viernes, 15 de septiembre de 2023

El enemigo en casa


 

Menos mal que ahora se lleva eso de la inteligencias diversas. Porque en lo relacionado con el sentido del humor a lo mejor sumo algún que otro punto de lista, pero desde luego en lo que se refiere a la incertidumbre soy tonta de remate. Soporto mal la falta de certezas. Muy mal. Me agobio. Me entran los nervios. Me pongo en lo peor.

Y buscando explicaciones al caos supremo que ha sido y es mi vida, el otro día me encontré con esto.

"A veces se produce la paradoja del autosabotaje como forma de control. Si boicoteo mi vida puedo diseñar mi propia muerte en lugar de dejar que suceda. Tal vez no sea de mi agrado, pero lo habré escogido".

Y como lo del sabotaje es un hit ya en mi día a día, me ha dado por atar cabos y pensar que no puede ser casualidad. Que aquí hay un patrón.Y que necesitaba más información sobre el tema.

 Así que aquí estoy, leyendo a Hazel Gale. Voy por la mitad, pero por ahora puedo decir que cuenta cosas interesantes y las cuenta bien. Entretenida. Clara. Pedagógica. Y que si la leéis, prepararos para ver vuestra infancia con otros ojos. Yo estoy flipando, vaya.

domingo, 10 de septiembre de 2023

Here we go again

Bueno, chavalotes, pues aquí estamos otra vez. Estoy a punto, a punnnnnto, de volver a liarla. Con lo que sufrí. No me lo puedo creer.

Vosotros no os acordaréis porque han pasado ya cien eternidades y una pandemia, pero hace unos años me metí en una supermovida que casi acaba conmigo. Me costó sangre, sudor y lágrimas terminar una tortura que me tuvo colapsada y sufriendo al máximo la tira y cuando aprobé juré y perjuré que jamás volvería a hacerlo, que como gracia ya había valido, que ya había tenido suficientes chanchullos para llenar veinte vidas y que nunca mais.

Vale pues...




A verrrr... no está decidido aún, pero me lo estoy planteando y eso ya es mucho. Estoy sopesando empezar de cero OOOOOTRA VEZ. DE NUEVO, estoy considerando la idea de cambiar el tren de vías para enfilar un destino diferente que me saque de esta parálisis. Increíble documento.

Es cierto que el chungo me dio fuerzas para salir por fin de una vía muerta y que desde entonces he estado en una estación fantasma, fuera de las líneas regulares, fuera del tiempo y el espacio. Me quedé allí apartada del mundanal ruido para hacer reparaciones y recargar combustible, sabiendo que algún día se acabaría la tregua, que en algún momento tendría que volver a circular. 

Me ha costado: mis vagones estaban muy dañados y mi GPS había perdido el rumbo. No sabía a donde ir ni qué camino tomar. Esperaba al rayo de la inspiración para ponerme en marcha y (parece) que ya ha llegado. Por fin.

¿Problema? Que me esperaba un rayo de poca potencia, manejable y ha caído una descarga de años de sufrimiento. MUCHOS AÑOS Y MUCHO SUFRIMIENTO. Y yo ya no soy un chiqui tren, llevo kilómetro y kilómetros a mis espaldas. No sé si mi locomotora va a poder a estas alturas con semejante recorrido. Y lo que es inaceptable es quedarme de nuevo tirada en una vía muerta (otra distinta) en medio de la nada.

La columna de los pros y de los contras está bastante igualada. Seguiremos informando.

domingo, 3 de septiembre de 2023

Picasso desquebrajado

Hablar del tiempo solía ser una solución de compromiso para situaciones incómodas, un tema neutro, sin polémicas, pero también soso, repetitivo y sin pizca de emoción.

HASTA AHORA

Este ¿verano? (lo llamo así por entendernos, porque los cierto es que no sé si se merecería ese nombre) nos ha tenido en guardia a todas horas, sin darnos ocasión de aburrirnos y mucho menos de relajarnos. Cuando creíamos que ya le habíamos cogido el truquillo a a cosa y que podíamos más o menos predecir lo que nos esperaría al día siguiente... ¡ZAS! cambio drástico. Lunes: 5 millones de grados, 8000 personas ingresadas por golpes de calor, huevos friéndose sobre el asfalto. Jueves: -7 grados, saca el nórdico y el abrigo de la nieve. Domingo: cae tal tormentón que las carreteras se convierten en ríos, literalmente. Todo tranquilidad y cero estrés, como se puede comprobar.

En medio de esta movida yo me he puesto morena sin planificación, sin orden ni concierto, lo que se traduce, como os podéis imaginar, en el caos supremo. Típica excursión a 58 grados en la que crees haberte aplicado protector solar, aunque quizá no y no lo recuerdas porque el calor que has acumulado en tu cuerpo apenas te deja acordarte de tu propio nombre. En esas circunstancias tu espalda puede acabar a topos blancos y negros si la camiseta que llevas tiene agujeros por detrás. Que no es que me haya pasado a mi ni nada, ¿eh? ¡Qué va!

