya es bastante difícil lograrlo sin toparse con gente que va por la vida conformándose, así que, haz el favor, si no vas a jugar, aparta. No haces más que estorbar.
¿Vosotros tenéis claro lo peor que podrían deciros para cortar? No me refiero a la forma. No digo que él se ponga nervioso y lo exprese fatal o que no sepa qué momento elegir o que no sea capaz de suavizarlo minimamente o que lo suavice tanto que no llegue a quedar claro que está rompiendo y tengáis que tener la conversación otro día. No me refiero a la forma, sino al fondo. ¿Tenéis claro cuál es la peor razón que os podría dar alguien para no estar con vosotros? Yo la leí el otro día en un libro.
"Creo que tengo que advertírtelo: no voy a luchar por ti. El problema contigo es que no eres el tipo de persona por la que uno suele pelearse. Eres mi opción de vida fácil. En el momento en que dejes de serlo, dejas de ser una opción"
(Juliet, desnuda. Nick Hornby)
Me parece brutal. BRU-TAL. No es que te digan que ya no les ilusiona estar contigo, que no hay chispa, que no hay magia, que no hay razones para intentar conservarte. Te están diciendo que nunca ha habido nada de eso. Que estaban por estar, porque no tenían otra cosa mejor que hacer. Que se estaban conformando. ¡Qué horror!
Conformarse no sólo afecta al que se conforma. También concierne, y mucho, a la persona con la que te estás conformando. Porque, como es tu premio de consolación, no te emociona. No tienes miedo a perderlo. Te da igual tenerlo que no, así que no te esfuerzas. No necesitas ser la mejor versión de ti mismo. No das lo mejor de ti. Es más, seguramente no des más que migajas, limosna. ¿Y qué tiene que ver eso con el amor? Ya os lo digo yo: NADA.
Conformarte con alguien no es sólo perder tu tiempo, es hacérselo perder a la otra persona también. Es mentirle, estafarle, retenerla, impedirle que se encuentre con alguien que la quiera de verdad, al cien por cien, a todo o nada. Es apartarla del amor no queriéndola. Que ya es gordo.
Yo nunca me he conformado. Puede que esto tenga bastante que ver con mis laaaaaaaargas sequías sentimentales,ahora que lo pienso, pero no lo he hecho nuca y espero no hacerlo jamás. Por mi, desde luego, pero también por respeto a la otra persona.
Todos nos merecemos ser alguna vez el todo o nada de alguien. Ya es bastante difícil lograrlo sin toparse con gente que va por la vida conformándose, así que, haz el favor, si no vas a jugar, aparta. No haces más que estorbar.
viernes, 14 de agosto de 2015
Rarunos
¿Soy yo o cada vez hay más raros por la vida? Raros. Gente rara. De esos de los que no entiendes como piensan o por qué reaccionan como reaccionan. De esas personas a las que en el 90% de las ocasiones les contestarías: ¿pero qué leches te pasa? Y ¡ojo! que no tienen por qué ser desagradables, incluso a veces te caen bien, pero no puedes comprender como viven, lo que les importa o NO les importa, por qué son como son. No entiendes nada lo que, obviamente, lo complica todo.
Seguramente por algún terrible crimen que cometí en mi vida anterior, yo tengo una inusitada facilidad para toparme con raros. Bueno, en realidad esto podría ser simple mala suerte. Lo que se debe a mi más que dudosa habilidad es mantenerlos en mi vida. Porque yo veo que hay mucha gente por ahí, seguramente más lista que yo, que detecta un nivel medio elevado de rarunidad en quien sea y le manda a tomar aire fresco por la vía rápida. Saben que les va a traer complicaciones y en aras de la sencillez y la tranquilidad se deshacen de ellos en cuanto pueden. A mi me cuesta más.
No sé... siempre creo que les terminaré entendiendo. O por lo menos que aprenderé a llevarles. En ese intervalo de tiempo les cojo cariño y después de eso se me hace difícil darles pasaporte. El problema es que eso de entenderles a la hora de la verdad ocurre poco. Lo que suele pasar es que me acostumbro a lo raruno y lo voy sobrellevando como puedo. Algunas veces lo consigo. Muchas otras, los días en los que los niveles de rarunismo se intensifican ampliamente, no entiendo nada, cosa que equivale casi siempre a un cabreo. O a un disgusto. O a una decepción. Es poco frecuente que no entender algo te provoque sentimientos positivos. Por lo menos a mi.
Al principio, cuando eres joven e inexperta, preguntas, claro. ¿Por qué has desaparecido una semana? ¿Por qué has reaccionado así? ¿Por qué no has reaccionado en absoluto? Ayyyyyyy, bendita inocencia. Las explicaciones (si es que llegan, porque muchas veces los rarunos no saben, no quieren o no pueden explicar sus raruneces) aclararan poco, tirando a nada. Y tú te quedas como estabas, con el mismo cabreo, disgusto o decepción que en el párrafo de arriba.
El truco sería la indiferencia, supongo. Ante una rarunez poder encogerse de hombros y decir, no sé, será que es raruno... Pero yo no puedo. No soy capaz. Y en el pecado llevo la penitencia.
Seguramente por algún terrible crimen que cometí en mi vida anterior, yo tengo una inusitada facilidad para toparme con raros. Bueno, en realidad esto podría ser simple mala suerte. Lo que se debe a mi más que dudosa habilidad es mantenerlos en mi vida. Porque yo veo que hay mucha gente por ahí, seguramente más lista que yo, que detecta un nivel medio elevado de rarunidad en quien sea y le manda a tomar aire fresco por la vía rápida. Saben que les va a traer complicaciones y en aras de la sencillez y la tranquilidad se deshacen de ellos en cuanto pueden. A mi me cuesta más.
No sé... siempre creo que les terminaré entendiendo. O por lo menos que aprenderé a llevarles. En ese intervalo de tiempo les cojo cariño y después de eso se me hace difícil darles pasaporte. El problema es que eso de entenderles a la hora de la verdad ocurre poco. Lo que suele pasar es que me acostumbro a lo raruno y lo voy sobrellevando como puedo. Algunas veces lo consigo. Muchas otras, los días en los que los niveles de rarunismo se intensifican ampliamente, no entiendo nada, cosa que equivale casi siempre a un cabreo. O a un disgusto. O a una decepción. Es poco frecuente que no entender algo te provoque sentimientos positivos. Por lo menos a mi.
Al principio, cuando eres joven e inexperta, preguntas, claro. ¿Por qué has desaparecido una semana? ¿Por qué has reaccionado así? ¿Por qué no has reaccionado en absoluto? Ayyyyyyy, bendita inocencia. Las explicaciones (si es que llegan, porque muchas veces los rarunos no saben, no quieren o no pueden explicar sus raruneces) aclararan poco, tirando a nada. Y tú te quedas como estabas, con el mismo cabreo, disgusto o decepción que en el párrafo de arriba.
El truco sería la indiferencia, supongo. Ante una rarunez poder encogerse de hombros y decir, no sé, será que es raruno... Pero yo no puedo. No soy capaz. Y en el pecado llevo la penitencia.
miércoles, 5 de agosto de 2015
Leer la vida pasar
Será `porque yo estoy estancada en la primera pantalla del videojuego de la vida, pero me asombra ver como evolucionan los demás, como cambian sus circunstancias, sus relaciones, su día a día. En la vida en 3D lo noto menos porque todos vamos a mil por hora, no hay tiempo de pararse a pensar mucho y enseguida nos olvidamos de como eran las cosas antes. Pero en la blogoesfera los eventos importantes quedan escritos y muchas veces se linkan por diversos motivos. Y entonces lees la realidad de ese bloguero hace un año, o dos o cinco y piensas: "Jo, es verdad, eso era así hace nada y ahora es totalmente distinto". Y flipas, claro.
Yo me metí tarde en estos mundos interneteros y aún así llegué a tiempo de ver nacer noviazgos que finalmente se han convertido en familias. Por aquí he leído rollos casuales que pasaron a ser un "puff, qué complicado, a ver cómo evoluciona esto", después relaciones superasentadas y al final matrimonios. Por aquí he seguido preparativos de bodas y rebodas, retransmisiones en directo y diferido de algunos de estos eventos nupciales, embarazos, nacimientos y segundos embarazos. Tampoco han faltado por estos lares solter@s convencidísim@s de que lo serían siempre (y que han dejado de serlo), separaciones, divorcios y amores nuevos de segunda ronda. Porque Cupido nunca se rinde y después de la tempestad viene la calma.
En la blogoesfera también he visto a unos acabar sus estudios y a otros perder su trabajo y encontrar uno nuevo o poner en marcha proyectos profesionales por su cuenta que siguen a toda mecha. He leído a gente que ha pasado de escribir por diversión a convertirlo en su profesión. A blogueros que han publicado libros recopilando sus entradas o han creado novelas de ficción. A blogueros que ahora colaboran con revistas culturales o sitios web relacionados con su trabajo en la vida real.
Los peques también han crecido en este mundo digital. Hace nada eran casi bebés que pintaban dibujos geniales y al próximo cumple les tocará soplar ya 13 velas. Muchos en su día fueron protagonistas únicos de las entradas y ahora tienen que compartir su trono porque les ha llegado un hermanito. Incluso a algunos ya pronto casi ni se les podrá llamar churumbeles, porque se están haciendo churumbeles grandotes.
He vivido cambios de nombres en los blogs, en las plantillas, en los colores de fondo y la letra. He visto a blogueros volverse más radicales, moderarse, cambiar de opinión, coger manías de persona mayor, abrir nuevas webs para contar otros temas. He visto privatizar blogs, borrarlos de golpe, recuperarlos del limbo internetero. He visto a muchos blogueros desaparecer, a no tantos mantenerse al pie del cañón y a unos pocos resurgir de sus cenizas y volver a escribir con fuerzas renovadas.
Las cosas cambian, también en Internet y yo aquí sigo: leyendo la vida pasar.
Yo me metí tarde en estos mundos interneteros y aún así llegué a tiempo de ver nacer noviazgos que finalmente se han convertido en familias. Por aquí he leído rollos casuales que pasaron a ser un "puff, qué complicado, a ver cómo evoluciona esto", después relaciones superasentadas y al final matrimonios. Por aquí he seguido preparativos de bodas y rebodas, retransmisiones en directo y diferido de algunos de estos eventos nupciales, embarazos, nacimientos y segundos embarazos. Tampoco han faltado por estos lares solter@s convencidísim@s de que lo serían siempre (y que han dejado de serlo), separaciones, divorcios y amores nuevos de segunda ronda. Porque Cupido nunca se rinde y después de la tempestad viene la calma.
En la blogoesfera también he visto a unos acabar sus estudios y a otros perder su trabajo y encontrar uno nuevo o poner en marcha proyectos profesionales por su cuenta que siguen a toda mecha. He leído a gente que ha pasado de escribir por diversión a convertirlo en su profesión. A blogueros que han publicado libros recopilando sus entradas o han creado novelas de ficción. A blogueros que ahora colaboran con revistas culturales o sitios web relacionados con su trabajo en la vida real.
Los peques también han crecido en este mundo digital. Hace nada eran casi bebés que pintaban dibujos geniales y al próximo cumple les tocará soplar ya 13 velas. Muchos en su día fueron protagonistas únicos de las entradas y ahora tienen que compartir su trono porque les ha llegado un hermanito. Incluso a algunos ya pronto casi ni se les podrá llamar churumbeles, porque se están haciendo churumbeles grandotes.
He vivido cambios de nombres en los blogs, en las plantillas, en los colores de fondo y la letra. He visto a blogueros volverse más radicales, moderarse, cambiar de opinión, coger manías de persona mayor, abrir nuevas webs para contar otros temas. He visto privatizar blogs, borrarlos de golpe, recuperarlos del limbo internetero. He visto a muchos blogueros desaparecer, a no tantos mantenerse al pie del cañón y a unos pocos resurgir de sus cenizas y volver a escribir con fuerzas renovadas.
Las cosas cambian, también en Internet y yo aquí sigo: leyendo la vida pasar.
sábado, 1 de agosto de 2015
Dándole a la tecla
Como ya os podréis imaginar, esto del superheroismo extremo es una de las profesiones más eclécticas que existen. Porque aquí parece que está toda la peña muy especializada, y que si Superman vuela y la Masa rompe muros y ElasticGirl se estira como el chicle, pero a la hora de la verdad lo que somos todos es superhéroes-orquesta porque nos toca hacer un poco de todo. Salvar el mundo y proteger a los inocentes es una tarea complicada para la que necesitamos todos los recursos que podamos obtener. Nunca se sabe lo que te puede ser útil en momentos cruciales para la Humanidad.
Así las cosas, ya supondréis que están los cursos de reciclaje suyperheroico hasta la bandera. Hay de todos los tipos imaginables: vuelo rasante, salto deportivo de rascacielo en rascacielo, técnicas para aminorar la resistencia del aire en movimientos a velocidades supersónicas... En fin, lo normal en este oficio.
De todas formas, también se organiza formación menos ortodoxa, porque oye, nunca se sabe. Yo, como ha quedado claro en este blog, soy una de las fijas en esas clases. He hecho teatro, improvisación, submarinismo, esgrima, lengua de signos, surf, alemán... casi de todo, vaya. Y aunque parezca mentira cada una de esas cosas ha sido alguna vez la clave para vencer a más de un supervillano, así que siempre me parece una gran idea meterme en un curso nuevo.
Mi última "adquisición" es la mecanografía. Que eso en los combates cuerpo a cuerpo igual no lo uso mucho, pero no sabéis la de papeleo que hay que rellenar en este negocio y la montaña de informes que tenemos que redactar (y más después de entrada en vigor de la nueva normativa europea.) Con mi velocidad tortuguil de tecleo tardaba mil años en cada uno, lo cual me sacaba de quicio, acababa con mi paciencia y me ha quitado una década de vida útil, tirando por lo bajo.
Pero ahhhhhh, queridos lectores, todos esos dramas se acabaron, porque ahora estoy aprendiendo mecanografía para escribir tan rápido como me muevo. Me las prometía yo muy felices pensado que, como llevo toda la vida dándole a la tecla en plan cutre, automatizar el proceso no iba a ser muy difícil. ¡¡¡¡JA!!! Mis lolailos 33. Se me da mal. Fatal. De pena. Y os diré por qué:
-Primero y principal tengo un millón de vicios adquiridos después de años y años de teclear sin orden ni concierto. Nunca puse los dedos donde tocaba y ahora no hay manera de acostumbrarme. De puro usarlas hay letras que sé donde están sin mirar, pero otras no hay forma humana (ni superheroica) de que se me metan en la cabeza. Lo cual me lleva directamente al punto siguiente.
-Me hago unos líos con el orden de las letras de flipar. Supongo que en el pleistoceno superior alguien muy listo diseñó esa disposición pensando en las que se usan con más frecuencia o en las que aparecen juntas más a menudo. Pero a mi nadie me ha explicado eso y yo como buena española he pasado de leer las instrucciones y he saltado directamente a los ejercicios. Que igual encontrándole el orden lógico al teclado adelantaba algo, pero oye, yo no, yo ahí a lo bruto, como los buenos.
-Si tengo que pensar donde está cada letra para no mirar abajo sino a la pantalla necesito estar concentrada y mis niveles de concentración empiezan a acercarse peligrosamente a cero. Esto es algo que ya había notado durante el curso porque tardaba mil años en quitarme de encima cada marrón de la Supermovida. No había manera de centrarse, iba de lado a lado haciendo mil cosas a la vez sin terminar ninguna y distrayéndome con el vuelo de una mosca. Pensaba que era cansancio o estrés pero las clases se han acabado y yo sigo igual de disfusa o más, así que debe de ser otra cosa. Vete tú a saber el qué, estoy ahora como para centrarme en encontrar el motivo.
