viernes, 31 de diciembre de 2010

El año de los "uyyyyyyyyy, casiiiiii"

Cada año que termina intento hacer un balance, poner en un lado las cosas buenas. en otro las malas y ver cuál pesa más. Pero con 2010, sinceramente, no sé a qué carta quedarme. Porque en 2009, por ejemplo, pasó una cosa buenísima y dos extra mega super malísimas que literalmente hundieron el resultado final. Pero este año no ha sido así.
Este año han ocurrido algunas cosas malas, es verdad, pero ni de lejos tan extra mega super horrorosas como las de 2009. En la columna de los negativos hay menos elementos y mucho menos pesados que en otras ocasiones y, sin embargo, la sensación que me queda es que este 2010 no se merece un aprobado. Ni siquiera un cinco raspado. Vamos, que catea con revisión de examen y todo.
Y yo creo que el problema son los "casi". 2010 ha estado lleno de "uyyyyyyyyys", "por pocoooo", "casiiiiiiiiiii". Todo me ha costado un mundo, para cualquier cosa eran necesarios esfuerzos ímprobos que a menudo terminaban con un portazo en las narices. ¿Sabéis la sensación de estar el cinta estática, corriendo, dándolo todo, sudando a más no poder, pero sin llegar a ningún sitio? Ése ha sido mi 2010. Y el caso es que si no cruzas la línea de meta, no hay premio y no puedes sumar puntos en la columna de los positivos, que este año se ha quedado preocupantemente raquítica.
Lo bueno de todo esto es que claramente estoy metida en una progresión ascendente. Si 2009-El -Año-Del-Horror sacó de nota un 1 y el 2010 ha cateado con un 4, la estadística dice que 2011 se merecerá un notable. Y ya se sabe que las matemáticas nunca fallan, así que estoy deseando comerme las uvas y empezar a disfrutar del año nuevo, que me da muy buenas vibraciones.
Mientras tanto, amores, os deseo que entréis bien en 2011 y que os traiga todo lo mejor.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ AÑO!!!!!!!!!!!!!!

AH! Por cierto, ¿sabéis la columna de los positivos de 2010? ¿Esa tan raquítica? Pues tenía un par de pesos pesados. Uno de ellos es, sin duda, este blog y vosotros.

lunes, 27 de diciembre de 2010

El gen cocinero

Speedydad es muy buen cocinero. Bueno, ahora que no me oye (porque no sabe qué es un blog ni por asomo) diré que es un GRAN cocinero. De hecho, es uno de sus superpoderes que más me gusta, el de meterse en la cocina y hacer magia.

Él heredó esta habilidad de su madre, así que suponemos que el gen cocinero es transmisible. Hay muchas posibilidades de que este gordo de la lotería genética me toque a mí, más que nada para compensar, porque en el reparto hereditario yo tuve la dudosa fortuna de ganar la nariz de Speedydad. Ojo, no me entendáis mal, que Speedydad es el mejor padre del mundo y no hay quien le gane venciendo supervillanos y protegiendo a los débiles, pero es que esa nariz en combinación con el resto de sus rasgos faciales... como que no. De hecho, no le veréis en ninguno de los posters de propaganda que hacemos de vez en cuando los superhéroes para promocionarnos y muchos menos en los anuncios televisivos. Él es más de hacer grupo, de trabajar en la sombra... de los buenos buenos, vamos.

Total, a lo que iba, que posiblemente yo sea portadora el gen cocinero, pero aún no he manifestado ningún síntoma, más que nada porque no le he dado la oportunidad. Vamos, que yo la cocina la veo como la habitación que hay entre el pasillo y la terraza, con eso os lo digo todo. Y mira que me encantaría preparar las exquisiteces que hace Speedydad y siempre pienso “a la próxima le hago de pinche y así aprendo”... pero esa próxima vez, al final, nunca llega.

Y es que me da una perezaaaaaaa... No sé, veo el lío que se forma, cómo se ensucia todo, el montón de pasos intermedios que hay que hacer, lo pendiente que hay que estar de tiempos y detalles... y simplemente no me veo capaz. Sobre todo porque, para aprender cualquier cosa, al principio tienen que darte una referencias más o menos orientativas y en la cocina, más que en ningún sitio, la inexactitud es la gran protagonista.

Échale una pizca de esto”, “un chorrito de lo otro”, “sofríelos hasta que estén doraditos”, “retíralos cuando estén suficientemente pasados”. A ver, que soy nueva, un poco de ayuda: ¿cuánto es una pizca? ¿cómo sé que no se me ha ido la mano con el chorrito? ¿qué es eso de estar pasados? Decirme que haga “lo que yo vea” no me sirve de nada, que no tengo ni idea, hombre...

Así que nada, desde que volé del Speedyhogar en mi guarida hay siempre comida de guerra, compuesta fundamentalmente de pasta, verduras congeladas, carne a la plancha, purés fáciles y de preparar lo que sea "en ensalada". De hecho, creo que si me presentara a un concurso internacional a la persona que más ensaladas de cualquier tipo ha comido en su vida, creo que quedaría entre los primeros puestos. No sé si ganaría, pero subía al podium fijo.

Y el caso es que no sé por qué me da tanto reparo la cocina, porque con sus términos estoy totalmente familiarizada. De hecho, hay más de uno por ahí que me tiene frita, la crisis y todo los listos que la provocaron me calientan la cabeza como una olla express y le doy tantas vueltas a las cosas que salen de mi coco casi a punto de nieve. Bueno, claro, y ya os habréis dado cuenta de que soy tan salada que me convierto en el perejil de todas las salsas. XDDDDDDDDD

(Vale, por este final me podéis pegar, me lo merezco, pero no he podido resistir la tentación de acabar con esta tontada)

jueves, 23 de diciembre de 2010

¡14!

¡14! ¡14! ¡¡¡¡¡14!!!!! ¡CATORCE! ¡¡CA-TOR-CE!!


El doble que los Enanitos de Blancanieves, uno menos que la niña bonita. Dos más que las campanadas de fin de año. Esos son los regalos de Navidad que tengo que comprar. ¡14! Acabo de acabar el recuento definitivo y casi me da un soponcio.

La Speedyfamily siempre ha sido extensa, así que ésta es, tradicionalmente, una época de compras intensivas, pero lo de este año pasa de castaño oscuro. El caso es que antes, la segunda generación de superhéroes (vamos, mis hermanos y yo) uníamos fuerzas en la compra de regalos y así ahorrábamos dinero y tiempo. Como somos ciento y la madre, a cada uno le tocaba comprar dos o tres regalos y todo era más sencillo. Al final siempre se producía algún imprevisto y había que organizar una misión de emergencia a última hora. Pero bueno, desplegábamos nuestras fuerzas por el centro comercial más cercano y crisis solucionada. Nosotros estreses ninguno, que estamos acostumbrados a situaciones límite.

Con el tiempo, mis hermanos comenzaron a abandonar la resistencia y la División Compra-regalos fue sufriendo cada vez más bajas hasta que se ha quedado con un solo componente: yo. El problema es que la misión, lejos de simplificarse, se ha complicado, porque ahora hay que comprar regalos para los fichajes familiares que han desbaratado la División y para la tercera generación de superhéroes: mis sobris. Y la conclusión de todo es que este año estoy sola ante el peligro con 14 regalos. CATORCE! Que se dice pronto.

Así que nada, aquí estoy, ultimando mi plan de ataque. Y no me soltéis el rollo de que tenía que haber empezado antes, de que hay que ser más previsora, blablabla, que eso ya me lo dice mucho Speedymum y además tiene toda la razón. Pero jo, que proteger a la Humanidad, defender a los débiles y contar cosas lleva su tiempo, hombre. Y bueno, a lo mejor que últimamente me dedique a salir de juerga a todas horas y hacer mil planes puede ser que también haya tenido algo que ver, pero vamos, que de eso no estamos hablando. Ahora si alguien quiere ayudarme, que me ideas. Que falta me van a hacer.

(Post post. Acabo de acordarme de que no había contado con el regalo del amigo invisible que hago con mis amigos. ¡Tengo que comprar 15 regalos! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡15!!!!!!!!!!!!!!!! Voy a morir.)

Edición posterior: Bueno, ejem, y después de la pataleta, que felices fiestas y eso.

martes, 21 de diciembre de 2010

Cate en ligoteo

Creía que ya me había pasado de todo en el difícil mundo de la pre-relaciones chico-chica, pero estaba equivocada. Lo que me pasó el otro día fue... fue... es que no sé ni que adjetivo ponerle. El-no-va-más, por llamarlo de alguna manera.

El caso es que debí reconocer las señales, porque la cosa ya empezó mal. Lo típico: “Tengo un amigo que te va a encantar Speedy, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡pegáis millllllllllll!!!!!”

El 90% de las historias que comienzan así acaban en desastre, pero accedí porque mi amiga juró y perjuró que íbamos a salir en grupo, que la idea era ir a un sitio chulo que hacía tiempo que quería probar... y porque esa noche no tenía otra cosa mejor que hacer, para que os voy a engañar. Así que fui. MEEEEEC GRAN ERROR.

Los malos augurios se confirman. Llego y el grupo no tarda ni dos minutos en disgregarse y dejarme sola con el Interfecto (I). “Oh, oh”
I.¿Qué clase de música te gusta?
S. Pues un poco de todo, la verdad...

I Ya, pero ¿cuál?

S. Pues ya te digo que casi todo, menos la música máquina que no me va mucho.. desde Sabina, hasta Fito, pasando por Mecano, Rhianna, Shakira, Katy Perry...

