lunes, 31 de marzo de 2014

Y todo el rato así

Estaba escribiendo una entrada en los únicos 10 minutos libres que había conseguido arrancarle al fin de semana y cuando iba por el segundo párrafo me di cuenta de que el post trataba de la Supermovida. Ooooooooooootra vez. Y es que, no contento con colapsarme la vida, este marronazo del infierno amenaza con monopolizar también mi blog. Que sólo me falta hacerme camisetas con el logotipo del curso para que parezca mi patrocinador oficial, como el de los equipos de futbol. Y he pensado lo que Ozores: "no hija nooooooooooooooooo".

Pero claro, el problema es que este blog va de mi vida. A grandes rasgos, ya tu sabe, que aquí, como supongo que ya imaginaréis, todo todo no se puede contar. Y básicamente ahora mi vida se reduce a esto:

-Si, si, claro, ese marronazo de curro lo tengo pensado hacer juuuuuusto después de los otros tres marronazos que me quedan pendientes. Si, sí, míralo aquí me lo apunto.

-¿Como se decía nada en alemán? Nada de "no entiendo nada", esa frase tan útil en este bendito idioma...

-¿Que entra en el examen el tema 12 de la Supermovida? ¿En serio? Pero si aún no lo tengo ni imprimido... No me ha dado tiempo.

-No, I, el coyote no vive donde las avestruces. No, ya sé que en la tele el coyote siempre está donde el Correcaminos y que claramente, según el debate de dos horas que tuvimos ayer, el Correcaminos es una avestruz, pero que eso son dibujos animados. En la vida real esos dos animales no viven en el mismo sitio.

-No, no, jefe, el marronazo por el que me has preguntado hace cinco minutos sigue apuntado en tareas pendientes. ¿Que no lo entiendes? Yo te lo explico: estoy haciendo una cosa con la mano derecha y otra con la izquierda, y hasta que no me pagues clases de ordenador para aprender a teclear con los dedos de los pies, ese es mi límite.

-Hombre, Maromazo Mudito, me has alegrado el día. Teníamos que hablar en alemán de temas relacionados con la peluquería. Podríamos haber hablado del jabón, de los tintes para la melena, de los famosos que salen en las revistas que hay en toda peluquería que se precie, del tiempo... y me cuentas que tú no vas a la pelu porque tu novia te corta el pelo. Que bueno es saber que tienes novia, porque oye, así te elimino de la lista de "posibles", pero que podrías haber elegido otro día para darme la noticia, que esta semana está siendo una caca de la vaca Paca.

-A esto último que has explicado de la Supermovida solo tengo una cosa que contestarte:

            ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Lo qué???????????????????

-No, no, la chincheta no creo que signifique nada en concreto... Es que me parece que Speedydad sigue sin entender muy bien como va Whatsapp y por eso salen esas cosas tan raras en el grupo de la familia...

Y encima van este fin de semana y me quitan una hora. Lo que me faltaba para el duro.

sábado, 22 de marzo de 2014

Aunque tarde... un poco de poesía

Lo malo de tener la vida colapsada es que no estás donde tienes que estar cuando tienes que estar. Yo quise celebrar ayer el Día Mundial de la Poesía en este blog, pero no pude porque mi curro y la Supermovida decidieron unilateralmente mantenerme alejada del teclado. Ahora he recuperado el control de mis dedos y como este es mi rinconcito y aquí hago lo que me da la gana, esa jornada de homenaje a la expresión poética la voy a conmemorar hoy. Y se acabó la presente historia, que diría Speedydad.

Y mi aportación al Día Mundial de la Poesía es publicar hoy esta preciosidad de texto. NO es mío (ya me gustaría). Me lo he encontrado de casualidad naufragando en Internet y como no tengo mucho tiempo para investigar no he encontrado el autor, así que si a alguno le suena, ahí tiene los comentarios. Yo sólo digo lo que decía Gil de Biedma que no escribo poesía, sino que la poesía me escribe a mi y que si no fuera aprendiz de escritor, sería poema.