Total, que voy de pena, pero no voy a desesperarme, que acabo de empezar. Ahora le pregunta es: ¿es esta entrada una parte de mis deberes de mecanografía? Puede ser. ¿Cuánto he tardado en teclearla? Nunca lo sabremos. Y mejor que siga así.
Así las cosas, ya supondréis que están los cursos de reciclaje suyperheroico hasta la bandera. Hay de todos los tipos imaginables: vuelo rasante, salto deportivo de rascacielo en rascacielo, técnicas para aminorar la resistencia del aire en movimientos a velocidades supersónicas... En fin, lo normal en este oficio.
De todas formas, también se organiza formación menos ortodoxa, porque oye, nunca se sabe. Yo, como ha quedado claro en este blog, soy una de las fijas en esas clases. He hecho teatro, improvisación, submarinismo, esgrima, lengua de signos, surf, alemán... casi de todo, vaya. Y aunque parezca mentira cada una de esas cosas ha sido alguna vez la clave para vencer a más de un supervillano, así que siempre me parece una gran idea meterme en un curso nuevo.
Mi última "adquisición" es la mecanografía. Que eso en los combates cuerpo a cuerpo igual no lo uso mucho, pero no sabéis la de papeleo que hay que rellenar en este negocio y la montaña de informes que tenemos que redactar (y más después de entrada en vigor de la nueva normativa europea.) Con mi velocidad tortuguil de tecleo tardaba mil años en cada uno, lo cual me sacaba de quicio, acababa con mi paciencia y me ha quitado una década de vida útil, tirando por lo bajo.
Pero ahhhhhh, queridos lectores, todos esos dramas se acabaron, porque ahora estoy aprendiendo mecanografía para escribir tan rápido como me muevo. Me las prometía yo muy felices pensado que, como llevo toda la vida dándole a la tecla en plan cutre, automatizar el proceso no iba a ser muy difícil. ¡¡¡¡JA!!! Mis lolailos 33. Se me da mal. Fatal. De pena. Y os diré por qué:
-Primero y principal tengo un millón de vicios adquiridos después de años y años de teclear sin orden ni concierto. Nunca puse los dedos donde tocaba y ahora no hay manera de acostumbrarme. De puro usarlas hay letras que sé donde están sin mirar, pero otras no hay forma humana (ni superheroica) de que se me metan en la cabeza. Lo cual me lleva directamente al punto siguiente.
-Me hago unos líos con el orden de las letras de flipar. Supongo que en el pleistoceno superior alguien muy listo diseñó esa disposición pensando en las que se usan con más frecuencia o en las que aparecen juntas más a menudo. Pero a mi nadie me ha explicado eso y yo como buena española he pasado de leer las instrucciones y he saltado directamente a los ejercicios. Que igual encontrándole el orden lógico al teclado adelantaba algo, pero oye, yo no, yo ahí a lo bruto, como los buenos.
-Si tengo que pensar donde está cada letra para no mirar abajo sino a la pantalla necesito estar concentrada y mis niveles de concentración empiezan a acercarse peligrosamente a cero. Esto es algo que ya había notado durante el curso porque tardaba mil años en quitarme de encima cada marrón de la Supermovida. No había manera de centrarse, iba de lado a lado haciendo mil cosas a la vez sin terminar ninguna y distrayéndome con el vuelo de una mosca. Pensaba que era cansancio o estrés pero las clases se han acabado y yo sigo igual de disfusa o más, así que debe de ser otra cosa. Vete tú a saber el qué, estoy ahora como para centrarme en encontrar el motivo.
Total, que voy de pena, pero no voy a desesperarme, que acabo de empezar. Ahora le pregunta es: ¿es esta entrada una parte de mis deberes de mecanografía? Puede ser. ¿Cuánto he tardado en teclearla? Nunca lo sabremos. Y mejor que siga así.
viernes, 24 de julio de 2015
Minimetas
Los alcohólicos en recuperación sienten literalmente que el mundo se les cae encima y para salir adelante necesitan fijarse metas pequeñas, tan pequeñas como se pueda. Por eso, al principio, lo único que se plantean es llegar al día siguiente sin beber. Cuando lo logran se proponen aguantar hasta el siguiente. Y después hasta el siguiente. Los días se amontonan en semanas y las semanas en meses y de esta manera muchos de ellos consiguen vencer su adicción.
Bueno, pues yo no bebo mucho alcohol y no estoy enganchada a ninguna droga (si descartamos prácticamente todos los dulces del universo conocido, claro) pero últimamente, (y desde hace mucho, además) siento que todo a mi alrededor se derrumba. Bueno, no, que ya está en ruinas. Que lleva mucho tiempo así y que ya no puedo más.
La cosa es que esto es lo que hay y lo que va a seguir habiendo hasta que a mi vida le pete cambiar y, como no existen atajos ni puertas traseras para salir de este horror permanente, lo que toca es aguantar. Más que nada porque no queda otra y porque a mi vida se la chufla si yo estoy harta o no o si me queda capacidad de aguante o se me ha acabado. Así que lo único que puedo hacer yo es buscar técnicas para resistir a toda costa.
Muchas de estás técnicas ya han salido por aquí, como mi lupa de 16 aumentos, pero últimamente se está quedando corta de potencia. Y es que cada vez está el tema más turbio y me toca agrandar cosas cada vez más enanas, taaaaaaaan enanas, que empiezan a acercarse peligrosamente a los niveles mínimos.
Así que, así las cosas, he decidido que la mejor defensa es un buen ataque y que voy a bajar yo al mínimo mis metas de aguante. A partir de ahora mi objetivo es, como el de los exalcohólicos, llegar a mañana. Resistir 24 horas más. Y mi lema va a ser el de Miedo en esa preciosidad de peli que se acaba de sacar Pixar de la manga.
"Hoy no nos hemos muerto. Es lo que yo llamo un éxito total"
Bueno, pues yo no bebo mucho alcohol y no estoy enganchada a ninguna droga (si descartamos prácticamente todos los dulces del universo conocido, claro) pero últimamente, (y desde hace mucho, además) siento que todo a mi alrededor se derrumba. Bueno, no, que ya está en ruinas. Que lleva mucho tiempo así y que ya no puedo más.
La cosa es que esto es lo que hay y lo que va a seguir habiendo hasta que a mi vida le pete cambiar y, como no existen atajos ni puertas traseras para salir de este horror permanente, lo que toca es aguantar. Más que nada porque no queda otra y porque a mi vida se la chufla si yo estoy harta o no o si me queda capacidad de aguante o se me ha acabado. Así que lo único que puedo hacer yo es buscar técnicas para resistir a toda costa.
Muchas de estás técnicas ya han salido por aquí, como mi lupa de 16 aumentos, pero últimamente se está quedando corta de potencia. Y es que cada vez está el tema más turbio y me toca agrandar cosas cada vez más enanas, taaaaaaaan enanas, que empiezan a acercarse peligrosamente a los niveles mínimos.
Así que, así las cosas, he decidido que la mejor defensa es un buen ataque y que voy a bajar yo al mínimo mis metas de aguante. A partir de ahora mi objetivo es, como el de los exalcohólicos, llegar a mañana. Resistir 24 horas más. Y mi lema va a ser el de Miedo en esa preciosidad de peli que se acaba de sacar Pixar de la manga.
"Hoy no nos hemos muerto. Es lo que yo llamo un éxito total"
miércoles, 22 de julio de 2015
Money, money, money
No sé... a lo mejor estoy intentado batir algún récord y no me he enterado, porque llevo una temporadita que... ¡madre del amor hermoso!
Habría mucho que contar, así que me voy a centrar en la razón que mueve el mundo según Liza Minnelli en Cabaret: el dinero. La pela es la pela, sobretodo cuando no se tiene, lo cual viene siendo el mal que aqueja mayormente a mi economía doméstica. Mi situación de prebancarrota perpetua ha digievolucionado a un estado superior más preocupante en el que hay bastante más de bancarrota que de pre. Y la cosa está empezando a ponerse realmente turbia.
Pero como esto no era suficientemente malo y a mi me gusta darle emoción a la vida estoy viviendo el verano con más catástrofes económicas desde que se tienen datos registrados. No acabo de recuperarme de un disgusto pecunario, que ya me viene otro de frente. Lo que viene siendo un no parar, vamos.
-Primero sufrí intoxicación bodorril por sobreexposición a bodas y celebraciones varias. Que ya se sabe que lo malo de estas patologías no es la patología en sí, sino los síntomas asociados (vestidos, peluquerías, zapatos, bolsos, regalos, más regalos...) que conllevan la expulsión de dinero a chorro y de forma completamente incontrolable.
-Tampoco me libré de otro de los males que suele relacionarse con la intoxicación bodorril: sobredosis de despedidas de soltera. He perdido la cuenta de a cuántas de ellas estuve expuesta, pero sí que tengo claro que de una volví roja fosforita y de casualidad. Y digo que volví de casualidad porque casi no vuelvo. Y es que en esa despedida hicimos muchas gracias, entre ellas perder el avión, con lo que hubo que comprar un billete de última hora a precio de oro. Justo juuuuuuuuuuuusto lo que le venía mejor a mi maltrecha economía.
-Como no me parecía suficiente pagarle la universidad a los hijos de los jefazos de las compañías aéreas ahora también voy a contribuir a sostenimiento del sector de la telefonía móvil. Un amigo de lo ajeno, sin pizca de corazón pero con una extraordinaria agudeza para localizar el único objeto de valor de mi bolso, me mangó el otro día mi estupendérrimo móvil nuevo. Después de pasar siglos en el ostracismo comunicativo total sin whatsapp, ni internet en el teléfono ni nada de nada, por fin había conseguido ponerme al día con un PRE-CIO-SO terminal blanco que hacía de todo menos prepararme el café por las mañanas. Bueno, pues tres meses me da durado lo bueno.Ahora algún cabrito me ha levantado el móvil y yo he tenido que volver a mi viejo Nokia con el que sólo puedo llamar y mandar sms. Y para colmo empieza a fallarle la batería. Que esos teléfonos son inmortales pero los años no pasan en balde...
En fin, así está el tema. Y aún no ha acabado julio, mes de pago de alquiler, IVA, IRPF y demás torturas chinas disfrazadas de cargas impositivas, así que a saber que otros disgustos económicos me quedan por delante.
Yo, por si acaso, lo voy diciendo: Tuerto, ¿estás por ahí? ¡¡Pues deja de mirarme!!
Habría mucho que contar, así que me voy a centrar en la razón que mueve el mundo según Liza Minnelli en Cabaret: el dinero. La pela es la pela, sobretodo cuando no se tiene, lo cual viene siendo el mal que aqueja mayormente a mi economía doméstica. Mi situación de prebancarrota perpetua ha digievolucionado a un estado superior más preocupante en el que hay bastante más de bancarrota que de pre. Y la cosa está empezando a ponerse realmente turbia.
Pero como esto no era suficientemente malo y a mi me gusta darle emoción a la vida estoy viviendo el verano con más catástrofes económicas desde que se tienen datos registrados. No acabo de recuperarme de un disgusto pecunario, que ya me viene otro de frente. Lo que viene siendo un no parar, vamos.
-Primero sufrí intoxicación bodorril por sobreexposición a bodas y celebraciones varias. Que ya se sabe que lo malo de estas patologías no es la patología en sí, sino los síntomas asociados (vestidos, peluquerías, zapatos, bolsos, regalos, más regalos...) que conllevan la expulsión de dinero a chorro y de forma completamente incontrolable.
-Tampoco me libré de otro de los males que suele relacionarse con la intoxicación bodorril: sobredosis de despedidas de soltera. He perdido la cuenta de a cuántas de ellas estuve expuesta, pero sí que tengo claro que de una volví roja fosforita y de casualidad. Y digo que volví de casualidad porque casi no vuelvo. Y es que en esa despedida hicimos muchas gracias, entre ellas perder el avión, con lo que hubo que comprar un billete de última hora a precio de oro. Justo juuuuuuuuuuuusto lo que le venía mejor a mi maltrecha economía.
-Como no me parecía suficiente pagarle la universidad a los hijos de los jefazos de las compañías aéreas ahora también voy a contribuir a sostenimiento del sector de la telefonía móvil. Un amigo de lo ajeno, sin pizca de corazón pero con una extraordinaria agudeza para localizar el único objeto de valor de mi bolso, me mangó el otro día mi estupendérrimo móvil nuevo. Después de pasar siglos en el ostracismo comunicativo total sin whatsapp, ni internet en el teléfono ni nada de nada, por fin había conseguido ponerme al día con un PRE-CIO-SO terminal blanco que hacía de todo menos prepararme el café por las mañanas. Bueno, pues tres meses me da durado lo bueno.Ahora algún cabrito me ha levantado el móvil y yo he tenido que volver a mi viejo Nokia con el que sólo puedo llamar y mandar sms. Y para colmo empieza a fallarle la batería. Que esos teléfonos son inmortales pero los años no pasan en balde...
En fin, así está el tema. Y aún no ha acabado julio, mes de pago de alquiler, IVA, IRPF y demás torturas chinas disfrazadas de cargas impositivas, así que a saber que otros disgustos económicos me quedan por delante.
Yo, por si acaso, lo voy diciendo: Tuerto, ¿estás por ahí? ¡¡Pues deja de mirarme!!
viernes, 17 de julio de 2015
Mis estados de whatsapp
De siempre me ha gustado apuntar las cosas. Seguramente será porque me olvido de todo y por eso pienso en escribirlo para cuando quiera utilizar esas palabras, esa idea, esa frase. Luego con el caos de vida que llevo y mi cada vez más preocupante nivel de desorden vital no tengo ni la menor ida de donde dejo estos apuntes y nunca encuentro nada, pero en fin, eso ya es otra historia. El caso es que yo las intento guardar.
De hecho una de mis posesiones más valiosas de cuando no levantaba dos palmos de suelo son mis folios de "frases bonitas". En esas páginas recogía las citas célebres, pensamientos profundos bien expresados y juegos de palabras que me iba encontrando por los sitios más inesperados (incluso libros de texto) y que yo atesoraba como auténticas joyas. Por aquel entonces era una cría y algunas cosas de las que apuntaba no son tan chulas como yo creía en su momento, pero otras no han perdido ni pizca de brillo. Cuando estoy ploff todavía las releo de vez en cuando. Incluso a veces cuando no estoy ploff.
Esta fiebre apuntadora se fue debilitando con el tiempo, pero más que desaparecer se transformó. Muy en consonancia con la era digital que estamos viviendo, lo que más me llama la atención ahora son las frases ingeniosas, breves, que consiguen arrancar una sonrisa exponiendo con gracia una realidad palmaria que define a muchos de los que leen. Twitter está lleno de estas joyitas (sobre todo en las biografías), pero antes se encontraban en las páginas de humor de Facebook y en los chistes que se iban pasando en esas horribles cadenas de correos de los inicios de Internet. Muchas veces pienso: esas palabras son tan yo que me las pondría de estado en whatsapp. Y lo haría si esa red social del demonio no fuera tan horriblemente democrática con desconocidos, jefes coñazo, familiares en cualquier grado de cercanía y cotillas en general (porque, seamos serios, hay tontadas que no son para todos los públicos)
Por suerte, aquí ni os veo ni me veis, así que puedo decir, inventar, almacenar o recopilar las lerdeces que me de la gana. Por eso, allá van, algunos de mis posibles estados de whatsapp (No son invenciones mías. De los que recuerdo la fuente, la copio, Los demás a saber de donde han salido, yo los fui leyendo por ahí hace tiempo y ya no recuerdo donde... si alguien sabe de quien son, que lo diga)
-Soy cinturón negro en cambiar de tema
-Mi árbol favorito es la palmera de chocolate.
