jueves, 29 de septiembre de 2011

¡Odio!

Tras una semana del averno, no sé si salir a la calle con una sierra eléctrica y acabar con el mundo tal y como lo conocemos o hacerme una bola y quedarme en casa para siempre. Iba a hacer un post de esos de "me cago en los lunes y me sobra mierda para los martes", pero he pensado que para qué, si hay gente que lo hace mucho mejor que yo y con más humor. Lo suscribo palabra por palabra

"El odio son las cosas

que te gustaría hacer

con el locutor deportivo

de la radio del vecino

esos domingos por la tarde.

El odio son las cosas

que te gustaría hacer

con la gente que choca contigo

por la calle

cuando vas cargado

con las bolsas de la compra

o un bidón de queroseno

para una estufa

que en cualquier caso

no funciona.

El odio son las cosas

que te gustaría hacer

con los automovilistas

cuando pisas un paso de peatones

y aceleran.

El odio son las cosas

que te gustaría hacer

con el neandertal en cuyas manos

alguien ha puesto

ese taladro de percusión.

El odio son las cosas

que te gustaría hacer

cuando le dejas un libro a alguien

y te lo devuelve en edición fascicular.

El odio es una edición crítica

de Góngora.

El odio son las campanas

de la iglesia

en mañanas de resaca.

El odio es la familia.

El odio es un cajero

que se niega a darte más billetes

por imposibilidad transitoria

de comunicación con la central.

El odio es una abogada

de oficio

aliándose con el representante

de la ley

a las ocho de la mañana

en una comisaría

mientras sufres un ataque

de hipotermia.

El odio es una úlcera

en un atasco.

El odio son las palomitas

en el cine.

El odio es un cenicero

atestado de cáscaras de pipa.

El odio es un teléfono.

El odio es preguntar por un teléfono

y que te digan que no hay.

El odio es una visita

no solicitada.

El odio es un flautista

aficionado.

El odio

en estado puro

es retroactivo

personal

e intransferible.

El odio es que un estúpido

no entienda

tu incomprensión,

tu estupidez.

El odio son las cosas

que te gustaría hacer

con este poema

si tu pluma

valiera

su pistola"

Más razón que un santo, Roger Wolfe*, hijo mío...

(*Os pondría un enlace pero a blogger no le da la gana de dejarme. TAMBIÉN odio a blogguer)

martes, 27 de septiembre de 2011

Romanticona al 50% Part 2

(Decíamos ayer... Speedydad se planta en casa de la tía de Speedymum)

Tía le ve tan decidido que no le queda otra que dejarle entrar y preguntarle si quiere algo mientras espera:

Speedydad: Una ducha y un whisky

(Muy bien, Speedydad, tú ahí a tope de tacto, que la situación no es suficientemente incómoda ya.)

A lo que Speedydad sale de la ducha con su copazo en la mano, se encuentra en el pasillo con el padre de Speedymum, que ha venido como una flecha avisado por Tía. Yo ya he conocido a mi abuelo como el mejor preparador de meriendas, jefe indio y portero de partidos de fútbol caseros, pero no fue esa precisamente la faceta que le enseñó en aquel momento a Speedydad.

Me imagino la escena. Tía, Abuelo y Speedydad sentados en el salón. Silencio sepulcral. Se oye el vuelo de una mosca y se ve pasar una borla de esas de paja que cruzan la escena en la pelis de vaqueros justo antes de un duelo a pistola.

-Pues sí, pues sí
-Aquí estamos
-Parece que empieza a refrescar, ¿no?

Y si me imagino esa escena, aún me imagino más la cara de Speedymum cuando abrió la puerta y se encontró con ese pastelón. Debió de ser de traca. Cualquier otra habría salido pitando hasta China y no se habría vuelto a saber más de ella. Pero Speedymum era una superheroína todopoderosa con una imagen que mantener, así que le echó un par de ovarios y afrontó la situación. Qué remedio.

