domingo, 30 de mayo de 2021

Mal de muchos...

Los inescrutables caminos de internet y el algoritmo de Youtube me hicieron tropezarme el otro día con este video. Y me quedé flipadísima con una cosa que dice en el minuto 4 o así.



No es que sea super mega fan de Jaime, pero me parece un tío muy listo, con mucho talento, mogollón de iniciativa y que hace cosas muy interesantes. Algunos de sus vídeos me encantan y creo que se puede decir que está en el top del bullullu youtubero español. O sea, no controlo de visualizaciones y seguidores, pero tiene que estar en el grupo de cabeza, ¿no? Con algunos por delante, pero aún así de los primeros. Así que se puede decir que en su curro, donde hay muchísima competencia, tiene éxito. Y aún así el tío dice que se siente siempre al borde del precipicio. Y yo me quedo: ¿lo qué?

"Si yo no dedico todo el tiempo de mi día a intentar que mi vida no sea una catástrofe, mi vida es una catástrofe"

Eso dice, el colega, y es como si me hubiera leído el pensamiento. A mí me pasa exactamente eso. ¿Sabéis cuando llevas muchísimas cosas en las manos, se te cae una, cuando te agachas a recogerla se te cae otra, para intentar evitar que se caigan más haces un gesto brusco y termina todo en el suelo? ÉSA es, exactamente, la sensación que tengo yo en mi vida, a todas horas, estar haciendo cada segundo de cada minuto equilibrios imposibles que suelen acabar mal.

Jaime es inteligente, analítico, resolutivo, con una enorme capacidad comunicativa, para aprender por su cuenta y para poner en marcha iniciativas novedosas. También se intuye que el hombre tiene sus issues, pero como todos, supongo. Y aún así él siente que bordea la catástrofe a todas horas. 

Así que si le pasa a Jaime, que es un crack, como no me va a pasar a mi. 

Mal de muchos.... epidemia. 

miércoles, 26 de mayo de 2021

Incursiones en terreno inexplorado

Los SpeedySobris crecen a marchas forzadas y como es lógico y natural conforme se introducen en la infernal locura de la adolescencia y se alejan de la infancia también se alejan un poco de todos. También de mi, claro. Es parte del proceso, es natural, sano, transitorio y cambiará cuando salgan de esa tormenta hormonal y lleguen a buen puerto, pero me da pena, la verdad. Es triste no poder llegar a ellos como antes lo lograba simplemente jugando al escondite o saltando olas o robando galletas saladas de la despensa de SpeedyDad. Así que, aunque sé que es tarea casi imposible, trato de buscar maneras de acercarme a su mundo.

Y para eso tengo que entender lo que lo conforma, sus gustos, sus inquietudes, lo que les divierte, que, como podéis sospechar, no se parece mucho a lo que me entretiene a mi. Así que estoy haciendo el esfuerzo para conocer, al menos por encima, sus aficiones. Lo que a veces se hace duro, sinceramente.

Con Tik Tok ya me he rendido. De verdad que no me puedo explicar como les divierte tanto. Traté de aguantar un poco porque me acuerdo que en el albor de los tiempos yo también odiaba Twitter y ahora me encanta, así que hice varios intentos con la otra red social por si la clave era aguantar el tirón. Pero como si quieres arroz Catalina. No me va, no le cojo el punto y con ello pierdo un millón de toneladas de materia conversacional adolescente.

Con los youtubers me ha ido algo mejor. Soportando un bombardeo inicial de estúpidos absolutos y memeces gigantescas he terminado dando con algunos que me gustan, con canales realmente interesantes y con vídeos muy muy muy bien hechos. El 90% de los que a ellos les van a mi no, claro, pero por lo menos entiendo el funcionamiento, el lenguaje que comparten. Como pasaba un poco con los blogs en su día, que cada uno tenía su estilo, sus formas, pero había como un sustrato común, como un tono, que sólo se entendía si blogueabas. Pues un poco lo mismo, conozco ese idioma común, no les oigo hablar chino. Menos es nada.

