miércoles, 29 de junio de 2022

La información es poder

Yo creo que que la raíz de todos mis problemas, la fuente de todo mal en mi vida, es que no tengo ni idea de nada. Y eso que leo todo lo que puedo y veo un montón de videos random de Youtube sobre los temas más variopintos a ver si adquiero conocimientos que facilitan ir resolviendo el sudoku diario. Pero no hay forma, oye...

Un ejemplo.

-Si hubiera sabido que había una llave de paso con la que se podía cortar el suministro de gas de mi piso, la habría cerrado y no le habría pagado la universidad a los hijos de los jefazos de Gas Shalala con mis dos ultimas facturas.

(*Inciso. 

Iba  a escribir una entrada contándolo, pero estoy harta de textos sobre tragedias domésticas, así que hago un minirresumen para que os enteréis. En medio de la peor crisis energética de la historia, los jefazos de Gas Shalala quisieron seguir el ejemplo de los de Endesastre en su día y amortizar lo que les quedaba de hipoteca de su mansión de la playa a mi costa. Me empezaron a llegar facturas millonarias con consumos del calefacción inventados. Después de muchos gritos, amenazas de muerte y acusaciones cruzadas entre los del gas y mi casero sobre quién me estaba haciendo la chasta, resultó que no sé qué válvulas del sistema de climatización se habían declarado en rebeldía y había que cambiarlas antes de que vaciaran mi cuenta bancaria. Vino un notas con poca idea de la vida en general y por medio de tutoriales de youtube, videollamadas con otros fontaneros y al más puro estilo Harrison Ford en Air Force One "qué cable corto para desactivar la bomba, el azul, el rojo, el azul, el rojo... la bandera no me puede fallar" al final cambió las válvulas rebeldes. O eso dijo. A saber. Ya lo comprobaremos cuando venga la siguiente factura.

*Fin del inciso)

-Total, a lo que iba, que si hubiera sabido que había una llave de paso con la que se podía cortar el gas, la habría cerrado mientras la investigación seguía su curso y descubríamos a las válvulas culpables del desfalco. Eso me habría ahorrado como mínimo dos facturas millonarias y que mis tataranietos hereden mis deudas, aparte de toda la mala leche que generé, desde luego.

-Si hubiera sabido que la llave no estaba escondida detras de una puerta con una llave especial, sino que es un cierre que puede abrirse con cualquier instrumento que presione, la habría abierto mucho antes, cuando al cortarme no sé qué, también me dejaron sin agua caliente. Que vale que estamos en verano y ola de calor y tal... pero que a ciertas horas el agua fría ya no da tanto gusto. 

De todas maneras, ahí está el ejemplo claro. El fontanero que tenía poca idea de la vida en general y de los cables que había que cortar en particular, lo del cierre de presión lo sabía. Y por suerte compartió ese conocimiento conmigo. La información es poder. Ahora que lo sé, hay un montón de cosas en mi edifio que están detrás de esos cierres y que me dan problemas recurrentes. Para la próxima lo abro y veo si hay alguna llave que corte el problema de raíz.

Lección aprendida.

domingo, 26 de junio de 2022

Zen en el arte de escribir

Aprovechando que estos días esto parece un paisaje desértico del antiguo oeste por el que atraviesa dramáticamente una capitana arrastrada por el viento, voy a soltar una bastante unpopular opinion: hay algunos autores clásicos, ampliamente reconocidos, que me gustan poco tirando a nada.

 


Uno de ellos es, sorry not sorry, Chejov. Que si maestro de los personajes, que si el que mejor ha entendido el alma humana después de Shakespeare... Yo que sé, a mi me parece un rollazo y algunos de sus cuentos hasta me enfadan un poco, por las cosas que pasan. Que igual lo contaba para denunciarlo y yo no lo estoy pillando. Que quizá era la forma de escribir de la época. Que es problema mío se-gu-ro. Pero que no me gusta, qué le voy a hacer. No me gusta

Me pasa un poco también con Bradbury, aunque mucho menos, porque a él no se le puede negar una imaginación portentosa, titánica. Qué cabeza tenía ese tío, colega. Que fue ¿el primero? (yo diría que sí) en pensar eso de que si viajas al pasado y lo modificas, también cambias el futuro. Luego ya vino Spielberg y Michael J Fox y lo de la foto de su familia en la que desaparecían los hijos, pero al que se le ocurrió de primeras fue a Bradbury. Mis respetos.

