jueves, 24 de octubre de 2013

Muerte y destrucción

Mejor no os digo lo que he estado pensando estos días porque es de juzgado de guardia. Pero vamos, básicamente se resume en yo con un kalashnikov y mogollón de sangre, dolor, sufrimiento, vísceras arrancadas del cuerpo y demás agradables elementos de pelis de terror y gore. Supongo que mucha culpa de este ataque de violencia indiscriminada imaginaria la tiene el p*to síndrome premenstrual y las hormonas. Pero hay más culpables, ya os lo digo.

No voy a entrar en detalles, porque pa'qué. Y porque si dejo de imaginar y paso a actuar no quiero que la poli encuentre en mi propio blog pistas para condenarme. Pero vamos, que si me pillan y tengo que declarar en la típica sala de interrogatorios lúgubre que sale en las pelis, les diré que había atenuantes. Que mi vida está colapsadísima con movidas varias. Que no puedo ni con mi alma. Que no me da tiempo a hacer nada mínimamente divertido. Que he tenido que dejar actividades que me gustan mucho para hacerle hueco a otras que son una tortura china. Que estoy más estresada que un camaleón en Desigual. Que no me da la vida para escribir ni para mantener una media digna de actualización en el blog, lo cual es ya el colmo de los colmos.

Y después de soltar este discursito con la mirada perdida, me levantaré dramáticamente, me pondré enfrente del espejo polarizado típico de las salas de interrogatorios que les sirve a los del otro lado para ver a través de él y gritaré a pleno pulmón:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Y QUE LA GENTE ES MUY HIJA DE P*TA!!!!!!!!!!!!!!

Y no tendrán más remedio que darme la razón y dejarme marchar, porque, reconocedlo, la gente es muy hija de p*ta. Ningún jurado me condenaría.

miércoles, 16 de octubre de 2013

blablablabla y supermovidas

Llevo, como quien dice, minuto y medio de la Supermovida y la semana que viene ya tengo mi primer examen. Sin necesidad de usar mi bola de cristal voy a predecir el futuro: un cate como un castillo. Más que nada porque lo que tendría que haberme hecho click en el cerebro aún no lo ha hecho y por ahora sólo oigo blablablabla.

Bueno, no voy a exagerar. La primera semana oía blablablabla nivel "me corto las venas". La segunda escuchaba lo mismo y no sabía si cortarme las venas o dejármelas largas. Y desde ayer me parece que estoy acercándome a estar próxima a empezar a cazar algo lejanamente medio entendible. Que así escrito no parece gran cosa, pero que para mi es todo un logro. Y para la mitad de mi clase también.

Porque en la Supermovida hay dos bandos claros: a los que les suenan los temas, que van a velocidad de crucero y los que no sabemos por donde nos da el aire, que miramos aterrorizados a los cerebritos con cara permanente de estar pensando "¿¿¿¿¿¿¿¿lo queeeee????" Lo más gordo es que, en nuestra desesperación por arrojar un mínimo de claridad al asunto, los pazguatos nos preguntamos dudas unos a otros y no hay nada peor que ver a alguien que no tiene ni idea intentar explicarle a otro que aún está peor. Porque piensas: "Si hasta yo sé que se está colando, el examen va a ser una masacre".

Y si no, al tiempo.

lunes, 14 de octubre de 2013

Cupido, un poquito de por favor

En general, que Cupido esté en permanente huelga de brazos caídos en mi vida, habitualmente, me la chufla. Paso mis días malos (como nos ocurre un poco a todos, supongo), pero, en general, pienso que tengo dos brazos, dos piernas, superpoderes, una familia y un techo bajo el que vivir y por eso que me haya tocado en suerte un angelote alado que trabaja menos que el sastre de Tarzán me parece un mal menor. Me lo curro yo más para compensar, y aquí paz y después gloria. Ahora, que el menda este de los pañales y el arco y las flechas se ría en mi cara, lo llevo bastante peor, la verdad. Para que os voy a engañar.

