viernes, 31 de diciembre de 2021

Una entrada-felicitación que vale por cuatro

La idea era llegar a 100 entradas este año. Un número redondo, bonito. Una objetivo perfectamente factible en circunstancias normales. Peeeeeeeeeeeeeeeeeero la NORMALIDAD no ha sido la nota dominante de mi vida últimamente. En la de nadie, dado que estamos en medio de este CoronApocalipsis mierder. La mía yo creo que un poco más, pero vaya usted a saber, porque no tengo ni idea de las movidas del resto de la peña. Ya lo dice la cita esa de ¿quién era?: "Everybody is figthing a battle yo know nothing about. Be kind. Always"

El caso, que no he llegado a cien y, no os voy a engañar, en un ataque de locura findeañista se me ha pasado por la cabeza publicar hoy cuatro entradas seguidas con alguna chorrada para llegar al centenar y quedarme tan pancha. Luego he caído en que vosotros no tenéis la culpa de que yo tenga este TOC absurdo, ni de que la vida me arrolle locamente y que por tanto no merecéis pagar los platos rotos en forma de turra infinita. Y me he contenido.

Eso sí, paso por aquí a felicitar el año. A desear que, POR FAVOR, 2022 sea un poquito mejor. Un poquito. Ya va tocando, ¿no?

Que tengáis salud, cosas por las que luchar y ganas de luchar por ellas.

¡¡¡FELIZ AÑO!!!

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Positivo en estar hasta los mismísimos

Muchas veces veo cosas en Twitter que me siento identificada a full, pero pocas veces me he sentido taaaaaaaaaaaaan identificada como con esto,


En verdad, en verdad os digo que estoy hasta la mismísima pepitilla. Hasta el cogote. Hasta el último poro. Hasta el infinito y más allá. Estoy harrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrta del maldito bicho.
¡¡¡¡HAAAAAARRRRRRRTA!!!!

Y sí, ya lo sé, eso da igual porque no queda otra que seguir, está claro. Y esto durará lo que dure y hay que tirar pa'lante como sea, porque es que, además, no hay otra opción. Si ya lo sé, lo que pasa es que hay días que te dan ganas de parafrasear al gran Groucho y decir eso de: "Que paren el mundo, que yo me bajo". 

Mientras tanto, por lo menos, nos reímos. O lo intentamos. He visto en Twitter una cosa que han traído de Tik Tok, pero como eso no lo sé insertar aquí, lo pongo a lo cutre.

Cuando te preguntan si conoces algún positivo les contestas


miércoles, 22 de diciembre de 2021

Ojalá lo supiera, Twitter


Siempre que entro en Twitter, pienso exactamente lo que dice la imagen de arriba: "Yo que sé qué pasa, colega. Yo qué sé".

Un poco que parece que estamos como en la pantalla final de un videojuego



O de una movida más tocha



Pero que hay que ver lo positivo como sea.



Resistid. Ya tiene que quedar menos de todos los marrones, así, en general.

¡¡RESISTIDDD!!

domingo, 19 de diciembre de 2021

Harder and harder

Ya os he contado muchas veces que yo soy surfista MAL porque, bueno, intentarlo lo intento pero conseguirlo NO. En el conjunto de mis escapadas surferas habré estado encima de la tabla un total de dos? minutos. El resto era debajo, al lado o golpeándome con ella en cualquier parte de mi cuerpo, pero encima, no.

Esto es así siempre, pero fue especialmente dramático el primer día porque los comienzos son duros, porque el estreno fue en Portugal en mayo (que todavía no hace tan buen tiempo ni tan buena mar como en verano) y porque nuestro profe luso, obviamente, no hablaba español, así que nos comunicábamos en un inglés macarrónico de "yo Tarzán, tú Chita" que no descarto que diera lugar a algunos malentendidos en la técnica. Total, que nos pasamos toda la clase luchando contra las olas, en lugar de surfear.