Lo que ocurre con él es que tiene las ideonas de la vida y luego al escribir lo embarulla todo un montón y ¿qué necesidad? Que será su estilo, claro, y le gustará escribir así, supongo y ante eso, pues no hay más que hablar, por supuesto. Pero que como sobre gustos no hay nada escrito, a mi me molaría menos barullo. 

Y es que además, no es que no sepa escribir claro, que cuando quiere lo hace de maravilla. Por ejemplo en Zen en el arte de escribir, donde habla justo de eso, de darle a la tecla, del proceso, de sus trucos, de la inspiración. Dice cosas muy chulas, de forma muy chula y con mucho menos barullo que en otros de sus textos. Me ha molado casi todo, dejo por aquí algún ejemplo.

 -Recuerden: la trama no es sino las huellas que quedan en la nieve cuando los personajes ya han partido rumbo a destinos increíbles.

-Todas las mañanas salto de la cama y piso una mina. La mina soy yo. Después de la explosión, me paso el resto del día juntando los pedazos.

-Debemos alzar las armas cada día, sin excepción, sabiendo quizá que la batalla no se puede ganar del todo, y que debemos librar, aunque más no sea, un flojo combate. Al final de cada jornada el menor esfuerzo significa una especie de victoria.

miércoles, 22 de junio de 2022

Rigor científico amoroso


Tengo una pregunta: ¿es tanto pedir que para empezar una relación (amorosa/romántica whatever) con una persona te guste? ¿Soy yo que de repente me he vuelto loca y pido imposibles? Jo Speedy, es que quieres que el agua sea líquida y quite la sed. ¿Qué va a ser lo próximo, que exijas que te bajen la luna?

Colega, es que estoy harta ya de ese discurso, hombre. Para empezar algo con una persona tendrá que gustarte, vamos, digo yo. Es que es lo mínimo. De hecho, incluso lo haría obligatorio. Porque ya sé que hay mucha peña por ahí que se conforma con lo que sea con tal de no estar desparejado. Y si sólo les afectara a ellos, pues vale que vale. El problema es que a menudo la otra parte implicada está a por uvas porque nadie ha tenido la gentileza de avisarle, se ilusiona y cuando todo se va al garete porque no había lo que tenía que haber, le coge de sorpresa y llora a todo llorar. Así que si dependiera de mi, esta sería la ley: "Para empezar algo con alguien, será vinculante que le guste. En caso contrario, deberá poner al corriente a la parte contraria y obtener su consentimiento informado. ¡HOMBRE YA". (El "HOMBRE YA" también aparecería en el texto de la normal publicada en el BOE, porque si yo mandara en este mundo todo sería mucho más campechano. Pero en fin, que esa es otra historia.)

Cuestión. La pataleta esta la traigo aquí hoy porque a mi me dicen mucho eso de que elijo mal, de que siempre me cuelgo de callejones sin salida. Para empezar, esto ya lo conté, ¿que voy a elegir ni elegir? Yo NO elijo. Ojalá. No tengo un listado de requisitos inalcanzables y el que cumple, ¡premio! y el que no a pastar. A mi me alcanza el rayo del amor y me atraviesa, no tengo ni voz ni voto. Y además me alcanza muyyyyyyyy pocas veces. Lo que daría yo por que fuera distinto, que me gustara todo quisqui y pudiera escoger el que más me conviene. Pero no es así. ¿Cómo puedo cambiarlo? ¿Hacer lo que me recomiendan una y otra vez: que salga con cualquiera que esté disponible/dispuesto /interesado en mi  o no tenga otra cosa mejor que hacer? Lo voy a repetir por millonésima vez:  que noooooooooooo.

1º Es una forma casi segura de hacer daño (o por menos perder el tiempo) a la otra parte implicada.

2º A mi, en concreto, no me sirve para nada. O sea, la gracia de tener pareja es que te gusta y de ahí viene la ilusión, la emoción, las ganas de verle, de pasar tiempo con él, de acurrucaros. Sin esa emoción, es un amigo. Amigos ya tengo. No estamos hablando de eso. Ya sé que mucha peña sí, que se conforma con tener alguien con quien pasar el rato. Muy bien, allá ellos, les respeto. Pero que me respeten ellos a mi.

