Buenos amiguitos, la cosa está así:
-Pese a mi persistente y difícilmente combatible desaparición bloguera, sigo viva. Es decir, sigo respirando, pero tengo que combinar el intercambio de gases en mis pulmones con marrones de curro, megamovidas para hacer posible mejoras laborales, mantenimiento de mi superguarida, recados en el SpeedyHogar para unos SpeedyPadres de vacaciones eternas y una inexplicable y repentina adicción a twitter que me tiene encadenada al ordenador cada noche hasta las tres de la mañana. Y las cuatro líneas anteriores se resumen en que últimamente mis días son mucho cartucho para mi y me quedan dos únicas neuronas operativas en mi cerebro que ni se hablan entre ellas. Como para escribir nada, colegas. No hay manera.
-No quiero causar resquemor ni alimentar envidias innecesarias, pero, ¡ALELUYA HERMANOS!, mañana empiezan mis vacaciones. ¡¡POR FINN!! ¡¡OEEE, OEEE, OEEE, OEEE!! Las esperaba como agua de mayo porque estaba, de todo en general y del curro en particular, hasta la mismísima pepitilla. Pero bueno, ya está. Pitido final. Juego, set y partido. Una que se las pira. Y ya veremos si vuelvo o no... Ganas de perderme de forma indefinida no me faltan, para que os voy a engañar.
-Por otra parte, el destino en el que voy a perderme no os creáis que está del todo claro. Hay confirmada una primera parada que incluye playa y una tropa importante de SpeedySobris y de la que confío salir viva para poder seguir con todo lo demás. Sin embargo, lo concerniente a la cuestión de la supervivencia tampoco está tan claro como podría esperarse. Seguiremos informando.
Y nada, que mi idea en vacaciones es escribir, pero bueno, dado el panorama, vaya usted a saber. No voy a decir nada para no pillarme los dedos. Así que, por si no hablamos feliz verano, felices vacaciones y que vaya bien paréis por donde paréis. Nos leemos a la vuelta.
O no....