Últimamente estoy escribiendo mucho. O intentándolo más bien. Me cuesta porque llevo tanto tiempo dando la turra por aquí que el tono de este blog, que es muy yo, se ha convertido en mi voz literaria, una muy peculiar, muy reconocible. En general eso no me disgusta pero es cierto que me limita porque no sirve para todas la situaciones, ni para determinados estilos, así que estoy intentando salir de mi zona de confort y escribir cosas distintas de forma diferente. Y, colegas, qué duro es romper con los hábitos que tienes tan interiorizados por la práctica de años y años y años. ¡Qué duro es!
Me cuesta mucho todo, pero especialmente narrar, que es, casualidades de la vida, lo que menos hago por estos lares. Y si se trata de narrar en pequeño formato, tipo microrrelato, ya ni te cuento, porque la brevedad añade dificultad a la ecuación. Así que lo que estoy haciendo es leer a los mejores, a ver si aprendo de ellos.
¿Vengo aquí a hablaros de maestros de la literatura breve? No, que seguramente los conoceréis incluso mejor que yo. Vengo a poneros un ejemplo de uno de los mejores relatos cortos que he leído y que ni siquiera es un relato. Es parte de una obra de teatro preciosa que os recomiendo MILLONES si no lo habéis leído: "La llave del desván" de Alejandro Casona. Es un texto increíble que cuenta una historia muy chula que daría para una entrada entera, así que no me voy para lo hondo y me centro en lo que os quería contar.
El protagonista de la historia atraviesa un momento complicado que tiene que ver con su pasado y con su presente y que se manifiesta en forma de pesadillas muy perturbadoras que todos los personajes quieren descifrar para desvelar el misterio de la trama. Los sueños se ambientan en la infancia del prota y están desencadenados por un episodio traumático que él vivió cuando era muy pequeño. Hacia la mitad de la obra, Anselmo, el anciano jardinero de la casa familiar, cuenta este momento en poco más de 300 palabras y es un microrrelato magistral. Nos transmite perfectamente lo que ocurrió, los sentimientos de los que formaron parte de ello, por qué fue tan trágico... es, de verdad, INCREÍBLE. Os lo dejó por aquí para que juzguéis por vosotros mismos, creo que os meteréis en la trama incluso si no conocéis la obra de teatro, lo cual ya es para nota.
"Éramos tres amigos inseparables, el niño, el perro y yo. El Galopo, el mejor que hubo en la casa. Un día de pronto empezó a ponerse muy extraño: se escapaba del niño y de mi, de todos los que quería. Tardamos en darnos cuenta, hasta que vimos que era pleno verano y también escapaba del agua. Era la rabia. Ya ve: nosotros tardamos tres días en saberlo y él ya lo sabía... sabía que no debía acercarse a nosotros porque llevaba la muerte consigo. Cuando el padre lo supo, como el animal andaba siempre con la criatura, tuvo un miedo que le cegó: el miedo siempre aconseja mal.. "¡Ni un minuto más, Anselmo! ¡Ahora, ahí mismo!" Y bajó a encerrarse en la cueva para no oír. ¿Qué iba a hacer yo? Era mi obligación, pero no quisiera ver a nadie en mi lugar. Ahí estaba el Galopo, delante de mi, atado en el poste, con los ojos más grandes que nunca y temblando como una hoja. Imagínese si me habría visto mil veces con la escopeta y sin embargo temblaba; porque los animales no son como nosotros, ellos lo sienten en el aire y él sabía que aquel día la escopeta era para él. Tres veces me la eché a la cara y no pude. Por fin apreté los dientes para darme fuerza y tiré. Entonces fue cuando oí aquel grito que no se me borra. Era el niño que lo había visto todo, escondido ahí, entre los álamos. Cuando me volví a él con la escopeta en la mano, ¿qué pensaría que le iba a hacer? ¡Lo creyó, estoy seguro! ¿Y por qué no? ¿No acababa de hacerlo con el otro? Se le pusieron los ojos grandes, mirándome fijo y temblando como el perro... ¡igual que el perro! ¿Comprende, señor? Era la primera vez que el niño veía la muerte.(...) Yo sé que él ni siquiera se acuerda de esto, imagínese, cuando ocurrió tenía sólo dos años. Pero ya ve, amigos... nunca hemos vuelto a ser amigos."
Y nada, que me parece un texto increíble y que lo quería compartir con vosotros. Y que si no habéis leído la obra, que la leáis, porque también es increíble. Y que buena semana y por la sombra, bombones.
Sí que es bueno el texto, tienes razón.
ResponderEliminarQue tengas una buena semana tú también.
Besos.
Solo he leído los tres primeros párrafos, leo el relato y luego comento.
ResponderEliminarDevoradora, ¿a que sí?
ResponderEliminarPseudo, lectura de entradas blogueras por fases, un clásico, muy bien jajajaja