Y sigue la matraca: "Speedy, pero es que si siempre te pasa lo mismo es un patrón, será que inconscientemente tú buscas..."

1º Si es tan inconsciente que no me doy cuenta, ¿me explicas como lo cambio? ¿Tienes por ahí el manual de reprogramar mentes? ¿Me lo pasas?

2º A cualquier cosa le llamas tú patrón. Con la poca gente que me gusta, la muestra es tan pequeña que no es estadísticamente relevante. Las llamas conclusiones, pero en realidad son invents. También podría ser mala suerte. O simple casualidad. Utilizando tu método investigador, el 100% de los chicos que me han molado y que tenían novia, no la tenían cuando me prendé de ellos. ¿Podemos concluir que mi inconsciente tiene el superpoder de ver el futuro? Y si es así, ¿por qué no me ha chivado la combinación ganadora del Euromillón para que pueda seguir sufriendo por amor pero en el Caribe y bebiendo un cocoloco repanchingada en mi tumbona? ¿Acaso mi inconsciente me odia? A eso apuntan los datos...

A mi si me vais a turrar con eso de que elijo mal, por lo menos hacedlo con un mínimo de rigor científico, que bastante tengo con lo que tengo.

domingo, 19 de junio de 2022

Guerras carbohidratadas y tsunamis de calor

La buena noticia es que parece que voy a sobrevivir a la guerra contra de los carbohidratos y que ningún nutricionista, por más motivado que esté, tendrá que morir en el proceso. La mala (no por sospechada, menos dolorosa) es que esa mandanga del aumento de energía era un poco cuento chino. O sea, no del todo, ¿eh? Creo que estoy menos agotada que antes. Aunque claro, igual es por comparación con el periodo de adaptación y los síntomas esos de la gripe fake, que me tenían por lo suelos. De hecho, ahora que lo pienso, creo que ese era el plan desde el principio: hundirte en la miseria del agotamiento máximo, que te olvides de la energía que tenías antes de toda esta locura y, estés como estés al final, siempre será mejor que durante el acoplamiento. ¡Jugada maestra! (que diría Puigdemont)

En fin, yo que sé, ya que he llegado hasta aquí, voy a aguantar lo que pueda, a ver si por lo menos consigo ganar algo de músculo, que falta me hace. Porque bueno, lo estoy llevando regulinchi, pero bastante mejor de lo que esperaba, la verdad. 

-Ya no tengo ese hambre brutal, feroz, salvaje, atávica. Tengo un apetito normal, urbanita, manejable, del siglo XXI y no como una mujer de las cavernas. Y no he mordido el brazo de nadie en el proceso de adaptación, así que minipunto positivo para mí. Que si en mi regresión al estado de homosapiens original por lo menos hubiera pintado alguna obra de arte tipo las cuevas de Altamira pues aún, vale que vale, pero este viaje en el tiempo sin objetivo aparente, pues no me rentaba, claro.

-Me siento a la vez más y menos adicta al chocolate que siempre. MENOS porque soy capaz de pasar días enteros sin probar (casi casi) nada dulce, algo impensable hasta ahora. MÁS porque tengo comportamientos sospechosamente parecidos a los de una alcohólica en rehabilitación. ¿Sabéis esa típica escena de película en la que un ama de casa borracha en pleno síndrome de abstinencia busca desesperada el vodka que escondía en el fondo de la cesta de la ropa sucia y le da un trago urgente, desesperado, agarrándose fuerte a la botella y cerrando los ojos de alivio tras el primer sorbo? Pues esa soy yo un miércoles de la vida con media onza de chocolate. Y lo más preocupante es lo que me cuesta parar una vez que he empezado. Me resulta más fácil estar una semana a cero que detenerme cuando he comenzado. Lo que son las cosas, oye...

Dicho lo cual, si consigo salir viva de la guerra contra los carbohidratos, ya puede ganar músculo ya... Me va a hacer falta para sobrevivir a este tsunami (más que ola) de calor que tenemos encima... y lo que te rondaré, morena. De momento voy a ir acabando la entrada para apagar el ordenador, que el ventilador no da más de sí y noto el portátil a punto de estallar en llamas.

