domingo, 6 de octubre de 2024

Ghosting de qué

Vengo a registrar una queja oficial. A ver si consigo explicarlo bien, porque ya vale.

Las App de ligue son la hez. Este tema ya lo hemos tratado en diversas ocasiones, no vamos a abundar. Así que voy a dejar de lado en esta entrada a todos los que en esos sitios mienten como bellacos, los que dan gato por liebre, los que dicen una cosa y quieren otra, los que no te caen bien, con los que no tienes cosas en común, con los que, simplemente, no hay nada de donde sacar porque no dan para más los pobres. Todo eso ya lo hemos tratado.

Ahora quiero hablar de tooooooodos esos pobrecitOs que se quejan amargamente de las chicas les hacen ghosting. A ver, hacer eso de verdad está muy feo, ghosting caca, no lo hagáis. Ahora bien, es que estos jetas a cualquier cosas le llaman ghosting.

Lo que SÍ lo es: tener una relación previa y dejar de coger llamadas, de contestar mensajes de forma reiterada. Incluso, siendo generosa, voy a ampliar el concepto. Sin llegar ni siquiera a tener una relación, si has chateado durante mucho tiempo con una persona y contado cosas importantes y de repente sin explicación alguna desaparece como si lo hubiera secuestrado la mafia rusa, pues eso MAL claro.

Lo que NO lo es: que hables con alguien unas semanas y la persona se limite a contestar lacónicamente o con monosílabos a lo que tú le preguntas. Que no se interese por ti ni haga el más mínimo esfuerzo por conocerte o saber algo más de tu vida. Que desaparezca dos días, al tercero resucite como Jesús y por toda explicación cuente que ha tenido mucho lío. Que sólo te diga generalidades, nada un poco concreto sobre él, sobre sus gustos o sobre su día a día. Que en ningún momento se alcance un mínimo MÍNIMO de enjundia. Que a menudo dudes si estás hablando con Epi, de Barrio Sésamo y que lo descartes porque estás segura de que con Epi podrías mantener una charla más interesante. Que seas la única en tirar del carro conversacional, que te llegues a sentir como los esclavos egipcios cuando arrastraban los pedrolos enormes esos para construir las pirámides. 

Si en las segundas circunstancias él te concede la "gracia divina" de su millonésimo monosílabos y tú, exhausta, no tienes fuerzas de seguir echando carbón a la locomotora del chat y no le contestas van los jetas y te dicen que les has hecho ghosting. No se puede tener la cara más dura. No, amigo, no, la última palabra la has puesto tú, pero toooooooooooooodo el esfuerzo lo he puesto yo. No es que se te de mal o que no te estés dando cuenta, no tienes ningún interés. No pones NADA de tu parte y lo sabes. Estarás a otras cosas, supongo. Y me parece bien, ¿eh?, que cada uno haga lo que quiera, faltaría más. Pero no vayas de víctima diciendo que todas las malvadas mujeres te hacen ghosting, porque de eso nada, monada.

jueves, 3 de octubre de 2024

¿Pero el proceso se cosca?

Cuando has subido, bajado, entrado, salido, acelerado y frenado. Cuando has hecho todo lo que se te ha ocurrido y más durante años y años. Cuando no estás en una racha mala, porque por definición una racha es algo temporal y no sostenido en el tiempo de forma indefinida. Cuando tu fuerte es la creatividad y aún así has llegado al punto de que no te queda ni una idea más porque sientes que las has agotado por completo, que ya lo has intentado TODO. Cuando has estado ilusionada, contenta, harta, mosqueada, exasperada, furiosa, indignada, desesperada. Cuando has tratado al máximo de resignarte, de aceptar la frustración y la absoluta falta de control de los acontecimientos no te queda otra que pasarle la pelota a otro, al que sea. Y te dicen que todo lleva su tiempo, que las cosas pasan cuando tiene que pasar, que confíes en el proceso. Y tú lo haces, y aún así tampoco cambia nada. Así que aturdida, desorientada, descorazonada y hasta el mismísimo c*oño de todo no te queda más alternativa que preguntar sinceramente:

 

 


viernes, 27 de septiembre de 2024

Autoestima nivel: las novias de Brad Pitt en Facebook

 