Así que feliz día de la poesía... y feliz fin de semana.

"He aprendido que los amores, pueden llegar por sorpresa o terminar en una noche. 

Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos, y que por el contrario, un desconocido puede volverse alguien inseparable. 

Que el “nunca más”, nunca se cumple, y que el “para siempre”, siempre termina.

Que el que quiere, lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. 

Que el que arriesga no pierde nada, y el que no arriesga, no gana. 

Que si quieres ver de verdad a una persona, búscala, mañana será tarde. 

Que sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional. 

Y sobre todo, he aprendido que no sirve de nada seguir negando lo evidente."

lunes, 17 de marzo de 2014

La Cuchipandi

Dicen que la política hace extraños compañeros de cama.... pues no sé, puede ser, pero lo que está claro es que los agobios mortales también favorecen unas combinaciones grupales (y con esto no me refiero a orgías ni ninguna otra actividad sexual, que ya os estoy viendo venir y lo de la cama era SÓLO una expresión) de flipar. Y yo a las pruebas me remito.

Me parece que ya he contado por aquí que en la Supermovida somos cada uno de nuestro padre y de nuestra madre. En mi clase hay de todo: profesionales con larga trayectoria en el sector, señoras con hijos ya criados que dejan por fin sus labores para salir al mundo, chavalillos que casi es la primera vez que se enfrentan a unos estudios medio serios, despistados que pasaban por allí... de todo. Eso más que una fauna es un ecosistema completo.

Al principio éramos unos cuantos, pero conforme la cosa se ha ido poniendo más y más cuesta arriba hay bastantes que se han tirado del barco. Ahora somos igual de variados, pero menos numerosos, lo que hace las diferencias entre nosotros aún más evidentes y la situaciones que se viven en clase surrealistas a tope. Lo mismo te encuentras a uno diciendo que ayer no vino porque le cambiaron el horario de la autoescuela, que ves bebiendo café a otro porque se ha pasado toda la noche atendiendo a su pobre hija pequeña, que tenía mogollón de fiebre. Y los dos IGUAL de preocupados, cada uno por lo suyo, claro.

De toda esa panda yo me junto sobre todo con otros tres, con los que, como os podéis imaginar, tampoco tengo nada que ver. En este mes del horror absolutérrimo, nos hemos preguntado dudas, nos hemos pasado apuntes, hemos llorado de agobio, nos hemos reído de desesperación y entre unas cosas y otras nos hemos ido contando trocitos de nuestra vida. Después de todo eso han pasado a ser socios de pleno derecho de la Cuchipandi y se ha ganado a pulso que les presente oficialmente en este blog. Así que:
Queridos lectores, la Cuchipandi.
La Cuchipandi, mis queridos lectores.
Vamos a ello.

R es alto como un castillo y un todero. Y con eso que parece un insulto lo que quiero decir es que vale para un roto y para un descosío. Lo mismo te alisa una pared, que te cambia los no-sé-qué-mega-complicado del motor del coche, que te pincha una sesión de música, que te prepara comida para toda la semana, que te adorna una carpeta con letras de colores, que te arregla ese cable que se te ha soltado en el techo. Flipante, en serio, un todero total. Y a pesar de lo llamativo de esa capacidad multitarea, lo que más llama la atención de él es lo buenín que es y su amabilidad. Es amable. Amabilísimo. Amabilérrimo. Es amable de aquí a la luna y volver. Una pasada, de verdad, super-amable. R es la clase de chico que querrías que se echara de novio esa típica amiga que todos tenemos que tanto sufre por amor, porque piensas: "Con éste se te iba a acabar la tontería, hija mía".