Pues nada, colegas, bebed mucha agua, poneos protección solar, evitad las horas centrales del día y ahora más que nunca... por la sombra, bombones.

jueves, 16 de junio de 2022

El retorno de Riesgo's cousin

Dicen que la moda es como el baul de la abuela, que todo es cíclico y las tendencias siempre vuelven. Bastante tenemos con vivir con el miedo constante a que vuelvan a llevarse las horrorosas hombreras de los años 80, como para que ahora sean las desgracias las que se apunten a esta tendencia cíclica. Porque --tiene bemoles-- ha vuelto algo que no creíamos tener que volver a soportar OOOOTRA VEZ: Riesgo y su p*ta prima.

RIESGO'S COUSIN IS BACK

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Otra vez no, por favor. Por piedad, otra vez la turra de la prima no. Nos frieron con esta chapa en la anterior crisis, cuando las putadas no eran tan originales como pandemias, volcanes y Filomenas, cuando la cosa iba de morirse de hambre y de ansiedad y ya está. Lo pasamos, lo superamos, contra todo pronóstico sobrevivimos a los piratas de las bolsas, a los hombres de negro, a Rajoy y sus líos europeos, a los recortes, a unos niveles de paro de la intensidad de un ciclón de nivel 7. Lo pasamos de puta angustia, pero resistimos y pensamos que ya no volveríamos a ver a la prima de los lereles. Y aquí la tenemos, ooooooooooootra vez. No me lo puedo creer.

De todas maneras, como van perdiendo las series a menudo que avanzan las temporadas, ¿verdad? 2020 arrasó con el argumento de la pandemia, por lo de la novedad y tal. 2021 mantuvo el nivel gracias a algunas ideas inesperadas: el asalto al Capitolio, un volcán, la mayor nevada del último siglo... Intensidad, buenos efectos especiales... Bien ahí. 2022 parecía que empezaba a flojear y cuando menos nos lo esperábamos... ¡ZASCA! Una guerra mundial. Eso no lo vimos venir, punto para los guionistas. Y todos los spinoff de una trama bélica, claro: encarecimiento de la energía, inflación, escasez de alimentos, hambrunas... 

La cosa es que el ecuador de la tercera temporada es clave, había que meter algo para reflotar audiencia, los calores empiezan a afectar a su creatividad y no se les ha ocurrido otra que volver a los grandes clásicos o, dicho en plata, reciclar un antiguo éxito. Y la rock star que se sube de nuevo a los escenarios no es precisamente bienvenida. 

También os digo que aquí la prima se va a llevar una sorpresa, porque esto no es 2010, que nos asustábamos por cualquier cosa. Ahora coge a unos terrícolas entrenados, con el músculo de aguantar putadas a tope de power, que ya lo hemos visto (casi)todo y que lo que siguiente que esperábamos era una invasión alienígena, que además, tal y como está el panorama, íbamos a considerar salvamento más que invasión. Así que mucho se va a tener que esforzar la rock star geriátrica para que nos de miedito.

Aún con todo y con eso,  Riesgo's cousin returns es una cacafuti de argumento. Buscad algo mejor, guionistas de 2022.


POR

FA

VOR

domingo, 12 de junio de 2022

Amor y desamor en seis palabras

Uno de los microrrelatos más molones que hay es ese de Heminway que dice: “On sale: baby shoes, never worn” (“Oferta: zapatos de bebé, jamás usados”). Inspirado en él, nació el micro-género de las historias en seis palabras. En el 2006, la revista SMITH desafió a lectores y escritores que admiraban a escribir sus memorias en seis palabras (six-word memoirs) y de ese ejercicio salió un libro: “Not quite what I was planning. Six-word memoirs by writers famous and obscure”. Se puede contar mucho en media docena de palabras, incluso toda una vida. 

Un tiempo después, los mismos editores publicaron “Six-word memoirs on love and heartbreak”, historias de amor y desamor en seis palabras. Y hay algunas buenísimas que me encantan. Os pongo unas cuantas por aquí:


-Él era el indicado. Yo no

-Probé con hombres. Probé con mujeres. Me gustan los gatos.



(Amé. Perdí. Lloré. Me enojé. Chocolate. Siguiente.)


-La vuelta al mundo en 80 hombres.

-Nos conocimos on-line. Blogueé nuestro divorcio.