Los dos salieron a dar un paseo y hablaron. El discurso de Speedydad es un secreto tan bien guardado como la fórmula de la Cocacola y la identidad del asesino de Kennedy, pero no hay duda de que funcionó. 37 años después siguen juntos. Han superado problemas económicos, enfermedades y la llegada de cuatro pequeños superhéroes que les han dado millones y millones de quebraderos de cabeza. No pueden ser más distintos, ni vivir y ver las cosas de formas más opuestas. Pero allí siguen, contra viento y marea. Y qué queréis que os diga, yo les veo muy felices.

Con historias como estas, me ponen difícil ser romántica no creyente.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Romanticona al 50%

Yo soy una romántica creyente, pero no practicante. Vamos, que nací con fe en el amor verdadero y la felicidad eterna y esas cosas, pero después los supervillanos se han dedicado a mandarme diversas leches en el terreno sentimental que me han vuelto un poco escéptica. Aún así diría que sigo creyendo. Creo que les puede pasar a los demás, aunque a mí no lo tengo yo tan claro. Vamos, fe al 50%, que tal y como está el tema últimamente, no está nada mal.

Buena parte de culpa de que aún no se hayan derrumbado del todo mis resistencias romanticonas la tienen los Speedypadres, que fueron progenitores ejemplares y cuidadosos en todo, menos en un tema. Estaban tan pedientes de que nos alimentáramos bien, de que no nos engancháramos a las drogas duras, de que no nos metiéramos en peleas que no fueran en defensa de la Humanidad... que se olvidaban tirados por ahí libros con final feliz y películas románticas. Y ya se sabe que el material peligroso no hay que dejarlo al alcance de los niños, que lo tocan todo. Yo era muy de leer y ver todo lo que encontraba por casa. Y así me pasó, que salí al mundo con una visión tremendamente realista de la vida y me pegué unas leches de flipar.

Pero bueno, para ser justos, la culpa no fue sólo de las pelis y los libros, sino de la historia de los Speedypadres, que tiene tela. Me matan si se enteran de que os la he contado, pero ellos no saben lo que es un blog ni por asomo y vosotros me guardáis el secreto, ¿verdad? Pues al lío.

Lugar: indeterminado (los superhéroes viajan mucho, a saber por donde paraban en aquel momento)
Fecha: hace la tira de años, o más.

Speedydad está acabando en la Escuela de Superhéroes y Speedymum ya es una mujer trabajadora e independiente. Speedydad es el típico empollón gafotas con unas salidas medianamente graciosas y Speedymum es la típica locatis reina de la fiesta. No me preguntéis como (casi prefiero no saberlo) Speedydad engaña a Speedymum para quedar un par de veces, ella no lo termina de ver claro y decide darle calabazas. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡POR CARTA!!!!!!!!!!!

(Pero Speedymum, mujer, no tienes vergüenza ninguna. No se corta por sms, por carta ni por señales de humo. Menos mal que por aquella época aún no estaba yo en el poder, porque cuando sea presidenta, esas faltas de valentía estarán penadas por la ley. No te digo más)

En fin, que me pierdo. Speedydad, (que no es peliculero ni nada, el hombre), recibe la carta y decide que para rato va a dejar escapar a la mujer de su vida. Se planta en casa de una tía de Speedymum (recordemos que la historia transcurre hace la tira de años, en aquel entonces eso era EL HORROR) y le dice que no se mueve de allí hasta que no hable con Speedymum (y la haga entrar en razón, añado yo). Tía le ve tan decidido que no le queda otra que dejarle entrar...

(... continuará, que me está quedando muy largo)

jueves, 22 de septiembre de 2011

Un caso único

Bueno, bueno, bueno, que paren las rotativas, que ahí está la noticia. Debo de ser un caso único en la blogoesfera y aledaños, así que igual me toca donar mi blog a la ciencia para que estudien los hechos. Después de años de ver cómo se multiplican exponencialmente las listas de seguidores de blogs ajenos yo he logrado lo que nadie:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡HE PERDIDO UN SEGUIDOR!!!!!!!