I. Ya, ¿pero cuál es tu favorito?
S (Hablando leeeeeeenta y claramente, a ver si el problema es que no entiende bien español) Que no tengo un favorito, sino canciones que me gustan mucho.

I Díme una, que se la pido al pincha.

S. Pues alguna de este grupo que están poniendo ahora, que está muy bien.

I Ah (Tuerce el gesto para dejar muyyyyy claro su disgusto)  ¿Y qué clase de cine te gusta?

Por cómo está transcurriendo el interrogatorio y por la cara de juez supremo con la que evalúa cada una de mis respuestas, a estas alturas ya tengo claro que Interfecto me está sometiendo a un examen. Sábado por la noche y yo de examen. Lo que me faltaba para el duro.

S. Pues la verdad, también un poco de todo.

I ¿Pero qué director te gusta más?

S. No voy al cine por los directores, sino por los argumentos, las historias, los actores, las interpretaciones...

(Vuelve a torcer el gesto y veo claro que me acaba de bajar dos puntos en esta pregunta. Me da la sensación de que falta poco para que saque el boli rojo de las correcciones)

I ¿Cuál es tu película favorita?

S Hay unas cuantas que me gustan mucho, me es imposible decidirme por una. De hecho, creo que tener “un favorito” de todo es un poco infantil, ¿no? Sólo les pasa a los niños pequeños...

(¡ZAS, EN TODA LA BOCA! Veo que Interfecto se está reprimiendo las ganas de mandarme castigada al rincón, por contestona)

I ¿Qué libro te estás leyendo ahora?

S Pues El Niño del pijama de rayas, porque necesitaba alguno pequeñito que me pesara poco en el bolso para tener algo que leer en el bus...

I Te lo estás inventando... has dudado antes de contestar.

Sí, claaaaaaaaaaro, me has pillado, tengo taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaantas ganas de estar con un tío taaaaaaan maravillosoooooooooo como tú, que busco respuestas para impresionarte. Y claro, como no hay nada que impresione más que El Niño con el pijama de rayas... Mira, vamos a acabar con esta tortura, bájame dos puntos más por mala caligrafía, así ya me suspendes y no tengo que verte el careto hasta la convocatoria de septiembre.
Pero vamos a ver, ¿nadie le ha dicho a este chico que para conocer a las personas se inventaron las CONVERSACIONES normales y distendidas? ¿Qué interrogatorios y exámenes son cero sexis? Estoy por mandarle a los padres de Interfecto su boletín de notas:

-Habilidades Sociales NM (Necesita Mejorar)

-Inteligencia Emocional NMM (Necesita Mejorar Mucho)

-Capacidad de ligue NMM!!!!! (Necesita Mejorar Muchísimo)

Repetid todos conmigo: Interfecto estás
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SUS-PEN-SO!!!!!!!!!!!!

sábado, 18 de diciembre de 2010

Speedy Esponja

Ésa soy yo. Para bien y para mal. Se me pega todo. En cuanto paso cinco minutos con una persona adopto sin querer su acento, su entonación, sus expresiones. No lo puedo evitar, sobre todo si son palabrejas raras, coletillas o terminaciones extrañas. Me las quedo todas y hago un maxmix con mis propias cosas que hace realmente difícil determinar mi origen. Sobre todo cuando estoy metida en convenciones internacionales y pluriregionales que son relativamente frecuentes en mi vida en 3D. De hecho, no és raro oírme decir cosas como "Quillo, qué cansino estás, rapaz, a ver si me dejas un ratico tranquila. Do you understand me?" y otras perlas parecidas.

En la blogoesfera mi condición de esponja se intensifica porque este mundo está lleno de mentes pensantes que emplean su creatividad en acuñar términos llamativos e inesperados que son difíciles de olvidar. Vamos, compañeros, que os inventáis unos palabros de flipar. Algunos me hacen tanta gracia que se me escapan en mi vida en 3D y dejo ojipláticos a la mayoría de mis amigos, que no saben lo que es un blog ni por asomo.

Por eso los pobres se quedan alucinados cuando tengo algún despiste y suelto: "Hay que ver, hoy estoy oligolérdica perdida", afinado término psiquiátrico que aprendí en tierras de Bichejo. Cuando todavía se están recuperando de esa perla, vuelvo al ataque diciendo que tengo un mal día y que si alguien me da mucho la brasa le voy a espetar un "cállateKimberli" igual que el que me soltó a mi JuanRa en tierras de Zorro, pero que no se preocupen, que Transilmonio está conmigo para darme paciencia, que me lo ha dicho la Exorsister.

Lo realmente difícil es explicarles vuestras categorías. Porque sin leer a Gonzalo no se entiende muy bien por qué Sara es un poco niña piano, ni por qué Laura Pausini podría encajar en la etiqueta de mona del verbo conversación con pretensiones que le puso El Chico de la Consuelo. Tampoco terminan de coger lo que significa el "raca" de las chicas de Quédate a Dormir, por qué dice Efe que sus alumnos se dedican en clase a tocarse los aparejos o por qué JuanRa se llama a sí mismo guardián de su castillo.

Y ya ni os cuento con qué cara me miran, ahora que en vez de perder calcetines, los divorcio, como Adalias y que al final de las semanas moviditas de trabajo llego al estado kármico de la triple ojera que inventó la Perli. Yo les intento explicar que lo que pasa es que tengo la cabeza como una cueva de caracoles (algo que descubrí gracias al Ese y a la Doctora Anchoa), pero ellos ni caso, oye...

Yo es que no sé qué les pasa. Ni que dijera cosas raras. ¿A que vosotros me entendéis?

martes, 14 de diciembre de 2010

Melchor, Gaspar... va a saltar y se cayó

El otro día oí que un niño estaba contando esta típica gracia a su madre y el chaval se partía de risa, pero de verdad. Y me puse a pensar... ¿Cuándo perdemos el superpoder de reírnos de los chistes malos? ¿De que todo nos haga gracia? La mayoría de los niños lo tienen. Luego se nos va.

A mí me encantan las personas que conservan esta habilidad extraordinaria de reírse de cualquier cosa, de tomarse todo con humor, de combatir cualquier situación con una carcajada. Porque además reparten los efectos positivos entre los que pilla alrededor: para empezar te contagian la risa (a mí por lo menos, que soy una víctima fácil) y aportan nuevos enfoques. Todo se ve distinto después de una buena carcajada. Más claro no sé, pero diferente seguro.

Así que nada, estoy esperando a que algún gran genio consiga atrapar este poder en pastillas como las aspirinas. Se llamarían Risinol 600 o Carcajil 800 o alguno de esos maravillosos nombres que tienen los medicamentos. Así, si un día te levantas con el pie izquierdo o te asomas a la ventana y ves que hace niebla, te metes dos carcajiles p’al cuerpo y arreglado: ya estás preparado para lo que te echen.

En fin, mientras espero este milagro hecho pastilla, me busco mis truquillos. Ahora estoy en pleno entrenamiento irrisorio. Me empeño en reírme aunque no tenga ganas, para así aprender a controlarlo y poder reírme cuando más lo necesite. En esta ardua tarea mis deberes son los chistes malos. Cuanto peores, mejor. Si puedes reírte de un chiste realmente malo, tus carcajadas no tendrán límite. Por ahora mi tabla de entrenamientos la forman perlas como éstas:

-¿Qué es una bola verde en un rincón de la cocina?
Un guisante castigado.

-¿Por qué los elefantes no montan en bicicleta?
Porque no tienen dedo gordo para tocar el timbre.

-Un marido le dice todo chulito a su mujer: “Dime una noticia que sea buena y mala a la vez”.
Ella se queda pensando y suelta: “De todos tus amigos, eres el que la tiene más grande”

Se me acaba el repertorio, ¿me ayudáis a completar mi tabla de entrenamientos dejando vuestros chistes malos preferidos en los comentarios? Pero que sean malos malos, ¿eh?

sábado, 11 de diciembre de 2010

Citas rápidas

Hace un tiempo en Speedytown funcionaba un local de citas rápidas. Ya sabéis, encuentros chico-chica de cinco minutos de conversación con el fin de encontrar el amor verdadero (o no). Como lo cerraron muy rápido, a mis amigas y a mí no nos dio tiempo a ir a echarnos unas risas, que es lo que nosotras pretendíamos. La idea era presentarnos con un nombre falso y con una profesión tan tan tan original que nos asegurara dos objetivos:

-Garantizar tema de conversación para los cinco minutos.
-Descubrir rápidamente cosas del Conversador que nos hubiera tocado en suerte.

Así las cosas, ya os podréis imaginar que la elección de nombre y cargo no fue tarea fácil.

N. quería presentarse como Samantha, dobladora de pelis porno.
Esto garantizaba la atención del maromo, eso seguro. El quiz de la cuestión era que la conversación girara entorno a los trabajos de N. y así descubrir rápidamente cuántas y de qué tipo había visto Conversador:
-Ninguna: mala señal, o está disimulando o es un poco soso, en esta vida hay que ver un poco de todo.
-Demasiadas: peor todavía. Un profundo conocedor del tema o se dedica profesionalmente a ello o le ha destinado una parte demasiado grande de su tiempo libre. ¿Y jugar al fútbol? ¿Y salir de copas? ¿y leer? Que en esta vida hay que hacer un poco de todo, hooooombre.