-Hay gente a la que le quitas la tontería y se queda en nada
-Espero que alguien aproveche el tiempo que yo pierdo
-Serás feliz, dijo la vida, pero primero te haré fuerte
-He tropezado tantas veces que ya caigo con estilo
-La vida es demasiado corta como para extraer el USB con seguridad.
-Si los puntos suspensivos hablaran...
-Salir de fiesta y volver de casualidad
-Salir en plan tranqui, pero llevarte las gafas de sol, por si acaso
De hecho, hay incluso un estado de whatsapp ideal para este blog. Este.
¿A que sí?
De hecho una de mis posesiones más valiosas de cuando no levantaba dos palmos de suelo son mis folios de "frases bonitas". En esas páginas recogía las citas célebres, pensamientos profundos bien expresados y juegos de palabras que me iba encontrando por los sitios más inesperados (incluso libros de texto) y que yo atesoraba como auténticas joyas. Por aquel entonces era una cría y algunas cosas de las que apuntaba no son tan chulas como yo creía en su momento, pero otras no han perdido ni pizca de brillo. Cuando estoy ploff todavía las releo de vez en cuando. Incluso a veces cuando no estoy ploff.
Esta fiebre apuntadora se fue debilitando con el tiempo, pero más que desaparecer se transformó. Muy en consonancia con la era digital que estamos viviendo, lo que más me llama la atención ahora son las frases ingeniosas, breves, que consiguen arrancar una sonrisa exponiendo con gracia una realidad palmaria que define a muchos de los que leen. Twitter está lleno de estas joyitas (sobre todo en las biografías), pero antes se encontraban en las páginas de humor de Facebook y en los chistes que se iban pasando en esas horribles cadenas de correos de los inicios de Internet. Muchas veces pienso: esas palabras son tan yo que me las pondría de estado en whatsapp. Y lo haría si esa red social del demonio no fuera tan horriblemente democrática con desconocidos, jefes coñazo, familiares en cualquier grado de cercanía y cotillas en general (porque, seamos serios, hay tontadas que no son para todos los públicos)
Por suerte, aquí ni os veo ni me veis, así que puedo decir, inventar, almacenar o recopilar las lerdeces que me de la gana. Por eso, allá van, algunos de mis posibles estados de whatsapp (No son invenciones mías. De los que recuerdo la fuente, la copio, Los demás a saber de donde han salido, yo los fui leyendo por ahí hace tiempo y ya no recuerdo donde... si alguien sabe de quien son, que lo diga)
-Soy cinturón negro en cambiar de tema
-Mi árbol favorito es la palmera de chocolate.
-Hay gente a la que le quitas la tontería y se queda en nada
-Espero que alguien aproveche el tiempo que yo pierdo
-Serás feliz, dijo la vida, pero primero te haré fuerte
-He tropezado tantas veces que ya caigo con estilo
-La vida es demasiado corta como para extraer el USB con seguridad.
-Si los puntos suspensivos hablaran...
-Salir de fiesta y volver de casualidad
-Salir en plan tranqui, pero llevarte las gafas de sol, por si acaso
De hecho, hay incluso un estado de whatsapp ideal para este blog. Este.
¿A que sí?
martes, 14 de julio de 2015
De caza menor
Para que se entienda el dramatismo de la situación que os voy a contar primero tengo que aclarar conceptos.
En una vida sentimental puede haber momentos tranquilos, pequeñas pausas, sequedades moderadas, sequías pertinaces y desiertos totales. Bien, pues para que os hagáis una idea, yo estoy ahora mismo atravesando el desierto del Sahara, el de Arabia y el de Gobi juntos, puestos uno detrás de otro. Madre del amor hermoso, qué horror. Como dirían los profesionales de moda en esta ola de calor infinita que estamos viviendo, es la sequía emocional más larga registrada en la serie histórica.
La verdad que es un tema ya de preocupar y supongo que me preocuparía si mi vida me diera la ocasión, pero como sigue saliendo agua de todas partes, pues bastante tengo con lo que tengo. Como me paso la mayoría del tiempo taponando escapes, no me da tiempo ni a pensarlo, pero de vez en cuando aparece un maromazo de ojos verdes que me espabila los instintos y me lo recuerda. Y en este cuarto párrafo viene, POR FIN, el meollo de la entrada.
La superguarida de los speedypadres la vigila este verano un maromazo de ojos verdes que está, por decirlo finamente, de muy buen ver. Tras una primera inspección ocular calculo que posiblemente le doblo la edad, pero los ejemplares de su especie son muy poco numerosos y menos en mis desiertos sucesivos, así que no está la cosa para ponerse exquisita y dejar que se me escape. Ganas de cazarlo tengo, ahora bien, ¿voy camino del éxito? Ni de lejos.
En situaciones como esta, lo lógico sería colocarse una minifalda muy mini, ponerse las pinturas de guerra, encaramarse a unos supertaconazos y buscar una excusa para subir y bajar las escaleras sexy y elegantemente mientras le dedicas a tu presa la mejor de tus sonrisas. Por razones ajenas a mi voluntad y que sería muy difícil explicar aquí, esto es lo que estoy haciendo yo:
-Subo y bajo las escaleras, sí, pero sudando la gota gorda y cargada hasta los topes con cajas, bolsas y mochilas a cual más cutre. Que para hacer el cuadro completo sólo me falta cantar; "Somos las gitanas que venimos a vender orinales con pedales, así, si el niño no mea, por lo menos, pedalea".
-Dada la ola de calor que azota Speedytown, voy con unos pantalones muy minis, sí, pero son del año catapún y les doy un CERO patatero en sexidad. De todas maneras, no sé a qué vienen esas caras que estáis poniendo, ya me gustaría veros a vosotros trasladando bártulos de punta en blanco a estas temperaturas... Lo hago por pura supervivencia.
-De las pinturas de guerra ni hablamos... más que nada porque en casa de los speedypadres ya no tengo maquillaje... y si uso algún color de los de Speedymum igual es peor el remedio que la enfermedad, ¿no? Recordemos que al maromazo ya le saco unos cuantos añitos... no agravemos las diferencias con estilismos faciales poco acertados.
- Y en cuanto a mi estilismo capilar... que os voy a contar que no sepáis. Que la plancha mágica consiguió hacerlo menos incontrolable pero que con estos calores no hay pelo que resista en su sitio. Coleta cutre y a tomar aire fresco...
Y así pasa que, con esta facha, el pobre chico se pensará que vengo de vender droga... Cualquier día igual hasta me pregunta si puedo "pasarle alguna pasti" para soportar mejor las vigilancias. Que oye, bien mirado, tampoco sería tan terrible, ¿no? Así por lo menos ya no tendría que buscar una excusa para hablar con él.
En una vida sentimental puede haber momentos tranquilos, pequeñas pausas, sequedades moderadas, sequías pertinaces y desiertos totales. Bien, pues para que os hagáis una idea, yo estoy ahora mismo atravesando el desierto del Sahara, el de Arabia y el de Gobi juntos, puestos uno detrás de otro. Madre del amor hermoso, qué horror. Como dirían los profesionales de moda en esta ola de calor infinita que estamos viviendo, es la sequía emocional más larga registrada en la serie histórica.
La verdad que es un tema ya de preocupar y supongo que me preocuparía si mi vida me diera la ocasión, pero como sigue saliendo agua de todas partes, pues bastante tengo con lo que tengo. Como me paso la mayoría del tiempo taponando escapes, no me da tiempo ni a pensarlo, pero de vez en cuando aparece un maromazo de ojos verdes que me espabila los instintos y me lo recuerda. Y en este cuarto párrafo viene, POR FIN, el meollo de la entrada.
La superguarida de los speedypadres la vigila este verano un maromazo de ojos verdes que está, por decirlo finamente, de muy buen ver. Tras una primera inspección ocular calculo que posiblemente le doblo la edad, pero los ejemplares de su especie son muy poco numerosos y menos en mis desiertos sucesivos, así que no está la cosa para ponerse exquisita y dejar que se me escape. Ganas de cazarlo tengo, ahora bien, ¿voy camino del éxito? Ni de lejos.
En situaciones como esta, lo lógico sería colocarse una minifalda muy mini, ponerse las pinturas de guerra, encaramarse a unos supertaconazos y buscar una excusa para subir y bajar las escaleras sexy y elegantemente mientras le dedicas a tu presa la mejor de tus sonrisas. Por razones ajenas a mi voluntad y que sería muy difícil explicar aquí, esto es lo que estoy haciendo yo:
-Subo y bajo las escaleras, sí, pero sudando la gota gorda y cargada hasta los topes con cajas, bolsas y mochilas a cual más cutre. Que para hacer el cuadro completo sólo me falta cantar; "Somos las gitanas que venimos a vender orinales con pedales, así, si el niño no mea, por lo menos, pedalea".
-Dada la ola de calor que azota Speedytown, voy con unos pantalones muy minis, sí, pero son del año catapún y les doy un CERO patatero en sexidad. De todas maneras, no sé a qué vienen esas caras que estáis poniendo, ya me gustaría veros a vosotros trasladando bártulos de punta en blanco a estas temperaturas... Lo hago por pura supervivencia.
-De las pinturas de guerra ni hablamos... más que nada porque en casa de los speedypadres ya no tengo maquillaje... y si uso algún color de los de Speedymum igual es peor el remedio que la enfermedad, ¿no? Recordemos que al maromazo ya le saco unos cuantos añitos... no agravemos las diferencias con estilismos faciales poco acertados.
- Y en cuanto a mi estilismo capilar... que os voy a contar que no sepáis. Que la plancha mágica consiguió hacerlo menos incontrolable pero que con estos calores no hay pelo que resista en su sitio. Coleta cutre y a tomar aire fresco...
Y así pasa que, con esta facha, el pobre chico se pensará que vengo de vender droga... Cualquier día igual hasta me pregunta si puedo "pasarle alguna pasti" para soportar mejor las vigilancias. Que oye, bien mirado, tampoco sería tan terrible, ¿no? Así por lo menos ya no tendría que buscar una excusa para hablar con él.
jueves, 9 de julio de 2015
Preguntas estúpidas
Llevo un rato pensando como contar esto en modo jijijaa y no he encontrado la manera, así que había decidido no contarlo. El problema es que se me ha quedado atascado en alguna parte y lo tengo ahí, en plan tapón, sin dejar salir nada más y así no hay quien termine una entrada. De lo que sea. En mi carpeta de borradores hay un post a medias sobre gente rara, otro sobre vacaciones, otro sobre despedidas de soltera... pero no consigo rematarlos porque tengo esto atascado en los dedos y o lo suelto o reviento. Así que lo voy a soltar.
Me siento mal.Tan mal que no he encontrado una forma jijijaja de decirlo, lo cual es preocupante porque casi siempre consigo reírme de todo. Pero hoy no puedo.
No puedo porque no me hace ninguna gracia como está mi vida. No saber a donde voy. Lo que me espera. Qué puedo hacer para tener un mínimo, UN MÍNIMO, de tranquilidad. No tener nadie en quien apoyarme (un apoyo real, a partes iguales). No poder decidir sobre nada verdaderamente relevante. Que no me quede más remedio que limitarme a asumir, aceptar, reaccionar. Creedme cuando os digo que nada de esto tiene ni p*ta gracia.
Y aún así hay cosas peores. Como que nadie entienda nada. En absoluto. Que le expliques a la gente lo que te ocurre y que te hagan preguntas que demuestran que no se hacen ni una lejana idea de tu situación.
-¿Vas a salir con unas chanclas de ese color?
-Mi casa está en llamas, corro para salvar mi vida, ¿de verdad crees que mi problema más importante es el color de mis chanclas?
No entienden nada, pero se permiten el lujo de dar consejos, de cuestionar tus decisiones. ¿Que por qué no hago eso? Porque NO PUEDO. ¿Que por qué he hecho lo otro? Porque no me ha QUEDADO OTRO REMEDIO. ¿Crees que me gusta estar así? ¿Que es divertido? ¿Piensas que tú podrías hacerlo mejor, que lo solucionarías todo en un plis? Eso me encantaría verlo. ¿Cambiamos los papeles un día y lo comprobamos?
No sé, yo hago lo que puedo. Es evidente que no lo suficiente porque todo me va de pena, pero no sé hacerlo mejor. Mi vida no vino con manual de instrucciones y está claro que lleva un mecanismo distinto porque hacer lo que a otros les funcionó no sirve para nada en mi día a día. Así que mi sistema es improvisar y método prueba-error. Hasta ahora sólo he visto los errores. Por una cuestión de pura estadística, los aciertos tienen que estar al caer.
¿No entiendes mi vida? Bienvenido al club, yo tampoco. Pero por favor, POR FAVOR, si no entiendes nada, deja de hacerme preguntas estúpidas. Estoy al límite. Muy al límite. No sé cuantas preguntas estúpidas más seré capaz de aguantar.
lunes, 6 de julio de 2015
Celos
Conozco a mucha gente que mide la intensidad de los sentimientos (amorosos romanticones, me refiero) por la existencia o no de celos y por la magnitud de estos. Si te pones muy celosa, le quieres mucho. Si no, no. Y bueno... la cosa no es tan sencilla. Ni por el forro.
Para empezar hay muchos tipos de celos (laborales, familiares...) pero centrándonos en los amorosos romanticones el tema es bastante más complejo de lo que se dice en el párrafo de arriba. De hecho, los celos más que con el amor tienen que ver con la inseguridad. Y con la competitividad y la posesión. Sobre todo con la posesión.
Porque pensándolo bien, la mayoría de las veces nos ponemos celosos porque alguien trata de quitarnos algo que es nuestro. O que creíamos que era nuestro. El afecto de alguien. La atención de alguien. El tiempo de alguien. Lo disfrutábamos nosotros y de repente llega un/a advenedizo/a y amenaza con apropiárselo, con dejarnos sin ello. Lo cual nos hace sacar las garras y ponernos en modo competición. ¿Quien osa tratar de mangarnos algo que nos pertenece? ¡¡Habrase visto!!
Y ahí entra la competitividad que decía en el párrafo de arriba. "Este/a no se sale con la suya ni de coña", piensas. De repente, en realidad, lo único que importa es no perder. O mejor dicho, que el/la otro/a no te gane. La persona por la que lucháis a menudo es lo menos importante o no importa en absoluto. El objetivo fundamental ahora es salir victorioso, ser el/la elegido/a
La mayoría de las veces los celos no tienen nada que ver con el amor. No sé por qué tanta gente se empeña en lo contrario.
Para empezar hay muchos tipos de celos (laborales, familiares...) pero centrándonos en los amorosos romanticones el tema es bastante más complejo de lo que se dice en el párrafo de arriba. De hecho, los celos más que con el amor tienen que ver con la inseguridad. Y con la competitividad y la posesión. Sobre todo con la posesión.
Porque pensándolo bien, la mayoría de las veces nos ponemos celosos porque alguien trata de quitarnos algo que es nuestro. O que creíamos que era nuestro. El afecto de alguien. La atención de alguien. El tiempo de alguien. Lo disfrutábamos nosotros y de repente llega un/a advenedizo/a y amenaza con apropiárselo, con dejarnos sin ello. Lo cual nos hace sacar las garras y ponernos en modo competición. ¿Quien osa tratar de mangarnos algo que nos pertenece? ¡¡Habrase visto!!