Twitch me cuesta, pero por lo menos entiendo su utilidad para un montón de asuntos, no tanto para los videojuegos de les encantan a ellos, pero sí para otras cosas. En esto, como no tengo tanto tiempo para ver streaming, les utilizo básicamente de oráculo, para preguntarles todas las dudas de como funciona el tema, técnicamente. Y algunos SpeedySobris, futuros grandes frikis, disfrutan a tope explicándome todo lo que saben.

Los videojuegos y la música (regueton, trap y variantes) lo dejo por imposible, no puedo, es superior a mi. Trato de recordar el nombre de los cantantes que más les gustan, pero siempre se me olvidan porque son todos como iguales, ¿no? O seré yo que no estoy en la onda, que también puede ser.

Y lo que estoy deseando es que lleguen (que espero que llegarán) a la etapa de la pasión por las novelas juveniles, que, por fin, es mi terreno. Algunas (muchas) aún me gustan (a ver, que hace dos días me leí Fangirl del tirón, con eso os lo digo todo) y las que ya me quedan lejos todavía puedo soportarlas con un paraguas de ternura. Ahí tengo cosas que aportar, emociones que compartir y sugerencias que hacer. De hecho, visualizo perfectamente la conversación sobre el libro de turno.

-¡Que no eres team Peter! Pero, pero, pero , ¿¿¡¡POR QUÉ!!?? ¡¡Si es un amooorrr!!

Como si lo viera...

domingo, 23 de mayo de 2021

Un sábado lector muy guay

Pero colegas, ¿cómo no me avisáis de estas cosas? Que llevamos año y medio en modo apocalipsis pandémico y necesito buenos ratitos como el comer, hombre... ¿No os dais cuenta que yo sola no me entero ni del nodo, que necesito vuestros sabios consejos de lectores infatigables sin complejos? En finnnn...

Menos mal que los caminos de internet son inescrutables y los dioses de la literatura misericordiosos y ayer, sólo con unos ocho añitos de retraso (ahí es nada), me hicieron tropezarme con Fangirl y pasar un sábado lector muy muy muy guay. Mucho. Que yo también parezco nueva, que era tan fácil como después de leer la preciosidad de Eleanor y Park echarle un ojo al resto de libros de Rainbow Rowell, que fijo que me encantaban también... Pero hijos míos, no se me ocurrió, qué queréis que os diga.

Total, que me lo encontré, me lo zampé en ocho horas y me encantó. De hecho, en contra de la opinión mayoritaria, tengo que confesar que me gustó un poquito más que Eleanor y Park. Y seguramente no es mejor, ¿eh? Pero a mi me llegó más porque la protagonista escribe y habla de escribir y de como le hace sentir la escritura y bueno... ¿Qué más le puedo pedir a la vida?

No os voy a hacer ni una reseña ni una crítica, ya hay millones por ahí. Es una historia de amor juvenil sin más pretensiones, tampoco le van a dar el Nobel. Pero la autora lo cuenta tan bien como siempre, con ese estilo tan fresco, tan ágil, con esos diálogos tan creíbles, con esos toques de humor que me arrancan a veces hasta carcajadas (de pocas cosas puedo decir eso últimamente). Con esos personajes tan majetes y ese chico bueno tan tan tan tan tan increíblemente adorable que cada página piensas que ojalá existiera en el mundo real. Y ENCIMA  Rainbow pone de prota a Cath, una friki que ESCRIBE. ¡¡FANFICTIONS!! Para qué queremos más...