I iba a decir que se llamaba Claudia y que era antidisturbios.
La gracia de esto era ver la capacidad de reacción que tenía Conversador ante la sorpresa, más que nada porque I es una rubia de cara angelical, poco más alta que una niña estándar de 12 años y que no pesa ni 50 kilos. De lo que se trataba era de ver si Conversador se lo tragaba y si no, qué tipo de preguntas hacía y de qué modo para pillar a I. en un renuncio. Intentar desenmascarar a alguien puede ser la manera más rápida de darse a conocer.

T. planeaba presentarse como Laura, detective privado.
Esto tenía un millón de posibilidades, porque así, sin especificar, la imaginación vuela. Si Conversador se creía que T era Lara Croft empleando artes marciales para recuperar el Santo Grial era un tipo de chico. Si se pensaba que T se dedicaba a recopilar datos sobre competencia industrial, el chaval era harina de otro costal, eso está claro. Lo divertido aquí era sacar información aportando los mínimos datos posibles y manteniendo la ambigüedad todo el tiempo que se pudiera.

Yo quería llamarme Luna y decir que era entrenadora de delfines.
Con esto poco podía averiguar, además de enterarme si a Conversador le gustan los animales y de qué tipo, pero la profesión mola, ¿eh? Ya que no puedo decir que soy superheroína...

Se oyen rumores de que van a abrir otro local de cita rápidas en Speedytown, así que nuestro malvado plan vuelve a ponerse en marcha. Por si hay nuevas incorporaciones a nuestra expedición, ¿se os ocurre alguna otra profesión chula que podamos utilizar?

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Buscando a Nemo

Estos días he estado de ACUEDUCTO, así, con mayúsculas. A mis cinco laaaaaaaaaaaaargos días de fiesta, uno detrás de otro, no los puedo llamar sólo puente porque sería quitarles importancia. Han sido un ACUEDUCTO con todas las de la ley.

Pues eso, que en estos días me ha dado tiempo a hacer de todo: descansar, desconectar, dormir, viajar (por suerte no en avión), escribir y cumplir una parte de la pila de planes que se me habían acumulado desde verano. Uno de ellos era la excursión a las profundidades marinas a la que llevaba invitándome AquaMan desde ni me acuerdo. Pero ya sabéis, lo típico: que si un día tienes que detener un meteorito que va a destruir la Tierra, que si otro debes vencer a un supervillano que pretende conquistar el Mundo... Por una cosa o por otra al final lo vas dejando.

Total, que el otro día ¡por fin! nos sumergimos y fue un viaje increíble. Como contároslo entero sería muy largo, sólo destaco las primicias primiciosas:



1.- Esto es un canario
Quién lo diría con ese tamaño, ¿eh? Es que las belugas (que son como delfines pero en blanco y en feo) son capaces de emitir sonidos muy diferentes y por eso se las conoce como los canarios del mar. Ésta en concreto se llama Cecilio, que sí que suena a nombre de pájaro, pero está claro que no pasaría por el hermano gemelo de Piolín, ¿verdad?

2.- Hay 368 especies de tiburones y sólo el blanco y unos cuántos macarras más comen algo que no sean peces.
Si es que el cine ha hecho mucho daño, ahora va a resultar que los pobres animalitos son unos santos. De todas formas, os digo una cosa: al que les puso los nombres se le ve el plumero. Me juego lo que queráis a que ha tenido algún desencuentro con el tiburón cornudo.

-Nooooo, hombreeee, le he puesto ese nombre porque tienes aletas así que parecen cuernos.
-Ya, pues a éste que tiene unas aletas parecidas le has puesto tiburón toro, que suena mucho mejor.
-Cosas de la inspiración...

3.-Las anguilas sí que saben los que es una fiesta.
Se montan un viaje molón al más puro estilo Fin de Carrera hasta un lugar paradisíaco en el que se dedican a frinkar como locas. Que si es para perpetuar la especie, que si la reproducción, que si esto, que si lo otro... A mí que me pongan las excusas que quieran, pero vistas en vivo y en directo las anguilas tienen una cara de que les va la marcha que ni os cuento.

4.- Nemo es mucho más pequeño que en la peli.
Va a ser verdad eso de que la cámara engorda...

5.-En 1910 un buque que transportaba 60.000 zapatillas se hundió vertiendo en el mar toda su carga.
Así que si veis alguna tortuga con calzado deportivo que no os extrañe demasiado: en las profundidades las zapatillas están de moda desde entonces.
Por cierto, el cangrejo de la Sirenita tiene razón, bajo el mar todo es precioso, pero siempre hay excepciones.


Pobre pez luna, qué feo es, el jodío. Seguro que siempre es el marginado del baile submarino de fin de curso, ¿eh?

sábado, 4 de diciembre de 2010

Uhmmmmmmmmm

Una mecedora de madera al lado de una ventana.
Los rayos de sol entrando a través de los cristales, dándome calorcito en la cara.
Una buena manta y unos calcetines gordos, de esos de rayas de colores imposibles.
Una enooooooooorme taza de chocolate caliente (con una jarra al lado, claro, por si me apetece más).
Sin reloj, sin móvil, sin nada urgente que hacer, sin prisassssssssss
Sin oir ni ver informativos de ninguna clase.
Y con un precioso paisaje nevado enfrente, blanquísimo, sin pisadas, perfecto.

Si existe el cielo, tiene que parecerse a esto.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Aprendiendo a hablar en político

Llevo unos días viendo las noticias y escuchando la radio atentamente y he tenido una revelación: a partir de ahora voy a hablar en político. Si, ya sabéis, ese idioma en el que articulas miles de palabras que ni juntas ni separadas quieren decir nada. Y es curioso porque las frases que se emplean en esa lengua son laaaaaaaaaaargas y lo términos grandilocuentes y a menudo esdrújulos, que siempre suenan como más cultos.

Por lo que he aprendido de los maestros de este sistema comunicativo, para parecer que lo dominas completamente tienes que hablar de generalidades sin bajar nunca a los datos concretos y soltar perogrulladas dignas del Libro Gordo de Petete, pero con tanta convicción que parezca que has descubierto una cura infalible contra el cáncer. El truco para dar esta sensación es hacer muchas inflexiones de la voz, acabar siempre arriba (es decir gritando) y dejar pausas suficientemente largas para que parezcan silencios dramáticos. Todo parece mucho más trascendental si tienes que esperar unos segundos para descubrirlo. Cualquiera que haya visto la gala de entrega de los Oscars lo sabe.

Como no soy una persona ambiciosa, voy a iniciarme en el idioma político poco a poco y empezaré sólo con las palabras básicas. Después de años de escuchar los informativos, me he dado cuenta de que el 90% de los discursos se basan en estas expresiones:

-Estamos trabajando en ello
-Buscaremos una solución consensuada
-Hay que adoptar estrategias sostenibles
-El futuro está en el campo de la innovación

Bueno, y ahora que lo pienso, también podría hacer el viejo truco de llamar a las cosas de siempre con nombres raros y así dar la sensación de que soy un genio en la materia. Decir coordinación interinstitucional en materias primordiales, en lugar de colaboración entre departamentos, aspirar a la excelencia en vez de mejorar día a día y llamar I+D+I a los ordenadores y demás aparatejos tecnológicos.

Así que me aplico ya y despido el post en político. Hasta la próxima entrada estaré trabajando para encontrar temas que sean fruto del consenso y que estén en la senda de las entrategias sostenibles para llegar al futuro de los blogs que, como no, es la innovación.

He dicho

lunes, 29 de noviembre de 2010

Demasiados decibelios

Si hay algo que caracteriza el día a día laboral de un contador de cosas es el estrés. Todo es para ayer y todo es a vida o muerte. SIEMPRE. Cuando se acerca la Hora Límite Para Contar (HLPC) la presión es igual si lo que pasa es que un meteorito gigante va a impactar contra la Tierra y la va a destruir, como si lo que ocurre es que falta por averiguar el color de pelo del ganador del concurso de belleza canina “Las mascotas de los leñadores de la Sierra 2010”. Conforme se acerca la HLPC, cunde el pánico y empieza la locura.


En estos momentos de estrés previo yo he visto hacer y decir las cosas más surrealistas. Las carreras por largos pasillos, los tropezones contra los muebles y los insultos más graves proferidos hacia alguien en particular o hacia la vida en general, son el pan de cada día. Y, como es lógico, en medio de toda esta locura, el tono de voz sube exponencialmente hasta sobrepasar el límite de decibelios que permiten los ayuntamientos a bares y discotecas. Estoy segura de que si apareciera un poli con uno de esos aparatos medidores, más de uno se llevaría una multa.


Los que tienen más papeletas para ser sancionados por exceso de ruido son, desde luego, los jefes. Sobre todo los malos. Cuanto menos profesional es un jefe y cuanto peor hace su trabajo, más grita. Supongo que son conscientes de su propia inutilidad y saben que dependen de los demás para que todo salga bien, así que deciden gritar para meter presión. Ellos te sueltan cuatro berridos, se quedan descansados y te pasan la pelota, así que si algo sale mal es culpa del currito de turno, claro. Que ellos son los jefes y que cobran más precisamente por asumir responsabilidades, es algo secundario, por supuesto.

En mi colección de chungocurros yo he tenido muchos jefes gritones, pero hay una en concreto que jamás olvidaré: La Verdulera. Nunca llegué a verla en persona porque trabajábamos en ciudades distintas, pero hablábamos por teléfono cada minuto del día. Bueno, hablar es un decir, más bien ella se desgañitaba mientras yo intentaba introducir monosílabos en medio de las broncas monumentales que me echaba por cualquier motivo.