Y en el caso de que me hubiera ocurrido (que no ha sido así, PARA NADA) habría podido pensar que mi bronceado iba a igualarse en la siguiente sesión de piscina. Lo que seguramente no habría supuesto es que dicha sesión sería después de 3 danas, 8 huracanes y 20 tifones y que hasta entonces habría lucido un tatuaje de contrastes de tonos blancos y negros en la espalda que poco le iba a envidiar a las composiciones cubistas picassianas.

Y por si fuera poca desgracia llevar un Picasso regulinchi en la retaguardia, ahora el verano ha decidido hacer dejación de funciones con antelación y traer consigo por adelantado una de las peores cosas del final del estío: la roñilla posvacacional.

Sí, amiguis, ya estoy empezando a dejar por todas partes rastros de mi ADN en cantidades suficientes para poner en serio riesgo el trabajo.de cualquier delincuente profesional que se precie. Lo que se traduce en un sospechoso e incómodo reguero de mugre que voy dejando allá donde voy y una cada vez más distorsionada creación vanguardista, posmoderna y bicolor en mis cuartos traseros. O dicho en palabras llanas: el horror total, vaya.

Yo contaba con quince días más para arreglar el cuadro (nunca mejor dicho) de mi bronceado desigual y mantener a raya el desquebrajamiento de la obra. Sin embargo parece que este verano perezoso ha decidido declararse en huelga de brazos caídos antes de lo previsto y descuadrarnos los planes a todos.

¡Qué paciencia hay que tener, de verdad!

lunes, 21 de agosto de 2023

Posesión fantasmagórica

Saludos cordiales No sé ni por donde empezar. ¿Me presento? Porque igual ya no os acordáis de mi. Bueno, mejor sí, no vaya a ser. 

(Sonido de carraspeo)

Hola, soy SpeedyGirl, la que hace el corte de mangas en la foto de perfil de ahí al lado. Os diría que he estado desaparecida por movidas superheroicas, pero lo cierto es que no, ha sido más bien como un apagón. Fue como si me saltaran los plomos, se quedara mi cerebro a oscuras, se cerrara la puerta de golpe con las llaves por dentro y yo me quedara tirada en el rellano en pijama y con zapatillas de felpa. Que piensas, ¿dónde voy yo ahora con esta pinta a pedir ayuda?

Y ahí he estado un mes, sola, fuera, en el pasillo, sin móvil, sin nada que leer, o lo que es lo mismo, con DEMASIADO tiempo para pensar. ¿Sabéis cuando repites en voz alta tantas veces una palabra que termina perdiendo el significado? Pues un poco eso. Ya no sabía qué era verdad y qué eran imaginaciones mías, qué era real y con qué me estaba troleando mi mente. El horror.

Por suerte, irrumpieron en escena las vacaciones. Se me hundieron unos planes, me salieron otros y sobre todo me vi arrastrada por una posesión fantasmagórica. En concreto la de SpeedyMum, a la que poseyó el espíritu de los gemelos del programa de reformas de Divinity,



¿Que por qué eso me ha afectado a mi? Muy sencillo: porque se le han ocurrido miles de ideas de mejoras habitacionales en las que ella era el cerebro de la operación y yo el músculo. Y daba igual que no tuviera la formación, la habilidad ni los conocimientos necesarios para ejecutarlo.

Con mayor o menor fortuna, estas vacaciones he pintado verjas, he podado árboles, he transportado sacos de tierra, me he sacado el carnet B2 de cortacesped. Y quiero pensar que me he convertido en una versión más joven y menos glamurosa de la prota de Mamma Mia.


(Y cantando peor que Meryl, claro)

El caso es que tanto ajetreo me quitó bastante la tontería. Vine a contároslo aquí como a mitad de vacaciones, pero todavía debía de quedar algún fusible fundido, me creí que había dejado algo programado y resulta que no.  Ejem, ejem, soy una mente brillante, ¿eh?

Total, que esto nos trae a este momento, los instantes previos a mi vuelta al curro en los que, como os podéis imaginar, tengo serias tentaciones de cortarme las venas porque ¡¡NO QUIEROOOOO VOLVERRRR!!

Pero esa ya es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión. Ahora sólo quiero saludar. confirmar que estoy viva, desear que disfrutéis de las vacaciones a alos que cabrones que aún os queden días libres y decir que, como siempre:

Por la sombra, bombones.

martes, 11 de julio de 2023

Blancazo (again)

Hace mogollón que no escribo (ni aquí ni en ningún sitio). Y lo que es aún más preocupante, ni siquiera leo. Y ¡ojo!, que venía de una racha lectora muy buena de hasta ocho libros por mes. Pero llevo 60 días en blanco, con la mente paralizada, en encefalograma plano.