¡Toma ya, ahí queda eso! Porque todos os concentráis en crecer y crecer y ganar adeptos, pero ¿a que no se os había ocurrido a ninguno perderlos? Si es que no sois nada originales, tengo que venir yo aquí a daros ideas. Y que no es tarea fácil, no os creáis. Que hay que hacerlo rematadamente mal para que un lector decida, no sólo no volver a pasarse por tus dominios, sino borrarse de la lista para que no le relacionen con tus tontadas. Hay que ver, si es que soy una crack...

Y más teniendo en cuenta cómo se han desarrollado los acontecimientos. Un buen día me encontré con un seguidor menos. No me había recuperado aún de la sorpresa, cuando volví a mi número habitual y poco más tarde unos más. "Puffff, blogguer, que ya está haciendo cosas raras", pensé. Pero ya no lo tengo tan claro, porque hoy, de nuevo, ha desaparecido un seguidor. Espero que sea el mismo lector, que es el típico indeciso que no termina de ver claro si quiere quedarse o irse. Más que nada porque si es otro distinto, significa que el seguidor viajero ha puesto de moda esto de darse a la fuga... y me veo dentro de nada más sola que la una.

A los que aún no os hayan entrado ganas de huir y hayáis llegado al final del post... ¡FELIZ JUEVES!

(... y gracias ;P)

martes, 20 de septiembre de 2011

La diferencia entre el acierto y el error es una cuestión de matiz

Decía uno de mis profes (que sabía un montón y que suspendía a un número de alumnos directamente proporcional a su inmensa sabiduría) que la diferencia entre el acierto y el error es una cuestión de matiz. Como razonamiento para los rotundos cates que me cascaba el muy cabrito, esa afirmación me servía de poco, pero vista con distancia y perspectiva, la verdad es que una frase muy cierta. Y es que el éxito en muchas facetas de la vida depende del sentido de la medida que se tenga.

La cocina es el ejemplo más claro de esto. Saber cuál es la cantidad exacta de sal que hay que añadirle a un plato para que tenga el sabor perfecto o no pasarse con el chorrito de aceite con el que hay que aderezar una receta, es cuestión de instinto. Pero los fogones no son el único campo de batalla en el que "tener medida" es la clave.

La línea que separa ser extrovertido y hablador de meter unas chapas de impresión es peligrosamente delgada. Lo mismo ocurre entre ser bromista y convertirse en el típico brasas que no le hace gracia a nadie. También es fácil pasar de ser sensible a un llorón o de hacer gala de una sana curiosidad a volverse un cotilla inaguantable. Todo depende de mantenerse en el punto justo, ni un milímetro más ni uno menos.

Cuando más nos planteamos esto de las medidas es en momentos conflictivos como el doloroso y lento fin de una amistad de años o el borroso posible comienzo (o no) de una relación de pareja. ¿Cuántos intentos son suficientes para salvar un buen amigo o descubrir si la persona que tienes enfrente es el amor de tu vida? ¿En qué momento se traspasa la línea que separa ser perseverante y luchar por lo que se quiere de convertirse en el típico pesado que no entiende que N+O=NO?

Sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de las veces el común de los mortales no nos entendemos. Pero nada de nada. Yo puedo haber hecho un gesto que me parece enorme y la persona a la que va dirigido ni darse cuenta o vivirlo como algo mucho menos importante. Por eso tantas veces, cuando se empieza a perder un buen amigo y llega el momento de hablarlo, la conversación se convierte en un diálogo de sordos lleno de "¿que hiciste qué?" "¿que me comporté cómo?" Los dos se sorprenden del modo tan distinto en el que el otro ha vivido la historia. Cuando hay suerte se aclara, los dos se entienden y la amistad se salva. Cuando la conversación llega tarde y ya han hecho mella el dolor y el resentimiento por cosas que tal vez no han pasado realmente así, ya no queda nada que salvar. Una pena.

