martes, 21 de noviembre de 2017

No me lo creo ni yo 1: Bloguero Estupendérrimo (Final)

(¡Por fin llega el final de la historia! Capítulo anterior aquí)

Total, que una vez informada de coches, trenes, aviones y demás medios de transporte modernos, los siguientes meses me hicieron la Tarjeta Platinum de Renfe y ahora tengo de ahijado, además de los Speedysobris, al niño de una de las azafatas habituales del trayecto Capilandia-Speedytown. Con eso os lo digo todo.

Pero bueno, no os voy a engañar, yo a Capilandia iba por Bloguero Estupendérrimo, claro, pero no SÓLO por Bloguero Estupendérrimo. Por aquel entonces mi vida en Speedytown estaba bastante parada, llena de amigos colapsadísimos por bebés recién llegados a la familia, un curro desesperante y sin mucho futuro y una sensación general de estar viviendo una y otra vez El Día de la Marmota de Atrapado en el Tiempo que no os podéis imaginar. Capilandia significaba mimos de Bloguero Estupendérrimo, sí, pero también planes chulos, restaurantes nuevos, quedadas con coblogers, blogueros y tuiteros molones y una bocanada de aire fresco frente al cada vez más asfixiante día a día en Speedytown.

Y eso hablando sólo de juerga, pero había mucho más que juerga. Capilandia también significaba relacionarme con gente que escribía y que, por tanto, entendía todo lo que a mi me aporta escribir. Significaba conocer a personas que se ganaban la vida con las palabras. Y a sus jefes. Y ampliar horizontes.

-Están buscando en mi curro una colaboradora para tal web y salió a relucir tu nombre. Sería un post cada dos semanas y bla bla bla bla.

-Nos invitan a una tertulia sobre blogs en no sé qué programa de radio. Van tus coblogers de la web de ocio esa en la que escribes. Te apuntas, ¿no?

-Por fin le publican el libro a Zrutanito. Reseña conjunta en diferentes webs. Contamos contigo

Y todo el rato así. Llegó un momento que tenía más intereses en Capilandia que en SpeedyTown y Bloguero Estupendérrimo se decidió a hacer una aguda observación:

-Podrías dejar de intentar hacerte socia capitalista de Renfe a base de comprar billetes de tren y considerar la idea de trasladar tu base de operaciones a Capilandia, ¿no crees?
-(Levanto una ceja) ¿Estás sugiriendo alguna dirección concreta para ubicar mi base de operaciones?
-Bueno, en mi casa ya tienes cepillo de dientes... Una cosa menos que tendrías que empaquetar en la mudanza.

Y dado el horror total que son las mudanzas, esa era una oferta que no podía rechazar. Así que la acepté.

(Fundido en negro)

The End


(Y como esto es a vida real-inventada bloguera y no una peli, después de la palabra FIN vinieron los malos despertares, las tapas del  inodoro levantadas, el caos de armario y las discusiones por el mando de la tele. Pero esa ya es otra historia y tendrá que ser contada en otra ocasión ;P)

lunes, 13 de noviembre de 2017

Otro bodrio para salvar de la quema

Ya sabéis que en este blog somos muy de salvar bodrios de la quema. El otro día estuve viendo un pestiño de peli de universitarios y como, a pesar de que yo no soy mucho de musicales, le puso ritmo a mi tarde, he pensado que le voy a conceder el indulto. Así que, queridos lectores, hoy salvamos de la quema a...



Dando la nota.

Si, sí, ya sé, es un pestiño total. Es tan pestiño que hasta he llegado a pensar que los guionistas escribieron malos diálogos y escenas horribles sólo para crear polémica, en plan que la gente comentara: "Pero esto lo habrán hecho a propósito,  ¿no? No te puede salir semejante truño sin querer". Porque lo de la potada... en fin, no tengo palabras. Si no la habéis visto ni os lo explico y eso que os ahorráis.

Pero en fin, a pesar de las memeces supremas yo la peli la salvo de la quema, oye. Sobre todo por los temazos. Cada cinco minutos hay alguna canción guay en versiones que, incluso si no te gusta la música a capella, molan todo. Hay clásicazos de los 80 y títulos más actuales y las mezclas que hacen de unos y otros a veces están muy conseguidas. Como en el vídeo de abajo




Aunque bueno, no os voy a engañar, yo soy más fan de los chicos



Porque son más marchosos, porque son más molones, porque las coreografías que hacen son más divertidas y porque entre ellos está Jesse.