Cuando faltaba como media hora para terminar estábamos agotadas, doloridas, pero encabezonadas en que allí había que resistir como fuera. El profe, mirándonos con muchísima pena, nos recomendó que lo dejáramos ya. Supongo que pensaba que si no habíamos conseguido un mínimo avance en las tres horas anteriores, poco íbamos a lograr en los 30 minutos que faltaban, pero para no ofender a nosotros nos dijo que a esa hora subía mucho la marea y que las olas se iban a poner impracticables. Y con su inglés macarrónico lo resumió en: "This will be harder and harder".

A mis amigas y a mi la frase se nos quedó grabada y desde entonces la usamos cuando las cosas están chungas, pero tienen potencial de ir a peor. Si el tema se pone muy turbio, alguna suelta "This will be harder and harder" y todas entendemos perfectamente lo que quiere decir.

Ahora mismo, pienso en esa expresión cada día. Podría ser el lema de los últimos años, de hecho. Que pensaréis: "lo que nos pasa a todos, que estamos en medio CoronApocalipsis, colega". Y sí, es verdad. Y entonces lo entenderéis perfectamente porque añado movidas en singular a las colectivas. Así que es como:

-Veo tu pandemia y subo una Filomena histórica para que se pueda esquiar en la Castellana de Madrid.

-Lo veo y subo la erupción de un volcán más larga de la historia.

-Lo veo y subo el diluvio universal permanente y crecidas de ríos monumentales.

Os suena de algo, me imagino. Pues mi vida un poco lo mismo, pero en pack individual, blu- ray y Dolby Surround.

Y no oigo más que en mi cabeza a mi profe surfero diciendo:

"This will be harder and harder"


miércoles, 15 de diciembre de 2021

#Coronacosas

No es que este sea el blog más visitado de los insondables mundos interneteros, pero que no se diga que no lo he dicho en todos los sitios posibles. Así que aquí va.

Este mes de diciembre, como hace ya la tira de años, estamos unos cuantos jugando a las #cosas. La mayoría ya sabréis lo que son, pero para los despistados del fondo, resumen resumidísimo. Se trata de una ideaza que tuvieron en su día (allá por el Pleistoceno Superior) @gordipe y @__lacriticona__. La intención era extender el buen rollo, el cariño, la buena vibra y los buenos deseos en estas fechas tan señaladas entre todo aquel internauta de buen corazón que quisiera. A lo largo de los años aquello adoptó muchas formas, todas chulísimas, porque las promotoras (más conocidas como la #Rubiocracia) son unas cracks creativas al máximo. Hubo listas, más listas, listas prohibidas y camufladas como otras cosas, regalos de amigo invisible... Un montón de cosas, todas chulísimas. Las podéis ver todas aquí.

Luego llegó el bicho del demonio, quiso amargarnos la vida y la #Rubiocracia dijo que tararí que te vi y que durante su guardia (en diciembre), no. Y se inventó las #Coronacosas, extendiendo el buen rollo generado todos los diciembres, también a Twitter. Así lo explicaban ellas mismas:

"Convencidas de que precisamente este año NECESITÁBAMOS el bonitismo de las #cosas, lanzamos la propuesta con una novedad: los #cosistas serían dueños y señores por un día de la recién estrenada cuenta de Twitter de las #Coronacosas. Confianza ciega en las personas, que eso es el bonitismo".

Total, que las #Coronacosas del año pasado fueron una pasada (aquí un miniresumen de todo lo que dieron de sí) y las de este año me están encantando también. Muy muy chulas, de verdad. Y a eso iba yo, a contaros lo guay que está siendo.

Porque está lo de todos los años: el buen rollo, el cariño, las ganas de interactuar, de ser amable. La CREATIVIDAD de los #cosistas que es un pozo sin fondo. Cuando pienses que ya lo has visto todo, vendrá un #Coronacoser y se sacará de la manga un ideón original y divertidísimo. Y te volverás a quedar flipado. Otra vez.