Ha sido guay "hablar" con Cath de escritura, como hacíamos antes en la blogoesfera cuando había más gente por aquí dándole a la tecla (ejem, ejem, guiño, guiño, codazo) De oírla describir la sensación de olvidarse hasta de comer cuando te metes de lleno en inventar una historia. De leerla asegurar que tal personaje nunca diría tal o cual cosa. De observarla escribir con otra persona y vivirlo como "pensar" con ella, como una sola cabeza. De sentirme identificada cuando ella cree que se le da mejor "mover" personajes de otros, modificar algo existente que crear algo de cero. (Que no es que eso pase en este blog, qué va, para nada... ¿os acordáis de los "Inventando vidas"?)

Total, que ha sido un sábado lector guay y os lo quería contar. Y que os dejo algunas citas que me han gustado o me han hecho gracia. Que buen domingo. Y que la próxima vez me aviséis de estas cosas, hombre, que yo no me entero de la misa la mitad...

-"—Es un novio perfectamente bueno —diría Cath.

—Es una mesa auxiliar —respondería Wren.

—Siempre está ahí para mí.

—...para colocar revistas."

-"Había otros chicos pero ninguno parecía formar parte del sistema solar de Reagan como lo hacia Levy"

-—"Si Dios me puso en tu vida para evitar que lleves una jodida cola —dijo Reagan—, acepto la tarea".

—"Ese es el punto del Fanfiction —dijo ella—. Es que consigues jugar dentro del universo de alguien más. Reescribir las reglas. O doblarlas. La historia no tiene que acabar cuando Gemma Leslie se cansa de ella. Puedes estar en este mundo, este mundo que amas, por todo el tiempo que quieras mientras te mantengas pensando nuevas historias"...

-"A veces, escribir se parece a correr cuesta abajo. Los dedos vuelan  por delante de ti en el teclado igual que hacen las piernas cuando no pueden resistir del todo la atracción de la gravedad."

-"Y pensó sobre ganar. Sobre cómo estaba dejando que esto ganara, lo que sea que fuera, la locura dentro de ella. Cath, cero. Locura, un millón."

-—"No quiero besar a un extraño —contestaría Cath—. No estoy interesada en los labios fuera de contexto."

-"Reagan se parecía a Adele, pensó Cath. Si Adele tuviera algo como una hermana gemela más fuerte estafadora, una doble".

-—"¿Cuál es el plan? —preguntó ella.
 —Mi plan es hacer cosas que te hagan querer salir conmigo de nuevo mañana. ¿Cuál es tú plan?
—Voy a tratar de no hacer el ridículo".

—"¿No lo has hecho? —sonaba herido. (Ligeramente herido. Como, un padrastro, pero aun así.)"

miércoles, 19 de mayo de 2021

Verdades exageradas by Caitlin Moran

Menos mal que el otro día leí en un libro que no soy la única, porque ya empezaba a dudar de mi salud mental. En Como ser Mujer Caitlin Moran cuenta, con mucha gracia y pelín de exageración, la tendencia que tenemos (más las XX que los XY) a inventarnos historias, a imaginarnos en situaciones con otras personas de nuestro entorno. Y para eso pone el ejemplo de una chica que mira a su compañero de trabajo, alguien que no le gusta, ni siquiera le llama la atención, Sin embargo un día se le ocurre que si estuvieran saliendo podrían haber ido de viaje a París, porque una vez le oyó comentar a él de refilón que le encanta esa ciudad. 

"Querría ir en primavera para estrenar mi gabardina nueva, pero si empezáramos a salir hoy podríamos irnos de puente como pronto en noviembre. En ese mes llueve mucho, mi pelo se quedaría todo aplastado, tendría que llevar paraguas. Pero no podríamos ir de la mano porque yo llevaría el paraguas en una y el bolso en la otra. A menos que llevara todo en los bolsillos, para no tener que llevar bolso. Pero entonces no podría ponerme medias, porque si se me hace una carrera no tendría donde llevar el recambio y haría tanto frío que mis piernas se pondrían moradas y yo estaría tan nerviosa cuando volviéramos al hotel que intentaría taparlas con una toalla y él pensaría que no me estoy insinuando y dejaría de gustarle y ¡HAY QUE JODERSE! ¡¿POR QUÉ TIENE QUE LLEVARME A PARÍS EN NOVIEMBRE?! ¡LE ODIO!

