Cuando decidí abandonar mi carrera de superheroína y llevar una vida normal, opté por dedicarme profesionalmente a ser contadora de cosas. Como muchos en el gremio de los superhéroes se ganaban la vida así, pensé que no tendría grandes problemas para hacer yo lo mismo. Meeeeeeeeeccccccccccc, error. Nada es fácil y menos en el mundo de la narración de cosas.
La vida del superhéroe es dura. No tienes horarios fijos, ni días libres ni posibilidad de dedicarte a tu familia todo lo que te gustaría. Tampoco está bien remunerado, ni cotizas en la seguridad social ni tienes paro. Bueno, pues los contadores de cosas viven lo mismo, pero sin superpoderes. Y además cuesta un mundo encontrar un primer trabajo.
Yo llevo años saltando de empleo en empleo, a cual más cutre, sólo para poder ir tirando. Eso implica que he hecho cerca de un millón de entrevistas de trabajo totalmente surrealistas en las que me han ofrecido condiciones laborales difícilmente empeorables. O eso creía yo, porque ahora ha llegado la crisis y se están alcanzando cotas nunca antes vistas.
En mi periplo laboral yo he oido cosas como estas:
JCT: (Jefe Cabrón de Turno) Como tooooooooodo va tan mal, comprenderás que no puedo ofrecerte contrato. Si quieres cotizar hazte autónomo y págate tú la cuota. Que esta cuota sea más de la mitad de lo que cobras no es asunto mío.
Speedygirl: Claaaaaaro, ¿y no quieres que te pague las vacaciones a Punta Cana para ti y tú familia con la pulsera de todo incluido?
JCT: Como tooooodo va tan mal, te puedo dar trabajo sin contrato y pagándote 500 euros por jornada completa. Y quiero dedicación exclusiva, ¿eh? nada de perder el tiempo haciendo otros trabajos por ahí.
Speedygirl: Claaaaaaaaaro, y también quieres que le ponga tu nombre a mi primogénito y que te lo ofrezca para sacrificios rituales.
JCT: Como tooooooooodo va tan mal, vas a estar un mes de prueba, sin contrato, trabajando dos horas en la oficina y todaslasquemedeamilagana en tu casa. Además, este mes competirás con otro incauto al que tenemos en las mismas condiciones que tú, pero por las tardes. Nos plantearemos ofrecerle un contrato (o tal vez no) al mejor de los dos.
Speedygirl: Ah, claaaaaaaaro, que no me había enterado que esto es Operación Triunfo. ¿Y qué dices que tengo que cantar para cruzar la pasarela?
JCT: Como tooooooooodo va tan mal, no tenemos oficina. Trabajas desde tu casa, usando tu correo personal y tu teléfono privado para las llamadas de trabajo, que no son precisamente cortas De vez en cuando nos reuniremos en mi casa, porque yo soy el Jefe Supremo y os tengo que vigilar, pero tenéis que traer vuestro propio portatil y dispositivo móvil de internet.
Speedygirl: Claaaaaaaaaaro, ¿y no nos cobras nada por el desgaste de las sillas de tu salón? ¡Qué detalle!
Tengo un millón más, pero casi las dejo para otro post, que estoy empezando a deprimirme.
¿¿Nada de chantaje sexual??
ResponderEliminar¡La Civilización ya no es lo que era!
Pufffff, Efe, me queda mucho que contar, mi ajetreada vida laboral da para muchos post, te lo digo ya.
ResponderEliminarPor cierto, mi primer comment es de un bloguer tan consolidado como tú. ¡Qué guay!
No, qué va, si sólo llevo un año en blogger. Ahora bien, si con consolidado quieres decir gordo, entonces sí.
ResponderEliminarGordo?????? Tú?????? No me lo creo. Si he leido por mil sitios de la blogoesfera que eres seeeeeeeeexi. Aunque, ahora que caigo, la mayoría de las veces lo has escrito tú. No sé si eres del todo objetivo (jajaja)
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