A mi lo de los Brad Pitt de Facebook que timan a incautas me deja alucinada. A-LU-CI-NA-DA. Pero no por la inocencia, ni si quiera por la candidez o la falta de perspicacia de las pobres víctimas, sino por lo contrario. Yo las admiro, de verdad, sin ironías, desde el fondo de mi corazón. Las envidio. Porque, pensadlo: ¿qué pedazo de cacho de autoestima gigantesca hay que tener para creer que Brad Pitt quiere ligar contigo por cualquier medio? ¿Que se enamora de ti de la nada, sin conocerte? Imaginaos el altísimo concepto que estas chicas tienen que tener de sí mismas, lo muchísimo que se quieren, para plantearse si quiera que esto pueda llegar a ocurrir. Deben de andar por la vida pisando fuerte, ¿no? Con semejante Beyonce interna, no me digas...

Y no sólo eso. También me da envidia su fe en la vida, su confianza en los milagros, su deliberada omisión de la probabilidad, de la estadística. En serio, ¿cómo de difícil es que entre millones de millones de millones de perfiles de una red social que ya no usa ni el tato encuentre JUSTO el tuyo uno de los actores más famosos del mundo? Es que si crees que eso puede pasar tu esperanza no tiene límites, podrás creer cualquier cosa, eres invencible. El Gordo de Navidad, el Euromillón, un trabajo bien remunerado con buen horario en el que te traten con respeto, el ratoncito Pérez... Tu optimismo no tiene techo.

Y eso es lo que envidio. Qué felices tienen que ser estas chicas en su realidad paralela, en su mundo de piruleta en el que lo mejor no sólo es posible que ocurra, sino que les ocurra JUSTO A ELLAS. Da igual que esa candidez tenga un precio, que un listo les time cuatro euros, que el electricista les cobre más de la cuenta (nos lo hacen a todos, además) o que se encuentren con algún percance en el banco. Esa dicha, esa alegría, esa esperanza, esa paz no se paga con dinero.

Qué envidia.


martes, 24 de septiembre de 2024

De bofetón

Al loro, que venía a contaros una buena noticia (ya era hora después de la racha de entradas pozo negro que llevo) y hasta en esto soy capaz de autoboicotearme. Es que es como para darme bofetones hasta la hora del almuerzo y después todo el día. En fin...

Lo voy a resumir, que si no, no llego al meollo nunca. Después de que la Supermovida casi acabara conmigo juré y perjuré que no iba a estudiar nada más. Y... sí, como os estáis imaginando, incumplí. Por probar y ver si me gustaba, me apunté a una cosa sin hacer research previo, sólo porque me sonaba bien. Ya lo sé, no soy el lápiz más afilado del estuche. El caso es que la movida nueva resultó empezar en el segundo cuatrimestre (con toda mi motivación olvidada en el primero), ser una materia muchísimo más árida de lo que me esperaba y llegar justo cuando se me cayó el mundo encima por un problema personal. Vamos, todo a favor, ya lo veis.

Aún así, por no perder el dinero de la matrícula, lo intenté. Aquello me sonaba a chino mandarín y estaba tan triste que leía los apuntes cayéndome lágrimas de los ojos, así que, como supondréis, llegué a junio sin tener ni idea. Ni me presenté.

Después la angustia fue remitiendo, yo tuve tiempo en vacaciones para mirarme algo y decidí jugar la carta de septiembre. Aquello seguía siendo chino mandarín, llegué con los conocimientos justos para pasar un examen razonablemente sencillo y me encontré con la prueba más difícil de la historia de la asignatura. No lo digo yo, lo dicen las miles de reclamaciones de alumnos y los testimonios de personas que se presentaban por cuarta vez y que nunca antes habían visto algo parecido. Como sería la cosa que subieron medio punto de forma general a todos, por los resultados obtenidos. Agüita.

El tema es que yo me vi allí, en el test más tecnologizado que he hecho en mi vida (los tiempos avanzan que es una barbaridad, chica, pero esto ya lo contaré en otra entrada) con un debate interno. Las respuestas que sabía seguras no eran suficientes para aprobar, así que tenía que jugármela. Los errores restaban mucho y yo suelo ser bastante cauta por mi legendaria mala suerte, pero en un arranque de rabia, quizá por la mala racha de la que venía, pensé: "Hay que morir matando. Como si saco un cero.". Y dicho y hecho: x, x, x, x, Respondí las que me sonaban bastante. Las que por descarte parecían razonables. Las de pito pito gorgorito. Contesté CASI todas y salí del examen esperando una calificación negativa, es decir, menor que cero al restar los fallos. La probabilidad no suele estar de mi parte.