Otro maromazo que me quedo para mi colección. Este es el típico buen niño, guapete pero tampoco para desmayarse de lo guapo que es, dulce, amable y con gracia. El típico que te echa un cable cuando lo necesitas, te trae zumos y te descubre pelis. El típico que disfruta con la música y el cine y te contagia su entusiasmo. El típico que, si no te has fijado en él de primeras, sabe tirarte los tejos sin agobiar y con chispa, hasta que te fijas en él, vaya que si te fijas... Y el típico que no se deja tomar el pelo ni por ti ni por nadie. Y hace bien.

Un consejo: quédate con quien te mire como Jesse mira El Club de los Cinco (y a ella, claro).


Yo lo haría ;P

lunes, 6 de noviembre de 2017

No me lo creo ni yo 1: Bloguero estupenderrimo (continuación 2)

(*Para los que llegan ahora, la historia empieza aquí sigue aquí.  Y tranquilos que está a puntiiiiito de acabar. Ya no queda nada. Vamos allá)

Vaya por delante que lo del encargo era verdad y que los posts a cuatro manos molan todo, pero como soy mema perdida yo me imaginaba a Bloguero Estupenderrimo empezando a escribir un whats en plan ligoteo "La invito a cenar esta noche en el mejor restaurante de Speedytown" y luego dándole a borrar para mandar un mensaje más inocuo, por si acaso. Pues eso, mema perdida.

Total, que allí que fuimos. Ya os podéis imaginar que yo estaba como para robar panderetas. Un poco porque no sabía a qué atenerme y un poco porque soy mi peor enemigo. El de cagarla es, con mucho, mi superpoder más desarrollado y estaba segura de que en la cena lo iba a utilizar. Y vosotros también estáis seguros, no os molestéis en negarlo.

(Resumo y le doy al avance rápido para ir a las partes interesantes de la velada)

-Hola. ¿Qué tal el viaje? Bonito sitio.
(>>>>>>>>>>>>>>>;Avance rápido)

-Si tanto se cree que me conoce por el blog, vamos a jugar a "Verdad, exageración, trola". El que se equivoque, bebe. Empiezo yo. El post sobre su encontronazo con el servicio secreto en un hotel: Trola.
-Exageración. Beba. Mi turno. La entrada sobre su primera experiencia de contadora de cosas: Exageración.
-Verdad verdadera, no se imagina hasta qué punto. Beba. El texto sobre el mueble roto y arreglado tiene que ser verdad, su hermano Álvaro lo confirmó en los comentarios.
-¿Se acuerda del nombre de mi hermano? Su memoria es peligrosa...
-No lo sabe usted bien.
(Risas y más risas. Ya os hacéis una idea. >>>>>>>>>>>>>>> Avance rápido)

-En el post sobre el restaurante podríamos poner esto y esto.
-Eh, sí, qué bueno. Y después lo otro y lo de más allá.
-Jajaja, ¡sí! Esta entrada se está escribiendo sola. ¿Se imagina que somos tan compatibles en todo como escribiendo? Uppppss se me ha escapado. He fallado demasiadas veces en Verdad, exageración, trola y voy un poco achispada
Me pongo todo lo roja que se puede poner una persona humana.
-Pues la ciencia dice que las teorías sólo se confirman haciendo experimentos.

Speedy, esto es lo que se llama "un momento", no la cagues. Sostenle la mirada. No bajes lo ojos. ¡No los bajes! Speedy, no, ¿qué vas a decir? ¡No se te ocurra cambiar de tema! ¡No cambies de tem¿Esta es la carta de postres? Tienen buena pinta...
Lo sabía
(Tras tal demostración de mi superpoder de cagarla, la conversación se recupera pero la intensidad baja, como es LÓGICO Y NORMAL. Qué paciencia tengo que tener conmigo misma, señor, qué paciencia...
(>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Avance rápido)

-¿Algún sitio para tomarnos la última copa? Si, hay un bar chulo aquí cerca, tienen una carta de gin tonics que le va a dar para tres posts. ¿Vamos?
-Sí, un momento que tengo que hacer un experimento.

Besazo
BE-SA-ZO.
No hay choque de nariz, ni de dientes y la humedad es la justa, ni más ni menos.
BE-SA-ZO.

-¡Por fin! Me lo has puesto difícil, ¿eh?
-¿Has? ¡¿HAS?! ¿Ahora me tuteas? ¿Quién te ha dado permiso para apearme el tratamiento?
(Risas. Besos. Más besos. Estoooo, sí, mejor le doy al avance rápido >>>>>>>>>>>>>>>)

Al día siguiente en la estación.
-¿Y ahora qué?
-Pues con lo que ha bajado el número de espectadores de cine, no sé si es el mejor momento para hacer un remake de "Tú a Boston y yo a California" con Capilandia y Speedytown...
-Muy graciosa. Te recuerdo que existen los coches y los aviones y eso grande de metal de ahí se llama tren.
-Y yo te recuerdo que una de las etiquetas de tu blog se llama "mujeres fatales de interminables pestañas"
-Un día jugaremos a Verdad, exageración, trola con esas entradas y verás en qué pocas sale verdad...
-Bueno, pues no sé, lo vamos viendo... ¿Nos leemos?
-NOS LEEMOS.