Pero yo este año estoy alucinando, además, con todo lo que aporta la gente. Porque el cosista del día tiene tiempo, se prepara y te va contando su movida en formato tuit. Y bien, eso vale que vale. Pero la peña, en vivo y en directo, lee, retuitea, contesta, empieza bromas, troleos simpáticos, tsunami de gifts de animalitos a la menor oportunidad. Añade datos interesantes, curiosos. Hace recomendaciones molonas a más no poder de libros, de pelis, de canciones. Cuenta anécdotas personales. El feedback que se genera es, de verdad, increíble. Y muy muy divertido. Pasaos a comprobarlo vosotros mismos si no me creéis.

Llevamos menos de la mitad de mes y ya se ha hablado de recetas buenísimas, de música, de recomendaciones y consejos para la vida, del mar y toda las preciosidades que alberga. Hemos "elegido nuestra propia aventura" en la que hemos muerto una y otra y otra vez, la mayoría de veces de risa. Y un montón de cosas más. 

En fin, colegas, venirsen

Me lo vais a agradecer.

domingo, 12 de diciembre de 2021

Las apariencias engañan

Tengo que haceros una confesión fiestera sorprendente: no bebo alcohol. Me sienta fatal. Tengo la teoría de que debo de ser alérgica, pero, la verdad, nunca me he sometido a las pruebas para confirmarlo. Más que nada porque con lo atascado que está ya el sistema sanitario me parece regulín ir a dar la turra sólo para averiguar si puedo o no cogerme una cogorza. Tengo la sensación de que me van a contestar: pues hija mía, no te la cojas  y deja de dar la brasa, que vamos liados. Y bueno, razón no les iba a faltar si me decían eso, la verdad.

Sobre todo porque no es una alergia que ponga en riesgo mi salud, a no ser que me hagan beber a la fuerza con un embudo como al pobre Cary Grant en "Con la muerte en los talones". La cosa es que el alcohol en cualquier cantidad, por ínfima que sea, me da muchísimo sueño. Muchísimo. Pero no sueño en plan la leve somnolencia que os entra a todos cuando lleváis cuatro copas de más. No, no, a mi un chupito, aunque sea de un licorcillo fosforito de estos medio de bromi, me seda como cuatro valiums. Increíble. Me tumba. Que os cuenten mis amigos cuando desaparecí en la discoteca y al salir a buscarme me encontraron dormida en la acera. No en coma etílico, DORMIDA. Como cuando caes en los brazos de Morfeo viendo una peli calentita en el sofá, sólo que a cero grados y sobre el asfalto.

Total que, visto el panorama, no bebo, pero por razones que desconozco, el alcohol no para de llegar a mi vida. Aguinaldos de Navidad, regalos de presentaciones, detalles de boda... yo que sé, colegas, pero a cada paso que doy una botella de vino/licor/whatever entra en mi casa. Como no me la voy a beber, no sé qué hacer con ella y me da reparo tirarla, la guardo en algún armario y me olvido de ella para siempre.

¿Problema? Que para siempre es mucho, mucho tiempo, lo que se traduce en muchas, muchas, muchas botellas. El otro día, cuando me encontré un vino de hace una década entre las garrafas de aceite decidí que había que parar aquella locura y me puse a sacar todo el bebercio de sus escondites para deshacerme de él de una vez por todas. Empecé  a sacar. a sacar... y el panorama era este.





Esa caja de colores está llena de botellas, sí.

Debido a la dificultad de reciclar todo ese alcohol sin contaminar dos toneladas de agua marina si lo tiro por las cañerías, la operación denominada en clave "Ley Seca" se alargó más de la cuenta y entonces.... llegó el MierderTsunami..Lo que me faltaba para el duro.