-¡PERO CÓMO NO HAS CONTADO QUE EN INVIERNO HACE FRÍO!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡ YA PUEDES IR CORRIENDO A CONTARLOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO SÉ QUÉ VAMOS A HACER SIN ESOOOOOOO!!!!!!!!!!!!
-Bueno, Verdulera, es que como aquí pasa siempre, no tiene mucho interés para nadie
-
QUE TE HE DICHO QUE VAYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSS!!!!!! QUE AUNQUE YO NO TEGA NI IDEA DE SPEEDYTOWN AQUÍ SE HACE LO QUE YO DIGO Y YA ESTÁAAAAAAAAAAA!!!!!!

O montaba en cólera cuando no podías hacer milagros

-PERO TIENES QUE CONTAR TRES COSAS QUE OCURREN A LA MISMAAAAAAAAAAA HORAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!
-Ya, Verdulera, pues vas a tener que elegir, porque no soy como los virus de Érase una vez la Vida que se desdoblaban y de repente eran tres. Yo soy sólo una y no tengo el don de la ubicuidad.
-NO ME CUENTES TU VIDAAAAAAAAAA!!!!!!!! QUIERO QUE LOS CUENTES Y YA ESTÁAAAAAAAA!!!!! VE A 180 KILÓMETROS POR HORA POR CIUDAD SI ES NECESARIO PERO TIENES QUE LLEGARRRRRRRRRRRR!!!!

Yo tenía que soportar a esta adorable mujer los fines de semana y una compañera mía los días de diario. Las dos compartíamos el mismo teléfono, así que cuando no encontré en la agenda el número de esta jefa tan guay, le pregunté a la otra pobre mártir que la aguantaba 5 días a la semana:

-Oye, que busco su teléfono en la V de Verdulera y no lo encuentro.
-Ya, lo he cambiado a la Z
-¿A la Z?
-De Zorra

Ajá. Veo que no soy la única que soporta los gritos de Verdulera.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ligoteos peliculeros que NO funcionarían en el mundo real

Está claro que el cine ni quiere ni puede reflejar la vida real. El espectador ve las películas partiendo de una serie de convenciones que le invitan a aceptar que todo lo que sale en la pantalla es lo más normal del mundo. Por eso a nadie le sorprende que James Bond salte de una avión en marcha a otro que está cayendo en picado, se meta dentro a pilotar y consiga remontarlo o que el héroe de turno dispare con dos pistolas a la vez, mientras salta hacia atrás y aún así consiga cargarse él sólo a los 50 malos que le persiguen. Todo eso nos parece guay porque "es una película".

Pero, señores creadores del Séptimo Arte, ¿no les parece que a veces le echan tanta imaginación que nos ponen realmente difícil creérnoslo? Sobre todo en las películas romanticonas. La mayoría de las escenas más típicas de "chica conoce a chico y son felices para siempre" serían simplemente inviables en la vida real. Y a las pruebas me remito:

1.- Ella y él chocan en el supermercado, se les caen las bolsas, se quedan mirándose como bobos, al recoger las cosas del suelo equivocan los paquetes y ...¡ZAS! Amor eterno

Puffffffff, muy difícil lo veo. La mayoría de la peña en el súper se dedica a comprar a todo gas para perder el mínimo tiempo posible y ni se fija en el resto del personal. Si te chocas con alguien, lo único que piensas es: "Vaya, este inútil ya ha hecho que se me cuelen dos en la fila de la caja". Y si es el momento de pagar, menos todavía, que suficientemente ocupado estás ya sacando el monedero y metiendo las cosas en las bolsas en dos nanosegundos antes de que los que están aún en la cola empiecen a bufarte. Tanto estrés no deja espacio en la mente para pensamientos románticos laterales. Ni de coña.

2.-Él y ella pasean a sus respectivos perros en un idílico y limpísimo parque y después de una anécdota más o menos graciosa se quedan mirándose como bobos y ya está. Se quieren por siempre jamás todo el rato siempre.

Bueno, bueno, menos lobos Caperucita. El perro, mucho que si es el mejor amigo del hombre, que si esto que si lo otro, pero caga normalmente en el PEOR momento posible. Y hay que recoger el regalito, que es una de las acciones más antieróticas que se me ocurren, así de primeras. Si esa es la primera imagen que recibes del hombre de tu vida, no sé... igual te hace menos receptiva a seguir recibiendo imágenes suyas.

3.-Ella y él coinciden en el gimnasio, se ayudan a utilizar alguna de las máquinas, se quedan mirándose como bobos y.. ¡Magia borrás! Son felices y comen perdices para siempre.

A ver, que yo no digo que esto sea imposible, porque he oído de gente que le ha pasado... El caso es que no conozco a ninguno de ellos personalmente y por eso sospecho que es una leyenda urbana, como La Chica de la Curva, pero bueno.

Lo que sí es verdad es que para que el milagro del amor surja allí hacen falta muchas circustancias concurrentes:

-Que los dos implicados estén, por lo menos, medianamente macizos. Me da en la nariz que en estos sitios los sentimientos fluyen con mucha menos facilidad cuando hay lorzas colgando por todas partes.

-Que ambos dos tengan niveles más bien bajos de transpiración, porque eso de sudados y sexis... ¡Eso sí que es cosa de película!

-Que las partes contratantes lleven ropa molona. El problema es que molona y cómoda no siempre son compatibles y ahí empiezan a ganar terreno las típicas camisetas anchas de propaganda que todos tenemos en el armario y que obstaculizan un poco el nacimiento del amor verdadero. Me imagino cayendo en los brazos de un cachas y esforzado bombero que acaba de jugarse la vida sofocando un incendio, pero de un chavalín que luce una preciosa camiseta que dice "El Fuego lo Apagamos Todos", Ministerio de Medio Ambiente, pues me cuesta un poco más imaginármelo.

En fin, señores creadores del Séptimo Arte, un poquito de realismo... y un poquito de por favor.

martes, 23 de noviembre de 2010

Creatividad al poder

Siendo una superheroína dedicada a defender a la Humanidad se viven aventuras, qué duda cabe, pero el oficio de contadora de cosas tampoco se queda muy atrás. A lo mejor no desintegras supervillanos con los rayos que te salen por los ojos, ni desvías la trayectoria de un meteorito que venía directo a destruir la Tierra, pero, desde luego, al final del día, tienes batallitas para dar y regalar.


Ya os he contado por aquí mi primera vez. Después de ése he tenido millones de días intensos, pero creo que uno de mis preferidos ocurrió hace unos años. Estaba yo tan tranquila recién llegada al curro al punto de la mañana...


Jefe Cabrón (JC) Speedy, vete cagando leches a Pueblo Bastante Lejano que está el presidente de Speedytown y alrededores haciendo no sé qué y tienes que contarlo.

Speedygirl (S) ¿Pero no iba Zrutanito, que vive allí?

JC: Se ha puesto malo, sal pitando, que el presidente lleva una hora hablando.

S: Pero tengo una hora de camino, cuando llegue habrá acabado.

JC: Pues apáñatelas, a mí me da igual, pero tienes que contarlo. Teletranspórtate, vuela...


Aunque mi jefe no conocía mi identidad secreta y lo decía en sentido figurado, yo pensaba hacerle caso. El problema es que era un día de odiosa niebla y tenía mis superpoderes tocados, así que no me quedó otro remedio que llegar a la manera tradicional, en coche y jugándome la vida al adelantar a los dos millones de camiones que había en la única carreterucha de mala muerte que llevaba a Pueblo Bastante Lejano. No me preguntéis cómo, pero al final llegué. Tardísimo, claro. Entro por la puerta y...


-Así acaba el acto, muchas gracias por su asistencia, ahora pasaremos a tomar un vino español.


Me llama JC y me dice que me dan paso para contar en cinco minutos.


JC: ¿Estás preparada?


Yo pienso que no sé qué es lo que ha inaugurado el presidente de Speedytown, ni quién ha asistido al acto, ni qué significa para la localidad. No sé cuántos ha costado, ni cuántos empleos puede llegar a crear, ni cuándo se pondrá en marcha. Por no saber, ni siquiera estoy segura de si realmente se inaugura hoy o si lleva unos días funcionando.


S: Preparadísima


Mientras me dan paso me planteo seriamente si contar cuántos asistentes llevan traje negro, de qué son los canapés del vino español y cuántos camareros están repartiendo copas, que es lo único que realmente tengo claro. Al final decido que si los políticos son capaces de hablar horas y horas, día tras día, sin decir absolutamente nada, no puede ser tan difícil. Y me pongo a ello


Como bien dices, el presidente ha querido respaldar los primeros pasos de esta infraestructura, que dará nueva vida e impulso a la parte norte de Speedytown y alrededores. Se trata de unas instalaciones totalmente renovadas que contarán con una plantilla joven, pero experimentada y que sin duda serán un activo creciente para este sector, clave en la economía espídica y una de las apuestas de futuro del gobierno regional.


[Piensa, piensa, te quedan 40 segundos, invéntate algo para rellenar. ¿No ha dicho el tío ese de la corbata que estaba en el pasillo fumando un cigarro algo de una nueva carretera? Tira por ahí]


(De repente, aparece un espontáneo) ¿Perdona tienes hora?

[A ver hijo mío, ¿no te das cuenta de que estoy en directo y en pleno proceso creativo?]