Porque a ver... si yo no me puedo cruzar cada día con un George Clooney de la vida en versión speedica, pues bueno, qué le vamos a hacer. No le voy a pedir peras al olmo. Pero que, contra todo pronóstico, en una marea humana y a ultimísima hora, yo me encuentre con ÉL. Que sea ÉL el que se pare y se siente a hablar conmigo. Que rápidamente me de cuenta de que ÉL es majo, amabilísimo y divertido. Que resulte que ÉL es amigo de toda la vida de un amigo mío. Que ese amigo me diga que ÉL es un cielo y que siempre ha pensado que los dos pegábamos mucho. Que, en medio de esa marea humana compuesta por gente de las más diversas procedencias y en su mayoría comprometidos, dé la casualidad de que ÉL es soltero y vive en Speedytown. Es más que es vecino de una amiga mía de siempre. Y que, teniendo en cuenta todas las premisas anteriores, nos pongamos a negociar y el feeling, la chispa y la magia brillen por su ausencia... Eso... Eso no tiene nombre.

Así que Cupido, tronco, si no le quieres dar un palo al agua, vale que vale. Pero colega, bromitas las justas. Un poquito de por favor.

viernes, 11 de octubre de 2013

Cansada no, lo siguiente

Entre la SUPER-movida, alemán, mi curro, bodas, tareas pendientes y marrones varios últimamente mi vida es un no parar y estoy cansada no, lo siguiente. AGOTADA. No puedo con ni con mi alma. Me arrastro por los rincones y estoy la mitad del tiempo pidiendo clemencia. El horror continuo, vaya.

Y lo peor es que esto parece el cuento de nunca acabar. Termino con un tema y aparece otro. Y como mi vida tiene la maldita manía de hacerme empezar de cero cada dos por tres, cosas que a estas alturas ya deberían estar resueltas, no lo están. Miro atrás y veo que he hecho mucho camino, pero que mi mochila sigue vacía. Miro adelante y me doy cuenta de que lo tengo todo pendiente. Y se me hace bola. Mucha bola. Porque estoy cansada no, lo siguiente.

lunes, 7 de octubre de 2013

Bodas-tortura

De una boda sale otra, a no ser que tengas una panda de amigas bien-intencionadas a tope, pero que llevan una copita de más. O dos.

Cuatro horas antes de la hora B (de Boda)

-Vamos a establecer el orden de prioridades. En caso de conflicto de intereses entre las solteras del grupo, se decide por orden de antigüedad y tiene preferencia Speedy, que lleva en sequía desde el Pleistoceno Superior.

-Gracias por decir eso a 200 decibelios de volumen en el restaurante en el que están desayunando todos los invitados de la boda, que no has dejado mi imagen por suelos ni nada, ¿eh? Gracias, de verdad.

Dos horas antes de la hora B

-¿A quién quieres que me empiece a trabajar para ti? El fotógrafo está bien. ¿Al fotógrafo?

-No, gracias.

-Sí, mira, al fotógrafo este, que tiene unos rizos muy monos.

-Por favor, déjame espacio, que me estás tapando el objetivo de la cámara.

-Sí, sí, ahora mismo. Esto... ¿conoces a Speedy?

-Tierra, trágame.

Hora B

-El del segundo banco de la iglesia, parece que ha venido sin pareja, ¿no? Pues no está mal. Y el de atrás tampoco...

-¡Me quieres dejar escuchar, que al final no me voy a enterar de cuando me toca leer!

Hora B + 1. Entrantes

-¿Que te vas a quitar los tacones ya? Ni-de-co-ña. ¿No ves que los del segundo banco eran muy altos? A ver si luego no vas a llegar a donde tienes que llegar.

Hora B + 2. Primer plato

-Pedro, eres el camarero más guapo del restaurante. Y el más eficiente. Oye, ¿dónde está el salón de baile? ¿Cerca de la habitación 340, que es donde están alojadas las solteras, SPEEDY (la del vestido azul) y J, la de la falda roja?
 
-¿Más vino?

-Mejor arsénico, por compasión.

Hora B + 4. El baile

-A ver, ya sabemos que eres la novia y que estás megaocupada disfrutando de tu día y saludando a tus invitados, pero vamos a los temas importantes, que no nos aclaramos. ¿Quiénes son los solteros de la boda?

-Speedy, ya nos hemos enterado bien, hay tres. El rubio ese de pelo medio largo...
 
-Aja, ¿dices ese que nos mira mosqueadísimo porque le estás señalando sin ningún tipo de disimulo?
 
-Sí, sí, ese, ¡¡¡holaaaaaaaa!!!

Por si alguien se ha quedado con la duda, no, en esta boda no he conocido a mi futuro marido. No sé qué habrá podido fallar...