Hay muchas más muy guays, pero no me quiero alargar. Me ha apetecido probar a ver qué me salía a mi. Estas, por ejemplo:

-¿Eliminar usuario B en Netflix? Confirmar.

-Te quiero como amigo... de otro.

-Nunca más seremos dos. Quédatelo tú.

-Suplico perdón. Me deja en visto.

-Era demasiado bonito para ser verdad.

-Siri, cambia la contraseña de casa.

-Colorín, colorado, a tomar viento, pirado.

-Nunca sabré como acaban nuestras series.


¿Os animáis a probar vosotros en los comentarios? ¡A ver qué sale!

miércoles, 8 de junio de 2022

Nutricionistas motivados

La tormenta perfecta: últimamente estaba agotada a todas horas y el malicioso algoritmo de Youtube trajo a mi feed algunos videos random sobre nutrición. MEEEEEC, ERROR. Combinación peligrosa. Y, en efecto, así ha sido.

El caso es que leí que que haciendo algunos cambios en lo que comes podrías, (o eso dicen ) aumentar tus niveles de energía. Parece que, a grandes rasgos, la cosa va de reducir el índice glucémico de lo que ingieres tratando de bajar el porcentaje de carbohidratos que aportas cada día. La idea es evitar los picos de insulina y que el cuerpo recurra a gastar la grasa almacenada para mantener su actividad o algo así, tampoco os lo sé explicar muy bien.

Todo este bla bla bla bla se traduce en que ahora no sólo el azúcar es el EL MAL absoluto sino que cualquiera de sus primos, por lejanísimos que sean, también son villanos peligrosos. "¿Comerte una mandarina? ¿Con toda esa fructosa que lleva?¿Estamos locos? Si quieres suicidarte pégate un tiro en la sien, que es más rápido". En fin, de verdad, dicen que los andaluces son exagerados, pero eso es porque no se han echado a la cara a un nutricionista motivado. ¡Madre del amor hermoso, qué panda de drama queens forman esa tribu urbana!

Así que intentando ignorar todas esas amenazas de muerte inminente, tú haces lo que puedes por comer menos carbohidratos y cuando te metes en el maravilloso mundo de las etiquetas, lo flipas. Resulta que TODO en esta vida son carbohidratos, no sólo el arroz, la pasta, las tartas y la bollería industrial como tú, felizmente, creías. ¿Guisantes? Carbohidratos con fibra. ¿Acelgas? Carbohidratos con más fibra. ¿Cualquier fruta? ¡¡CARBOHIDRATOS Y AZÚCARES!! ¡¡Vamos a morir todoooossss!! 

Esto simplifica notablemente tu lista de la compra porque puedes incluir en ella pocas cosas más que aire y agua. Y cuidado si una brisa ha pasado cerca de una plantación de patatas, que igual se le ha pegado algo y tampoco puedes respirar sin ingerir hidratos de carbono. La virgen, qué suplicio, de verdad os lo digo.

Total, que después de tres semanas de intentar esta locura lo primero que he notado es que estoy AGOTADA mentalmente de buscar opciones que sí me convenga comer, así que ya puede la dieta aumentar mis niveles de energía, ya. Lo necesito sólo para reponer el exceso que estoy gastando de tanto discurrir platos. El segundo efecto es que tengo un hambre voraz siempre. No lo que llamaba hambre hasta ahora, en plan unas ligeras ganas de comer. Hambre, HAMBRE, de la de verdad. De la de ver una cebra e imaginarte un filete, como le pasaba al pobre león de Madagascar. De la de estar tentada de comerte los cordones de las zapatillas porque tienen pinta mullidita. Esa hambre. Debe de ser porque nada de lo que puedes ingerir sacia tanto como los hidratos, excepto las grasas saludables. ¿Y qué son grasas saludables? Básicamente aceite de oliva, almendras y nueces. ¿Cuántos boles de frutos secos me tengo que comer para que me llene como un plato de macarrones con tomate? Pues eso.

Así pues, la situación right now está tal que así: voy por la vida famélica, más cabreada que una mona (pocas cosas estropean más el humor que el apetito descontrolado) y ENCIMA cansadísima, porque la magia del aumento de energía aún no se ha producido. Que hay que ser pacientes, dicen. Que el cuerpo tiene que cambiar su rutina, que eso le supone un estrés y que hay que darle tiempo y aceptar efectos secundarios parecidos a los de una gripe.