El tipo ni siquiera le gusta. Apenas han hablado. Si la invitara a tomar algo probablemente diría que no, y sin embargo cuando vuelva a hablar con ella se mostrará cortante con él, que ni en sus fantasías más salvajes y cargadas de opio podrá adivinar jamás ni remotamente el motivo de su cambio de humor. Supondrá, quizá, encogiéndose de hombros, que le va a venir la regla o que tiene un mal día.

Nunca llegará a saber la simple verdad: que pasaron juntos un puente imaginario en París, que fue desastroso y que acabó con su ruptura por culpa de unas medias."

No me he podido reír más. Caitlin, como yo, morirá de exagerada y lo cuenta un poco a lo bruto pero esto, por lo menos en mi caso, es así total. No sé las demás porque habrá de todo en la viña del Señor, pero desde luego a mi me ha calado 100 por cien, es que soy yo literal. 

Es un alivio saber que hay más gente en mi equipo. Mal de muchos... epidemia.

domingo, 16 de mayo de 2021

Ser un Bic azul

Hay verdades universalmente aceptadas: Los baldosines desprendidos de las aceras que se llenan de agua cuando llueve y te pringan si los pisas son el MAL SUPREMO. Nunca hay suficientes puentes en el calendario del año. Y los bolígrafos que mejor pintan son los bolis Bic. Nada de inventos raros, ni Bic naranja ni colores alternativos, el Bic azul, el transparente, el clásico de toda la vida.

Sin alaracas. Cómodo. Sencillo. Eficiente. Seguro. Confiable. Podía haber en tu estuche bolis más bonitos, más originales, menos convencionales, pero al final, el que te llevabas al examen importante en el que nada podía fallar era el boli Bic que sabías que no te iba a dejar tirada bajo ningún concepto. Podía producirse un hecatombe mundial, una erupción volcánica o una invasión extraterrestre y tú podrías documentarlo todo escribiéndolo con tu boli Bic infalible.

Voy más allá. Estos bolígrafos tienen tapa, para (supongo) que no se sequen, pero ni siquiera les hace falta. En la mayoría de los casos aguantan tiempo y tiempo sin ella, sin pringarte el bolso cuando lo llevas sueltos, escribiendo a la perfección sin asomo de sequedad y siendo aún más prácticos porque ya no hace falta ni siquiera quitarles la tapa para usarlos. 

El inventor del bolígrafo y el espabilado comercial de Bic que lo vio en una feria y compró la patente pueden descansar tranquilos en su tumba, porque ya han hecho su contribución a la historia.

Y yo, al más puro estilo Bruce Lee en el anuncio de aquí abajo siempre pienso que lo mejor es ser sencillo, sin grandes pretensiones pero eficiente, independiente, sin apenas necesidades y totalmente de fiar. Sé el boli Bic del estuche, my friend.


miércoles, 12 de mayo de 2021

Mi suerte está roncando

Leí no sé donde el otro día que, a diferencia de lo que decía Julio César, mi suerte no está echada, está roncando. 

Que yo soy una pazguata, cierto. 

Que necesito espabilar, grandísima verdad. 

Que debería echarle más ovarios y jugármela más, sooooo true.

Pero que de vez en cuando también hace falta que salga un cinco para sacar las fichas de casa. O un seis para volver a tirar los dados y que la jugada mejore o para que saltes de puente en puente y que te lleve la corriente.

Venga Fortuna, Tique y el resto de jefazos que pilotan la sección de suerte de la Vida, echadme un cable, anda. Un cabo. En empujoncillo. Y el resto lo pongo yo, lo prometo.

Más o menos lo que dice Laura en la voz de Pablo, vaya.  