Por supuesto, toda gran infraestructura como ésta necesita unas buenas comunicaciones que la conecten con el territorio. El presidente ha asegurado que el Gobierno trabaja siempre por mejorar las vías principales y secundarias y que Pueblo Bastante Lejano es por supuesto, parte primordial de estos planes.


Cuando terminé de contar, pesaba dos kilos menos y había envejecido 10 años de golpe.

Por si a alguno le ha picado la curiosidad, el presidente de Speedytown había ido a inaugurar un horno silicoferreoindustrial supermegachupi. Entonces no lo sabía. Ya nunca lo olvidaré.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Obras de arte por sms

Speedydad ha sido siempre un superhéroe muy poderoso, pero, eso sí, de métodos clásicos. Las moderneces a él... regular. Ya le costó aceptar los Walkie-Talkies para comunicarse con sus compañeros en las operaciones conjuntas contra algún supervillano, pero no quiere ni oír hablar de armas ultrasónicas, localizadores por campos magnéticos ni ningún otro cachivache tecnológico que le facilite la tarea de defender a la Humanidad. Siempre dice que en la caza de los malos lo más importante es el instinto y que los aparatejos sólo sirven para desconcentrar.

Yo hace tiempo que dejé de intentar convencerle en esto, porque oye, cada uno protege a los débiles como mejor le parece y él es un superhéroe de fama mundial, así que él sabrá. El problema es que Speedydad aplica esta misma máxima en el Speedyhogar.. y eso con lo concurrida que ha estado mi casa durante años, era una lata.

Ni os cuento lo que nos costó conseguir que comprara un microondas, porque estaba seguro de que las ondas que emitía interferían en nuestro radar de señales malignas. Lo del vídeo fue una batalla aún peor y de la wii y aparatejos por el estilo, ya ni hablamos, claro. Pero sin duda, lo más duro fue convencerle de que se comprara un teléfono móvil y que APRENDIERA A UTILIZARLO

-¿Pero para qué, si ya tengo el fijo?

-Para saber que estás bien cuando te vas a una misión peligrosa.

-Pues ya me veréis cuando vuelva...

Total, que como no le interesaba lo más mínimo, no aprendía. Se pegó meses cortando todas las llamadas porque se equivocaba de botón al descolgar y llevando los números apuntados en un papel porque no sabía mirar la agenda. En el maravilloso mundo de los mensajes de texto... aún no se ha introducido del todo. No se aclara con las teclas, le cuesta un siglo escribirlos... y termina mandando mensajes ininteligibles que te hacen dudar de si están cifrados con alguna clave que desconoces, claro.

Cuando Speedysisterpeque se sacó el carné de conducir y le mandó un sms toda pletórica de felicidad, él contestó: "Enterado". Ni una letra más, ni una menos. Speedysisterpeque sabía que seguramente a Speedydad le había costado seis intentos, dos horas y una lesión cardíaca juntar todos esos caracteres, así que se lo tomó como la felicitación más efusiva.

Con el tiempo, Speedydad ha mejorado y es capaz de mandar mensajes más largos, aunque siguen siendo indescifrables. Les quita los verbos como si hablara en indio, pero luego pone palabras que no usaría ni el ocupante del sillón B mayúscula de la Real Academia Española de la Lengua. Y claro, le salen obras de arte como estas:

"Maleta rota y Frente de Juventudes, pero bien. Hoy Huerto del Cura. Elche. Alicante. Si tiempo, comida en el puerto. Playa de San Juan. Muchas evocaciones. Besos"

Esto es demasiado críptico, incluso para él. He llegado a pensar que le está persiguiendo algún supervillano y no quiere darle pistas si intercepta el mensaje. Umhhhhhhh, sí, va a ser eso.

Vale, Speedydad, entendido. Corto y cambio.

sábado, 20 de noviembre de 2010

¡Pornografía infantil NO!

Se lo acabo de ver a Lorzagirl, y aunque a blogger ahora no le da la gana de dejarme subir un vídeo, por lo menos os dejo el enlace, que yo también quiero gritar.

http://www.youtube.com/watch?v=wkfx1czQBsw&feature=player_embedded

jueves, 18 de noviembre de 2010

Fase Un Clavo saca otro Clavo

A una de mis mejores amigas le rompieron el corazón no hace mucho, así que pusimos en marcha el Operativo de Rescate para ayudarla a pasar todas las etapas del duelo que llevan a una sana recuperación. Ya hemos hecho con ella miles de gabinetes de crisis para que llore todo lo necesario y cientos de concielábulos de brujas para que insulte a su ex todo lo que le apetezca. También hemos organizado largas sesiones de recuperación de la autoestima y confianza personal y jornadas de convencimiento de que esto es lo mejor que le podría haber pasado.

Ahora que parece que ha superado la Fase del Chándal y ya tiene fuerzas para arreglarse y salir a la calle, quiere hacer nuevas actividades para conocer gente. Y claro, recurre a mí, porque sabe que me apunto a un bombardeo.

-Pero a ver, que ahora estoy en la Fase Un Clavo saca otro Clavo, lo que quiero conocer son chicOs, así que vamos a elegir con cuidado las actividades.
-Valeeee.. pues... no nos apuntamos a ningún curso de idiomas porque seremos todo chicas en clase. ¿Qué tal un taller de escritura?
-¿Cuántos chicos había en el último que hiciste? Dos en un aula de 20, ¿no? Pues eso, que vamos a pensar otra cosa... ¿Y si nos reenganchamos al gimnasio o a algún equipo de deporte?
-Yo te acompaño a aerobic, step y a tontadas de ese tipo, pero ya sabes que si fuera por mí la mayoría de los deportes estarían incluidos en la Convención de Ginebra como formas de tortura. Yo te quiero, de verdad, pero mi amistad tiene un límite. ¿Y bailes de salón?
-A ver si te centras, busco chicos SOL-TE-ROS Y HE-TE-ROS, que complicaciones ya he tenido bastantes. ¿Y si me meto en tu grupo de teatro?
-¡Eso estaría genial, son super majos! Pero te advierto, sólo hay seis chicos: dos están casados y al único que no tenía pareja le veo sospechosamente feliz últimamente... ¿Y el curso de defensa personal que vimos el otro día?
-Quiero buscar chicos, no aprender como apartarlos de mí.
-Pues... no sé... Sólo nos queda apuntarnos a un curso de tornero-fresador... ahí seguro que encontramos algo para tí.
-....

En fin, que se nos han acabado las ideas. Ya le he dicho que se abra un blog, que en el ciberespacio hay gente muy maja, pero ella no es precisamente una fan de las nuevas tecnologías. Hasta que la convenza... ¿se os ocurre dónde la puedo colocar?

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Dime dónde compras y te diré quién eres?

Ya os he contado alguna vez que vivo en un barrio relativamente nuevo de Speedytown. Durante algún tiempo aquí hubo muchas casas y pocos vecinos, así que no hacía falta mucho transporte público, ni servicios básicos, ni tiendas. Hace bastante que ya somos un montón de residentes, pero parece que ningún negociante de Speedytown se ha dado cuenta, porque aquí no abre comercios ni el tato.

Bueno, prefiero pensar que no se han dado cuenta, porque si tengo que sacar conclusiones de las tiendas que SÍ han abierto, voy lista. ¿Dime qué comercios hay en tu calle y te diré como son los vecinos de esa zona? Pues entonces según los negociantes de Speedytown en mi barrio todos somos:

-Unos borrachos, porque desde luego lo que más hay por aquí son bares. Grandes pequeños, elegantes, cutres, caros, baratos...Lo que quieras. Que vale, que sí, que la vida es muy dura y a veces no viene mal tomarse un copazo para alegrarse el día, pero vamos, tampoco hay que exagerar...

-Unos obsesos de la imagen, porque hay peluquerías a cascoporro. En serio, en cada esquina han montado una. Que estoy de acuerdo en que hay que cuidar un poco el físico y no es cuestión de andar por la calle con pelos de loca, pero bueno, es que esto parece ya una indirecta. A la sexta peluquería que pasas de camino al trabajo empiezas a plantearte que alguien te quiere decir algo.

-Unos amantes de los animales, porque de las primeras cosas que abrieron fue una clínica veterinaria. Yo no tengo ningún sitio por aquí donde comprar una lechuga para prepararme una triste ensalada, pero mi perro va a estar más sano que una manzana. Me parecería bien si por lo menos tuviera perro...

-Unos viajeros de cuidado, porque también pusieron enseguida una agencia de viajes. Estoy por entrar a contratar un paquete de viajes organizados, pero al centro de Speedytow, porque el único bus urbano que nos conecta con esa zona pasa de uvas a peras. Y además tampoco hay por aquí ningún establecimiento para comprar los bonos del autobus. Un horror.

-Un peligro al volante, porque la última gran inauguración ha sido la de una autoescuela. Desde luego, tal y como está el transporte público, aquí hace falta tener coche y carnet como el comer. Ahora, si ya vives aquí y no tienes el permiso de conducir, lo mejor es que te prepares para correr la media maratón, y así por lo menos aprovechas los laaaaaaaaargos paseos que te vas a tener que dar cada vez que quieras ir a cualquier sitio.

-Unos golosos, porque hay la tira de tiendas de chucherías y pastelerías. Bueno... para que nos vamos a engañar... en esto a mí me han calado.

Ni quiero pensar cuál va a ser la próxima gran inauguración. Al ritmo que llevamos, algo tremendamente útil como un túnel de lavado para naves espaciales o una escuela para aprender la técnica del ganchillo y punto de cruz.

