Menos mal que el otro día leí en un libro que no soy la única, porque ya empezaba a dudar de mi salud mental. En Como ser Mujer Caitlin Moran cuenta, con mucha gracia y pelín de exageración, la tendencia que tenemos (más las XX que los XY) a inventarnos historias, a imaginarnos en situaciones con otras personas de nuestro entorno. Y para eso pone el ejemplo de una chica que mira a su compañero de trabajo, alguien que no le gusta, ni siquiera le llama la atención, Sin embargo un día se le ocurre que si estuvieran saliendo podrían haber ido de viaje a París, porque una vez le oyó comentar a él de refilón que le encanta esa ciudad.
"Querría ir en primavera para estrenar mi gabardina nueva, pero si empezáramos a salir hoy podríamos irnos de puente como pronto en noviembre. En ese mes llueve mucho, mi pelo se quedaría todo aplastado, tendría que llevar paraguas. Pero no podríamos ir de la mano porque yo llevaría el paraguas en una y el bolso en la otra. A menos que llevara todo en los bolsillos, para no tener que llevar bolso. Pero entonces no podría ponerme medias, porque si se me hace una carrera no tendría donde llevar el recambio y haría tanto frío que mis piernas se pondrían moradas y yo estaría tan nerviosa cuando volviéramos al hotel que intentaría taparlas con una toalla y él pensaría que no me estoy insinuando y dejaría de gustarle y ¡HAY QUE JODERSE! ¡¿POR QUÉ TIENE QUE LLEVARME A PARÍS EN NOVIEMBRE?! ¡LE ODIO!
El tipo ni siquiera le gusta. Apenas han hablado. Si la invitara a tomar algo probablemente diría que no, y sin embargo cuando vuelva a hablar con ella se mostrará cortante con él, que ni en sus fantasías más salvajes y cargadas de opio podrá adivinar jamás ni remotamente el motivo de su cambio de humor. Supondrá, quizá, encogiéndose de hombros, que le va a venir la regla o que tiene un mal día.
Nunca llegará a saber la simple verdad: que pasaron juntos un puente imaginario en París, que fue desastroso y que acabó con su ruptura por culpa de unas medias."
No me he podido reír más. Caitlin, como yo, morirá de exagerada y lo cuenta un poco a lo bruto pero esto, por lo menos en mi caso, es así total. No sé las demás porque habrá de todo en la viña del Señor, pero desde luego a mi me ha calado 100 por cien, es que soy yo literal.
Es un alivio saber que hay más gente en mi equipo. Mal de muchos... epidemia.
Te entiendo. A mí me consta que hay gente de mi entorno de los dos sexos, que tienen ensoñaciones en las que me dan de hostias.
ResponderEliminarAquí otra que se monta sus historias...
ResponderEliminarBesos.
Cabronidas, ya, bueno, pero ese tipo de ensoñaciones mejor hacerlas realidad, ¿no? jajajaja
ResponderEliminarDevoradora, somos muchos en el club, yo creo ;P