Y ahí entra la competitividad que decía en el párrafo de arriba. "Este/a no se sale con la suya ni de coña", piensas. De repente, en realidad, lo único que importa es no perder. O mejor dicho, que el/la otro/a no te gane. La persona por la que lucháis a menudo es lo menos importante o no importa en absoluto. El objetivo fundamental ahora es salir victorioso, ser el/la elegido/a
La mayoría de las veces los celos no tienen nada que ver con el amor. No sé por qué tanta gente se empeña en lo contrario.
jueves, 2 de julio de 2015
Teclear bajo presión
Mi ordenador ha sufrido mucho este curso. Muchísimo. Más que yo, con eso os lo digo todo. El problema es que ha tenido que trabajar a destajo, hacer maratonianas jornadas de 14 horas, almacenar todas las chorradas y no tan chorradas imaginables y superar unos estreses de apagado-encendido-vuelto a apagar y otra vez al lío que ni los test de estrés de los bancos en los peores tiempos de la prima de riesgo. Pensaba mi pobre computadora que con la llegada del calor y el aumento de las horas dedicadas al piscineo extremo iba a reducirse su actividad y por tanto su sufrimiento, pero nada más lejos de la realidad. Mis marrones, la mayoría de los cuales adoptan en un momento u otro formato digital, no descansan en ninguna época del año, y en verano menos que nunca. Y mi pobre ordenador, que lleva cuatro años siguiendo de primera mano mi locura de vida, debería saberlo mejor que nadie.
Ahora, los sufrimientos de mi leal compañero tecnológico empeoran con nuevos problemas. Su fabricante avisó la semana pasada de que un defecto en una remesa de cables de alimentación eléctrica estaba ocasionando que muchos de ellos se sobrecalentaran, incendiaran y todos los verbos acabados en "aran" que tienen que ver con llamas y que terminan con un pifostio de proporciones míticas. Después de hacer en Internet un test infinito de tropecientas sospechosas preguntas tengo claro que MI cable de alimentación es uno de los afortunados elegidos para echar chispas. Esto quiere decir que para evitar catástrofes mayores puedo encender mi portátil muy poco rato seguido, pero ¿significa que lleva una vida más relajada? No. Ni por el forro.
Lo que significa es que hay que hacer lo mismo que antes en la mitad de tiempo, lo cual añade estrés y nerviosismo a las tareas habituales. De repente todo son pruebas a contrareloj, en plan "este mensaje se autodestruirá en 15 segundos" y claro, estamos todos, mi pobre ordenador y yo, al borde del colapso cardíaco. Ahora mismo, por ejemplo, a la minirayita que le queda a la batería de mi ordenador sólo le falta un cartel al lado que diga: "En serio, tronca, termina ya, me apago en un plis". Si eso no es presión, yo no sé lo que es.
Total, que si en estos días previos a la llegada de mi nuevo y no defectuoso cable de alimentación, me leéis alguna cosa rara (más rara de lo habitual, digo), pues ya sabéis lo que es. Las prisas, que son malas consejeras. Y que yo estoy cada vez peor de lo mío también un poco. Pero poco, ¿eh?
Ahora, los sufrimientos de mi leal compañero tecnológico empeoran con nuevos problemas. Su fabricante avisó la semana pasada de que un defecto en una remesa de cables de alimentación eléctrica estaba ocasionando que muchos de ellos se sobrecalentaran, incendiaran y todos los verbos acabados en "aran" que tienen que ver con llamas y que terminan con un pifostio de proporciones míticas. Después de hacer en Internet un test infinito de tropecientas sospechosas preguntas tengo claro que MI cable de alimentación es uno de los afortunados elegidos para echar chispas. Esto quiere decir que para evitar catástrofes mayores puedo encender mi portátil muy poco rato seguido, pero ¿significa que lleva una vida más relajada? No. Ni por el forro.
Lo que significa es que hay que hacer lo mismo que antes en la mitad de tiempo, lo cual añade estrés y nerviosismo a las tareas habituales. De repente todo son pruebas a contrareloj, en plan "este mensaje se autodestruirá en 15 segundos" y claro, estamos todos, mi pobre ordenador y yo, al borde del colapso cardíaco. Ahora mismo, por ejemplo, a la minirayita que le queda a la batería de mi ordenador sólo le falta un cartel al lado que diga: "En serio, tronca, termina ya, me apago en un plis". Si eso no es presión, yo no sé lo que es.
Total, que si en estos días previos a la llegada de mi nuevo y no defectuoso cable de alimentación, me leéis alguna cosa rara (más rara de lo habitual, digo), pues ya sabéis lo que es. Las prisas, que son malas consejeras. Y que yo estoy cada vez peor de lo mío también un poco. Pero poco, ¿eh?
lunes, 22 de junio de 2015
OOOOOOHHHHHHHHHMMMMMMMM
El objetivo que me marqué el año pasado al acabar la SuperMovida era claro y sencillo: conciliar. Conseguir que ese marronazo del infierno no me colapsara la vida más allá de los razonable durante el curso siguiente. Hoy, a puntiiiiiiiiiiito de empezar las vacaciones, puedo deciros sin temor a equivocarme que no lo he conseguido ni de lejos. Ni de lejísimos. Este curso he estado colapsada no, lo siguiente. No he hecho absolutamente nada más que sufrir por la SuperMovida. Bueno, por eso y por otros movidones, porque he tenido jaleo en todos los frentes, pero vaya, la Supermovida ha sido un hit continuo, qué duda cabe.
Me enfadaría y me pondría a mi misma a caer de un burro por no saber montármelo mejor, pero la verdad es que yo he tenido poco que ver con esto. La mayoría de la culpa ha sido de unos profes que este año no se enteraban, no se querían enterar o pasaban de todo como de comer flores, Esto daba como resultado unas clases surrealistas que ayudaban muy poco y que se traducían en mil horas más de estudio en casa, por lo menos para iluminadas como yo, que la mayoría del tiempo oímos blablabla. ¿Problema? Que yo no tengo miles de horas en casa porque la SuperMovida es sólo un 1% de mi caos diario y el otro 99% lo forman cuestiones ligeramente más urgentes como no dormir debajo de un puente y tontadas de este tipo. El resultado de esta ecuación es claro: cates como castillos. La tira Y frustración. Y rabia, Y ganas de matar. No sabéis hasta qué punto.
Me preocuparía por si tanta mala leche es muestra de que se me está agriando el carácter, pero dado que todos los compis de la SuperMovida, algunos de ellos con niveles de zen admirables y ganadores perpetuos de las olimpiadas mundiales de la alegría y la felicidad, han estado igual o peor que yo, está claro que no es cosa mía. Que oye, mal de muchos será consuelo de tontos, pero por lo menos es un consuelo. Algo es algo.
Y vosotros os preguntaréis, ¿a qué viene esta chapa? Y yo os contesto. Dentro de escasas cuatro horas me dan las notas de la SuperMovida. Las definitivas. Las de verdad. Ya no hay repesca, de la repesca, de la repesca. Es ahora o nunca. O llegas al cinco o vas a septiembre. Y me preocupa porque yo he llegado a final de curso al límite de mis fuerzas y de mi aguante. Muy al límite. Muy muy muy al límite. Y necesito vacaciones. Las ne-ce-si-to. De hecho, si me queda alguna, no sé lo que va a pasar: o me corto las venas yo o pongo una bomba en mi clase y acabo con mi sufrimiento (y el de todos mis compis) de una vez por todas. Así que por el bien de todos, crucemos los dedos. Y relajémonos.
OHHHHHHHHHHHHHMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
Me enfadaría y me pondría a mi misma a caer de un burro por no saber montármelo mejor, pero la verdad es que yo he tenido poco que ver con esto. La mayoría de la culpa ha sido de unos profes que este año no se enteraban, no se querían enterar o pasaban de todo como de comer flores, Esto daba como resultado unas clases surrealistas que ayudaban muy poco y que se traducían en mil horas más de estudio en casa, por lo menos para iluminadas como yo, que la mayoría del tiempo oímos blablabla. ¿Problema? Que yo no tengo miles de horas en casa porque la SuperMovida es sólo un 1% de mi caos diario y el otro 99% lo forman cuestiones ligeramente más urgentes como no dormir debajo de un puente y tontadas de este tipo. El resultado de esta ecuación es claro: cates como castillos. La tira Y frustración. Y rabia, Y ganas de matar. No sabéis hasta qué punto.
Me preocuparía por si tanta mala leche es muestra de que se me está agriando el carácter, pero dado que todos los compis de la SuperMovida, algunos de ellos con niveles de zen admirables y ganadores perpetuos de las olimpiadas mundiales de la alegría y la felicidad, han estado igual o peor que yo, está claro que no es cosa mía. Que oye, mal de muchos será consuelo de tontos, pero por lo menos es un consuelo. Algo es algo.
Y vosotros os preguntaréis, ¿a qué viene esta chapa? Y yo os contesto. Dentro de escasas cuatro horas me dan las notas de la SuperMovida. Las definitivas. Las de verdad. Ya no hay repesca, de la repesca, de la repesca. Es ahora o nunca. O llegas al cinco o vas a septiembre. Y me preocupa porque yo he llegado a final de curso al límite de mis fuerzas y de mi aguante. Muy al límite. Muy muy muy al límite. Y necesito vacaciones. Las ne-ce-si-to. De hecho, si me queda alguna, no sé lo que va a pasar: o me corto las venas yo o pongo una bomba en mi clase y acabo con mi sufrimiento (y el de todos mis compis) de una vez por todas. Así que por el bien de todos, crucemos los dedos. Y relajémonos.
OHHHHHHHHHHHHHMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
jueves, 18 de junio de 2015
De vuelta again
¡¡¡Holaaaaaaaaaaa!!!
No. No me he muerto. Ni me ha secuestrado la mafia rusa. Aunque bueno, ha sido de lo poco que me ha faltado, porque he tenido unos días moviditos. Ahora os cuento.
Mi desaparición de la blogoesfera activa se debe fundamentalmente a disparo de exámenes a discreción, siembra y recogida de calabazas y cates masivos y la consiguiente participación involuntaria en la fiesta de las recuperaciones y suficiencias. O dicho en castellano sencillo, que los estreses finales de la Supermovida casi acaban conmigo. Qué horror estudiantil, oye.
Y aunque los exámenes han sido la causa principal de mi sufrimiento, no han sido ni mucho menos la única. Como cuando llueve, diluvia, estos días he tenido marrones de curro, legales y financieros. He estado poco menos que a las puertas de la cárcel, me he librado por los pelos de una multa inmerecida y espérate, porque aún no he hecho la declaración de la renta y miedo me da. Igual me sale a volverme a casa de los speedypadres, no os digo más. Total, que el lema de mi último mes podría haber sido este.
A todo ello unidle la obligada asistencia a dos millones de bodas (boda arriba, boda abajo) y tendréis un mes del horror absoluto que ha estado a punto de acabar conmigo. Por suerte no lo ha conseguido y ya estoy aqui otra vez. ¡¡Por fin!! Y he vuelto para quedarme. Nos leemos.
No. No me he muerto. Ni me ha secuestrado la mafia rusa. Aunque bueno, ha sido de lo poco que me ha faltado, porque he tenido unos días moviditos. Ahora os cuento.
Mi desaparición de la blogoesfera activa se debe fundamentalmente a disparo de exámenes a discreción, siembra y recogida de calabazas y cates masivos y la consiguiente participación involuntaria en la fiesta de las recuperaciones y suficiencias. O dicho en castellano sencillo, que los estreses finales de la Supermovida casi acaban conmigo. Qué horror estudiantil, oye.
Y aunque los exámenes han sido la causa principal de mi sufrimiento, no han sido ni mucho menos la única. Como cuando llueve, diluvia, estos días he tenido marrones de curro, legales y financieros. He estado poco menos que a las puertas de la cárcel, me he librado por los pelos de una multa inmerecida y espérate, porque aún no he hecho la declaración de la renta y miedo me da. Igual me sale a volverme a casa de los speedypadres, no os digo más. Total, que el lema de mi último mes podría haber sido este.
A todo ello unidle la obligada asistencia a dos millones de bodas (boda arriba, boda abajo) y tendréis un mes del horror absoluto que ha estado a punto de acabar conmigo. Por suerte no lo ha conseguido y ya estoy aqui otra vez. ¡¡Por fin!! Y he vuelto para quedarme. Nos leemos.
lunes, 11 de mayo de 2015
Por la sombra, bombones
Últimamente han pasado un par de cosas que tengo que contar por aquí. Entre ellas que me ha tocado fingir un orgasmo por amistad. Y en inglés. Y la historia que hay detrás de esa frase esta totaaaaaaaaaaaaaaaaalmete alejada a lo que seguramente os estáis imaginando la mayoría. Hoy no me da tiempo a contarla bien, así que lo dejo para otro día. Hoy voy a colgar una de esas cosas chulas que me encuentro por ahí de vez en cuando y que me gusta tener el blog, para cuando me haga falta consultarlas, tenerlas aquí todas juntitas. Una, que es así de comodona. En fin, que feliz lunes. Y feliz semana. ¡Ah, y que el verano ya está aquí! Así que por la sombra, bombones...
Etiquetas:
conceptos básicos,
lecturas molonas,
naufragando en internet
viernes, 1 de mayo de 2015
Un okupa en mi nevera
No os extrañéis si un día os digo que me han puesto una cabeza de caballo en la cama. De momento, estoy en el paso anterior: me he encontrado una cabeza de pez en mi congelador. Ahí, mirándome fijamente, con sus gigantescos ojos tristes. Al verla, me he quedado flipada. ¿Pescado? ¿En mi nevera? ¿De verdad? Soy la que no tiene Avecrem en las estanterías, porque jamás cocina. ¿Como ha llegado eso ahí?
Y entonces me he puesto a recordar, me he remontado al Pleistoceno superior y me he acordado de que un día una amiga vino a casa a hacer algún tipo de plato que ya no recuerdo, pero que llevaba caldo de pescado. Ah, sí, ese día... ¿cuánto hará de eso? ¿Cuatro años? ¿Seis? Me paso la vida peleándome para que me quepan los paquetones de patatas fritas en el congelador y resulta que parte de mi problema es que tenía un okupa en la nevera. Durante SE-IS A-ÑOS. ¿Creéis que debería empezar a preocuparme por mi salud mental?
Si no lo creéis todavía, igual no debería contaros esto, pero bueno, ya que he empezado, de perdidos al río. Como recordaréis, mi tele se declaró en huelga indefinida para siempre allá por diciembre y decidí no sustituirla porque total, para lo que la veo, igual me da tenerla que no. Cuando aún funcionaba, la tele era mi motivo fundamental para pasar por mi salón. Desde que ha pasado a mejor vida limito mis andanzas caseras a la cocina, la ducha y mi cuarto, así que el salón ni lo piso. El otro día tuve que ir a buscar no sé qué... y los vi. Mirándome suplicantes, desesperados, al límite de su sus fuerzas. Allí estaban, Jesús, María y José, flanqueados por la mula y el buey preguntándose qué habían hecho ellos para merecer que su temporada de trabajo se alargue de Navidad hasta verano y sin ver un duro en forma de pagas extra. ¡Anda! ¿No he quitado el belén? ¿En serio? ¡Qué fuerte!
Y así voy. Contestando manzanas traigo a preguntas simples como ¿a dónde vas? Dejándome paraguas por todos los rincones de Speedytown. Confundiendo personas. Mezclando conversaciones.Usando bikini debajo de los pantalones porque ahora resulta que las lavadoras no se ponen solas y llega un momento que la ropa interior limpia se te acaba y hay que elegir entre llevar bañador en pleno abril o ir en plan comando a lo Sharon Stone en Instinto Básico.
Y en este barullo de repente me acuerdo, que como Karen Dinesen, yo tenía un blog en África...