¿¿¿¿¿¿Exagerada?????? ¿¿¿¿¿¿Yo??????? Ya os contaré.

lunes, 15 de noviembre de 2010

La Abominable Mujer de las Nieblas

La mayor parte de los espídicos lo que más odian de la climatología de Speedytown es el viento. Aquí hace tanto aire que muchas veces hay que cerrar los parques para que no le caiga una rama en la cabeza a nadie y en invierno baja la sensación térmica hasta 10 grados. Es horrible.

Sin embargo a mí hay algo que me parece todavía peor: la niebla. Esa odiosa capa traslúcida desciende a principios de otoño y no desaparece hasta la primavera. Hay días que es tan espesa que no ves dos metros por delante de ti y te da la sensación de que vas a tropezarte con Jack el Destripador en cualquier momento. Otras veces apenas se nota, pero sabes que está allí, acechando, para, en cuanto te despistes, aparecer y quedarse toda una semana, amargándote la vida. A mí por lo menos.
Y es que a mí la bruma me pone triste, tristísima. Esos días tan grises me quitan la alegría, la ilusión y sacan la doble personalidad malvada que todo superhéroe llevamos dentro. A Superman le pasa con la kriptonita roja y a mí con esto. Es ver que el día amanece tristón y no hay escapatoria, aparece ella: la Abominable Mujer de las Nieblas.

Mi alterego es todo lo contrario a mí: malhumorada, cascarrabias, triste y sobre todo pesimista. Superpersimista. PESIMISTA elevada a la enésima potencia. Para ella el mundo se va a acabar mañana, así que todo le da igual.

Para empezar sale a la calle vestida con los primero que pilla en el armario, cuanto menos conjuntado mejor, sin pintar y con unos pelos que parece que ha metido los dedos en un enchufe. “Total, la niebla me riza la melena”. “Bueno, no digo que te arregles como si fueras a desfilar por la Pasarela Cibeles, pero procura no dar el perfil de la paciente rebelde de cualquier institución mental, que las superheroinas tenemos una imagen que mantener”.

Su plan estrella es quedarse en casa, tirada en el sofá con la manta más gruesa que encuentre y con una buena taza de chocolate caliente (sí, ella también es una adicta, algo tenía que tener en común con mi alter ego) Da igual lo que le propongas, no le va a apetecer:

-Que nos invitan a un circuito de jacuzzi, spa y masajes en un balneario de cinco estrellas.
-¿Jacuzzi? ¿A meterse en el agua con este tiempo? ¡Ni hablar!

-Que hemos quedado con Mister España, un maromo guapísimo de ojos verdes que tiene muchas ganas de conocerte.
-Puffff, no sé, los modelos pierden mucho al natural...

La Abominable Mujer de las Nieblas está convencida de que el mundo se va acabar mañana, así que no cuentes con ella para tomar ninguna decisión

-¿Compro cereales de trigo o de arroz?
-Da igual, a saber los aditivos que les meten, seguro que dentro de poco descubren que son cancerígenos y nos morimos todos de un cáncer fulminante.

-¿Llamo a Amiga 1 y a Amiga 2 y nos vamos al cine?
-Llama a quien quieras, al final toda la gente te decepciona...

La Abominable Mujer de las Nieblas es odiosa. Yo la mantengo a raya todo el tiempo que puedo, pero algunos días de bruma se me escapa. Así que si pasáis por Speedytown un día gris y os la encontráis, cambiaos de acera. La reconoceréis sin problemas: será la superheroína más despeinada con la que os crucéis ese día.

jueves, 11 de noviembre de 2010

MIS VECINOS

Hace tiempo que volé el Speedyhogar y después de dar algunos tumbos ahora tengo mi guarida en un barrio nuevo de Speedytown. Bueno, eso de que es nuevo lo dice el Ayuntamiento para no tener que poner servicios públicos ni incrementar el transporte, pero la realidad es que ya hay la tira de espídicos que tienen su casa allí. Así que nuevo no sé, pero deshabitado seguro que no...

El caso es que, aunque hay un montón de residentes en la zona, la realidad es que la mayoría del tiempo no se ve mucha gente por la calle. Será por eso o porque yo sólo recalo en mi guarida por la noche, pero la verdad es que llevo casi un año por aquí y aún no conozco a ningún vecino. Bueno, para ser más exactos no sé sus nombres ni he hablado con ellos, porque controlados, los tengo controladísimos. O casi.

Primero tenemos la pareja de la puerta de enfrente. Vamos, yo los llamo pareja pero cada vez que les veo entra en esa casa gente distinta. Siempre de dos en dos, pero diferentes. Es decir o cambian su imagen radicalmente cada mes para despistarme o en ese piso vive mogollón de peña apiñada. O se lo turnan. Esto me tiene intrigadísima, un día voy a pasar a pedirles un poco de sal a ver si detecto con mi radar ondas malignas. Que los supervillanos aparecen siempre donde menos te los esperas.

Luego está el tío del perro, que como podéis imaginar por el originalísimo nombre que le he puesto, en un chico con el que me cruzo siempre en el portal cuando va a pasear a su can. El caso es que el chucho es negro como el tizón y mi querido vecino tiene la mala costumbre de no encender la luz cuando sale, lo que provoca que yo no vea al animal y me tropiece con él. SIEMPRE. A ver, hijo mío, pónle a tu perro un chaleco reflectante o unas luces de posición o algo, que al final vamos a tener un accidente serio. Ahora que se acercan las fechas navideñas, estoy por dejarle yo uno en el buzón con una nota que diga que es de parte de los Reyes Magos.

Después están los vecinos que no viven en mi bloque, pero con los que me encuentro todas las mañanas cuando cogemos el único autobus que nos acerca al centro. En mis viajes mañaneros coincido siempre con

-BARBIE EJECUTIVA. Es una chica altísima, rubísima y con la melena larga hasta la cintura. Va siempre perfectamente pintada y peinada a la perfección. Nunca, repito NUNCA, tiene un pelo fuera de su sitio, ya llueva, nieve, haga un vendaval o granice. Vamos, que estoy por preguntarle a qué clase de pacto con el diablo ha llegado para mantener ese imperturbable estilismo capilar, no os digo más... Calculo que necesitará una hora y media de chapa y pintura para salir con esa pinta. Yo que soy más de caerme de la cama, ponerme lo primero que coja en el armario, hacerme una coleta y pirarme pitando a trabajar, flipo con ella

-LA DORMILONA. Esta es una crak. No sé a qué hora se levantará, pero el trayecto del autobús para ella computa como horas de sueño, porque se echa unos rosquetes de impresión. No abre el ojo hasta su parada, pero eso sí, no se la pasa jamás, debe de tener algún tipo de sexto sentido que la avisa. Lo más alucinante es que es capaz de dormir en cualquier posición: sentada, de pie, aplastada contra la multitud cualdo el bus va lleno... Yo creo que en estos casos nos usa a los demás pasajeros de almohada.

-LA MADRE CORAJE. Esta señora vive unas tragedias que riéte tú de las aspirantes a drama queen que andamos sueltas por ahí. Cada viaje le cuenta el dramón de turno a otra pobre madre sufridora, que aguanta como puede la chapa que le está soltando y que siempre acaba con alguna frase contundente del tipo "A Dios pongo por testigo, que nunca volveré a pasar hambre". Sospechosamente, nunca es la misma madre sufridora la que soporta el rollo... me da en la nariz que las pobres víctimas han organizado turnos para librarse de los dramas el mayor número de días posible.

-EL ABUELO PROFESIONAL. En mi barrio hay muchos abuelos, pero este en concreto se dedica al servicio público. No sé si tendrá nietos propios pero desde luego nos ha tomado a todos los vecinos como nietos putativos. "Ciérrate el abrigo que hace frío", "Si llevas el bolso abierto te van a robar", "Cuidado con esos cordones que al final te los pisarás y te caerás"... Tiene consejos para dar y regalar.

-Y por último, la vecina estrella: BELÉN ESTEBAN. En serio, en mi barrio vive la doble de la Princesa del Pueblo. La doble de voz, digo, porque físicamente se parecen lo mismo que un huevo a una castaña. Pero si te dice "¿Me entiendes?" te parece que estás en pleno paltó de SÁLVAME DEstapesadilla. A esta le tengo que dedicar una entrada entera, porque se lo merece.

Y ya si eso dejo el repaso del resto de mis vecinos para otro día, que esto me está quedando muy largo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Cinefórum

Speedymum tiene muchas costumbres curiosas. Una de ellas es su manera de ver películas. Bueno, lo que hace ella se parece más a un cinefórum que a un visionado individual de un filme. Y enseguida vais a entender porqué.

En el Speedyhogar son poco asiduos a las nuevas tecnologías, así que en la sobremesa de las comidas familiares de los fines de semana la televisión convencional es la protagonista, nada de DVD's o ver series por Internet. Con la maravillosa programación que tenemos en este país, ya os podéis imaginar que un sábado cualquiera hay mil opciones entre las que elegir, a cual más novedosa: Pretty Woman, Robin Hood El Príncipe de los Ladrones, El Informe Pelícano, Lo que el Viento se llevó... Los últimos éxitos de las pantallas, vaya.

La Speedyfamily elige una cualquiera, que todos hemos visto un millón de veces, y empieza el cinefórum patrocinado por Speedymum.

-Esta ya la hemos visto, esta es la de la prostituta que acaba casándose con el guapo

-No mamá, esta es la de la periodista que descubre un asesinato.

-Ah, sí, ya me acuerdo.