Los días siguientes vinieron las reclamaciones y el foro de estudiantes en llamas por la dificultad de la prueba. Yo lo miraba todo sin indignación ninguna, como una vaca mira al tren esperando mi cero ampliado y cuando salieron las actas... aprobado. A-PRO-BA-DO.

No os puedo describir lo que sentí. Estupefacción, lo que más. Incredulidad, desde luego. Poco a poco, cuando la noticia fue calando, alegría. No por la nota (la materia me da igual y no pienso continuar) sino por el éxito. El primero en una laaaaarga racha de mierda. Y esa emoción debería predominar y asentarse, ¿no? Felicidad. Fe en que las cosas pueden salir bien, a veces, incluso, contra todo pronóstico. Esperanza en que es posible que la suerte me acompañe un tiempo, que ya me tocaba.

Debería pensar que es un mensaje del universo, una señal del cambio de ciclo, el pistoletazo de salida de un periodo de cosas buenas. ¿Y sabéis qué pensamiento intrusivo mierder se me cuela todo el tiempo? Que he gastado toda mi suerte en algo que me da igual y que ya no la tendré en los temas que me importan. 

Lo que os digo, es que soy de bofetón. DE BOFETÓN. Y no sé qué hacer para cambiarlo.

viernes, 20 de septiembre de 2024

Same, Ricardo

 
 
"¿Qué haces? Sufro. Y en mis ratos libres, escribo."
 
Same, Ricardo, same
 

 
 
Que ya lo sé, Cesare, no metas el dedo en la llaga. Que lo tengo claro. Pero que trato de evitarlo por todos los medios y no hay manera. Intento ser objetiva, racional, ver el donut completo y no sólo el agujero. Pongo el máximo esfuerzo en no quedarme atrapada en el enfado, en la rabia. Medito, respiro, procuro fluir, no luchar. Pero como si quieres arroz, Catalina.

Pienso mucho en por qué no consigo controlar esto y creo que es que porque en algún putrefacto rincón de mi cerebro hay una neurona anticuada y rancia que archivó en un pasado muy muy remoto tres  bulos absurdos nivel terraplanista: Que si te esfuerzas lo suficiente al final consigues lo que quieres. Que el esfuerzo conlleva sufrimiento. Y que cuando te viene un putadón si sufres lo suficiente, si lloras lo bastante, si lo pasas suficientemente mal la vida se apiadara de ti y lo arreglará. Ahí lo lleváis. Tres mentiras como tres catedrales que se quedaron allí grabadas a fuego, que no hay quien borre y que me amargan full time. Y encima se juntan con otra neurona delulu, prima hermana chunga de la antediluviana, que está convencida de que aceptar algo malo implica que no te mereces lo bueno y que jamás te va a pasar si te rindes. Aceptar=tirar la toalla. Aceptar=no ser digna, no valer lo suficiente para vivir algo bueno. Menudas asociaciones de mierda. Esta esa parte de mi corteza prefrontal para llevarla al punto limpio.

Dicen los maratonianos que el dolor es inevitable, pero que el sufrimiento es opcional. Pues no sé, decídselo vosotros a la mi cerebro boicoteador, porque a mi no me hace ni puto caso.
 

martes, 17 de septiembre de 2024

Desbloqueando el bloqueo

Bueno, le voy a dedicar una entrada porque se lo ha merecido. Y más ahora, que llevaba un siglo de bloqueo lector y no había libro que me sacara de esa sequía literaria. Espabilarme, llamarme la atención y conseguir mantener mi mente centrada durante más de tres frases seguidas era estos meses toda una proeza y esta novela lo ha logrado. Así que reconozcámosle su mérito y recibamos con un caluroso aplauso a...

