¿Sabéis eso que digo siempre de que tengo una salud de hierro y demás? Pues se acabó lo que se daba, amiguis.
No voy a entrar en el detalle pero hace poco he pasado un susto de tres pares de cojones. Ni me voy a molestar en poner asteriscos porque ha sido un sustazo morrocotudo que se merece que lo escriba con todas las letras. Y lo peor es que no puedo decir que se haya acabado ya. Es decir, que por un lado he tenido suerte porque no me he quedado seca en el momento ni me ha dejado secuelas, pero por otro aún no se saben las causas que lo han provocado y muchas de las hipótesis que hay sobre la mesa no molan un mierdo. Las cosas no terminan de estar claras y yo estoy cagada, para qué os voy a engañar.
Tampoco contribuye a mi tranquilidad el maravilloso funcionamiento del sistema sanitario español que, como ya os imaginaréis, es eficiente al máximo y rápido como las balas. Muy en mi línea, me estoy viendo envuelta en un montón de absurdeces surrealistas que contaría en plan chufla en este blog si no fuera porque, dada mi situación, no me hacen ni puta gracia. Hay que ver la parsimonia con la que se toma la gente las cosas cuando el que está malo es el de enfrente y no uno mismo. Jodo petaca.
Total, que aquí me tenéis, sin tener muy claro mi futuro y sin poder parar de pensar en lo poco que ha dado de sí mi pasado. En que, con este atasco vital que llevo desde ni se sabe, no me ha dado tiempo a hacer ná de ná y que, depende del nivel de chunguismo que adquiera el tema, igual se pone muy cuesta arriba ya que haga todo lo que me queda pendiente. Más que nada porque es mucho mucho mucho lo que me queda pendiente. Este vicio mío de procrastinar no podía traerme nada bueno, estaba claro...
En fin, no quiero ponerme dramática. Ahora mismo toda las posibilidades están abiertas, incluida la de que esto se quede en un susto sin consecuencias. Ojalá. Por ahora lo que voy a hacer es darme con un canto en los dientes porque la bromita no se me llevó al otro barrio en el momento y añadir un festivo en mi calendario para celebrar tamaño acontecimiento. Lo voy a llamar San Jamacuco Supremo y el postre oficial va a ser tarta de chocolate.
Si la cosa va a ponerse turbia por lo menos que haya chocolate, ¿no? ¡Qué menos!
Espero que estés bien y no sea nada, pero al menos ahora las tonterías dejan de ser importantes. Un abrazo
ResponderEliminarVaya, pues siento mucho todo esto, esperemos que no sea nada.
ResponderEliminarNunca sé qué decir en estos casos, dar ánimos no es lo mío. Si te sirve de algo te diré que todos tenemos cosas pendientes en la vida, no es sólo cosa tuya. Para hacer absolutamente todo lo que uno quiere en esta vida hay que ser millonario. No hay más.
Espero buenas noticias.
Un beso :)
PapaCangrejo, gracias, pues sí, con estas cosas te acuerdas de lo importante.
ResponderEliminarDoctora, si a todos nos quedan cosas pendientes, es verdad... a ver si yo espabilo un poco con las mías, que estos avisos sirvan de algo. Gracias.
Espero de corazón que todo quede en un susto y que el sistema sanitario, que es estupendo, también sea rápido.
ResponderEliminarUn abrazo apretadísimo
Llego tardísimo, pero vaya susto.
ResponderEliminarMucho ánimo y a recuperarse con más fuerza que nunca.
Ana, HombreRevenido, ¡¡mil gracias a los dos!!
ResponderEliminarPeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero,
ResponderEliminaresto qué es???????
me escapo un mes de la blogosfera y al volver me encuentro con esto!!
Qué te paso pequeño saltamontes??
Espero que todo haya sido un susto
Besicos.
leo de contrario!!
Abrazuchos. Alterao toi!
ECDC, muchas gracias. Todavía están investigando a ver qué tengo escacharrado dentro, a ver si pronto me dicen yo algo. Yo mientras tanto hago vida normal e intento pensarlo lo menos posible. No siempre lo consigo, claro, por eso doy la chapa en el blog.;P
ResponderEliminarJoder, Speedy, pero no has contado qué te ha pasado. Ah, que no quieres, picaruela.
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