El tema es peor con los posibles nuevos amores (o no) porque en estas negociaciones todo son medias tintas, insinuaciones, estratagemas. Pocas veces se tiene la suerte de tener enfrente a alguien que te dice N+O=NO cuando la cosa no cuaja. En la mayoría de las ocasiones se aplica la máxima "a buen entendedor pocas palabras bastan", algo que sería eficaz si los humanos nos entendiéramos bien. Lo que, desgraciadamente, no pasa casi nunca. Y a ello hay que añadir los orgullos mal entendidos, los ataques de dignidad hipermusculada y super-extrema y la gran cantidad de perros del hortelano que hay sueltos por el mundo.

En todo eso no me voy a meter, que sería irse para lo hondo y habría mucha tela que cortar... Y bastante largo me ha quedado ya esto.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Verdades como puños

Tenemos que aprender que el silencio dice más que mil palabras.
Que el tomar una mano no significa atar un corazón...
Que no se debe correr tras una persona que siempre huye de ti...
Que el amor no se debe mendigar, te lo tienen que demostrar...
y que a la persona que quieres solo se le puede desear toda la felicidad del mundo auque no sea contigo.

No es mío, es de VG, (no puedo poner el link porque peligraría mi identidad secreta) Pero me ha encantado y lo quería compartir.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ DOMINGO!!!!!!!!!!!!!!

viernes, 16 de septiembre de 2011

Empate

Que cada vez anochece más pronto y cuando llego a casa después de trabajar ya se ha hecho de noche... punto negativo

La pedazo de cacho de luna que iluminaba esta semana el cielo... punto positivo.

Empate

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Fiestas temáticas

El mundo se divide en dos clases de personas: a las que les gusta disfrazarse y a las que no. Las que no son muy aficionadas al tema pueden aprender a apreciarlo, animarse dependiendo de la situación y la compañía... pero nunca llegarán a los niveles de emoción que alcanzan los verdaderos fans de los disfraces. Esos lo viven con pasión y no sólo el momento de llevar el traje que sea, sino todos los preparativos previos: pensar de qué se van a vestir, cómo van a fabricar ese atuendo, qué complementos le comprarán... Lo que viene siendo el proceso completo.

A estos, a los fans incombustibles de arte del camuflaje, son a los que les pirran las fiestas temáticas. No sólo tienen capacidad ilimitada de inventar personajes para la fiesta en cuestión, vaya de lo que vaya, sino que tienen toda la imaginación del mundo para pensar en los temas más peregrinos. En mi círculo hay varios de estos especímenes y me he visto arrastrada a reuniones temáticas de todas clases: de la Guerra de las Galaxias, de blanco y negro, de perros y gatos famosos (con Hello Kitty y Garfield pululando por allí)... Su última genialidad es hacer una cena disfrazados de personajes de dichos populares. Y como explicar esto que suena tan raro me parece imposible, paso a poneros ejemplos concretos. Por ahora ha confirmado asistencia a esta fiesta:

-Rita la cantaora: Creo que va a ser una gitana con traje de topos y peineta, que para complementar llevará unos guantes largos hasta los codos como esta Rita y su mismo peinado. Menuda mezcla.

-Perico de los palotes irá con un maillot de ciclista, como el segoviano que ganaba Tours y llevará colgado al cuello esas barritas finas de caramelo masticable que hacían furor cuando yo era pequeño. Los palotes de toda la vida, vamos.

-La mar salada lo tiene más fácil, con llevar algo amplio azul que le permita hacer olas, la reconocerán fácilmente.

-Mangas verdes es otro gran esperado. Piensa ponerse un reloj bien visible (por lo de "a buenas horas") y cascarse en los brazos unos guantes de fregar cuanto más llamativos mejor.

Somos ciento y la madre en la cena, y nos faltan personajes. ¿Se os ocurre alguna idea?

lunes, 12 de septiembre de 2011

Mini aventuras de fin de semana

Este fin de semana ha sido un no parar de aventuras:

-He participado (y quedado bien clasificada, por cierto) en el campeonato mundial sub-12 de tirarse a bomba (de las de salpicar agua a tope, que yo soy una superheroína muy pacífica)

-Le he dado de comer a un perro, algo que podría parecer medio normal si omitimos dos pequeños matices: que le daba yogur de galleta y que el perro tenía luces de colores y era de plástico.