Mirad, queridos nutricionistas motivados, una cosita os voy a decir. Ahora mismo me arrastro por las esquinas de agotamiento y me duelen tanto los músculos de las piernas que me dan ganas de amputármelas. Como en dos semanas esta tortura no empiece a dar frutos, primero me voy a meter un atracón épico de hidratos de carbono y después voy a usar esa energía (poco saludable, tal vez) en pegaros con una funda de almohada rellena de patatas hasta causaros una muerte lenta, dolorosa y lo más carbohidratada posible, para que sufráis más. Quien avisa no es traidor.

domingo, 5 de junio de 2022

Eleanor Oliphant

Una de las cosas que más me pican mentalmente (=me intranquilizan, me perturban, se me quedan dando vueltas en la cabeza sin poder evitarlo, como un picor en el cerebro que no me puedo rascar) es oír una canción y no recordar donde la he oído antes, a qué escena de peli o de serie la tengo asociada. No lo soporto.

No había notado una sensación parecida con otras cosas hasta el otro día, que leí un libro, me encantó y no conseguía acordarme de donde me había enterado de su existencia. En una web, en un vídeo de algún booktuber random que el caprichoso algoritmo de Youtube haya traído a mi feed, en algún comentario de libros relacionados en Amazon... yo qué sé. Me lo encontré apuntado en mi lista de próximas lecturas, justo después de aportaciones recientes y pensé que tenía que ser de los mismos días, pero mi mente había eliminado por completo cualquier recuerdo relacionado con ese título. Desesperada, hasta revisé mi historial de internet de toda la semana, por si siguiendo mis huellas digitales encontraba alguna pista, pero nada. Ni idea, oye, no tengo ni repajolera de como me enteré de que existía "Eleanor Oliphant está perfectamente".

Esa es la parte mala. La parte buena es que es una historia in-cre-i-ble que me ha encantado. Me ha intrigado, me ha conmovido y me ha divertido un montón.

No voy a hacer una reseña ni una sinopsis, que ya hay muchas por ahí. Y todas dicen más o menos lo mismo, cosas con las que estoy muy de acuerdo. Que es una novela original, narrada de forma muy inteligente. Que el personaje principal es una pasada y está muy muy muy bien construido. Y que en general es un libro guay muy recomendable. Suscribo al cien por cien todo eso, pero es que a mi, además, me ha parecido muy gracioso.

Y resulta raro, porque el pasado de la prota es infernalmente duro y en su presente hay muchas cosas que arreglar. Pero precisamente eso es lo que tiene mérito, contar algo serio, hasta triste muchas veces, haciendo reír. Y yo me he partido de risa con Eleanor. Porque, debido a sus traumas y a como se ha visto obligada a vivir, está bastante desconectada del día a día real, de las convenciones sociales. Eso la convierte en una especie de Sheldon Cooper, una inadaptada que no está cómoda interactuando con otros, que no entiende muchas situaciones y que se rige por lo que ha leído en libros, por lo que marcan las normas.  A menudo parece casi una extraterrestre recién llegada a la tierra, a veces me recordaba, incluso, al Gurb de Mendoza. Lo más desternillante es que la oímos pensar y, claro, ella se considera la normal y se extraña de los comportamientos de los demás. Leerla sorprenderse e indignarse por cualquier cosa habitual es tronchante.

También me hace gracia como se expresa. Es siempre exageradamente culta y formal en cualquier ambiente, por distendido que sea, lo que choca tanto a los personajes como al lector y le da un aire surrealista que me encanta. Usa ese vocabulario incluso al pensar. Palabras como palimpsesto, adquirir, personarse o imperativo en situaciones donde lo lógico es emplear la lengua coloquial me dan risa. 

Además me ha impactado su determinación. Como sus traumas la han obligado a desconectarse un poco de la realidad, parece no entender ni percatarse de la aleatoriedad de la vida. Para ella todo es cuadriculado, si haces A, pasará B. No hay opción de que salga mal, de que no ocurra, eso no es una posibilidad. Oírla pensar y expresarse con tanta seguridad sobre lo que ella llama "su proyecto" es gracioso. Y un poco inspirador, he de reconocer.