¡¡¡Vaaaa, por favorrrr!!!


domingo, 9 de mayo de 2021

No hay quien se lo crea

Leí el otro día un hilo en Twitter sobre cosas cotidianas de la vida que nunca vemos en las películas o cosas que ocurren siempre en la gran pantalla que nunca pasarían así en la vida real. Que siempre aparquen a la primera y en la puerta. Que preparen desayunos pantangruélicos de huevos, bacon, tostadas, zumo y bollos y luego nadie coma nada o si acaso cojan algo para el camino y salgan corriendo. Que estén todas las luces encendidas antes de entrar en casa, aunque sea la cabaña de la sierra a la que hace un año que no van. Esas cosas. 

Y luego pensé... lo que sale mucho en las pelis son momentos parejiles-romanticones (o más bien pre todo esto) que casi nunca ocurren así en la vida real. Por lo menos no en la mía, no sé en las vuestras. Si os animáis, podríamos hacer una lista entre todos, ¿no? Por lo pronto a mi se me ocurren estas:

-La facilidad con la que dos desconocidos en plena calle (o en un supermercado o en el gimnasio...) sin haber intercambiado ni dos palabras quedan para lo que ellos llaman "una cita" en la que invariablemente él va a casa de ella a recogerla. No sé si vosotros ligáis tanto en la calle (igual sí y en esto yo soy la rara), pero ¿le decís vuestra dirección al primero que pasa? Porque parece un poco peligrosillo, ¿no?

-Las conversaciones en estas "citas" en las que dan por hecho que se tiene que hablar de tu infancia y de tu color favorito. Lo del color es un punto en el que insisten mucho, de hecho ¿En serio los gustos cromáticos son tan importantes como para que necesiten ser aclarados desde el principio? 

-Cuando se quedan mirándose fijamente, sin palabras, durante cinco interminables segundos (suponemos pre-beso) que finalmente no acaban en nada. En esto tengo curiosidad, ¿os pasa? Porque en general tendemos a rellenar los silencios, que suelen resultar incómodos, sobre todo si no hay confianza aún. Aquí somos más de o me lanzo a la boca o disimulo a tope como si no se me hubiera pasado por la cabeza. Digo todo esto sobrios, ¿eh? Con alcohol de por medio es otro cantar.

-Cuando un personaje le dice una y otra y otra vez a otro que le gusta, que está loco por él/ella. Esto en el día a día tampoco ocurre mucho ¿verdad? Es decir, puede estar claro que le gustas a alguien y que el implicado no diga ni pío. O que lo confiese una vez y si no hay quorum, pues se hace como si nunca hubiera pasado nada. 

-Que los dos protas estén discutiendo a todo discutir, gritándose como posesos y que en el fragor de la pelea uno se despiste, se le escape lo que realmente piensa (que el otro le encanta y que está celoso o lo que sea) y que el numerito acabe en beso apasionado. 

-Que la pre-pareja (cuando aún no ha pasado nada físico entre ellos) se vea obligada a dormir castamente en la misma cama por la razón que sea (enfermedad, típica parada en motel cutrón en plena huida de los malos, disimulo obligado por malentendido familiar), que empiecen la noche cada uno en una esquina y se despierten por la mañana haciendo la cucharita perfectamente encajados y sin incomodidad ninguna: nadie le pilla la melena sin querer a nadie, nadie le aplasta el brazo al otro... ¡Si sincronizar eso lleva años de práctica! No hay quien se lo crea...

¿Qué más se os ocurre?

miércoles, 5 de mayo de 2021

El milagro del intercambio gaseoso

(Esto va a sonar a tópico a más no poder, pero lo voy a decir igual.)

Cada vez que hoy consigo respirar profundamente me sabe a gloria. Me doy cuenta de lo increíble que es poder llenar de aire los pulmones, del milagro del intercambio gaseoso . Y vosotros diréis, ¿qué te has fumado y por qué no nos pasas un poco? Y yo os respondo: no, hombre, no, un poco de paciencia que ahora os lo explico.