Cuando el desatascador vino para ayudarme a desalojar ese mar de aguas fecales, se encontró el caos absoluto de la inundación de mierda y sus destrozos, sumado a una panorama de bragas colgadas por todas partes (había puesto una lavadora, llovía y tuve que tender dentro) y miles de litros de alcohol repartidos por la casa. En cajas en el suelo, encima de la mesa del salón, en el armario de las conservas... Miraras donde miraras veías una botella. Una cosa exagerada, de verdad.

En medio de mi desesperación por la emergencia mierder, yo no me di ni cuenta de la imagen que eso proyectaba de mi, claro. Pero ahora, pensándolo con calma, entiendo lo que me dijo el desatascador al irse.

-Todo tiene remedio menos la muerte, mujer, no te desesperes. Los excesos no llevan a ningún lado.

Creería que me iba a coger una cogorza para sobrellevar el disgusto, supongo, porque, evidentemente, había ido a desatascar el inodoro de la casa de una alcohólica.

En fin....

Post post. Si a alguien se le ocurre alguna forma rápida, ecológica y efectiva de quitarme de encima esta invasión alcohólica, soy toda oídos. Ya les he endosado en plan regalo a familia y amigos todas las que he podido, y aun me quedan dos millones. Qué horror.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Pues eso

Estaba intentando escribir algo, pero no hay manera y no tengo ganas de pelear más. Y total, una imagen vale más que mil palabras. 


 ¡¡Ánimo con la vuelta del puente!!

domingo, 5 de diciembre de 2021

Mi Etapa Magenta

¿Sabéis que Picasso tuvo una etapa azul? Bueno, pues con mucho menos arte, desde luego, yo acabo de entrar en mi propia Etapa Magenta. No preocuparse, que ahora os explico esta memez, no os vayáis a quedar con la duda.

Os conté el otro día la magnífica experiencia del Mierder Tsunami, que va a marcar el cambio de era, como lo hizo el Jamacuco Supremo. Y la muestra más clara de esto es que he tenido que tirar muchísimas cosas de mi casa que se mancharon de "aguas sospechosas" y aunque se sequen ya van a oler a zurullo para siempre, así que no me ha quedado otra que deshacerme de ellas.

La tontada del magenta viene porque la cortina del baño, la alfombrilla, la escobilla (todas ellas verdes) fueran las primeras en hacer una excursión al contenedor de basura y han sido sustituidas por unas nuevas de ese color rosáceo. Y a partir de ahí comenzó el exilio al vertedero y punto limpio del resto de los afectados, que son legión: zapatillas de casa, alfombras, apuntes de la Escuela de Superhéroes, recuerdos de viajes absurdos, material de mis primeros curros... De todo.

Os diré la verdad: ha sido una bendición. Porque la mayoría de esas cosas empezaban a invadir de forma preocupante mi espacio vital y debieron ser desalojadas de mi piso y de mi vida mucho antes. Una mezcla de pereza, dejadez, apego y síndrome de Diógenes no diagnosticado me había hecho posponer esta tarea una y otra y otra vez. Luego llegó el MierderTsunami y se acabaron las contemplaciones. No me quedó otra que tirarlo todo con la nariz tapada y sin mirar, para que no me diera pena.

Y he pensado que en eso va a consistir mi Etapa Magenta. En sacar lo poco positivo que haya en lo que sea. Ya que el reverso tenebroso es fuerte en mi y veo imposible ser optimista, pondré todos mis esfuerzos en ser por lo menosista.

Primero, está claro, por comparación. Cualquier día que no termine con un tsunami de mierda en mi casa será un buen día, porque, POR LO MENOS, no habrá ñordos gigantes flotando en mi pasillo.

Y si ya me encuentro el pifostio armado y el mar negruzco esperándome, POR LO MENOS agradeceré ir calzada con botas de suelas gordas que no calan y no con sandalias.

Y si el agua sospechosa rebosa el baño y entra en mi dormitorio, consideraré una suerte que POR LO MENOS haya una alfombra que absorba el líquido e impida que llegue a la cama y manche el nórdico.