Continuará

jueves, 2 de noviembre de 2017

No me lo creo ni yo 1. Bloguero Estupendérrimo (continuación)

(*Para los que llegan ahora, la historia empieza aquí)

Sonríe.
Sonrío.
(Piensa algo, Speedy, piensa algo)
-Buena fiesta. Lo que me ha extrañado es que, estando usted por medio, no hubiera en el catering sandwichs de queso con tomate, que ya se sabe que son y serán siempre los mejores de Rodilla.
-Peligrosa memoria, no se le escapa una.
-Si no quiere que se sepan sus gustos, no tenga un blog público. (Guiño)

Y la conversación sigue por ahí, por su blog. Por cómo llegó a tener tantísimos lectores y comentaristas en un sitio en el que empezó casi por casualidad. Él ni siquiera se dedica a las palabras. Qué cabrito. Estas cosas ya me podrían pasar a mí, ya...

-Pues le propuse que viniera a la fiesta, entre otras cosas, para hablar de negocios.

(Vaya, y yo que pensaba que igual me había invitado para "empezar negociaciones", pero con comillas... Bueno, me conformo con ese "entre otras cosas" y sigo escuchando porque el caso es que los otros negocios también me interesan).

-Bla, bla, bla, bla, colaborar en un blog de recomendaciones de ocio, bla bla bla un estilo fresco como el suyo, bla, bla, bla. Hay por aquí algunos de los que serían sus cobloguers. Se los presento y se lo piensa.

La idea es guay. El proyecto es guay. Mis cobloguers, con los que había estado de risas 20 minutos antes, son guays. No tengo nada que pensar. Intercambiamos mails y teléfonos con todos, quedamos en concretar pronto cómo y cuando empiezo y no me queda otra que irme de la fiesta porque tengo una cena después. Y en la despedida...

-¡Mucha mierda para su estreno! Queda muy poco, ¿no?
-¿Cómo sabe...?
-Si no quiere que se conozcan sus actividades teatreras, no tenga un blog público (Guiño) Y cuidadín con como cuenta la fiesta en su próxima entrada, que ya nos vamos conociendo...

(Sonrisa maquiavélica) No lo sabes tú bien.

Una semana después colgamos en el blog nuevo un crossover (muy chulo, he de decir) con las versiones del encuentro de varios de los cobloguers que fuimos. Si se publicó a las 9.00 yo ya tenía a las 9.01 este whats de Bloguero Estupendérrimo en el móvil.

-Ya le vale con las licencias poéticas. (Emoticono de guiño)

El bloguero que no haya recibido quejas de las licencias que se toma al escribir algo que ha pasado en la vida en 3D que tire la primera piedra. Va en el sueldo.

-Para que vea de lo que sirven sus advertencias.
-Ya me lo temía, ya...

Y así siguió el tema. Yo con mis memeces varias hechas posts y él contando en sus entradas fiestas, viajes y amores imposibles con chicas fatales de pestañas interminables. Yo era plenamente consciente de que, aunque tengo buenas pestañas, nunca he sido una chica fatal, así que me mantenía escéptica. Pero de vez en cuando...

Correo de Bloguero Estupendérrimo:
Pinche en el link para leer a su tocaya en la blogoesfera. Usted escribe mucho mejor.

Mensaje de  Bloguero Estupendérrimo:
No puede seguir viviendo ni un día más sin leer tal libro o ver tal serie. ¡Ni un día más!

Comentario de Bloguero Estupendérrimo:
Su entrada de "Me cago en los lunes y me sobra mierda para los martes" me ha hecho reír mogollón pero no me ha gustado nada que sonara tan sincera... Ese ánimo arriba, ¿eh? ¡AUPA!

Whats de  Bloguero Estupendérrimo:
Tal hamburguesería nueva que han abierto en Capilandia es el no va más. ¡Tiene que probarla!

A veces a cosas así empezaba a escribirle una respuesta tipo: "¿Me está proponiendo una cita? Porque suena como si me estuviera proponiendo una cita. Me han propuesto citas otras veces y así es como ha sonado". Luego recordaba que mis pestañas no son los suficientemente largas para él, borraba el mensaje y prefería mantenerme en terreno neutral con un inocuo "¡Lo apunto en mi lista!". Hasta que un día...

-Me han encargado una crítica sobre un restaurante de Speedytown para el blog de propuestas de ocio. Podría venirse y hacemos un post a cuatro manos.

Continuará...