Con esto del puto bicho hemos oído hablar mucho últimamente de hipoxia y disnea, de dificultades respiratorias. Yo de momento he sido una suertuda que ha escapado del maldito bastardo vírico así que eso sólo me sonaba de oídas, pero ayer me costaba respirar. Por la mañana me venían constantemente bostezos interrumpidos que no lograba llevar a término. Aunque era incómodo, como a veces me ocurre durante un rato y luego se me pasa rápido, no me preocupé.

Cuatro horas después la cosa seguía igual y ya me dolía el pecho de los esfuerzos para tratar de hacer el gesto completo. A esas alturas ni siquiera conseguía ejecutar respiraciones profundas, sin bostezo. Ni de pie, ni tumbada, ni sentada. No me ahogaba pero sentía que me faltaba el aire. Me estaba poniendo nerviosa así que acudí al oráculo de San Google. Craso error.

La parte buena es que en internet, por loco que sea lo que te pase, SIEMPRE hay alguien al que le ocurre lo que a ti y con la consulta "no consigo terminar de bostezar, ¿qué hago?" salieron un montón de sufridores con este problema. La parte mala es que nadie les daba una solución a estos pobres desgraciados y que las explicaciones del fenómeno, como no podía ser de otra manera en la red de redes, eran apocalípticas. Problemas digestivos, circulatorios, cardíacos, ansiedad. CANCER. En internet te suceda lo que te suceda siempre terminas leyendo que podría ser un síntoma de cáncer. Es un clásico.

Quise tomármelo a broma pero no lo conseguí mucho, la verdad. Seguramente porque estoy otra vez de médicos y en proceso de saber si el Jamacuco Supremo va a tener segunda parte, solución, final feliz o yo que sé. Entre el colapso sanitario pandémico y que los médicos que me han tocado a mi en suerte son unos asperger incapaces de comunicarse con claridad con el resto del género humano, ahora mi salud está en unas circunstancias bastante indefinidas y en el momento IDEAL, por tanto, para que te cueste respirar. Y a mi me costaba un montón, cada vez más. Me dolía el pecho. No pensaba con claridad. No era capaz de concentrarme. Y dormir fue toda una odisea porque es increíble lo frustrante que resulta respirar pequeñito cuando lo que quieres es coger una bocanada grande, que te llene. Al nivel de quedarte a las puertas de llegar al orgasmo, no os digo más.

No sé muy bien como, al final me dormí y esta mañana me he despertado a las mil, como si me hubiera pasado por encima un tren de mercancías y pudiendo respirar profundo. Y cada vez que hoy logro llenar completamente mis pulmones de oxígeno pienso: ¡MILAGRO!

En serio, vamos por la vida (yo la primera) lloriqueando porque todo es un mierdo y bueno, no lo voy a discutir teniendo en cuenta, además, que estamos metidos en un CoronaApocalipsis interminable que nos tiene a todos hasta la pepitilla. Pero también es verdad que cada segundo ocurren milagros que damos por sentado. No nos vendría mal recordarlo de vez en cuando.

domingo, 2 de mayo de 2021

Microrrelatos teatreros

Últimamente estoy escribiendo mucho. O intentándolo más bien. Me cuesta porque llevo tanto tiempo dando la turra por aquí que el tono de este blog, que es muy yo, se ha convertido en mi voz literaria, una muy peculiar, muy reconocible. En general eso no me disgusta pero es cierto que me limita porque no sirve para todas la situaciones, ni para determinados estilos, así que estoy intentando salir de mi zona de confort y escribir cosas distintas de forma diferente. Y, colegas, qué duro es romper con los hábitos que tienes tan interiorizados por la práctica de años y años y años. ¡Qué duro es!