Y entonces me he puesto a recordar, me he remontado al Pleistoceno superior y me he acordado de que un día una amiga vino a casa a hacer algún tipo de plato que ya no recuerdo, pero que llevaba caldo de pescado. Ah, sí, ese día... ¿cuánto hará de eso? ¿Cuatro años? ¿Seis? Me paso la vida peleándome para que me quepan los paquetones de patatas fritas en el congelador y resulta que parte de mi problema es que tenía un okupa en la nevera. Durante SE-IS A-ÑOS. ¿Creéis que debería empezar a preocuparme por mi salud mental?
Si no lo creéis todavía, igual no debería contaros esto, pero bueno, ya que he empezado, de perdidos al río. Como recordaréis, mi tele se declaró en huelga indefinida para siempre allá por diciembre y decidí no sustituirla porque total, para lo que la veo, igual me da tenerla que no. Cuando aún funcionaba, la tele era mi motivo fundamental para pasar por mi salón. Desde que ha pasado a mejor vida limito mis andanzas caseras a la cocina, la ducha y mi cuarto, así que el salón ni lo piso. El otro día tuve que ir a buscar no sé qué... y los vi. Mirándome suplicantes, desesperados, al límite de su sus fuerzas. Allí estaban, Jesús, María y José, flanqueados por la mula y el buey preguntándose qué habían hecho ellos para merecer que su temporada de trabajo se alargue de Navidad hasta verano y sin ver un duro en forma de pagas extra. ¡Anda! ¿No he quitado el belén? ¿En serio? ¡Qué fuerte!
Y así voy. Contestando manzanas traigo a preguntas simples como ¿a dónde vas? Dejándome paraguas por todos los rincones de Speedytown. Confundiendo personas. Mezclando conversaciones.Usando bikini debajo de los pantalones porque ahora resulta que las lavadoras no se ponen solas y llega un momento que la ropa interior limpia se te acaba y hay que elegir entre llevar bañador en pleno abril o ir en plan comando a lo Sharon Stone en Instinto Básico.
Y en este barullo de repente me acuerdo, que como Karen Dinesen, yo tenía un blog en África...
jueves, 23 de abril de 2015
Inconscientes
Veo que la gente se enamora. Que quiere, que desea, que ama. Que se emociona, que se estremece, que se apasiona.
Veo a la gente que disfruta de la estupenda sensación de estar enamorado. Que no puede concentrarse. Que compra el pan dos veces el mismo día. Que no consigue dejar de sonreír. Que sólo quiere hablar de su amor. Escribir de su amor. Estar con su amor.
Veo a la gente que vive físicamente su enamoramiento. Que besa. Que abraza. Que acaricia. Que descubre rincones inexplorados en el cuerpo del otro. Que experimenta sensaciones inéditas en el propio. Que utiliza la cama para todo, menos para dormir.
Veo a la gente que encuentra a SU persona. Ni su media naranja ni su medio limón, sino alguien que le escucha, que le cuida, que le entiende. Alguien que le admira, que ve a través de su interior, que le regala su plena confianza. Alguien que le sabe llevar.
Veo que la gente se enamora y no le da importancia. Creen que es lo normal, lo lógico, lo habitual, algo al alcance de todos, que le puede pasar a cualquiera en cualquier momento. Veo que la gente no se da cuenta del milagro que está viviendo y pienso...
¡¡Inconscientes!!
Veo a la gente que disfruta de la estupenda sensación de estar enamorado. Que no puede concentrarse. Que compra el pan dos veces el mismo día. Que no consigue dejar de sonreír. Que sólo quiere hablar de su amor. Escribir de su amor. Estar con su amor.
Veo a la gente que vive físicamente su enamoramiento. Que besa. Que abraza. Que acaricia. Que descubre rincones inexplorados en el cuerpo del otro. Que experimenta sensaciones inéditas en el propio. Que utiliza la cama para todo, menos para dormir.
Veo a la gente que encuentra a SU persona. Ni su media naranja ni su medio limón, sino alguien que le escucha, que le cuida, que le entiende. Alguien que le admira, que ve a través de su interior, que le regala su plena confianza. Alguien que le sabe llevar.
Veo que la gente se enamora y no le da importancia. Creen que es lo normal, lo lógico, lo habitual, algo al alcance de todos, que le puede pasar a cualquiera en cualquier momento. Veo que la gente no se da cuenta del milagro que está viviendo y pienso...
¡¡Inconscientes!!
martes, 7 de abril de 2015
Crear creatividad
No sé qué pasa, pero por mucho que intento ponerle las pilas al ritmo de actualización de este mi blog no hay manera. Yo creo que se ha abierto un agujero negro en algún lado que se traga las entradas que escribo, porque si no, no me lo explico. Es eso o que estoy colapsada total, una explicación perfectamente verosímil pero infinitamente más sosa, qué duda cabe.
El caso es que yo creo que es más una falta de tiempo que de ideas, porque la cosa es que yo me noto que los temas están allí, agazapados en mi cerebro, escondidos para que nadie les levante del sofá y tengan que ponerse a trabajar. Si encontrara unos minutos de tiempo que irrumpieran en mi cabeza en chándal y con silbato y al grito de "uno, dos, uno, dos" les obligaran a mover el culo a mis ideas al más puro estilo personal trainer, esta situación se iba a acabar, ya os lo digo yo.
Pero en fin, mientra espero este milagro de andar por casa voy colgando esta maravilla por aquí. La verdad, no recuerdo de donde lo saqué (por eso no pongo enlace), pero me parece una chulada y como yo este blog lo uso en plan "puerta de la nevera donde pongo todo lo que me apetece tener a la vista", pues aquí se queda.
Ale, por la sombra, bombones.
El caso es que yo creo que es más una falta de tiempo que de ideas, porque la cosa es que yo me noto que los temas están allí, agazapados en mi cerebro, escondidos para que nadie les levante del sofá y tengan que ponerse a trabajar. Si encontrara unos minutos de tiempo que irrumpieran en mi cabeza en chándal y con silbato y al grito de "uno, dos, uno, dos" les obligaran a mover el culo a mis ideas al más puro estilo personal trainer, esta situación se iba a acabar, ya os lo digo yo.
Pero en fin, mientra espero este milagro de andar por casa voy colgando esta maravilla por aquí. La verdad, no recuerdo de donde lo saqué (por eso no pongo enlace), pero me parece una chulada y como yo este blog lo uso en plan "puerta de la nevera donde pongo todo lo que me apetece tener a la vista", pues aquí se queda.
Ale, por la sombra, bombones.
miércoles, 1 de abril de 2015
Yo no soy esa
Ahora mismo tengo varios frentes abiertos. No voy a entrar en el detalle porque esto ya os lo he contado otras veces y poco más se puede aportar, pero vamos, el resumen es que está la cosa chunga. Estoy entre colapsada, aterrorizada y expectante. De hecho, no me vendría mal algo de esto.
Esta permanente situación de "a saber qué coj*nes pasa ahora" incrementa peligrosamente mis niveles de estrés y de nervios lo que está minando de forma preocupante mis reservas de buen humor. Como consecuencia, mi mala leche se ha fortalecido, se ha multiplicado y se está extendiendo por cada rincón de mi organismo. Intento hacer todo lo posible por controlarla, pero a menudo me siento a punto de explotar, no os hacéis una idea hasta que punto. Aprieto los puños, respiro hondo y resisto, resisto y resisto, pero aún así vivo con el miedo de montarle un pollo a alguien que probablemente no tenga la culpa de nada sólo porque no he podido aguantarme más. Un horror.
El tema me molesta especialmente porque yo no soy así. Cualquier miembro de la Speedyfamily os dirá que tengo un mal genio titánico pero que jamás me veréis demostrarlo porque soy un prodigio del autocontrol. Miles de oportunas broncas, necesarios castigos, duchas frías con ropa y zapatos y merecidísimos cachetes me ayudaron a aplacar mis absurdas rabietas infantiles y a convertirme en una adulta que se enfada con mucha intensidad, pero a la que casi no se le nota porque nunca lo paga con nadie. Algo de lo que me siento tremendamente orgullosa, por cierto.
Normalmente uso la risa como antídoto. Para mi es como un agua milagrosa que apaga las llamas de la mala leche cuando están a punto de prenderlo todo. Ahora mi vida colapsadísima enciende tantos focos a la vez que no llego a controlarlos ni con una manguera, ni con un camión cisterna de carcajadas y el fuego del cabreo se extiende hasta que el humo se ve desde fuera.
De repente soy la típica que va por la vida con cara de pocos amigos. La típica que murmura entre dientes. La típica que lanza laaaaaaaaaaaargos suspiros de desaprobación. La típica que se queja por todo. La típica gruñona.
Y me da rabia, porque yo no soy así. No quiero ser así. Yo no soy esa.
Esta permanente situación de "a saber qué coj*nes pasa ahora" incrementa peligrosamente mis niveles de estrés y de nervios lo que está minando de forma preocupante mis reservas de buen humor. Como consecuencia, mi mala leche se ha fortalecido, se ha multiplicado y se está extendiendo por cada rincón de mi organismo. Intento hacer todo lo posible por controlarla, pero a menudo me siento a punto de explotar, no os hacéis una idea hasta que punto. Aprieto los puños, respiro hondo y resisto, resisto y resisto, pero aún así vivo con el miedo de montarle un pollo a alguien que probablemente no tenga la culpa de nada sólo porque no he podido aguantarme más. Un horror.
El tema me molesta especialmente porque yo no soy así. Cualquier miembro de la Speedyfamily os dirá que tengo un mal genio titánico pero que jamás me veréis demostrarlo porque soy un prodigio del autocontrol. Miles de oportunas broncas, necesarios castigos, duchas frías con ropa y zapatos y merecidísimos cachetes me ayudaron a aplacar mis absurdas rabietas infantiles y a convertirme en una adulta que se enfada con mucha intensidad, pero a la que casi no se le nota porque nunca lo paga con nadie. Algo de lo que me siento tremendamente orgullosa, por cierto.
Normalmente uso la risa como antídoto. Para mi es como un agua milagrosa que apaga las llamas de la mala leche cuando están a punto de prenderlo todo. Ahora mi vida colapsadísima enciende tantos focos a la vez que no llego a controlarlos ni con una manguera, ni con un camión cisterna de carcajadas y el fuego del cabreo se extiende hasta que el humo se ve desde fuera.
De repente soy la típica que va por la vida con cara de pocos amigos. La típica que murmura entre dientes. La típica que lanza laaaaaaaaaaaargos suspiros de desaprobación. La típica que se queja por todo. La típica gruñona.
Y me da rabia, porque yo no soy así. No quiero ser así. Yo no soy esa.
lunes, 30 de marzo de 2015
Twitter me tiene calada
No se puede decir que sea la usuaria más activa que ha existido en la historia de Twitter. Yo a esa red social voy fundamentalmente a leer. Casi siempre a reírme, a menudo a informarme y algunas veces a indignarme, pero vamos, básicamente a escuchar más que a hablar. Y es que no termino de adaptarme a ese medio.
Me cuesta expresarme en 140 caracteres y, sobre todo, me cuesta pensar humor en 140 caracteres. Yo soy más de hacer la gracia en plan historieta, con inicio, nudo y desenlace. O sin nada de eso porque me he inventado una absurdez total, pero que por muy absurda que sea necesita una miniestructura. Los chistes a bocajarro no son lo mío, ha quedado más que claro en todos estos años.
Y es que parece que fue ayer, pero yo me metí en el mundo tuitero en enero de 2012 y después de SOLO 38 mesecillos de nada el otro día... como quien no quiere la cosa... llegue a mi tweet número 1.000. Un millar de post en más de 3 años. Voy a la velocidad del rayo, ¿eh?
El caso es que me hizo gracia porque hace días que me fijé en que estaba a punto de llegar a ese número redondo y pensé en buscar un tweet chulo para celebrar la cifra que tanto me ha costado alcanzar. Luego me líe a retuitear cosas que me hicieron gracia y me olvidé totalmente de este plan maestro y cuando me quise dar cuenta ya había publicado sin darme cuenta el número 1000. Era este:
El que me conozca un poco sabe que este tuit me define plenamente. Lo ha dicho @Riveriego pero podría haber sido mío perfectamente porque esa palabras son muy, pero que muy yo. Soy una adicta al chocolate reconocida y orgullosa y he hecho eso (y cosas peores, me temo) en pleno mono un millón de veces. Por eso cuando he visto que, sin proponérmelo, se ha publicado JUSTAMENTE ese tuit con el número 1000 he pensado: ¿Casualidad? No creo... Twitter me tiene calada.
viernes, 27 de marzo de 2015
(Casi) mi Día Mundial
Felicitadme: hoy es mi Día Mundial. Por lo menos, un poquito, porque bueno, igual no es solo solo mío. Este viernes se conmemora el Día Mundial del Teatro y como ya ya sabéis que esta es mi expresión artística preferida (tanto encima del escenario como desde la butaca) pues me siento una teatrera total y por tanto parte activa de este día. Así que aquí estoy, celebrándolo a tope, también en el blog.
Mi vida de locura absoluta permanente no me ha dejado organizar una superfiesta como la ocasión merecía, pero bueno, qué menos que dedicarle un recuerdo a este arte, que tantas alegrías, tantas emociones fuertes y tantos agobios me ha proporcionado. Porque en fin, qué os voy a decir que no os haya contado ya. Ya sabéis que considero el teatro un trabajo en equipo en el que se viven subidones de adrenalina y nervios y milagros en cada función. Ya sabéis que creo que es un arte que exige las más diversas habilidades como memoria, organización, rapidez de reflejos, serenidad y generosidad. Ya sabéis que pienso que encima de las tablas nada es lo que parece y que se puede ser mil personas distintas sin dejar de ser uno mismo y vivir todas esas vidas que tu día a día se empeña en no dejarte vivir. Ya sabéis que sé por experiencia el agobio que se puede pasar antes de salir a escena y todo el trabajo que conlleva un montaje y la tensión que se puede llegar a generar en los ensayos. Pero también sabéis que tengo muy claro que, al final, todo sale siempre bien porque el teatro es magia. Magia pura. Y todo el que lo haya vivido lo sabe.
Por eso en este día, y en general para la vida, sólo os puedo dar un consejo de los buenos, buenos, de los que nunca fallan: Id al teatro. Haced teatro. Ved teatro. Leed teatro. Escribid teatro. Disfrutad el teatro. El teatro lo cura prácticamente todo. Os lo digo por experiencia.
Mi vida de locura absoluta permanente no me ha dejado organizar una superfiesta como la ocasión merecía, pero bueno, qué menos que dedicarle un recuerdo a este arte, que tantas alegrías, tantas emociones fuertes y tantos agobios me ha proporcionado. Porque en fin, qué os voy a decir que no os haya contado ya. Ya sabéis que considero el teatro un trabajo en equipo en el que se viven subidones de adrenalina y nervios y milagros en cada función. Ya sabéis que creo que es un arte que exige las más diversas habilidades como memoria, organización, rapidez de reflejos, serenidad y generosidad. Ya sabéis que pienso que encima de las tablas nada es lo que parece y que se puede ser mil personas distintas sin dejar de ser uno mismo y vivir todas esas vidas que tu día a día se empeña en no dejarte vivir. Ya sabéis que sé por experiencia el agobio que se puede pasar antes de salir a escena y todo el trabajo que conlleva un montaje y la tensión que se puede llegar a generar en los ensayos. Pero también sabéis que tengo muy claro que, al final, todo sale siempre bien porque el teatro es magia. Magia pura. Y todo el que lo haya vivido lo sabe.
