martes, 6 de noviembre de 2018

GimnasioMan... ¡Colabora, coño!

Veo el futuro con GimnasioMan negro tizón. Vamos, igual de negro que ha estado siempre, sólo que como soy una cabezota medio lerda hacía todos los esfuerzos por no ver la negrura tan tan negra. Pero al final me he tenido que rendir a la evidencia porque es innegable. No estamos en el mismo círculo. Y contra eso no hay nada que hacer.



Lo del círculo es una interpretación libre de la escena de la peli de arriba que viene a decir que no coincidimos en el espacio-tiempo, que no estamos en el mismo momento vital. Ahora GimnasioMan tiene unos temas pendientes de resolver que son (y deben ser) su prioridad máxima y alguien como yo no cuadra ahí ni bien ni mal. Es que no hay vuelta de hoja es (y debe ser) así. Como no hay tu tía, él ni se lo plantea, que es lo que debería haber hecho yo si no fuera medio lerda.

El caso es que SÍ que soy medio lerda, he dejado ir el tema y ahora tengo un cuelgue de manual que me está costando la vida misma quitarme porque GimnasioMan no colabora. Que no es que el pobrecillo haga nada mal, ¿eh? Lo que pasa es que es estupendérrimo, cada rasgo nuevo que descubro de él me parece más estupendérrimo que el anterior (tendrá sus cosas malas el hombre, desde luego, pero en una hora de gimnasio diaria todos enseñamos nuestra mejor cara) y así no hay manera de desengancharse. Y para mis adentros todo el rato estoy pensando: "Pero GimnasioMan, tronco, coopera un poco, no hagas eso..."

-No expliques el estiramiento con ejemplos como "los brazos abiertos, como si fueras a darme un abrazo" cuando estás a metro y medio de mi. Ya hago ejercicios de contención a todas horas para no pegarte un muerdo en esos brazacos que tienes, si encima ofreces abrazos cuando te tengo a tiro... No sé cuanto más podré contenerme.

-No te inventes bromas tan elaboradas que cuesta seguirte el hilo porque hay casi la misma cantidad de broma dentro de tu cabeza como la que te ha dado tiempo a explicar. A veces parecen mini entradas de blog contadas de viva voz. Lo último que me faltaba es que fueras bloguero. No me digas que lo eres, haz el favor...

-No seas tan salado, anda, ni tan amable, ni estés siempre de buen rollo.No cantes las canciones de las coreos con ese inglés macarrónico de Oxford, ni me pongas esa mega sonrisa Profident que podría iluminar una ciudad de tamaño medio.

-No tengas a veces esas salidas tan tiernas y esa dosis de dulzura que tanto sorprende en un morlaco de tu tamaño.

Venga, GimnasioMan, te lo pido por favor...



5 comentarios:

  1. Vas a tener que enseñarle a GimnasioMan lo que escribes para ver si así colabora... pero si no lo hace ¡por tus ovarios, sigue escribiendo! Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Ja, ja, ja....lo tuyo es mucho....y lo de éste también....

    ResponderEliminar
  3. Al gimnasio se va a sudar y a pasarlo mal.

    Olvídate de ese pájaro y céntrate en tus objetivos ¬¬

    ResponderEliminar
  4. Si se lo dice así colabora fijo jejeje

    ResponderEliminar
  5. Mara, creo que no me he sabido explicar y el término "colaborar" se ha malentendido. Le digo que colabore dejando de ser majo para que yo me pueda desenganchar. Aunque, bueno, pensado así, igual si le enseño lo que escribo sí que colabora, porque se agobiará, se pondrá nervioso, dejará de tratarme tan bien y yo me quitaré este cuelgue maldito. Uhmmmm, podría funcionar... va a ser una pena, pero podría funcionar.

    Pseudo, pues la verdad es que somos bastante tal para cual en varios aspectos. Quién lo diría, siendo tan distintos como somos en otras cosas, pero es así.

    Doctora, tú es que lo ves muy fácil porque a ti GimnasioMan te cae mal (quién sabe por qué) desde el principio. El problema es que a mi no me cae tan mal.. ;P

    PapaCangrejo, pues a ver si es verdad, que necesito que colabore. Y se lo estoy pidiendo amablemente. jajajaja

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.