Me cuesta mucho todo, pero especialmente narrar, que es, casualidades de la vida, lo que menos hago por estos lares. Y si se trata de narrar en pequeño formato, tipo microrrelato, ya ni te cuento, porque la brevedad añade dificultad a la ecuación. Así que lo que  estoy haciendo es leer a los mejores, a ver si aprendo de ellos.

¿Vengo aquí a hablaros de maestros de la literatura breve? No, que seguramente los conoceréis incluso mejor que yo. Vengo a poneros un ejemplo de uno de los mejores relatos cortos que he leído y que ni siquiera es un relato. Es parte de una obra de teatro preciosa  que os recomiendo MILLONES si no lo habéis leído: "La llave del desván" de Alejandro Casona. Es un texto increíble que cuenta una historia muy chula que daría para una entrada entera, así que no me voy para lo hondo y me centro en lo que os quería contar.

El protagonista de la historia atraviesa un momento complicado que tiene que ver con su pasado y con su presente y que se manifiesta en forma de pesadillas muy perturbadoras que todos los personajes quieren descifrar para desvelar el misterio de la trama. Los sueños se ambientan en la infancia del prota y están desencadenados por un episodio traumático que él vivió cuando era muy pequeño. Hacia la mitad de la obra, Anselmo, el anciano jardinero de la casa familiar, cuenta este momento en poco más de 300 palabras y es un microrrelato magistral. Nos transmite perfectamente lo que ocurrió, los sentimientos de los que formaron parte de ello, por qué fue tan trágico... es, de verdad, INCREÍBLE. Os lo dejó por aquí para que juzguéis por vosotros mismos, creo que os meteréis en la trama incluso si no conocéis la obra de teatro, lo cual ya es para nota.


"Éramos tres amigos inseparables, el niño, el perro y yo. El Galopo, el mejor que hubo en la casa. Un día de pronto empezó a ponerse muy extraño: se escapaba del niño y de mi, de todos los que quería. Tardamos en darnos cuenta, hasta que vimos que era pleno verano y también escapaba del agua. Era la rabia. Ya ve: nosotros tardamos tres días en saberlo y él ya lo sabía... sabía que no debía acercarse a nosotros porque llevaba la muerte consigo. Cuando el padre lo supo, como el animal andaba siempre con la criatura, tuvo un miedo que le cegó: el miedo siempre aconseja mal.. "¡Ni un minuto más, Anselmo! ¡Ahora, ahí mismo!" Y bajó a encerrarse en la cueva para no oír. ¿Qué iba a hacer yo? Era mi obligación, pero no quisiera ver a nadie en mi lugar. Ahí estaba el Galopo, delante de mi, atado en el poste, con los ojos más grandes que nunca y temblando como una hoja. Imagínese si me habría visto mil veces con la escopeta y sin embargo temblaba; porque los animales no son como nosotros, ellos lo sienten en el aire y él sabía que aquel día la escopeta era para él. Tres veces me la eché a la cara y no pude. Por fin apreté los dientes para darme fuerza y tiré. Entonces fue cuando oí aquel grito que no se me borra. Era el niño que lo había visto todo, escondido ahí, entre los álamos. Cuando me volví a él con la escopeta en la mano, ¿qué pensaría que le iba a hacer? ¡Lo creyó, estoy seguro! ¿Y por qué no? ¿No acababa de hacerlo con el otro? Se le pusieron los ojos grandes, mirándome fijo y temblando como el perro... ¡igual que el perro! ¿Comprende, señor? Era la primera vez que el niño veía la muerte.(...) Yo sé que él ni siquiera se acuerda de esto, imagínese, cuando ocurrió tenía sólo dos años. Pero ya ve, amigos... nunca hemos vuelto a ser amigos."

Y nada, que me parece un texto increíble y que lo quería compartir con vosotros. Y que si no habéis leído la obra, que la leáis, porque también es increíble. Y que buena semana y por la sombra, bombones.