-He tenido rachas infernales de suerte en las cartas. Lo peor de todo es que no jugaba ni al poker, ni al mus...Si robar 14 cartas en una sola baza jugando al Uno no es mala suerte, no sé lo que es. Más que nada porque tampoco hace falta mucha ciencia para jugar al Uno.

-He evitado cientos de robos. Cada vez que veía a un pequeño mangante tomando prestada sin permiso una casa de Pin y Pon que no era suya o un flotador de Hello Kitty que le pegaba más bien poco... ahí estaba yo, para deshacer el entuerto, siempre al pie del cañón. Hay que ver qué amigos de los ajeno son los menores de dos años, ¿eh?

-He parado con una mano una moto que se salía de la carretera. Y no, no os emocionéis, no es que mis poderes se estén desarrollando y ahora tenga la fuerza del Increíble Hulk. Es que la moto me llegaba por las rodillas y no necesitaba gasolina para funcionar.

Se nota mucho que este finde ha habido convención de speedysobris en Speedytown, ¿verdad?

viernes, 9 de septiembre de 2011

Ositas de peluche

Hartita me tienen entre todos. Me acordé el otro día leyendo el blog de Gonzalo, pero bueno, que esta discusión la vengo manteniendo yo desde el Pleistoceno, cuando cursaba los estudios de contadora y pasaba gran parte de mi tiempo en ambientes mayoritariamente masculinos. Y sigo repitiendo lo que decía entonces. En cuestiones de amor...

¡¡¡¡¡¡¡LOS CHICOS SOIS UNOS LLORICAS!!!!!

Bueno, voy a matizar, que las generalizaciones acarrean injusticias. El... 99,99% de los chicos sois unos lloricas para las cosas del corazón. Aceptadlo, es así. Venga a lloriquear:

Es que Ella no me hace ni caso... Es que Ella se ha enrollado con el motero que le ha puesto los cuernos, ha venido llorando a contármelo y dos días después se ha vuelto a liar con el motero... Es que Ella SÓLO se toma cafés conmigo... es que soy su OSITO DE PELUCHE.

Ajá, concepto clave.

A ver, lumbreras, piensa un poco: ¿a quién crees que se lo estás contando? Pues a una chica. Una chica que, por casualidades de la vida, aguanta estoicamente todos tus dramones y sufrimientos. Que está allí llueva o truene para recordarte lo guay que eres, y lo muchísimo que vales y que cualquier mujer que no quiera estar contigo está loca. E insiste en todo ello entre parpadeo, parpadeo y parpadeo. Pero, ¿qué creías? ¿que todos los días se le metía algo en el ojo que le molestaba? Que no hombre, que no, que es tu OSITA DE PELUCHE. Que no te enteras.

Así que ahí estás tú (y el 99,99% de la población masculina que es como tú) sufriendo amargamente y sin explicarte cómo Ella sigue colgada del motero que la trata fatal, con lo bien que las tratas tú. Y oye, qué cosas, allí estás tú, colgado de Ella, que te trata fatal y sin hacer ni caso a la pobre incauta que tienes al lado, que te trata mucho mejor. Ayyyyyyyyy, qué fácil es verlo en los demás y qué difícil en uno mismo, ¿eh?

Y a esto más de uno me contestará la argumentación estrella del sector masculino: Es que las chicas os dais cuenta cuando estamos enamorados de vosotras y nosotros no nos coscamos. Una cosa tengo que deciros a esto...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡TURURÚ!!!!!!!!!!!