En resumen, que me ha gustado mucho. Que os lo recomiendo. Y que dejo por aquí algunas citas del libro que me han llamado la atención. Ale, por la sombra, bombones.

-La soledad va creciendo a su alrededor, como el moho o una piel, un profiláctico que inhibe todo contacto, independientemente de lo mucho que se desee ese mismo contacto. La soledad es acumulativa, se extiende y se perpetúa por sí sola. Una vez que se incrusta, cuesta un mundo desahuciarla.

-¿Quién era ese extraño, y por qué lo había escogido a él de entre todos los hombres de la ciudad, del país, del mundo, como mi salvador?

-Lleva su tiempo aprender a vivir con la pérdida, en caso de que lo consigas; yo, tras todos estos años, sigo viéndolo como un trabajo inacabado, en curso.

-Necesitaba que ocurriera algo, lo que fuese. No podía seguir pasando a través de la vida, por encima, por debajo, alrededor. No me veía capaz de continuar vagando como un espectro por la vida.

-En la vida hay que tomar la iniciativa, querida. Da igual lo que quieras hacer, hazlo… Da igual lo que quieras, cógelo. Da igual lo que quieras acabar, acábalo. Y vive con las consecuencias

-Siempre me he enorgullecido de valerme por mí misma. Soy una superviviente solitaria: soy Eleanor Oliphant. No necesito a nadie: no hay un gran vacío en mi vida, no falta ninguna pieza en mi puzle particular. Soy una entidad autosuficiente. Al menos, eso me he dicho siempre. Hasta que anoche conocí al amor de mi vida. Lo supe sin más en cuanto lo vi salir al escenario.

miércoles, 1 de junio de 2022

Actualización del sistema

A nivel usuario la vida tiene bastantes cosas manifiestamente mejorables. No me voy a ir para lo hondo y decir que tendrían que sacar una actualización sin pandemias, guerras mundiales, desigualdades, hambrunas y demás, porque eso ya lo sabéis y no es cuestión de entrar ahora en modo depresión. Pero en asuntos menores, del día a día, se podrían hacer miles de cambios para mejorar la experiencia del cliente. Por ejemplo:

-Politonos de advertencia descargables

Que cuando te cruzaras con un problema andante o cualquier otro elemento con alto potencial de complicarte la vida te sonara en la cabeza el mismo sonido que hace el antivirus del ordenador cuando entras en una web no segura: "Se ha detectado una amenaza". Y ya luego, si decides seguir adelante es cosas tuya. Pero al menos te habrían avisado.

-Carteles luminosos de cagadas inminentes

Que cuando vayas de cabeza a equivocarte, a decidir MAL, se encienda un letrero de bombillas que diga: "Decisión de mierda". Y así que quede todo claro y no haya riesgo de confusión.



-Bocadillos de pensamiento.

No de comida, sino como lo de los comics, que con unos circulitos indican qué es lo que le pasa por la cabeza al personaje sin que lo diga en voz alta. Urge, URGE, una actualización del sistema con esta característica. El 90% de los dramas de la vida nacen de malentendidos. Acabemos con esta tortura, por favor.

-Botón derecho: propiedades

Esto vendría bien para ahorrar tiempo. Que apretaras una tecla y apareciera al lado un recuadro con las características de la persona que tienes enfrente: respetuoso, histérico, aburrido, sincero, rencoroso, inseguro y con esa información ya tomas la decisión de quedarte o alejarte. Fuera quedadas de Tinder incómodas y citas horrorosas. ¿Quién no compraría esa actualización?

-Botón derecho: eliminar. 

Si lo anterior no funciona e igualmente al final tienes que sacarlo de tu vida, de tu cabeza, de tu ordenador y de tus redes sociales, click y nunca más se supo. ¿Se puede pedir más?

-Mutear

Si hasta en Twitter que es el infierno en la tierra se pueden silenciar palabras y conversaciones para ganar tranquilidad, ¿cómo es posible que no se pueda hacer en la vida real? ¿Por qué hay que aguantar anormales en el día a día? ¿De verdad nadie sabe arreglar este fallo del sistema?

Seguiría, pero va a ser mucho para un sólo paquete de actualizaciones, ¿no? Quien mucho abarca, poco aprieta.