Ñ es... alternativo. Alternativísimo, diría yo. Tiene una manera de razonar completamente diferente a la habitual. Si todos pensamos de abajo a arriba, él lo hace de arriba a abajo. Probablemente tiene que ver con su extraordinaria agilidad mental y con que, como es un tío muy, pero que muy listo, cuando nosotros vamos, él ya está volviendo. Para colmo, su mente está especialmente bien estructurada para los temas de la Supermovida, así que mientras todos oímos blablablabla él ya ha comprendido el concepto, localizado los errores y encontrado una manera alternativa (la suya propia) de hacer lo que le acaban de enseñar hace ni 5 segundos. Oír sus preguntas en clase es todo un espectáculo. Y si os digo que en los exámenes nos dejan consultar todos los apuntes y ejercicios que queramos, yo me llevo 200 folios y a él le basta con un post-it que ni siquiera está escrito por las dos caras, creo que entenderéis perfectamente lo que quiero decir. Lo más curioso de Ñ es que al principio parece que va de alternativo y de raruno y luego no es así ni por el forro. Es gracioso, se ríe un montón y tiene una carcajada muy contagiosa. Le podrían dar el título de cotilla oficial del reino porque le puede la curiosidad, está permanentemente pinchando y si te ve con una bolsa siempre te pregunta si es un regalo para él, pero luego le das una piruleta por sorpresa y le desarmas. Él no os lo va a reconocer ni de coña, pero es un sentimental. Os lo digo yo.

L es la compañera con la que trabajo desde principio de curso y es todo un personaje. Es despistada, un poco locatis y tiene una salidas totalmente inesperadas, como si estuviera metida en el torbellino de sus pensamientos y de repente se le escapara algo en voz alta, venga o no a cuento. Por eso te puede contestar a las cinco de la tarde a una pregunta que le has hecho a las doce de la mañana o cambiarte de tema tan de improviso que te deje totalmente fuera de juego. Es deportista, super-fiestera, organizada y normalmente mantiene el zen en niveles bastante aceptables hasta que algún tema de la Supermovida se le atraganta y la saca un poco de sus casillas. Aún no la he visto nunca enfadada, pero miedo me da, porque estas que tienen tan buen carácter, cuando las cabreas, son de agárrate no te menees.

Y esta es la Cuchipandi. Más vale que los vayáis conociendo. Dada la emoción y los estreses de la Supermovida, mucho me temo que irán saliendo por aquí en el futuro...

jueves, 13 de marzo de 2014

Un síndrome como la copa de un pino

Tengo un síndrome del náufrago como la copa de un pino. Como la CO-PA-DE-UN-PI-NO. Tengo un síndrome del naufrago tan grande que hasta me he dado cuenta de que lo tengo, lo cual es ya es lo más de lo más.

Y es que lo típico es sufrirlo sin coscarse de nada. Lo normal cuando esta patología te ataca es que te creas que tú estás perfectamente y que el maromazo de turno es de verdad estupendísimo y maravilloso. Luego pasa el tiempo, lo superas y te das cuenta de que el chaval ni fu ni fa y que lo que pasaba es que tú te aburrías como un oso panda en medio de tu sequía prolongada. Pero claro, es que a toro pasado todos somos muy listos. La cosa es pisparse en el bullullu.

Y por suerte yo me he pispado. De todas formas, me da un poco lo mismo porque el síndrome lo sufro igual. ¿Que por qué sé que estoy afectada? Pues porque el que me ha infectado es igual que hace unos meses, cuando a mi ni me iba ni me venía. Con sus muchas cosas buenas y sus muchísimas cosas malas. Con sus inconvenientes. Con sus "yo eso ni de coña". Con sus "ayyyyy, qué pereza, por favor". Con sus "¿me voy a meter yo a  estas alturas en un movidón de ese calibre?" Todos los contra siguen allí, pero ahora el chaval más me viene que me va. Por eso sé que estoy infectada.

Supongo que también influye en mi síndrome que los pros han crecido en estos meses. Le he conocido más y aunque en el párrafo de arriba le he descrito como un peor de la vida, la verdad es que es un chico majete. Y listo. Y divertido. Y buen niño. Lo que pasa es que es todo eso en nivel "ni fu ni fa". Por eso precisamente, no tiene sentido que me pase lo que me pasa.