NO-ME-LO-CREO. Eso dependerá de personas o situaciones, no de géneros. Habrá chicos que no sepan que tienen ositas de peluche y otros que estén perfectamente enterados. Lo que pasa es que, aún sabiéndolo, los segundos prefieren a la rubia que se lía con el motero macarra y luego le dan la brasa a la pobre incauta de turno contándole sus sufrimientos. Lo que yo os decía...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡LLORICAS!!!!!!!!!!!

martes, 6 de septiembre de 2011

Control sorpresa peliculero

Hoy me apetece recordar algunas frases de pelis que me gustaron o impactaron de alguna manera. Os lo digo desde ya, ni son las mejores citas de la historia del cine, ni se dijeron en obras maestras de Séptimo Arte, ni las pronunciaron inefables mitos del celuloide. Para eso consultáis una enciclopedia o veis programas tipo Versión Española y acabáis antes. Sólo tengo ganas de compartir con vosotros frases que en su momento me hicieron gracia, o me sentí identificada en cierta forma o me emocionaron... aunque algunas sean truños como castillos. Quedáis avisados, si decidís seguir leyendo, será bajo vuestra responsabilidad. Ahí van:

-"El primer chico del que me enamoré era un inútil total. El segundo era peor. Mi madre me llamaba imán de gandules, si había algún vago en 80 kilómetros a la redonda, yo me sentía traída por él. Y así llegué aquí, seguí al gandul número tres. Y aquí me quedé, sin familia, sin amigos.. y sin gandul"

-"Multiplícalo por infinito, llévalo hasta el final de la eternidad y sólo tendrás un ligero atisbo de lo que hablo"

-"No puedes escapar del viento: afrontas la situación, orientas tus velas y sigues adelante"

-"No sabes la putada que es enamorarse de tu mejor amigo. A veces piensas que siente algo por ti, pero en realidad sólo es eso, amistad. Y quieres pasar de él, pero te necesita. Y te callas... porque tienes miedo a quedarte sin amigo, a quedarte sin nada. Y te conformas con que esté allí... porque piensas que siempre lo estará".

-"¿Tú no te maquillas? Para qué, seguiría siendo yo, pero en color"

-"¿Por qué se llora? Tal vez la emoción se vuelve tan intensa, que el cuerpo no puede contenerla, la mente y los sentimientos se vuelven poderosos y el cuerpo se lamenta"

-"Tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso"

-"Si abandonas tu sueño, mueres"

-"Cuando te pregunté cuánto tiempo podías quedarte me dijiste que el suficiente. ¿Cuánto tiempo es eso? Cuando no estamos juntos, el mundo se desmorona"

-"El que no teme a nada, no ama nada y sin amar nada, ¿qué dicha hay en la vida?"

-"Esa mujer lleva un muerto pegado al alma y mientras no lo suelte ni ella ni él podrán descansar en paz"

Iba a poner en qué peli aparece cada una de las frases, pero he pensado que por aquí hay grandes expertos en cine, así que os voy a hacer un control sorpresa. A veeeeeeeeeeeer, separad las mesas y sacad un folio en blanco. Y no quiero que se oiga ni una mosca. Activo la moderación de comentarios para que no copiéis.

¿Qué? ¿Alguien se anima?

domingo, 4 de septiembre de 2011

Visión de conjunto y leches

Aunque llevo años militando en las fuerzas del bien y luchando contra supervillanos, lo cierto es que no suelo ser yo la que dirige las batallas cruciales, en las que interviene un operativo numeroso. No lo hago porque me falta visión de conjunto y previsión. Me cuesta intuir cuál va a ser la próxima jugada de mi adversario, porque me pierdo en los detalles del presente. Yo soy de las que se preocupa de que todos los vehículos ultrasónicos tengan combustible... y luego se sorprende de que los malos se hayan colado en el campamento por la puerta de atrás. Qué le vamos a hacer, soy guapa, inteligente y simpática, no lo puedo tener todo. (Tampoco tengo abuela, ya lo veis XD)

El caso es que también me falta visión de conjunto y previsión en mi día a día. Esto provoca que en la mitad de los viajes no me lleve suficientes calcetines, porque no he sido lo bastante previsora para poner una lavadora con antelación y tener ropa limpia y seca a tiempo. Mi falta de visión también es la culpable de que no vea venir las leches de tamaño XXL que a todos nos da la vida de vez en cuando. Y claro, me pillan totalmente fuera de juego.

