Ojalá pudiera. De verdad. Si alguien tiene la fórmula mágica para cumplir el consejo de la foto de arriba soy toda oídos. Porque yo lo intento cada minuto de cada día y no hay manera.
Ahí tenéis los comentarios para iluminarme con vuestra sabiduría.
Ojalá pudiera. De verdad. Si alguien tiene la fórmula mágica para cumplir el consejo de la foto de arriba soy toda oídos. Porque yo lo intento cada minuto de cada día y no hay manera.
Ahí tenéis los comentarios para iluminarme con vuestra sabiduría.
A estas alturas de mi vida he tenido taaaantos malentendidos por conflictos en los que para mi era más que evidente lo que había pasado y después resultaba que la otra parte implicada lo había vivido de manera completamente opuesta, que ahora siempre procuro hablar las cosas antes de partir peras. Incluso aunque tenga el 90% de seguridad de que no hay nada que salvar porque está todo el pescado vendido, trato de tener una última conversación. Para quedarme tranquila. Para asegurarme de que está todo claro. Por si acaso.
Pero es que en verdad en verdad en verdad os digo que llegados a determinados puntos me pedís demasiado. Es que con el corazón en la mano os aseguro que no puedo más, en serio. Es que me agotáis. La peña acaba con mi resistencia.
Yo no puedo recordar a todas horas que la conversación es cosa de dos, que tienes que poner de tu parte. Si no cuentas absolutamente nada de ti ni de tu vida, y sólo contestas mis preguntas no es una charla, es un interrogatorio. Si respondes con el mínimo de palabras y la máxima ambigüedad, si pareces estar concursando para el premio internacional de utilizar el mayor número de palabras para no trasmitir NINGÚN contenido. Si la mayoría de tus interacciones consisten en hacer una variación de la última frase que he dicho yo. Si jamás te interesas por mi, por lo que pienso, por lo que me gusta. Si podría contarle cosas a una pared y tendría mil veces más feedback, tirando por lo bajo. Si tus únicas aportaciones son cien versiones distintas del mismo lema vacío de positividad tóxica. A la vez número un millón que me repites lo contento que estás y lo que disfrutas de las pequeñas cosas y lo bien que te va todo me dejas totalmente claro la amargura que intentas ocultar. Dime de que presumes y te diré de qué careces. Ser positivo está genial, pero no mostrar ABSOLUTAMENTE nada más que esa faceta de la forma más superficial te quita todo rasgo humano, te convierte en un calcetín con ojos. Los diálogos de Espinete lo dejan como un filósofo a tu lado, ya te lo digo.
En serio, tío, es IM-PO-SI-BLE que no te estés dando cuenta de lo que haces, que se te de tan rematadamente mal conversar, que estés tan vacío por dentro. Tienes que estar haciéndolo a propósito para dejar claro tu desinterés. Y me parece guay, ¿eh? Tampoco es que me de miedo perderme gran cosa, visto lo visto. Pero entonces, tronco, ¡¡DÉJAME EN PAZ!! No me escribas, no me pidas quedar, vete a tomar aire fresco y tanta paz lleves como descanso dejas. Libérame de este suplicio eterno, de las notificaciones infinitas, de un interminable diálogo de besugos. Bueno, ojalá eso, porque creo que los peces tienen una comunicación mil veces más efectiva que la nuestra.
En serio, no pretenderás que sea yo la que tenga que dejar por escrito que no estás a lo que estás, te importa un mierdo o no das para más porque donde no hay mata no hay patata. Si no quieres/ no puedes/ no estás en el momento de aprovechar lo que has pescado, devuélveme al mar y déjame seguir nadando a mi bola.
Pezqueñines no, gracias.
En lo profesional mi vida es un asco. En lo psicológico, no puedo decir que esté sana. En lo musical debería contratar una tuba para que me siguiera a todas partes. Sin embargo, en eso de que me inviten a comer, atravieso una racha inmejorable.
(La teoría del amor)
De todos modos, así es mi vida. Un cúmulo ardiente de dolorosa e inoportuna torpeza
(La química del amor)
Por otro lado, ¿no era ésa la definición misma de la vida? ¿Una adaptación constante determinada por una serie interminable de errores?