Por eso en este día, y en general para la vida, sólo os puedo dar un consejo de los buenos, buenos, de los que nunca fallan: Id al teatro. Haced teatro. Ved teatro. Leed teatro. Escribid teatro. Disfrutad el teatro. El teatro lo cura prácticamente todo. Os lo digo por experiencia.
martes, 17 de marzo de 2015
Eso será...
Bueno, pues no sé, igual ese es el problema, que no vacío el vaso de una vez para otra, pero lo cierto es que estoy harrrrrrrrrrrrrrta. MUY harta.
En otro orden de cosas, si alguien conoce un buen manual sobre el vaciado de vasos y otros recipientes contenedores, soy toda oídos. Ahí tenéis los comentarios.
jueves, 12 de marzo de 2015
La era post-fraude
A veces te timan. Esto es así. Es una regla de la vida. Igual que en la cadena alimenticia unos comen y otro son comidos, tienes que aceptar que, para que se mantenga el orden natural de las cosas, algunos tangan y otros tienen que ser tangados. Y que por estadística pura, alguna vez te tiene que tocar a ti.
Lo sabes y lo asumes, pero eso no lo hace más fácil cuando la víctima eres tú. Cuando te estafan pica y escuece. A veces mucho. Y aunque parezca que esto es malo, para mi lo peor viene después, en la era post fraude. Cuando ya está todo claro, se te ha quedado cara de idiota y con ese mismo careto tienes que ver cada día a los que te han timado y mantener la normalidad, La NOR-MA-LI-DAD. Ahí queda eso.
Porque a ver, tú eres adulta. Se espera de ti que sepas que la vida es así, que shit happens y que esto es lo que hay. Se espera de ti que te aguantes y que hagas como que no pasa nada porque reaccionar de algún modo implicaría reconocer que te has dado cuenta de que te han tangado. Implicaría que lo timadores digan en voz alta que te han timado y que tú digas en voz alta que te has dejado timar. Y claro, sería incómodo.
Nadie quiere eso, así que simulas que no pasa nada. Te haces la tonta para que nadie se de cuenta de que te han tomado por imbécil. Y pones cara de poker. Y sonríes. Pero no es lo que quieres hacer. Lo que quieres hacer es gritarle a los estafadores que no se puede ir por la vida jugando con la gente. Que hay que tener un poquito de cuidado. Lo que quieres hacer es decirle a los timadores que arrieritos somos y que en el camino nos encontraremos. Y que ya vendrán, porque la vida da muchas vueltas. Y que cuando vengan, no estaremos, porque no se lo merecen. Lo que quieres hacer es dejarles claro a los tramposos lo lerdos que son por desperdiciar todo lo que les has dado. Por no darse cuenta de que hay unas cosas que tienen más valor que otras y que han elegido las malas, las de usar y tirar, Y que cuando esas cosas se les acaben. no se les ocurra pedirnos de las nuestras... porque se van a encontrar con un NO como una casa de grande.
Lo que quieres hacer es montar un pollo de padre y muy señor mío para quedarte tranquila. Pero no puedes, porque eres adulta. Se espera de ti que aguantes el tirón. Así que cuentas hasta diez, respiras hondo y escribes una entrada en tu blog de lerdeces para sacarlo todo, porque o lo sueltas o revientas. Y tus pobres lectores, que no tienen la culpa de nada, te aguantan con resignación. Porque son unos santos y se están ganando el cielo.
Lo sabes y lo asumes, pero eso no lo hace más fácil cuando la víctima eres tú. Cuando te estafan pica y escuece. A veces mucho. Y aunque parezca que esto es malo, para mi lo peor viene después, en la era post fraude. Cuando ya está todo claro, se te ha quedado cara de idiota y con ese mismo careto tienes que ver cada día a los que te han timado y mantener la normalidad, La NOR-MA-LI-DAD. Ahí queda eso.
Porque a ver, tú eres adulta. Se espera de ti que sepas que la vida es así, que shit happens y que esto es lo que hay. Se espera de ti que te aguantes y que hagas como que no pasa nada porque reaccionar de algún modo implicaría reconocer que te has dado cuenta de que te han tangado. Implicaría que lo timadores digan en voz alta que te han timado y que tú digas en voz alta que te has dejado timar. Y claro, sería incómodo.
Nadie quiere eso, así que simulas que no pasa nada. Te haces la tonta para que nadie se de cuenta de que te han tomado por imbécil. Y pones cara de poker. Y sonríes. Pero no es lo que quieres hacer. Lo que quieres hacer es gritarle a los estafadores que no se puede ir por la vida jugando con la gente. Que hay que tener un poquito de cuidado. Lo que quieres hacer es decirle a los timadores que arrieritos somos y que en el camino nos encontraremos. Y que ya vendrán, porque la vida da muchas vueltas. Y que cuando vengan, no estaremos, porque no se lo merecen. Lo que quieres hacer es dejarles claro a los tramposos lo lerdos que son por desperdiciar todo lo que les has dado. Por no darse cuenta de que hay unas cosas que tienen más valor que otras y que han elegido las malas, las de usar y tirar, Y que cuando esas cosas se les acaben. no se les ocurra pedirnos de las nuestras... porque se van a encontrar con un NO como una casa de grande.
Lo que quieres hacer es montar un pollo de padre y muy señor mío para quedarte tranquila. Pero no puedes, porque eres adulta. Se espera de ti que aguantes el tirón. Así que cuentas hasta diez, respiras hondo y escribes una entrada en tu blog de lerdeces para sacarlo todo, porque o lo sueltas o revientas. Y tus pobres lectores, que no tienen la culpa de nada, te aguantan con resignación. Porque son unos santos y se están ganando el cielo.
lunes, 9 de marzo de 2015
Los límites del ligoteo
He leído bastante últimamente en Twitter sobre los límites del humor. Habría mucho que decir ahí, así que mejor no me meto. Pero pensando en eso me he dado cuenta de que hay muchas cosas en las que no están claros los límites. Una de ellas es, desde luego, el amor. Y otra el ligoteo, que es de lo que va esta entrada porque es muy temprano y no son horas de ponerse trascendental...
Si en el amor y en la guerra todo vale, en el ligoteo más aún. Eso es una jungla, cada uno se las ingenia como puede: unos son simpáticos, otros inteligentes, otros picantes, otros misteriosos, otros sorprendentes, más de los que nos gustaría son simplemente pesados porque quien la sigue la consigue... los registros son infinitos.
Y las técnicas también. Un clásico entre los clásicos es acercarte en plan amig@. Jijijaja, risas mil, qué maj@ soy. Jijijaja risas mil, como me acuerdo de tus cosas. Jijijaja risas mil, qué pendiente estoy de ti. Jijijaja risas mil, cuantos detalles tengo. En fin, ya sabéis de qué va el tema, que aquí quien más y quien menos ha hecho esto alguna vez. El problema es, ¿hasta dónde?
Porque en esto se habla mucho del límite del que ataca, de lo cuidadoso que tiene que ser para no pasarse de frenada y entrar en la "zona amigos" en la que desaparece toda posibilidad presente o futura de ligoteo. De lo que no se habla tanto, y es a lo que voy yo, es de la otra parte contratante de la primera parte, de la del otro lado, de la que sufre el ataque. De cara a su seguridad, ¿no habría que poner también unos límites?
Quiero decir... que aquí ya somos todos mayorcitos y sabemos lo que hay. Pero bueno, también existen los malentendidos. Y que si tú eres majérrim@ una vez, el/la otro/a ya supone que solo quieres ligar. Y si lo eres dos, pues lo mismo. Y si lo eres tres, pues igual. Pero a lo mejor a la cuarta el atacado empieza a creer que quieres ser su amigo de verdad. Y a la quinta se convence más de eso. Y a la sexta está casi seguro. Y justo en ese momento tú ves claro que no vas a sacar nada de ahí, te las piras y si te he visto no me acuerdo. Y el otro pobre se queda con casa de poker y tres palmos de narices...
Que bien, que la vida es así, que son las reglas del juego, que hay que saber reconocer las señales. Pero que hay veces que no estás avispada. O que hay gente que tiene más talento natural para la actuación y te la dan con queso. Y, claro, te terminas creyendo lo que no es, y cuando te das cuenta de que te han tangado, pues pica. A menudo hasta escuece. Por eso no vendría mal que hubiera un límite de velocidad, como en las carreteras. Una frontera de la que no se pueda pasar porque ya no habría vuelta atrás. Una cinta amarilla como las de las escenas del crimen de las pelis en la que ponga: "Warning. A partir de aquí amistad. Do not pass"
Así estaríamos todos avisados. Los unos para no caer en la "zona amigos" inaccesibles al frinkamiento y los otros para no creerse que han hecho un colega cuando no es verdad. Todo el mundo gana. Ahora que estamos en época que elecciones, lo propongo como posible propuesta electoral para los partidos políticos. Yo voto al que lo lleve en su programa electoral..
Si en el amor y en la guerra todo vale, en el ligoteo más aún. Eso es una jungla, cada uno se las ingenia como puede: unos son simpáticos, otros inteligentes, otros picantes, otros misteriosos, otros sorprendentes, más de los que nos gustaría son simplemente pesados porque quien la sigue la consigue... los registros son infinitos.
Y las técnicas también. Un clásico entre los clásicos es acercarte en plan amig@. Jijijaja, risas mil, qué maj@ soy. Jijijaja risas mil, como me acuerdo de tus cosas. Jijijaja risas mil, qué pendiente estoy de ti. Jijijaja risas mil, cuantos detalles tengo. En fin, ya sabéis de qué va el tema, que aquí quien más y quien menos ha hecho esto alguna vez. El problema es, ¿hasta dónde?
Porque en esto se habla mucho del límite del que ataca, de lo cuidadoso que tiene que ser para no pasarse de frenada y entrar en la "zona amigos" en la que desaparece toda posibilidad presente o futura de ligoteo. De lo que no se habla tanto, y es a lo que voy yo, es de la otra parte contratante de la primera parte, de la del otro lado, de la que sufre el ataque. De cara a su seguridad, ¿no habría que poner también unos límites?
Quiero decir... que aquí ya somos todos mayorcitos y sabemos lo que hay. Pero bueno, también existen los malentendidos. Y que si tú eres majérrim@ una vez, el/la otro/a ya supone que solo quieres ligar. Y si lo eres dos, pues lo mismo. Y si lo eres tres, pues igual. Pero a lo mejor a la cuarta el atacado empieza a creer que quieres ser su amigo de verdad. Y a la quinta se convence más de eso. Y a la sexta está casi seguro. Y justo en ese momento tú ves claro que no vas a sacar nada de ahí, te las piras y si te he visto no me acuerdo. Y el otro pobre se queda con casa de poker y tres palmos de narices...
Que bien, que la vida es así, que son las reglas del juego, que hay que saber reconocer las señales. Pero que hay veces que no estás avispada. O que hay gente que tiene más talento natural para la actuación y te la dan con queso. Y, claro, te terminas creyendo lo que no es, y cuando te das cuenta de que te han tangado, pues pica. A menudo hasta escuece. Por eso no vendría mal que hubiera un límite de velocidad, como en las carreteras. Una frontera de la que no se pueda pasar porque ya no habría vuelta atrás. Una cinta amarilla como las de las escenas del crimen de las pelis en la que ponga: "Warning. A partir de aquí amistad. Do not pass"
Así estaríamos todos avisados. Los unos para no caer en la "zona amigos" inaccesibles al frinkamiento y los otros para no creerse que han hecho un colega cuando no es verdad. Todo el mundo gana. Ahora que estamos en época que elecciones, lo propongo como posible propuesta electoral para los partidos políticos. Yo voto al que lo lleve en su programa electoral..
jueves, 5 de marzo de 2015
Becaria en mi propia vida
Parafraseando a Sócrates os diré que sólo sé que no sé nada... y eso porque me lo han dicho. Si hay algo que tengo claro a estas alturas del partido es que mi vida hace lo que le peta, cuando le peta. Si me parece bien, bien y si no, mala suerte. Así que, chica, yo ya ni me esfuerzo en entender, porque pa'qué. Cojo mi tabla metafórica, surfeo las olas del destino tal como me van viniendo y ya si eso ya eso, que diría aquel.
Os daría más detalles, pero es que tampoco os creáis que se puede explicar mucho mejor. Porque a ver como os cuento yo el absurdo de ser, como siempre he sido, la última mona del panorama superheroico, pero a la vez tener que cargar con todas las responsabilidades de la estratosfera jefacial del sector de los superhéroes. A ver como se come que la mindundi de mi en mi mindundidad tenga que organizarle los papeles a una superestrella del noble arte de salvar el mundo. A ver como se entiende que, de la noche a la mañana, yo sea negociadora y tesorera y abogada y fiscal y juez y y parte.Y que me coma marrones cada tarde a la hora de la merienda, porque ya se sabe que un buen marrón tiene más calcio que dos vasos de leche y ayuda a que los huesos crezcan fuertes y sanos.
Creía que con el tiempo le cogería el truco, pero pasan los años y sigo sin coscarme de nada, como si fuera la típica eterna becaria, pero en mi propia. Que ya es gordo...
Os daría más detalles, pero es que tampoco os creáis que se puede explicar mucho mejor. Porque a ver como os cuento yo el absurdo de ser, como siempre he sido, la última mona del panorama superheroico, pero a la vez tener que cargar con todas las responsabilidades de la estratosfera jefacial del sector de los superhéroes. A ver como se come que la mindundi de mi en mi mindundidad tenga que organizarle los papeles a una superestrella del noble arte de salvar el mundo. A ver como se entiende que, de la noche a la mañana, yo sea negociadora y tesorera y abogada y fiscal y juez y y parte.Y que me coma marrones cada tarde a la hora de la merienda, porque ya se sabe que un buen marrón tiene más calcio que dos vasos de leche y ayuda a que los huesos crezcan fuertes y sanos.
Creía que con el tiempo le cogería el truco, pero pasan los años y sigo sin coscarme de nada, como si fuera la típica eterna becaria, pero en mi propia. Que ya es gordo...
miércoles, 18 de febrero de 2015
Ligoteo de guerrilla
El del ligoteo es probablemente uno de los conceptos más amplios del mundo, así que lo primero que voy a hacer es concretar de qué va esta entrada. Aquí no vamos a hablar del tonteo deportivo standard que se aplica en los bares cualquier sábado por la noche para no volver solo a casa. Ni del tonteo estructurado a largo plazo para convertir a ese compañero de clase tan mono o ese colega del curro tan majo en tu novio. Ni del tonteo autoincrementado de cuando quieres que un amigo de un amigo de un amigo pase a ser otra cosa. Este post trata de algo mucho más difícil de todo eso, de la técnica más complicada en cuanto a los preliminares del amor se refiere, del ligoteo entre lo ligoteos: el ligoteo de guerrilla.
Lo voy a definir, que igual no estáis familiarizados con el concepto. El ligoteo de guerrilla se aplica cuando coincides con un maromazo estupendérrimo el suficiente tiempo como para saber que es estupendérrimo y que quieres seguir coincidiendo con él, pero no se queda en tu vida lo suficiente como para organizar un plan de ataque. Suele coincidir además que las circunstancias no son las ideales. No hay copas de por medio para animar el espíritu. Él tiene que ver con alguna parte seria y formal de tu vida, así que no puedes ir en plan kamikaze total, porque necesitas mantener una imagen de persona cuerda. No hay amigos de amigos de amigos de amigos que te faciliten encuentros tan casuales como planificados. No hay nada por lo que empezar. Estás en el erial de los preliminares afectivos así que está claro, necesitas aplicar medidas drásticas: el ligoteo de guerrilla.
El ligoteo de guerrilla es fundamentalmente creatividad porque las oportunidades que en otros escenarios ligoteriles vienen dadas por defecto, aquí no existen. No tienes unos apuntes de clase que pedir, ni una reunión de curro que preparar, ni una fiesta de cumpleaños sorpresa que organizar. No puedes quedarte oportunamente sin plan para "tener que apuntarte" casualmente al de un amigo de un amigo, ni dejarte olvidada "involuntariamente" una chaqueta en una casa a la que quieras volver. Aquí no hay excusas, tienes que inventárselas. Y ahí viene cuando la matan, claro.
Porque el verdadero problema del ligoteo de guerrilla es la intensidad. Si te pasas parecerás un stalker (recordemos que maromazo estupendérrimo ha pasad por tu vida sólo 5 minutos, casi no te conoce, puede asustarse con facilidad) y si eres demasiado sutil no se va a coscar (y si no se cosca, hemos hecho un pan con unas tortas. Necesitamos su colaboración para que digievolucione de simple maromazo a novio. No lo olvidemos) Total, que allí estás, vestida de camuflaje y con tus pinturas de guerra a la busca y captura de la excusa perfecta:
Pues no sé... le agrego a Twitter que entre los 2000 a los que sigo queda así como difuso y le menciono en cosas que le interesan, en plan "mira qué maja soy que me acuerdo de lo que estudias, pero vamos, que me he acordado de casualidad, ¿eh?"
O le escribo un e-mail pidiéndole consejo de algo de su curro, en plan "mira qué maja soy que te considero buen profesional y por eso te pregunto, pero vamos, que la información la necesitaba igual, si no te pregunto a ti le tendría que haber preguntado a otro"
O me apunto a un encuentro sobre bordados clásicos en las capas de los supertrajes que ¡oh sorpresa! ha organizado él en plan "mira qué maja soy que tengo un montón de intereses e inquietudes distintos, pero vamos, que esto no es de ahora, que los bordados me han gustado desde siempre, ¿eh?"
O...
Y todo el rato así, ya cogéis el concepto. El ligoteo de guerrilla es todo un arte con una efectividad media alta que tiene como principal inconveniente el hecho de que es un agote total. Cansado que te cagas, oye. Estooooooo, que no es que yo lo sepa por propia experiencia, ¿eh? ¡Qué va! A mi me lo han contado. Y ahora si me disculpáis voy a ver si encuentro una silla por ahí...
Lo voy a definir, que igual no estáis familiarizados con el concepto. El ligoteo de guerrilla se aplica cuando coincides con un maromazo estupendérrimo el suficiente tiempo como para saber que es estupendérrimo y que quieres seguir coincidiendo con él, pero no se queda en tu vida lo suficiente como para organizar un plan de ataque. Suele coincidir además que las circunstancias no son las ideales. No hay copas de por medio para animar el espíritu. Él tiene que ver con alguna parte seria y formal de tu vida, así que no puedes ir en plan kamikaze total, porque necesitas mantener una imagen de persona cuerda. No hay amigos de amigos de amigos de amigos que te faciliten encuentros tan casuales como planificados. No hay nada por lo que empezar. Estás en el erial de los preliminares afectivos así que está claro, necesitas aplicar medidas drásticas: el ligoteo de guerrilla.
El ligoteo de guerrilla es fundamentalmente creatividad porque las oportunidades que en otros escenarios ligoteriles vienen dadas por defecto, aquí no existen. No tienes unos apuntes de clase que pedir, ni una reunión de curro que preparar, ni una fiesta de cumpleaños sorpresa que organizar. No puedes quedarte oportunamente sin plan para "tener que apuntarte" casualmente al de un amigo de un amigo, ni dejarte olvidada "involuntariamente" una chaqueta en una casa a la que quieras volver. Aquí no hay excusas, tienes que inventárselas. Y ahí viene cuando la matan, claro.
Porque el verdadero problema del ligoteo de guerrilla es la intensidad. Si te pasas parecerás un stalker (recordemos que maromazo estupendérrimo ha pasad por tu vida sólo 5 minutos, casi no te conoce, puede asustarse con facilidad) y si eres demasiado sutil no se va a coscar (y si no se cosca, hemos hecho un pan con unas tortas. Necesitamos su colaboración para que digievolucione de simple maromazo a novio. No lo olvidemos) Total, que allí estás, vestida de camuflaje y con tus pinturas de guerra a la busca y captura de la excusa perfecta:
Pues no sé... le agrego a Twitter que entre los 2000 a los que sigo queda así como difuso y le menciono en cosas que le interesan, en plan "mira qué maja soy que me acuerdo de lo que estudias, pero vamos, que me he acordado de casualidad, ¿eh?"
O le escribo un e-mail pidiéndole consejo de algo de su curro, en plan "mira qué maja soy que te considero buen profesional y por eso te pregunto, pero vamos, que la información la necesitaba igual, si no te pregunto a ti le tendría que haber preguntado a otro"
O me apunto a un encuentro sobre bordados clásicos en las capas de los supertrajes que ¡oh sorpresa! ha organizado él en plan "mira qué maja soy que tengo un montón de intereses e inquietudes distintos, pero vamos, que esto no es de ahora, que los bordados me han gustado desde siempre, ¿eh?"
O...
Y todo el rato así, ya cogéis el concepto. El ligoteo de guerrilla es todo un arte con una efectividad media alta que tiene como principal inconveniente el hecho de que es un agote total. Cansado que te cagas, oye. Estooooooo, que no es que yo lo sepa por propia experiencia, ¿eh? ¡Qué va! A mi me lo han contado. Y ahora si me disculpáis voy a ver si encuentro una silla por ahí...
lunes, 9 de febrero de 2015
Tu superpoder
Te miro y pienso que, en realidad, no eres tan guapísimo. Llevas la barba demasiado poblada para mi gusto y tienes la nariz más bien ancha. Usas gafas (aunque en realidad eso es un punto a tu favor porque eres de los que les quedan bien) y hay días en los que parece que te ha peinado tu peor enemigo. Y sin embargo, nos derrites. A juzgar por las caras estoy segura que a todAs, pero me huelo que también a todOs. Está claro.
Y el caso es que tampoco es la voz. No la tienes desagradable pero desde luego no es suave ni hipnótica. Hablas bien, dices cosas interesantes con toques de humor muy oportunos, pero tampoco construyes un discurso mágico de los que atrapan. Incluso a veces sueltas alguna expresión sorprendente que estoy segura que se le escapa a tu yo real, porque la fachada de tu yo profesional que necesitas para dirigirte a nosotros nunca diría algo así. Cuando te ocurre, te da corte, te ríes y haces como si no hubiera pasado, pero te sirve de poco porque, a esas alturas, nosotros ya nos estamos partiendo la caja. Son las cosas del directo.
Sigo mirándote y pienso que tampoco puede ser tu imagen. No eres un tío bueno de manual. Tienes altura, buen tipo y con todas esas capas de chaquetas y abrigos que llevamos para combatir este invierno del horror no lo podría asegurar, pero seguramente estás musculado, porque sé que te gusta el deporte. Vistes bien, muy apropiado: elegante por tu faceta profesional y juvenil por tu edad. Y tienes cierto estilo, pero vamos, no creo que te saquen en la portada de Vogue. Siento decírtelo.
Después se me ocurre que a lo mejor es tu olor, o las feromonas o cualquiera de esos elementos mágicos que nadie sabe explicar muy bien y que hacen que unas personas atraigan y otras no. Pero esos temas son muy personales y a ti te funciona con toda la peña, así que no puede ser eso.
Total que te miro un poco más y entonces, de repente, me doy cuenta. Sonríes. A todo el mundo. Todo el tiempo. Sonríes con una sonrisa cálida que parece decir "me interesa lo que te pasa" "me divierte lo que me cuentas" "quiero cuidar de ti". Sonríes con una sonrisa potente que deshace los caretos de lunes a las ocho de la mañana y de viernes a las dos de la tarde. Sonríes con una sonrisa que se contagia, como los bostezos.
Tu sonrisa es tu superpoder. Y puede que ni siquiera lo sepas...
Y el caso es que tampoco es la voz. No la tienes desagradable pero desde luego no es suave ni hipnótica. Hablas bien, dices cosas interesantes con toques de humor muy oportunos, pero tampoco construyes un discurso mágico de los que atrapan. Incluso a veces sueltas alguna expresión sorprendente que estoy segura que se le escapa a tu yo real, porque la fachada de tu yo profesional que necesitas para dirigirte a nosotros nunca diría algo así. Cuando te ocurre, te da corte, te ríes y haces como si no hubiera pasado, pero te sirve de poco porque, a esas alturas, nosotros ya nos estamos partiendo la caja. Son las cosas del directo.
Sigo mirándote y pienso que tampoco puede ser tu imagen. No eres un tío bueno de manual. Tienes altura, buen tipo y con todas esas capas de chaquetas y abrigos que llevamos para combatir este invierno del horror no lo podría asegurar, pero seguramente estás musculado, porque sé que te gusta el deporte. Vistes bien, muy apropiado: elegante por tu faceta profesional y juvenil por tu edad. Y tienes cierto estilo, pero vamos, no creo que te saquen en la portada de Vogue. Siento decírtelo.
Después se me ocurre que a lo mejor es tu olor, o las feromonas o cualquiera de esos elementos mágicos que nadie sabe explicar muy bien y que hacen que unas personas atraigan y otras no. Pero esos temas son muy personales y a ti te funciona con toda la peña, así que no puede ser eso.
Total que te miro un poco más y entonces, de repente, me doy cuenta. Sonríes. A todo el mundo. Todo el tiempo. Sonríes con una sonrisa cálida que parece decir "me interesa lo que te pasa" "me divierte lo que me cuentas" "quiero cuidar de ti". Sonríes con una sonrisa potente que deshace los caretos de lunes a las ocho de la mañana y de viernes a las dos de la tarde. Sonríes con una sonrisa que se contagia, como los bostezos.
Tu sonrisa es tu superpoder. Y puede que ni siquiera lo sepas...
miércoles, 4 de febrero de 2015
¡¡Felicidades Bich!!
Hoy es el cumple de Bich y por eso precisamente hay que contar la verdad sobre Bich, aunque nos duela. Y es que ahí donde la tenéis, con ese blog tan molón, ese avatar tan simpatiquete y ese estilo de escritura tan fresco, Bichejo tiene la culpa de muchas cosas. De muchísimas. Estos son los cargos que se le imputan:
-CULPABLE de las miles y miles de horas que he perdido en los blogs riéndome y disfrutando. Fue una de mis primeras lecturas en este mundillo y los primeros días tras descubrirla me pasaba mañanas enteras en la biblio partiéndome la caja con sus entradas antiguas. Y luego me extrañaba de que no me había cundido el estudio. Yo creo que alguno de mis cates y suspensos llevan la firma de Bichejo.
-CULPABLE de mi adición a la blogoesfera. Porque empecé leyéndola sólo a ella, pero después caí en las garras de su blogroll, descubrí otros blogueros estupendérrimos y se convirtió en mi base de operaciones para saltar de blog molón en blog molón. Y ahí ya, para qué queremos más, si antes mi estudio se resentía, qué os voy a contar después de eso...
-CULPABLE de mi estreno como bloguera activa. Y es que yo al principio era una inofensiva lectora en la sombra. Un día de verano me dio un parrús, abrí mi propio blog y antes de que me volviera el sentido común y decidiera cerrar el chiringuito Bich se apuntó como mi primera seguidora. Y claro, a ver quien es la guapa que echa la persiana después de eso, ¿sabes? así que me puse a naufragar por Internet y a dar la brasa al personal con mis tontadas. Total, que si tenéis alguna queja por aguantarme, ya sabéis quien es la responsable; la cumpleañera.
-CULPABLE de que la gente de mi vida en 3D se crea que estoy loca por emplear descripciones geniales como, precisamente, "gente de la vida en 3D", "hacerse un Bich" o afinados términos psiquiátricos al estilo de "oligolérdico". Todas palabras llegadas a mis conversaciones por cortesía del blog de Bichejo.
-CULPABLE de que quiera leer más libros de lo que me daría tiempo en tres vidas como la mía. Y es que yo me paso el día arreglando mis desastres cotidianos y los mini-ratitos que me quedan libres los reparto entre la literatura y los blogs. Luego llego al de Bich con sus millones de reseñas de títulos geniales y pienso: "ese me lo apunto. Y ese. Y ese. Y ese". Y vamos, que mi lista de lecturas pendientes ya va por tres folios. Y subiendo.
-CULPABLE de que la cada vez más desinflada blogoesfera no termine de pincharse del todo. Estamos por aquí unos cuantos que nos resistimos como gato panza arriba a que este mundillo eche el cierre definitivo y Bich está entre ellas. Y se agradece la compañía, la verdad.
Por todo ello, vistos los hechos y analizadas las pruebas, este jurado condena a la acusada, doña Bichejo, conocida popularmente como Bich, a pasar un ESTUPENDÍSIMO cumpleaños, a disfrutar a tope en blogoesfera y en el mundo en 3D, a invitarnos a todos sus lectores a una copita de cava virtual para brindar por ella y a no cambiar nunca, porque así nos mola mogollón.
¡¡FELIZ CUMPLE!!
-CULPABLE de las miles y miles de horas que he perdido en los blogs riéndome y disfrutando. Fue una de mis primeras lecturas en este mundillo y los primeros días tras descubrirla me pasaba mañanas enteras en la biblio partiéndome la caja con sus entradas antiguas. Y luego me extrañaba de que no me había cundido el estudio. Yo creo que alguno de mis cates y suspensos llevan la firma de Bichejo.
-CULPABLE de mi adición a la blogoesfera. Porque empecé leyéndola sólo a ella, pero después caí en las garras de su blogroll, descubrí otros blogueros estupendérrimos y se convirtió en mi base de operaciones para saltar de blog molón en blog molón. Y ahí ya, para qué queremos más, si antes mi estudio se resentía, qué os voy a contar después de eso...
-CULPABLE de mi estreno como bloguera activa. Y es que yo al principio era una inofensiva lectora en la sombra. Un día de verano me dio un parrús, abrí mi propio blog y antes de que me volviera el sentido común y decidiera cerrar el chiringuito Bich se apuntó como mi primera seguidora. Y claro, a ver quien es la guapa que echa la persiana después de eso, ¿sabes? así que me puse a naufragar por Internet y a dar la brasa al personal con mis tontadas. Total, que si tenéis alguna queja por aguantarme, ya sabéis quien es la responsable; la cumpleañera.
-CULPABLE de que la gente de mi vida en 3D se crea que estoy loca por emplear descripciones geniales como, precisamente, "gente de la vida en 3D", "hacerse un Bich" o afinados términos psiquiátricos al estilo de "oligolérdico". Todas palabras llegadas a mis conversaciones por cortesía del blog de Bichejo.
-CULPABLE de que quiera leer más libros de lo que me daría tiempo en tres vidas como la mía. Y es que yo me paso el día arreglando mis desastres cotidianos y los mini-ratitos que me quedan libres los reparto entre la literatura y los blogs. Luego llego al de Bich con sus millones de reseñas de títulos geniales y pienso: "ese me lo apunto. Y ese. Y ese. Y ese". Y vamos, que mi lista de lecturas pendientes ya va por tres folios. Y subiendo.
-CULPABLE de que la cada vez más desinflada blogoesfera no termine de pincharse del todo. Estamos por aquí unos cuantos que nos resistimos como gato panza arriba a que este mundillo eche el cierre definitivo y Bich está entre ellas. Y se agradece la compañía, la verdad.