Seguiría, pero ya os hacéis una idea, ¿no? El por lo menosismo es tendencia en mi Etapa Magenta. Ya os contaré como me va...

jueves, 2 de diciembre de 2021

El Mierder Tsunami

Sé que esto os va a parecer metafórico porque yo soy muy de quejarme y muy muy muy de usar metáforas para quejarme y en concreto esta del tsunami la he utilizado mucho. Lo sé. Pero, como en el cuento de Pedro y el Lobo, esta vez es verdad. LITERALMENTE el otro día me encontré un tsunami de mierda cuando llegué a mi casa por la noche. Tsunami nivel que había trozos de ñordos gigantes flotando por mi pasillo. Y os aseguro que esos ñordos eran de todo, menos metafóricos.

Sin entrar en detalles (aún más) escatológicos, el tema es que se atascó una bajante de mi edificio y todos los desechos de mis vecinos tuvieron a bien salir por mi inodoro. Como yo estaba currando, no me enteré de que mi water se pegó todo el día en plan surtidor y cuando llegué por la noche mi piso estaba inundado de agua ¿sospechosa? (por decirlo finamente). El baño, el pasillo, gran parte de las habitaciones... Una maravilla, ya os podéis imaginar.

Mientras esperaba al técnico desatascador, mi water aparentemente tranquilo se reactivó como el cabronazo del volcán de La Palma. Y con el corazón en la mano os lo digo: no se sabe lo que es el miedo hasta que se ves ñordos flotantes en una taza de wc a punto de desbordarse. Yo bajé la tapa, cerré la puerta del baño y me encomendé a todos los santos, porque si aquello seguía saliendo, cuando el fontanero llegase no iba ni a hacer pie.

No tengo palabras para explicaros el horror de la situación y os voy a ahorrar el horror de ver las fotos que hice para el seguro. Sólo os daré dos detalles: el experto en desatranques, con formación específica sobre el asunto y toda una vida de experiencia a sus espaldas, me dijo que estaba muy acostumbrado a ver cosas como esa y que aún así yo tenía tal panorama que le estaban dando hasta arcadas. Ahí es nada. El otro pequeño detalle es que eran las once de la noche, estaban las tiendas cerradas y yo sólo disponía de una fregona para intentar achicar toda esa "agua sospechosa" antes de irme a dormir. Y lo peor es que esa fregona la había usado el técnico previamente para intentar desatascar el inodoro antes de rendirse y desmontarlo. Así estaba el tema, amics.

Cuando el hombre consiguió quitar el atascazo, se iba a ir a su casa a descansar (merecido se lo tenía), pero me vio con tal cara de desesperación, que trajo un aspirador de agua (GRAN INVENTO) y me ayudó a reducir aquel mar negruzco. Así que cuando se fue me quedó una alfombra de mierda en la que, al menos, hacia pie. Algo es algo. 

Por todo lo expuesto en las líneas superiores, creo que me he ganado el derecho a declarar una nueva era. Ya existía AC (Antes de Cristo) y DC (Después de Cristo). Tras el Jamacuco Supremo (comúnmente conocido en mi vida en 3D como EL CHUNGO), yo instauré una nueva marca temporal personal: AC (Antes del Chungo) y DC (Después del Chungo). Esta misma nomenclatura se aplica a los tiempos pre y post pandémicos (AC, antes del Coronavirus y DC, después del Coronavirus), pero como aún estamos en medio de este infierno coronavírico no es demasiado pertinente. Y el MierderTsunami ha marcado, claramente, otro hito: AMT (antes del Mierder Tsunami), DMT (después del Mierder Tsunami).

¿Y todo esto por qué? Porque pense: "A ver si me pasa algo bueno esta semana.". Y la vida pensó: "Toma, para que llores por algo".

Con lo guapa que estoy calladita.