¡¡¡"La química del amor" de Ali Hazelwood¡¡¡

(plas, plas, plas, plas=onomatopeya de aplausos. Nunca está claro con las onomatopeyas si has elegido la adecuada)

Un día. Ni eso, creo. En unas 20 horas me he zampado sus casi 500 paginitas de nada. Ahí lo lleváis.

¿Porque es una gran historia que ganará el Nobel de literatura? Ni de coña. Es una obra juvenil, romántica, del montón. llena de clichés (en definitiva lo que se le pide al género). No es que no sea original, es que es EXACTAMENTE el mismo libro que el anterior de su autora (La hipótesis del amor). CLA-VA-DO. Los personajes tienen otros nombre y ocurre en otra ciudad, pero la trama es idéntica, discurre por los mismos caminos, al mismo ritmo, con las mismas vibras. Y me parece bien. 

A mi me ha servido para tener un día (no me ha durado más) maravilloso, sumergida en una historia que SÉ que va a terminar bien, desconectando y olvidándome por 24 horas de una realidad --la mía-- que no me gusta un pelo. Y sólo por eso para mi merece un aplauso, porque la literatura tiene dos grandes funciones: hacernos pensar y permitirnos escapar. Lo segundo es tan necesario como lo primero.

No voy ni a hacer una reseña, ya hay muchas por ahí. Creo que en mi caso más que la trama lo que me ha enganchado sobre todo es la forma de hablar de la protagonista (es decir, de la autora y desde luego SU TRADUCTORA, que ha dado en el clavo con sus equivalentes en castellano. Patricia Sebastián, eres una crack, desde aquí te lo digo). Su frescura, su sentido del humor, sus expresiones, sus referencias a películas, a comics. Diálogos de Pretty Woman ("estuve aquí esta mañana y usted no quiso atenderme. Pues metió la pata y  de qué forma. Hasta el cuello"). De Asterix y Obelix ("verás países, dicen, encontrarás un ambiente de sana camaradería, dicen" en versión científica). Memes de Twitter, juegos de palabras de esa red social. ¿Sabéis el típico amigo que te ha contado cien veces la misma historia, pero te diviertes siempre por la forma en como lo cuenta? Pues un poco eso, en versión literaria.

¿La recomiendo? No especialmente y en todo caso bajo vuestra responsabilidad, porque no es para todos los paladares. Si os van las novelas juveniles, romanticonas, sin mayores conflictos, si necesitáis refugiaros por algunas horas en un lugar feliz donde los buenos siempre ganan y si os apetece reíros a carcajadas, es una elección acertada. A mi me ha funcionado, desde luego. Qué menos que reconocérselo. Aquí os dejo algunas de las frases que me han gustado. A partir de ahí, allá vosotros.

-"El verdadero villano es el amor, un isótopo inestable en constante descomposición nuclear espontánea"

-"Pienso en todo a lo que me he obligado a renunciar. En los gatos que no me permito adoptar. En el esfuerzo desgarrador que conlleva enmendar un corazón roto."

-"Todas las relaciones entre seres vivos terminan en algún momento, de algún modo. Así son las cosas. Una de las partes muere o se larga, atraída por otras necesidades biológicas. Las emociones son transitorias por naturaleza. Son estados temporales provocados por cambios neurofisiológicos que no están hechos para durar para siempre. El sistema nervioso debe recuperar sus propiedades homeostáticas. Todas las relaciones asociadas con acontecimientos afectivos tienen fecha de caducidad"

-"Ese nivel de odio requiere tanto esfuerzo, motivación y compromiso que es básicamente amor."

-"Es un sentimiento que aún no está del todo desarrollado; se trata de un primer borrador."

-"He cabreado a algún dios, será a Poseidon, no debería haberme meado en el mar Báltico cuando era joven"

viernes, 13 de septiembre de 2024

No hay más preguntas, señoría


 

Iba a escribir una entrada, pero luego he visto esta imagen en Twitter (si, ya lo sé, hace años que esa red social se llama de otra manera, jamás lo llamaré así. Asúmelo, Elon) y me he sentido taaaaaaaaaan identificada que me he quedado sin palabras. 

Un plauso para Will (espero que sea el autor real y si no a ese genio desconocido, allá donde estés: mis dieses) por resumir como siento mi vida el 99% del tiempo. Es que no voy a añadir nada porque ya lo ha dicho él todo.

No hay más preguntas, señoría.