Por todo ello, vistos los hechos y analizadas las pruebas, este jurado condena a la acusada, doña Bichejo, conocida popularmente como Bich, a pasar un ESTUPENDÍSIMO cumpleaños, a disfrutar a tope en blogoesfera y en el mundo en 3D, a invitarnos a todos sus lectores a una copita de cava virtual para brindar por ella y a no cambiar nunca, porque así nos mola mogollón.
¡¡FELIZ CUMPLE!!
viernes, 30 de enero de 2015
Negociando con los dioses del ligoteo
Decir que soy torpe a la hora de ligar sería un enooooooooorme eufemismo. Digamos mejor que se me da mal. Fatal. De pena. Soy un desastre total. En las movidas sentimentales no veo del todo claro donde meto la pata porque si no, como os podéis imaginar, a estas alturas de la vida ya lo habría arreglado, pero vamos, supongo que mi inexplicable timidez para determinadas absurdeces y mi falta de reflejos tienen bastante que ver con el tema. Que ya es gordo que me falten reflejos teniendo supervelocidad, pero en fin, es lo que hay.
De todas formas, y siendo como es cierto el párrafo de arriba, también es verdad que los dioses del ligoteo no me lo ponen fácil. Para empezar me mandan poco material aprovechable: parte de él viene con taras que lo hacen inservible (como una alianza en un dedo) y otra parte es visto y no visto. Pasa por mi vida una milésima de segundo y nunca más se supo. A ver, que tengo superpoderes, pero ¡leñe!, un tiempo mínimo hace falta para organizar un plan de ataque. No os flipéis. Como también es necesario proporcionar unas circunstancias medio-propicias para el tonteo y no boicotear cada oportunidad que yo me curro, perracos del infierno...
Total, que como estoy acostumbrada a la Ley de Murphy Ligoteril, lo de este mes me está dejando ojiplática: felices coincidencias, buenas disposiciones, golpes de suerte... Lo que os digo, ojiplática. Yo creo que le he dado pena a algún miembro recién incorporado al Consejo de Administración de los Dioses del Ligoteo y ha intercedido por mi en su última reunión trimestral.
-A la pobre Speedy la tenemos un poco puteada, ¿no? (Bueno, no diría puteada, que es un consejo de administración y van todos con corbata. Diría que me están sometiendo a un test de estrés, como a los bancos. Pero a mi sin perdonarme la deuda) ¿Qué tal si dejamos que Maromazo Estupendísimo de Turno coincida con ella 15 días, en lugar de una semana?
-¡Hala, 15 días! ¡Ya te has pasado! ¡10 y va que chuta! ¡Que espabile!
-Bueno, pues si son 10, le echamos un cable, ¿no? (Bueno, no diría "echar un cable" que es un consejo de administración y van todos con corbata. Diría que me van a hacer "una inyección de liquidez en mis posibilidades".) Hacemos que a MET le toque sentarse en la silla de al lado de Speedy.
-¡Hala, al lado! ¡No te flipes! Que se le estropee el ordenador y tengan que compartir pantalla una hora y a correr...
-Bueno, pues si no se sienta al lado, por lo menos que viva en una calle cercana a la de Speedy para que puedan ir juntos por el camino y hablar (Esto lo diría así, espero, porque si en los consejos de administración la gente con corbata tiene otro término para decir "vivir cerca" me preocuparía bastante)
-¡Hala, vivir cerca! ¡Y qué más! ¡Que coincidan dos calles y ya!
Y todo el rato así. No es que me haya convertido en el ojito derecho de los dioses del ligoteo, pero por lo menos tengo un infiltrado en el Consejo de Administración que, oye, algo es algo. Estoy por mandarle una caja de bombones al nuevo...
De todas formas, y siendo como es cierto el párrafo de arriba, también es verdad que los dioses del ligoteo no me lo ponen fácil. Para empezar me mandan poco material aprovechable: parte de él viene con taras que lo hacen inservible (como una alianza en un dedo) y otra parte es visto y no visto. Pasa por mi vida una milésima de segundo y nunca más se supo. A ver, que tengo superpoderes, pero ¡leñe!, un tiempo mínimo hace falta para organizar un plan de ataque. No os flipéis. Como también es necesario proporcionar unas circunstancias medio-propicias para el tonteo y no boicotear cada oportunidad que yo me curro, perracos del infierno...
Total, que como estoy acostumbrada a la Ley de Murphy Ligoteril, lo de este mes me está dejando ojiplática: felices coincidencias, buenas disposiciones, golpes de suerte... Lo que os digo, ojiplática. Yo creo que le he dado pena a algún miembro recién incorporado al Consejo de Administración de los Dioses del Ligoteo y ha intercedido por mi en su última reunión trimestral.
-A la pobre Speedy la tenemos un poco puteada, ¿no? (Bueno, no diría puteada, que es un consejo de administración y van todos con corbata. Diría que me están sometiendo a un test de estrés, como a los bancos. Pero a mi sin perdonarme la deuda) ¿Qué tal si dejamos que Maromazo Estupendísimo de Turno coincida con ella 15 días, en lugar de una semana?
-¡Hala, 15 días! ¡Ya te has pasado! ¡10 y va que chuta! ¡Que espabile!
-Bueno, pues si son 10, le echamos un cable, ¿no? (Bueno, no diría "echar un cable" que es un consejo de administración y van todos con corbata. Diría que me van a hacer "una inyección de liquidez en mis posibilidades".) Hacemos que a MET le toque sentarse en la silla de al lado de Speedy.
-¡Hala, al lado! ¡No te flipes! Que se le estropee el ordenador y tengan que compartir pantalla una hora y a correr...
-Bueno, pues si no se sienta al lado, por lo menos que viva en una calle cercana a la de Speedy para que puedan ir juntos por el camino y hablar (Esto lo diría así, espero, porque si en los consejos de administración la gente con corbata tiene otro término para decir "vivir cerca" me preocuparía bastante)
-¡Hala, vivir cerca! ¡Y qué más! ¡Que coincidan dos calles y ya!
Y todo el rato así. No es que me haya convertido en el ojito derecho de los dioses del ligoteo, pero por lo menos tengo un infiltrado en el Consejo de Administración que, oye, algo es algo. Estoy por mandarle una caja de bombones al nuevo...
viernes, 23 de enero de 2015
Respuesta Tipo Para Gili****** Varios
¿Ya es día 23? ¿En serio? No puede ser que ya haya pasado tanto tiempo... Yo juraría que había escrito aquí hace ná y menos... A ver si los perracos de Blogger me van a estar borrando entradas y yo sin enterarme... Porque, vamos, con la rachita que llevo, ya lo que me faltaba para el duro.
De todas maneras, poco os habéis perdido... De hecho, iba a hacer un texto sobre la respuesta tipo que me gustaría darles a la enoooooorme porción de gili****** que me ha tocado en suerte toparme en la vida. La cosa es que he estado leyendo Twitter esta mañana y me he dado cuenta de que ya me había dado el trabajo hecho, así que para qué currar dos veces.
Mi Respuesta Tipo Para Gili****** Varios empezaría muy científicamente, citando análisis y pruebas mentales
Y tras las comprobaciones médicas y teóricas emitiría un diagnóstico inequívoco.
Ellos me querrían responder algo, claro, pero yo les cortaría soltándoles que no me dieran la brasa porque...
Y por si no les quedaba claro, les advertiría que cuidadito conmigo, que soy una adicta y sin mi droga para ayudarme a soportar lerdos puede tener mucho peligro. Que no me han visto en situaciones límite como estas...
Yo creo que después de soltarles mi Respuesta Tipo Para Gili****** Varios ellos se iban a quedar flipados y yo descansada. Que falta me hace.
De todas maneras, poco os habéis perdido... De hecho, iba a hacer un texto sobre la respuesta tipo que me gustaría darles a la enoooooorme porción de gili****** que me ha tocado en suerte toparme en la vida. La cosa es que he estado leyendo Twitter esta mañana y me he dado cuenta de que ya me había dado el trabajo hecho, así que para qué currar dos veces.
Mi Respuesta Tipo Para Gili****** Varios empezaría muy científicamente, citando análisis y pruebas mentales
Y tras las comprobaciones médicas y teóricas emitiría un diagnóstico inequívoco.
Y por si no les quedaba claro, les advertiría que cuidadito conmigo, que soy una adicta y sin mi droga para ayudarme a soportar lerdos puede tener mucho peligro. Que no me han visto en situaciones límite como estas...
Yo creo que después de soltarles mi Respuesta Tipo Para Gili****** Varios ellos se iban a quedar flipados y yo descansada. Que falta me hace.
miércoles, 7 de enero de 2015
Los guionistas de mi vida
No sé como se organizarán los guionistas de series de esta de megacomplicas con mil personajes. Igual hacen turnos, o tormentas de ideas o se reparten trozos de las temporadas al más puro estilo trabajos del cole en los que curra uno y el resto se dedican a hacer el vago y molestar. Igual esta es la opción más probable y la que explica los giros inexplicables de algunos argumentos, pero a mi me gusta pensar que lo que se distribuyen son los personajes y las temáticas. En plan trabajo en equipo en una multinacional norteamericana:
"Tim y Jenny llevan los asuntos sentimentales del prota y sus idas y venidas para conseguir a la chica; John y Mary escriben sus pesquisas para desenmascarar al asesino de su padre. Tom y Peter se ocupan del mejor amigo y la mejor amiga de los personajes principales y de pensar tres o cuatro romances intercambiables entre ellos para darle vidilla a la trama y Bart, que es becario, se pone con los problemas familiares de la historia, que no aportan mucho, pero que nunca vienen mal para rellenar. Mandadme un mail con lo borradores y nos reunimos el lunes a las dos. ¡A trabajar! ¡Equipo, equipo, equipo!"
No sé si la realidad se parecerá mucho a esto, pero lo que está claro es que los que fijo que se organizan así son los guionistas de mi vida, El problema es que han hecho un reparto distinto al de arriba y al becario Bart le han asignados mis asuntos del corazón. Y claro, así pasa lo que pasa.
Porque a ver, yo no digo que Bart sea mal chico pero está un poco empanado y le gusta la fiesta como al que más, que para eso es joven, así que ya os podéis imaginar el percal. Aparece en la redacción el lunes a las nueve de la mañana después de un finde de salir a tumba abierta con unas ojeras hasta el suelo, una resaca de tres pares y sin haber escrito ni una letra de lo que le habían encargado. Y se pone a improvisar,claro.
Bart- Estoooo, si, claro, claro, pues en el primer capítulo de la temporada, ¡oh sorpresa! Speedy sigue soltera.
Jefe.- Ya, ¿y qué pasa entonces?
B.- Pues que... se encuentra con un ex...
J.- ¿Y?
B.- Bueno... es que no me acuerdo muy bien, me he dejado los apuntes en casa.
J.-Pues tira, ve a buscarlos, que vives al lado.
B.-Ya bueno, es que en realidad se los ha comido mi perro, que no lo quería decir, que suena a excusa.
J.- Y no lo es, claro... En fin, pues ponte a escribir algo.
B.-Voy a por un café y me pongo.
Bart se toma un café. Y otro. Y otro. Y luego baja a dar un paseo a ver si se despeja, se encuentra con la becaria de la serie de al lado y se pone a ligotear con ella, porque para mi vida no se le ocurrirá nada pero ideas para sus propias movidas sentimentales le sobran, ¿sabes? A ver qué os vais a creer.
Después de un rato la chica le manda a escaparrar y Bart vuelve al ordenador. ¡Por fin! Parece que mi felicidad amorosa está un poco más cerca, pero resulta ser una falsa alarma. En busca de inspiración nuestro becario estrella repasa la prensa nacional, internacional y deportiva. Por suerte no encuentra ningún material y casi mejor, porque tal y como está el panorama, iba a ser peor el remedio que la enfermedad, Se mete en Facebook y comenta toooooda las fotos de toooooodos los muros de sus 500 amigos sin un estrés ni medio. Después abre Twitter. Le han metido en una multimención de la Guerra de las Galaxias y su pestaña de notificaciones está que arde así que ya os podéis imaginar lo que hace hasta las dos del mediodía. Y ya a esas horas ¿qué va a sacar en claro el pobre hombre? Así que se baja a comer. Noooooooormal.
Moción para que Tim y Jenny, que llevan mis formidablemente inestables tramas laborales, se las cambien a Bart por las escenas sentimentales y así que las escriban ellos. ¿Votos a favor?
"Tim y Jenny llevan los asuntos sentimentales del prota y sus idas y venidas para conseguir a la chica; John y Mary escriben sus pesquisas para desenmascarar al asesino de su padre. Tom y Peter se ocupan del mejor amigo y la mejor amiga de los personajes principales y de pensar tres o cuatro romances intercambiables entre ellos para darle vidilla a la trama y Bart, que es becario, se pone con los problemas familiares de la historia, que no aportan mucho, pero que nunca vienen mal para rellenar. Mandadme un mail con lo borradores y nos reunimos el lunes a las dos. ¡A trabajar! ¡Equipo, equipo, equipo!"
No sé si la realidad se parecerá mucho a esto, pero lo que está claro es que los que fijo que se organizan así son los guionistas de mi vida, El problema es que han hecho un reparto distinto al de arriba y al becario Bart le han asignados mis asuntos del corazón. Y claro, así pasa lo que pasa.
Porque a ver, yo no digo que Bart sea mal chico pero está un poco empanado y le gusta la fiesta como al que más, que para eso es joven, así que ya os podéis imaginar el percal. Aparece en la redacción el lunes a las nueve de la mañana después de un finde de salir a tumba abierta con unas ojeras hasta el suelo, una resaca de tres pares y sin haber escrito ni una letra de lo que le habían encargado. Y se pone a improvisar,claro.
Bart- Estoooo, si, claro, claro, pues en el primer capítulo de la temporada, ¡oh sorpresa! Speedy sigue soltera.
Jefe.- Ya, ¿y qué pasa entonces?
B.- Pues que... se encuentra con un ex...
J.- ¿Y?
B.- Bueno... es que no me acuerdo muy bien, me he dejado los apuntes en casa.
J.-Pues tira, ve a buscarlos, que vives al lado.
B.-Ya bueno, es que en realidad se los ha comido mi perro, que no lo quería decir, que suena a excusa.
J.- Y no lo es, claro... En fin, pues ponte a escribir algo.
B.-Voy a por un café y me pongo.
Bart se toma un café. Y otro. Y otro. Y luego baja a dar un paseo a ver si se despeja, se encuentra con la becaria de la serie de al lado y se pone a ligotear con ella, porque para mi vida no se le ocurrirá nada pero ideas para sus propias movidas sentimentales le sobran, ¿sabes? A ver qué os vais a creer.
Después de un rato la chica le manda a escaparrar y Bart vuelve al ordenador. ¡Por fin! Parece que mi felicidad amorosa está un poco más cerca, pero resulta ser una falsa alarma. En busca de inspiración nuestro becario estrella repasa la prensa nacional, internacional y deportiva. Por suerte no encuentra ningún material y casi mejor, porque tal y como está el panorama, iba a ser peor el remedio que la enfermedad, Se mete en Facebook y comenta toooooda las fotos de toooooodos los muros de sus 500 amigos sin un estrés ni medio. Después abre Twitter. Le han metido en una multimención de la Guerra de las Galaxias y su pestaña de notificaciones está que arde así que ya os podéis imaginar lo que hace hasta las dos del mediodía. Y ya a esas horas ¿qué va a sacar en claro el pobre hombre? Así que se baja a comer. Noooooooormal.
Moción para que Tim y Jenny, que llevan mis formidablemente inestables tramas laborales, se las cambien a Bart por las escenas sentimentales y así que las escriban ellos. ¿Votos a favor?
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