Solía pensar que, como en las batallas contra los villanos, el factor sorpresa aumentaba la potencia destructora del ataque. Vamos, que me costaba más recuperarme de los faenones porque me pillaban a por uvas. Así que decidí empezar a buscar señales en el aire de mis próximas leches. Analizaba, examinaba y clasificaba todas y cada una de las cosas que podían salir mal para verlas venir. Que eso sirviera o no para esquivarlas no tenía la menor importancia. Lo importante era que no me pillaran por sorpresa.

Creía que eso aminoraría el dolor. Me quivocaba. Puede que en los primeros cinco minutos, en esos en los que el aturdimiento es tan grande, la estupefacción tan enorme, que no sientes casi ni tristeza ni rabia. En esos primeros cinco minutos, el "ya me lo esperaba"... puede que sirva de algo. Pero después, cuando lo tragas... cuando empiezas a ser consciente de la magnitud del problema, del dolor que te genera... a partir de entonces, esperárselo o no deja de influir. Y lo único que te queda es una leche real que te ha dejado para el arrastre y un millón de leches imaginarias previas que te han amargado la vida.

Y eso sin ponerse en lo peor y pensar que tanta búsqueda de lo malo, al final te ha hecho encontrarlo. Que ha empeorado tu actitud y ha provocado que de tanto intentar no creerte que podía pasar algo bueno, no te lo creíste. Y te faltó ilusión, y confianza y espontaneidad. Y eso impidió que se produjera el milagro. Y ahora vienen los lloros.

Así que ¿sabéis lo que os digo? Que yo me bajo aquí. Renuncio a mi diploma oficial de buscadora de señales de futuras leches. A mí que me pase lo que me tenga que pasar. Y ya apechugaremos.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Las comparaciones son odiosas

Yo comparo. Sé que es engañoso, absurdo, inútil y absolutamente estúpido, pero no lo puedo evitar. Comparo las 24 horas del día.

Comparo en qué situación laboral estoy yo y en cuál se encuentran mis compañeros de la Escuela Superior de Superhéroes. No me paro a pensar si ellos tenían poderes más contundentes que los míos, si pertenecían a una familia de superhéroes clásica que les ha facilitado el camino o si la suerte hizo posible que estuvieran en el sitio adecuado para evitar que un meteorito chocara con la Tierra y así empezar su carrera de salvadores con buen pie. A mí todo eso me da igual, comparo en términos absolutos, que es la manera más dañina e inexacta de comparar.

Comparo qué habilidades tengo yo y cuáles tienen los que me rodean. No reparo en que las características de cada uno forman un todo en el que lo realmente importante es la visión de conjunto. Me fijo en que Spiderman salta más que yo, sin darme cuenta de que él necesitó que le mordiera una araña radioactiva para dejar de ser el pazguato de Peter Parker. Y que ni por esas se libra de ser un poco memo cuando se quita las mallas. Conmigo puedes mantener una conversación lleve o no el antifaz y la capa de mi supertraje. ¿No es eso mucho mejor? Pues cuando estoy en modo "comparativo on" a mí no me lo parece.

Comparo mis resultados, mis planes, mi físico, mi carácter, mis reacciones.. comparo absolutamente todo lo que se me ponga a tiro. Y por si eso no fuera suficientemente absurdo, he encontrado un nuevo filón. Ahora comparo también lo que me pasa. No, no, lo mío con lo de los demás no, lo mío con lo mío. Vamos, lo que me ocurre en este momento con mis experiencias anteriores. ¡Toma castaña! Como si las curvas que va dibujando tu vida y las personas con las que te vas cruzando pudieran compararse entre sí.

Si es que... hace falta ser absurda. Podéis despacharos a gusto en los comentarios. Me lo merezco.