domingo, 5 de diciembre de 2021

Mi Etapa Magenta

¿Sabéis que Picasso tuvo una etapa azul? Bueno, pues con mucho menos arte, desde luego, yo acabo de entrar en mi propia Etapa Magenta. No preocuparse, que ahora os explico esta memez, no os vayáis a quedar con la duda.

Os conté el otro día la magnífica experiencia del Mierder Tsunami, que va a marcar el cambio de era, como lo hizo el Jamacuco Supremo. Y la muestra más clara de esto es que he tenido que tirar muchísimas cosas de mi casa que se mancharon de "aguas sospechosas" y aunque se sequen ya van a oler a zurullo para siempre, así que no me ha quedado otra que deshacerme de ellas.

La tontada del magenta viene porque la cortina del baño, la alfombrilla, la escobilla (todas ellas verdes) fueran las primeras en hacer una excursión al contenedor de basura y han sido sustituidas por unas nuevas de ese color rosáceo. Y a partir de ahí comenzó el exilio al vertedero y punto limpio del resto de los afectados, que son legión: zapatillas de casa, alfombras, apuntes de la Escuela de Superhéroes, recuerdos de viajes absurdos, material de mis primeros curros... De todo.

Os diré la verdad: ha sido una bendición. Porque la mayoría de esas cosas empezaban a invadir de forma preocupante mi espacio vital y debieron ser desalojadas de mi piso y de mi vida mucho antes. Una mezcla de pereza, dejadez, apego y síndrome de Diógenes no diagnosticado me había hecho posponer esta tarea una y otra y otra vez. Luego llegó el MierderTsunami y se acabaron las contemplaciones. No me quedó otra que tirarlo todo con la nariz tapada y sin mirar, para que no me diera pena.

Y he pensado que en eso va a consistir mi Etapa Magenta. En sacar lo poco positivo que haya en lo que sea. Ya que el reverso tenebroso es fuerte en mi y veo imposible ser optimista, pondré todos mis esfuerzos en ser por lo menosista.

Primero, está claro, por comparación. Cualquier día que no termine con un tsunami de mierda en mi casa será un buen día, porque, POR LO MENOS, no habrá ñordos gigantes flotando en mi pasillo.

Y si ya me encuentro el pifostio armado y el mar negruzco esperándome, POR LO MENOS agradeceré ir calzada con botas de suelas gordas que no calan y no con sandalias.

Y si el agua sospechosa rebosa el baño y entra en mi dormitorio, consideraré una suerte que POR LO MENOS haya una alfombra que absorba el líquido e impida que llegue a la cama y manche el nórdico.

Seguiría, pero ya os hacéis una idea, ¿no? El por lo menosismo es tendencia en mi Etapa Magenta. Ya os contaré como me va...

2 comentarios:

  1. Bueno, yo creo que el panorama es tan desolador que solo puede mejorar, Speedy. Yo, por mi parte, en un lugar alejado de la civilización, sacrificaré un carnero a los dioses de la suerte para que te tengan en cuenta.

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  2. No me vendrá mal cualquier sacrificio o conjuro. Se agardece ;P

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.