(Pasan dos minutos)

-¿Este no es el moreno que han matado antes?

-No, este personaje es la primera vez que sale.

-Ah, sí, es verdad.

(4 minutos más tarde)

-¿Ahora va a venir un susto? Si va a haber un susto avísame, que no lo quiero ver.

-Mamá tranquila, que esta peli no da miedo.

-Ah, mejor.

(Al cuarto de hora..)

-¿Este es el marido de la rubia?

-No mamá, este es el policía.

-¿Qué policía? ¿Ya han empezado a investigar?

Y a todo esto, cada dos secuencias, ella pregunta: "¿Este es malo?" Lo pregunta sobre la prota, el novio de la prota, su padre, su vecino, el típico extra que sale delante de la casa de la prota paseando al perro... Para ella todos son sospechosos. Normal, deformación profesional después de toda una vida persiguiendo supervillanos...

El caso es que el cineforum lo empieza ella, pero en vista de que es imposible seguir la película, al final todos los miembros de la Speedyfamily se apuntan al carro haciendo aportaciones esenciales. Cada uno a su manera, claro.

-Sí ya, la prota se levanta por las mañanas así de peinada y pintada... no se lo cree ni ella.

-¡Venga! ¿Cuántos millones de balas tiene esa pistola? No ha recargado ni una vez en todo el tiroteo.

-¡Pero qué mal traducida está esta peli. ¿Elevador? ¿Cómo que elevador? Será ascensor.

-¿Te has fijado en las botas de la vecina de la prota? Son del estilo de las que me quiero comprar yo, pero las busco en marrón...

-Pues he visto unas en una tienda del centro...

-¡Shssssss, que no nos enteramos!

-Pero si la has visto mil veces, el malo es el abogado

-Ah, ¿si?

Después de toda la vida así, yo ya estoy acostumbrada a esta locura. Pero tenéis que ver la cara de las nuevas incorporaciones familiares, las parejas de las Speedysisters y Speedybrother. Los pobres flipan. No sé por qué...

jueves, 4 de noviembre de 2010

La fórmula de la Cocacola

Queridos lectores: la he encontrado. La fórmula de la Cocacola, la cuadratura del círculo, la Piedra de Roseta. La tengo y aunque podría patentarla, montarme en el dólar y retirarme para siempre, he decidido que os la voy a regalar. Porque os lo merecéis, por aguantarme. Así que aquí lo tenéis.

¿El qué? La receta mágica para montar un negocio con mínima inversión y máxima rentabilidad. Desde aquí quiero agradecer a la colección de jefes cabrones que he tenido en todos mis chungocurros y que me han dado las claves para elaborar este conjunto de recomendaciones infalibles. Como estas:

1-Necesitas trabajadores ¿pero quién ha dicho que tengas que pagarles? Coge un becario que todavía esté estudiando, un recién licenciado desesperado por entrar en el mercado laboral y un profesional que lleve dos años en el paro y que esté dispuesto a todo por un curro. Luego les sueltas el típico rollo: que si la crisis esto, que si los malos tiempos lo otro... y ya tienes 4 esclavos para lo que quieras.

2.-Deberías invertir en tecnología, pero ¿para qué? Quien necesita un mechero si se puede hacer fuego chocando dos piedras entre sí. ¿Que es mucho más difícil, da peor resultado y lleva muchísimo más tiempo? ¿Y a ti qué? Tu plantilla está formada de esclavos sin sueldo. Si para hacer su trabajo tienen que emplear toda su jornada laboral, su tiempo libre y sus horas de sueño, es cosa suya, no tuya. Total, les vas a pagar lo mismo...

3.-Como jefe que eres, ni se te ocurra hacer ninguna tarea concreta, aunque tus esclavos se mueran del estrés. Tú te ocupas de coordinar. ¿Qué luego sorprendentemente nada está coordinado? Oye, mala suerte, la vida es dura.

4.-No tomes ninguna decisión. Para eso tienes a tus esclavos. ¿Qué no cobran conforme a esa responsabilidad y que probablemente no están preparados para ella? A ti qué. Lo importante es que tú no tengas quebraderos de cabeza y SOBRE TODO tener siempre alguien a quien culpar cuando algo sale mal. Esto nos lleva directamente al punto siguiente.

5.-Pase lo que pase, culpa a tus esclavos. ¿Que por alguna conjunción planetaria lo que ha salido mal es justamente lo único que habías decidido tú? Da igual, es culpa de tus esclavos. Siempre.

6.-¿Buscar soluciones tú? ¡TURURÚ! Insiiiiiiiiisto, para eso ya están tus esclavos, que no tienen nada mejor que hacer. ¿Que te preguntan? Suéltales la palabra mágica: Apáñatelas.

En fin, queridos futuros jefes cabrones del mundo, como sé que sois tan vagos que ni habréis leído todo el texto, os resumo las recomendaciones en una receta infalible: morro a tutiplén, una cara más dura que el cemento armado y cero escrúpulos. Así éxito asegurado. Lo prueban la colección de chungocurros por los que he pasado yo. Y el algodón no engaña.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Mis primeros días en Capilandia

Hace un millón de años me trasladé a Capilandia para cursar los estudios de contadora de cosas. Como la Speedyfamily está repartida por toda España, también allí, yo ya había estado muchas veces en esa ciudad, pero se ve que no me había fijado lo suficiente, porque al principio parecía Paco Martínez Soria, incluida la boina. No hacía más que ver cosas y vivir situaciones que me dejaban de piedra.

Ni os quiero contar la cara que se me quedó el primer día que vi a un señor pedir una pistola en la panadería. Pensé que era un chiflado hasta que oí que la panadera le contestaba que sólo le quedaban pistolines. Vale, o estoy en la versión gastronómica de "Alguien voló sobre el Nido del Cuco" o la lista ésta le está vacilando a un tarado y nos va a meter a todos en un lío. Después me di cuenta de que nadie se había extrañado lo más mínimo por la escena y que el señor en cuestión se había ido tan feliz, con su pan bajo el brazo, de los que deduje que pistola era barra. Ver para creer.


Al principio tampoco podía andar tranquila por la calle. Los semáforos para peatones de Capilandia duran dos milésimas de segundo en verde y dos horas en intermitente, es decir, justo lo contrario de los que ocurre en Speedytown. Aquí estamos habituados a no empezar a cruzar si vemos que el muñequito semafórico parpadea, porque eso significa que no te a va a dar tiempo a llegar al otro lado de la calle sin que te piten. Inocente de mí, al principio aplicaba la misma máxima en Capilandia y cuando llevaba dos pasos y las luces parpadeaban, volvía la acera de la que había salido para que el rojo no me pillara en medio de la calzada. Eso implicaba dos cosas: que quedaba como una pava ante los lugareños, que por supuesto cruzaban sin un estrés ni medio y que tardaba el doble en llegar a mi destino, porque claro, cada cruce era un suplicio.


Pero sin duda las situaciones más surrealistas las viví a causa de malentendidos originados en el lenguaje. Dejando aparte todos los vocablos que se emplean sólo en Speedytown y que nadie más entiende (lo que da por sí sólo para un post) hay además muchas palabras que están cambiadas de género, de pronunciación e incluso de significado. Para los espídicos (gentilicio que se inventó Zorro, así le nombro y no tengo que pagar derechos de autor) que alguien tenga mollas significa que tiene michelines, que tiene lorzas. Sin embargo en Capilandia utilizan esa expresión para describir a un chico que está musculado, que tiene un buen físico. Ya os podéis imaginar lo flipada que me quedaba yo con los primeros cotilleos de la universidad.

-Tenéis que ver al cañón de 1ªC. Jo, qué tío, tiene unas mollas...

-Ya, bueno, cada una tiene sus gustos, pero me alegra comprobar que nunca discutiremos por un chico.

O esas primeras impresiones, que dejan huella

-Anda, ¿ha empezado a llover? ¡Estás chipiado!

-Y tú eres gilipollas.

-¿Perdona?

-Ah, que pensaba que chipiado era un insulto.

O esas primeras quedadas

-Llegas tarde

-Perdón, es que he cogido tres capazos.

-¿Y qué haces ahora comprando carritos de bebé?

-Quiero decir, que me he encontrado por al calle con tres personas con las que me he parado a hablar un rato.

A veces me entraban dudas de que viviéramos en el mismo país.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Yo de mayor quiero ser...

Hay profesiones que molan. Los típicos trabajos que crees que alguien tiene que hacer pero que no conoces a nadie que se dedique a eso. Y que piensas, "yo lo haría aunque no me pagaran". Por ejemplo:

-Probadora de colchones. ¿Todo el día tumbada? ¿Dónde hay que apuntarse?

-Catadora de chocolate. Soy una adicta, no hay nada que explicar

-Medidora del grado de diversión de un juguete. Ya estoy un poco crecidita para esto, lo sé, pero reconoceréis que es mejor que picar en la mina.

-Directora de casting, pero exclusivamente en el apartado de besos. Porque un actor no sólo tiene que ser guapo e interpretar bien, también tiene que besar decentemente, que si no las pelis romanticonas pierden mucho... Ah, que esta profesión no existe... Bueno, pues debería existir, ya le escribiré a quien sea para proponerlo.

-Los que deciden qué días son festivos y cuáles se trasladan para fabricar puentes. Quienes sean que se encargan ahora de esto son unos rácanos y unos tristes. Si me dejaran decidir a mí, todos seríamos un poco más felices.

