miércoles, 12 de diciembre de 2018

La amnesia de schrödinger

A falta de que el doctor House en versión ibérica averigüe qué leches me pasa, estoy en vías de recuperación del Jamacuco Supremo (JS). Esto viene a significar que me encuentro bien, completamente normal, pero que necesito enterarme de una vez por todas de lo que tengo averiado dentro, más que nada para arreglarlo antes de que me de otro chungo. ¿Problema? Que el sistema sanitario español funciona a la velocidad de la luz y no tiene pinta de que me vayan a dar la respuesta ni hoy ni mañana, por lo que ahora todos mis esfuerzos se centran en seguir con mi vida sin acordarme de lo que me pasó para no ponerme nerviosa.

Estoy moderadamente satisfecha conmigo misma porque la mayoría del tiempo lo consigo, pero no sería del todo sincera si no os dijera que esta amnesia voluntaria es un poco la amnesia de schrödinger. Vamos, que muchos ratos no me acuerdo del JS pero a la vez sí me acuerdo, porque me vienen como fogonazos repentinos. De lo que me ocurrió, de cómo me sentí y de lo que pensaba en ese momento.

Y es curioso que cuando estaba en medio del bullullu no tenía miedo a la muerte. Al fin y al cabo ya estaba en el hospital, según mi inmensa sabiduría extraida de todas las temporadas de Anatomía de Grey, los batas blancas iban a impedir que me fuera p'al otro barrio. Por eso no tenía miedo a morir, sino a morir sin haber vivido. O, por no ponernos dramáticos, a enfermar gravemente y perder mi independencia antes de poder hacer tooooodas las cosas que me quedan pendientes. Si el TAC que me hicieron en urgencias hubiera podido escanear mis pensamientos, se habría encontrado un monólogo tal que así:

Joer macho, me pasa esto ahora y aún no me había dado tiempo a ir Nueva York. Ni al Caribe. Bueno, qué leches, ni a Menorca siquiera. No he tenido un curro en condiciones mínimamente bonito en el que no estuviera rodeada de locos de remate obsesionados por hacerme la vida imposible. Ni siquiera he vivido un gran amor. He tenido simulacros de más o menos duración, ilusiones y disgustos, pero un amor correspondido, sereno, pasional y que durara el suficiente tiempo para comprobar que, efectivamente, era un amor de verdad, pues no. Macho, Speedy, esto por tu puta manía de dejarlo todo para el final y esa cantinela de que las cosas tienen que pasar sin forzarlas. Valiente gilipollez. Pues ya me dirás como va a pasar nada ahora según como te quedes, lista, que eres una lista. Es que, vamos, te calzaba una leche que te arrancaba la cabeza si no fuera porque de este chungo igual te conviertes en una lisiada y está feo pegar a los que no pueden defenderse.

Sí, muy delicado mi Yo Interno, ya lo sé, amable incluso al borde de la muerte. Marca de la casa: Speedy, fustigándose a lo loco desde los años 80. Pero vamos, que aunque le pierden las formas, mi Yo Interno tiene razón en el fondo. Me fiaba de que me quedaban muchos años por delante y ahora soy consciente de que igual no me quedan tantos. Vamos, como a todos, porque nadie se libra de que le pase algo cuando menos se lo espera. Sólo que a mi me acaban de dar un hermoso aviso y lo tengo fresquito.

¿En qué se resume toda esta chapa de arriba? En que me tengo que poner las pilas a full. A lo loco. Así que los propósitos de Año Nuevo van a venir más cargaditos que nunca y, esta vez, con fecha de cumplimiento, porque está visto que si no me pongo plazos, no cumplo nada de nada.

Qué trabajito me va a dar 2019, amiguis. Ya lo estoy viendo.

4 comentarios:

  1. Bueno, siempre se dice que hay que vivir cada día como si fuese el último, pero es que eso es imposible. Es una frase que queda cojonuda, pero para llevarla a cabo hay que ser millonario, ya te lo dije en el anterior post. Porque es una filosofía totalmente incompatible con tener que trabajar.

    De todas formas sí es verdad que se van dejando cosas por el camino que sí se pueden hacer, siempre que se saque tiempo y energía.

    Me alegro de que, pese a vivir en la duda, todo se haya estabilizado. De momento es normal que lo tengas presente todo el tiempo, pero poco a poco llenarás la cabeza con otras preocupaciones y todo volverá a la normalidad.

    Besos ;D

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  2. Pues eso... a ver luego cuántos de los nuevos propósitos llevas a cabo...
    Fuerza.

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  3. Doctora, no te preocupes, lo tengo todo pensado, este sábado me va a tocar la lotería de navidad, me haré millonaria y fin de mis problemas para hacer todo lo que me queda pendiente. ;P

    Pseudo, pues muchos, espero. Gracias por esa fuerza.

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  4. Te han ingresao y to!!!!
    Nunca hay que ver series de medicos, nunca es nunca jamás!!
    Ni siquiera los jamones/as de anatomia de gray. Nooooooo
    Odio a la medica china caratabla!!!
    No la soporto. Sigue en la serie????

    Espero todo bien.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.