Le echaría la culpa a la leche que me di en la mano que me ha tenido cuatro semanas casi manca y pudiendo usar el ordenador poco, mal y a paso de tortuga, pero lo cierto es que esta paralización empezó mucho antes. Y tampoco es un bajón anímico, porque no es una mala época, estoy tranquila, normal. Incluso me está pasando alguna cosa buena. No tengo ni repajolera idea de lo que ha ocurrido para que, de repente, la parte artística-creativa (como queráis llamarlo) de mi cerebro se haya puesto en huelga, sin previo aviso. Pum, apagón, como si se le hubiera acabado la batería. No hay quien saque nada en limpio de ahí.

No se me ocurre nada. Lo poco que se me ocurre me da pereza escribirlo y cuando logro hacerlo me parece un zurullo como un piano. Cojo un libro y leo el mismo párrafo una y otra vez, en la página 50 aún no me acuerdo de como se llama el protagonista y me sorprende oír hablar del funeral de personajes que no sabía que se habían muerto.

Ni leer. ¡NI LEER, COLEGAS! ¿Qué leches me pasa?

sábado, 1 de julio de 2023

Falsa alarma

Lo que son las cosas, oye. Mira que el reverso tenebroso es fuerte en mi y mira que de normal, para mi desgracia, soy de las que se fijan en un donut y solo ven el agujero. Pero esta vez, por lo que sea, conservé la fe, esperé contra toda esperanza. Y por una vez me salí con la mía. 

¡¡ESCAYOLA FUERA!! ¡AR! ¡ROMPAN FILAS!

Así es, amiguis, falsa alarma. El médico que me la puso ("no se ve nada en la radiografía pero te vas enyesada, porque el escafoides siempre se rompe"), mis fisios ("no te hagas ilusiones, algo llevarás, una fisura mínimo"), SpeedyDad alias la alegría de la huerta ("mentalízate para dos meses inmovilizada"), TODOS se empeñaban en hundirme la moral. Pero yo no desesperaba, confiaba en la radiografía de esta semana, en la repetición a cámara lenta, en la fotofinish. El partido no se acaba hasta el pitido final. Y este miércoles...

"En la radiografía no se ve nada, pierdes la escayola, pero te llevas una venda superapretada, el juego del programa y este maravilloso aplauso del público".

Así que ahora aparte de un subidón espectacular y una alegría tremenda, tengo un brazo dolorido de color morado -verdoso -negro que aún no puedo usar porque veo las estrellas, pero con todos sus huesos enteros. Que no es poco. A partir de aquí cuidado y paciencia hasta que la contusión se cure y después libreeee, como el sol cuando amanece y Nino Bravo yo soy libreeee, como el mar. Esto merece pinchar el temazo veraniego más mítico de los 90.





Pd:25 minutos he tardado en teclear esta mierdilla sólo con la mano izquierda.  Aún queda sufrimiento por delante

jueves, 22 de junio de 2023

Tu clave es escafoides

Como dirían en Mision Imposible "tu clave es Jonas" y este mensaje se autodestruirá en 20 segundos. Bueno, pues la versión speedica es la siguiente. Como me imagino que ya supondréis, el surf con bastón TAMBIÉN se me dio regulinchi, me caí mucho (aunque me reí más) y al intento un millón de partirme la crisma hubo premio. Me resbalé, apoyé mal la mano y cantaron fractura de escafoides en la derecha. Como soy diestra, esto quiere decir que estoy escribiendo esta entrada con la izda y que voy a tardar cien eternidades. De hecho, podemos hacer porras de cuanto me va a costar y doy el veredicto en los comentarios.

Total, que muy requetebien, me he agenciado una bonita escayola, el complemento ideal para el verano y los calores que vienen ahora. Y una cosa os voy a decir, no os llaméis a engaño: los días cunden la mitad cuando tienes que hacer todo con una sola mano, que para colmo es la mala. Cualquier cosa es un mundo. Hay que abrir una botella de agua, llama a los bomberos. Quieres colocar los platos en el armario, help 112. Toca cerrarse el botón de los vaqueros, que vengan los GEO.

Seguiría dando la turra con el tema, pero ya os hacéis una idea y en este tercer párrafo el agotamiento se me come por los pies, así que no dilapidemos recursos necesarios para funciones vitales. El resumen es que me esperan unos días regulinchi y que si ya pasaba poco antes por aquí, ahora menos. Pero me entendéis, ¿no?

Ya sabéis que no me olvido de vosotros. Que se os quiere. Y que como siempre...

POR LA SOMBRA, BOMBONES.