-Creadora de tendencias de moda. A esto no querría dedicarme a jornada completa, pero les echaría un cable cuando se les va la cabeza. ¿Pantalones de pitillo? ¿Pero a qué lumbrera se le ha ocurrido llenar las tiendas de eso? ¡No le quedan bien a nadie!

-Visionadora de series que luego van a emitir las cadenas. Pero eliminando la parte aburrida de tragarme pestiños por si acaso. Yo, por contrato, les doy dos capítulos de tiempo. Si para entonces no me han enganchado.. ¡caput!

-Contestadora de encuestas. No es que me haga ilusión dedicarme a esto, pero es que quiero comprobar que realmente le preguntan a alguien, porque a veces salen una estadísticas que son de flipar, ¿no?

¿Y vosotros? ¿Qué querríais ser?

viernes, 29 de octubre de 2010

Las preguntas sin respuesta...

... las contesta el tiempo.

¡JA!

¿Por qué no? ¿Por qué ahora? ¿Por qué yo? ¿Qué hago mal? ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Cuándo? ¿Nunca?




¿Por qué?

martes, 26 de octubre de 2010

Terapia de grupo

Ya os he contado alguna vez que soy adicta al chocolate. Como sé que el primer paso para superar una adicción es reconocerlo y buscar ayuda este fin de semana he estado en una terapia de grupo (parecida a ésta). Se trataba de recorrer las mejores chocolaterías de Speedytown para averiguarlo todo sobre el producto al que somos adictos y así poder defendernos mejor de él. Vamos, que lo de estar tres horas comiendo las más exquisitas variedades de chocolate era un experimento científico por el bien de mi salud, no vayáis a pensar que lo que pretendía era ponerme morada, ¿eh? PA-RA-NA-DA

Total, que allí estábamos, 15 adictos y no os creáis, que fue una alegría comprobar que hay gente que está más enganchada que yo, porque había cada uno... No sé si estaba peor el señor de 60 años que preguntó si había más bombones después de que sacaran dos bandejas o la veinteañera que pidió más sirope en la copa de triple chocolate que se estaba comiendo.

En fin, que en esas tres horas nos dio tiempo a zampar mucho, es verdad. Pero también nos contaron cuál fue el primer lugar de Europa en el que se elaboró chocolate, qué forma tiene el fruto de la planta de cacao o de qué depende la intensidad del sabor de este dulce. Incluso nos enseñaron a hacer piruletas de chocolate con petazetas. Además, fue curioso enterarse de algunas cosas. Por ejemplo:

-El chocolate blanco NO es chocolate. Qué fuerte, ¿no?, toda la vida engañados. Es manteca de cacao, mezclada con nata o leche en polvo, por eso sabe parecido a la leche condensada.

-La pasta de cacao se saca de las habas que tienen dentro las mazorcas de esta planta. En tiempos de Colon tenían tanto valor que se usaban como moneda. Con 10 podías comprar la compañía de una dama y con 100 conseguías un esclavo. Me huele que ya por entonces había unos cuantos adictos al chocolate, la mía es una enfermedad con solera, ya os lo digo.

-El chocolate puede llegar a tener hasta 800 aromas y los catadores de este producto necesitan un paladar aún más sensible que los de vino o aceite. Yo me he equivocado de profesión: ni superheroína, ni contadora de cosas ni leches... Yo me hago catadora de chocolate y vivo feliz para siempre. No hace falta ni que me paguen.

-El chocolate debe conservarse a 20 grados de temperatura, meterlo en la nevera es una MALA idea porque pierde la mayoría de sus aromas y absorbe los de los otros alimentos del frigo. Es un dulce que responde bien a contrastes con los más diversos sabores, yo lo he llegado a ver mezclado incluso con pimienta o cebolla, pero si tomas un trozo y te recuerda a la merluza que comiste ayer, mal vamos...

Después de la terapia de grupo estoy mucho mejor, donde va a parar. Y ahora me voy directa a la cocina a coger algo de chocolate que de tanto hablar del tema me apetece comer un poco. Pero tranquilos, que voy a coger un trozo pequeño, ¿eh? Que yo controlo.

lunes, 25 de octubre de 2010

Señores de ENDESAstre, ¿qué he hecho yo para merecer esto?

Ya os conté que el mes pasado alguno de los jefazos de ENDESAstre se quiso pagar una letra de su yate a mi costa y me pasó una factura eléctrica cuatro veces mayor a mi consumo real. Después de miles de conversaciones absurdas como las que os expliqué en la otra entrada, no tuve más remedio que pasar a la acción y adoptar soluciones de urgencia. Todavía me duran las marcas de las cadenas con las que me até a la sede de ENDESAstre, pero por fin, los perracos de la luz dieron su brazo a torcer y me mandaron una carta reconociendo su error y asegurándome que me iban a devolver el dinero.

A pesar de que después de un mes no había visto un duro de lo que se me prometía en aquella bonita carta, yo seguía feliz, saboreando mi triunfo. Hasta que hoy... ¡ZAS, EN TODA LA BOCA!

Efectivamente, lo habéis adivinado, una nueva factura, sólo que ahora el jefazo de ENDESAstre quiere quitarse a mi costa lo que le queda de hipoteca de su mansión de Malibú. ¡Madre del amor hermoso! Hacía que no veía tantos ceros juntos desde que estudiaba mates en primero de BUP, no os digo más.Y yo me pregunto, señores de ENDESAstre, ¿qué he hecho yo para merecer esto? Porque un error pase, pero dos seguidos... me parece mucha casualidad.

Así que me he puesto a pensar cómo he provocado esta cruzada eléctrica contra mí. El carma no puede ser, jo, que yo me dedico a defender la Humanidad y proteger a los inocentes y no merezco ningún castigo espiritual para compensar mis malas acciones. O sea, que tiene que ser otra cosa...

A ver si el lerdo al que pité el otro día porque se metió sin mirar en una rotonda va a ser el jefazo supremo de los perracos de la luz y se ha quedado con mi matrícula y con mi cara... No creo que sea eso, ¿no? Pues a lo mejor es que el pesado al que di largas el sábado en un bar es hijo del consejero delegado de ENDESAstre y se ha chivado de mí a su papi...Puff, no quiero ni contemplar eso como una posibilidad.

Pues no sé... será que algún supervillano con contactos en las altas esferas energéticas ha montado este plan para vencerme. Los de ENDESAstre se dedican a tenerme entretenida con reclamaciones, denuncias y encadenamientos de protesta y mientras tanto los malos van conquistando el Mundo. Ahora que lo pienso no es un mal plan. Yo creo que va a ser eso.

viernes, 22 de octubre de 2010

En dos palabras: IM-PRESIONANTE



Pero qué buenos son estos tíos, ¿no? El otro día fui a verlos y me quedé flipada. Pero.. ¿a esta gente de donde la han sacado? ¡Qué barbaridad! Qué musculazos tienen y qué expresividad. Qué manera de saltar, de bailar, de cantar. Hora y media de espectáculo lleno de ritmo, de humor y sobre todo de energía. de Muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisima energía. En dos plabras IM-PRESIONANTE.

martes, 19 de octubre de 2010

Premios a los MOMENTAZOS de la boda

Iba a contar por aquí la boda a la que he ido este fin de semana, pero acabo de leer que Misia ha mandado un telegrama informativo, Gato ha hecho la crónica completa, Perli ha descrito los momentos estéticos más críticos, Rebi ha detallado todo lo referente al transporte y Adalias ha relatado los peligros que entraña la danza oriental. En fin, que menos mal que mi poder más desarrollado es la supervelocidad, que si no me veo dando el parte de su décimo aniversario.

Total, que no os voy a contar la boda, porque poco podría aportar. Pero como buena contadora de cosas, no puedo resistirme a organizar una entrega de premios. Y ya que me pongo, a presentarla. Bueno, y ahora que lo pienso, también soy jurado porque los ganadores los he decidido yo... En fin, que me lío. (Redoble de tambor) Los premios a LOS MOMENTAZOS de la boda son para: (más redobles de tambor)

-Ese pedazo de vals mezclado con la coreografía de Bollywood con el que los novios abrieron el baile. Mira que de Anómalo y Misia no esperábamos sorpresas, pero hay que reconocerlo, con esto consiguieron dejar al personal con la boca más abierta que un buzón de correos. ¡Olé, olé y olé! No tengo más que añadir.

-Las intervenciones de la ceremonia en general y la del novio en particular. No sé si es porque empezó con la sangre que le salía del corazón o porque metió temas laborales sobre hacer indefinidos algunos contratos temporales, pero el caso es que nos hizo llorar, de risa y de emoción, a la vez.

-Y por supuesto, el SÍ QUIERO. O el sí acepto, o... vamos, el SÍ, para que no entendamos.
...

Valeeeeeeeee, vengaaaaaaaaa, ya que insistís, también os cuento un par de detalles del estilo de la revista Hola, que sé que lo estáis deseando:


-Misia estaba tan guapa que el Anómalo se quedó embobado y perdió su invisibilidad por un momento. Así pudimos comprobar que él también estaba perfecto y no es común ver a Anómalo con tan buena facha. Bueno, no es común ver al Anómalo y punto. Que para eso es invisible.

-¿Y sabéis eso de que de una boda sale otra? Pues yo apuesto por que en esta se va a cumplir, pero como se dice el pecado pero no el pecador, no os puedo dar más detalles. Eso sí, que quede muy claro que no soy yo la protagonista de esa historia, que ya os veo mandando los paparazzis a la puerta de mi casa. Y de eso nada, ¿eh?