Que me apetezca encontrármelo de camino al curro. Que me haga ilusión que se acuerde de todo (pero de TO-DO) lo que tiene que ver conmigo. Que me encante que me llame jefa. Que me mole que me diga eso de "me parece fatal que no me has contado...." Que me hagan tanta gracia sus bromas. Que nos toque trabajar cara con cara, a un centímetro y me sorprenda a mi misma pensando: "Ayyyyy, por favor, pero estas ganas de darle un muerdo, ¿a qué fin?"

¡Madre del amor hermoso, qué pedazo de cacho de síndrome del náufrago me ha dado! Oye, vosotros que lo sabéis todo, pastillas contra esto, ¿dónde venden?

lunes, 10 de marzo de 2014

Porque lo sé

¿Que por qué lo sé?

Porque lo sé.

Porque puede que la tercera cosa que me dijiste cuando nos conocimos es que da igual cuánto innove Rodilla, el sandwich de queso con tomate es y seguirá siendo siempre el mejor.
Porque eres de los pocos que reconoce que El presidente y Miss Wade no es una comedia romanticona de esas maluchas, que a veces tiene momentos que recuerdan un poco a El Ala Oeste de la Casa Blanca, esa preciosidad de serie.
Porque, como yo, eres de la generación del Blandiblú. Y de la Mano loca. Y de los que nos ganábamos broncas por pegar esas asquerosidades donde no debíamos.
Porque me entiendes cuando no me entiendo ni yo.
Porque no recuerdas un cumpleaños ni aunque te maten y luego te acuerdas de cosas absurdísimas que siempre terminan siendo el quesito del Trivial que decide la partida más reñida de la historia.
Por los rumorazos: los que empiezas sin querer por despiste y los que aumentas echándole creatividad.
Porque hablando puedes llegar a parecer finlandés de los líos que organizas, pero escribiendo me desarmas.

Porque lo sé.

No me preguntes por qué.


viernes, 7 de marzo de 2014

¡POR FIN!

¡¡¡Holaaaaaaaa!!!

¿Qué taaaaaaaaaaalllllll?

¿Qué  pasa? ¿Que no me reconocéis?
Soy yo, Speedy. Que sí, hombre, que sí, que soy yo. Me ha crecido un poco el pelo y estoy algo cambiada porque hace tiempo que no paso por aquí, pero soy yo. De verdad.

Como podéis leer con vuestros propios ojos, contra todo pronóstico, he sobrevivido a este mes del horror. Ha sido un poco la muerte en bata, pero bueno, aquí estoy, vivita y coleando. Que no es poco. Y antes de que alguien haga la pregunta del millón, os lo resumo en corto; MAL. Mis 10 exámenes del averno han ido mal. Mal nivel: "me pego dos semanas preparando el control de primeros platos del lunes y cuando llega el día resulta que el examen era postres". Aplauso y medio para mi inteligencia suprema, por favor.

Aún así no voy a quejarme porque en medio de mi horror estudiantil se ha obrado un milagro, un prodigio de proporciones míticas: he aprobado alemán. Sí, sí, sí, como lo leéis, he aprobado. Increíble, pero cierto. La primera sorprendida cuando me dieron las notas fui yo y habría pensado que los Speedypadres habían sobornado a mi profe para que me aprobara si no fuera porque la cara de sorpresa de mi profe aún era más auténtica que la mía. Yo creo que si hubiera convertido el agua en vino no le habría sorprendido tanto. Qué pasada.

Total, que aunque este mes ha sido una tortura china que amenaza con amargar mi futuro a corto plazo por medio de cates como castillos, he decidido quedarme con lo bueno:

-Que si se ha obrado un milagro, quizá se produzcan más. Quién sabe. La esperanza es lo último que se pierde.
-Que lo que no te mata te hace más fuerte y a este paso voy a llegar a ser indestructible.
-Y lo más importante, que ¡¡POR FIN!! se ha acabado y en mi pizarra sólo pone esto.

                    ¡¡¡¡LIBERTAD!!!!