Tras una semana del averno, no sé si salir a la calle con una sierra eléctrica y acabar con el mundo tal y como lo conocemos o hacerme una bola y quedarme en casa para siempre. Iba a hacer un post de esos de "me cago en los lunes y me sobra mierda para los martes", pero he pensado que para qué, si hay gente que lo hace mucho mejor que yo y con más humor. Lo suscribo palabra por palabra
"El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el locutor deportivo
de la radio del vecino
esos domingos por la tarde.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con la gente que choca contigo
por la calle
cuando vas cargado
con las bolsas de la compra
o un bidón de queroseno
para una estufa
que en cualquier caso
no funciona.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con los automovilistas
cuando pisas un paso de peatones
y aceleran.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el neandertal en cuyas manos
alguien ha puesto
ese taladro de percusión.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
cuando le dejas un libro a alguien
y te lo devuelve en edición fascicular.
El odio es una edición crítica
de Góngora.
El odio son las campanas
de la iglesia
en mañanas de resaca.
El odio es la familia.
El odio es un cajero
que se niega a darte más billetes
por imposibilidad transitoria
de comunicación con la central.
El odio es una abogada
de oficio
aliándose con el representante
de la ley
a las ocho de la mañana
en una comisaría
mientras sufres un ataque
de hipotermia.
El odio es una úlcera
en un atasco.
El odio son las palomitas
en el cine.
El odio es un cenicero
atestado de cáscaras de pipa.
El odio es un teléfono.
El odio es preguntar por un teléfono
y que te digan que no hay.
El odio es una visita
no solicitada.
El odio es un flautista
aficionado.
El odio
en estado puro
es retroactivo
personal
e intransferible.
El odio es que un estúpido
no entienda
tu incomprensión,
tu estupidez.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con este poema
si tu pluma
valiera
su pistola"
Más razón que un santo, Roger Wolfe*, hijo mío...
(*Os pondría un enlace pero a blogger no le da la gana de dejarme. TAMBIÉN odio a blogguer)
Como estamos.....
ResponderEliminarCuidado con el hígado...
ResponderEliminarYo no odio a nadie, me cansa demasiado.
Odio a los tertulianos por la mañana diciendo mire Vd, dejeme hablar,respete mi turno que yo he respetado el suyo y paridas así.
ResponderEliminarOdio a los que me piden disculpas por cojer el telefono mientras estamos comiendo en una mesa de dos...jodido no te disculpes simplemente no lo cojas.
Odio a los que se pegan media mañana en el trabajo tocandose los guebos poniendo a parir a los funcionarios porque éstos se pegan media mañana tocandose los guebos.
Odio a los que hablan de derechas y de izquierdas como si fuera el 36
Odio a los niños de papa que odian a los politicos.
Odio a los que me llaman privilegiado desde su iphone de 600 euros por pagar 400 por llevar a mi niño a un cole privado. Y al siguiente mes me llaman desde los alpes a 200 la noche y al siguiente me enseñan su nuevo cayene aparcado a la puerta del cole público de su urbanización con piscina.
no sigo.
Odio a los que siempre estan buscando picarte, me cansan.
ResponderEliminarOdio a las personas que intentan meter las narices en tu vida por la cara.
Odio sobretodo a los que se alegran de las desgracias de los demás.
Uy, que mi Speedy tierna y risueña anda enfadada con el mundo... Te recomendaría que te comprases un lanzallamas, pero Amorverdadero lo intentó este verano ¡y ni en eBay chica! jajaja
ResponderEliminarRespira hondo, recita en hebreo todos los insultos que te sepas y... adelante!!!
Estamos contigo.
El odio es ese compañero de trabajo, que aunque siempre te sonríe como si fuese majo, sabes que por detrás te clavaría mil puñales...
Odio a los que pagan sus inseguridades con los demás.
ResponderEliminarOdio a los que sólo tienen derechos, y nunca obligaciones.
Odio a los que siempre dicen "es que la gente no me conoce realmente" para justificar que nadie los aguante.
Aquí lo dejo, que si sigo me caliento.
Jajaja me meo con lo del flautista aficionado. Y aunque estoy de acuerdo con el que dice que odiar es demasiado cansado, voy a hacer mi pequeña aportación:
ResponderEliminarEl odio son los teleoperadores.
Un besote y ánimo, que la vida mola.
Pues, sí, Pseudo...
ResponderEliminarPapacangrejo, haces bien. En días como estos, ya odio yo por tí. ;P
ECDC, pues sí qúe estás fino tú también...
Apple, tres buenos odios, si señora! ;P
Bolboreta, un lanzallamas... gran idea! ;P
Doctora, tus odios también son de los buenos... suscribo palabra por palabra
Marina, pobres teleoperadores, a ellos no les queda otra que ser pesados... pero bueno, también les odio un poco. ;P (Gracias pro los ánimos)
Odio no odiar a mi suegra, cuando es de ley odiar a las suegras.
ResponderEliminarOdio que me sude la cara y solo la cara.
Odio desvelarme y que me vuelva el sueño cuando ya hay que levantarse.
Odio que canten GOL en la radio y que tarden un siglo en decir quién ha marcado.
Odio Tele5, de la A a la Z
Hoy es viernes, previo fin de semana, seguro que ya no odias tantas cosas...
ResponderEliminarAún así, me he reído mucho: comparto un montón de fobias de las que nombras.
Un beso!
El poema me ha dado miedito, espero no cruzarme con alguien que odie así porque estaría en problemas pero espero más aún controlar mi odio cuando sea yo la que sienta ese odio. Ayer en la mañana, por ejemplo, de regreso a casa un imbécil desde su coche deportivo me grito: "Vete a cocinar", yo estaba manejando bien era él imbécil que quería correr su juguetito en hora punta y maldecía por su pija ventanilla a todo el mundo pues su odio me lleno de odio y el poema me hubiera sentado de maravilla. Por cierto el poema me gustó.
ResponderEliminarOdio cuando escribo con faltas ortográficas.
ResponderEliminarJuanRa, cuánto odio justificado... XDDDDDDDDD
ResponderEliminarLili, si es que al final todos odioamos un poco lo mismo...
Patito, imbéciles en coches deportivos... qué odiosos! esos son de los peores! XDDDDDD
Yo es que soy de poco odiar.
ResponderEliminarComo mucho mucho, al par de ellos (considerando par más de 1 y menos de 7.000 millones, más o menos) le arrancaría la piel a tiras al tiempo que le rociaba con un pulverizador a presión vinagre y sal gorda de vez en cuando (no de forma continua para que no haya habituación), o algo así. Pero sin rencor.
Porque cuando tengo rencor sí que me ciego.
Salud y eso (y a mandarlos a todos a salva sea la parte, que la mayor parte no merecen ni un solo pensamiento por nuestra parte).
exseminarista ye-ye, pues si todo lo haces sin rencor... muy bien. jajaja. espero no ser nunca el objeto de tu odio! XDDDDDD
ResponderEliminar