(Lecciones de química)
Hay veces que una chica no necesita decir nada, que sólo le hace falta escoger los pasajes que ciertos libros que parece que la estén mirando por un agujerito.
Y con esto y un bizcocho me retiro de finde, que falta me hace. Por la sombra, bombones.
Vengo a registrar una queja oficial. A ver si consigo explicarlo bien, porque ya vale.
Las App de ligue son la hez. Este tema ya lo hemos tratado en diversas ocasiones, no vamos a abundar. Así que voy a dejar de lado en esta entrada a todos los que en esos sitios mienten como bellacos, los que dan gato por liebre, los que dicen una cosa y quieren otra, los que no te caen bien, con los que no tienes cosas en común, con los que, simplemente, no hay nada de donde sacar porque no dan para más los pobres. Todo eso ya lo hemos tratado.
Ahora quiero hablar de tooooooodos esos pobrecitOs que se quejan amargamente de las chicas les hacen ghosting. A ver, hacer eso de verdad está muy feo, ghosting caca, no lo hagáis. Ahora bien, es que estos jetas a cualquier cosas le llaman ghosting.
Lo que SÍ lo es: tener una relación previa y dejar de coger llamadas, de contestar mensajes de forma reiterada. Incluso, siendo generosa, voy a ampliar el concepto. Sin llegar ni siquiera a tener una relación, si has chateado durante mucho tiempo con una persona y contado cosas importantes y de repente sin explicación alguna desaparece como si lo hubiera secuestrado la mafia rusa, pues eso MAL claro.
Lo que NO lo es: que hables con alguien unas semanas y la persona se limite a contestar lacónicamente o con monosílabos a lo que tú le preguntas. Que no se interese por ti ni haga el más mínimo esfuerzo por conocerte o saber algo más de tu vida. Que desaparezca dos días, al tercero resucite como Jesús y por toda explicación cuente que ha tenido mucho lío. Que sólo te diga generalidades, nada un poco concreto sobre él, sobre sus gustos o sobre su día a día. Que en ningún momento se alcance un mínimo MÍNIMO de enjundia. Que a menudo dudes si estás hablando con Epi, de Barrio Sésamo y que lo descartes porque estás segura de que con Epi podrías mantener una charla más interesante. Que seas la única en tirar del carro conversacional, que te llegues a sentir como los esclavos egipcios cuando arrastraban los pedrolos enormes esos para construir las pirámides.
Si en las segundas circunstancias él te concede la "gracia divina" de su millonésimo monosílabos y tú, exhausta, no tienes fuerzas de seguir echando carbón a la locomotora del chat y no le contestas van los jetas y te dicen que les has hecho ghosting. No se puede tener la cara más dura. No, amigo, no, la última palabra la has puesto tú, pero toooooooooooooodo el esfuerzo lo he puesto yo. No es que se te de mal o que no te estés dando cuenta, no tienes ningún interés. No pones NADA de tu parte y lo sabes. Estarás a otras cosas, supongo. Y me parece bien, ¿eh?, que cada uno haga lo que quiera, faltaría más. Pero no vayas de víctima diciendo que todas las malvadas mujeres te hacen ghosting, porque de eso nada, monada.
Cuando has subido, bajado, entrado, salido, acelerado y frenado. Cuando has hecho todo lo que se te ha ocurrido y más durante años y años. Cuando no estás en una racha mala, porque por definición una racha es algo temporal y no sostenido en el tiempo de forma indefinida. Cuando tu fuerte es la creatividad y aún así has llegado al punto de que no te queda ni una idea más porque sientes que las has agotado por completo, que ya lo has intentado TODO. Cuando has estado ilusionada, contenta, harta, mosqueada, exasperada, furiosa, indignada, desesperada. Cuando has tratado al máximo de resignarte, de aceptar la frustración y la absoluta falta de control de los acontecimientos no te queda otra que pasarle la pelota a otro, al que sea. Y te dicen que todo lleva su tiempo, que las cosas pasan cuando tiene que pasar, que confíes en el proceso. Y tú lo haces, y aún así tampoco cambia nada. Así que aturdida, desorientada, descorazonada y hasta el mismísimo c*oño de todo no te queda más alternativa que preguntar sinceramente: