lunes, 9 de febrero de 2015

Tu superpoder

Te miro y pienso que, en realidad, no eres tan guapísimo. Llevas la barba demasiado poblada para mi gusto y tienes la nariz más bien ancha. Usas gafas (aunque en realidad eso es un punto a tu favor porque eres de los que les quedan bien) y hay días en los que parece que te ha peinado tu peor enemigo. Y sin embargo, nos derrites. A juzgar por las caras estoy segura que a todAs, pero me huelo que también a todOs. Está claro.

Y el caso es que tampoco es la voz. No la tienes desagradable pero desde luego no es suave ni hipnótica. Hablas bien, dices cosas interesantes con toques de humor muy oportunos, pero tampoco construyes un discurso mágico de los que atrapan. Incluso a veces sueltas alguna expresión sorprendente que estoy segura que se le escapa a tu yo real, porque la fachada de tu yo profesional que necesitas para dirigirte a nosotros nunca diría algo así. Cuando te ocurre, te da corte, te ríes y haces como si no hubiera pasado, pero te sirve de poco porque, a esas alturas, nosotros ya nos estamos partiendo la caja. Son las cosas del directo.

Sigo mirándote y pienso que tampoco puede ser tu imagen. No eres un tío bueno de manual. Tienes altura, buen tipo y con todas esas capas de chaquetas y abrigos que llevamos para combatir este invierno del horror no lo podría asegurar, pero seguramente estás musculado, porque sé que te gusta el deporte. Vistes bien, muy apropiado: elegante por tu faceta profesional y juvenil por tu edad. Y tienes cierto estilo, pero vamos, no creo que te saquen en la portada de Vogue. Siento decírtelo.

Después se me ocurre que a lo mejor es tu olor, o las feromonas o cualquiera de esos elementos mágicos que nadie sabe explicar muy bien y que hacen que unas personas atraigan y otras no. Pero esos temas son muy personales y a ti te funciona con toda la peña, así que no puede ser eso.

Total que te miro un poco más y entonces, de repente, me doy cuenta. Sonríes. A todo el mundo. Todo el tiempo. Sonríes con una sonrisa cálida que parece decir "me interesa lo que te pasa" "me divierte lo que me cuentas" "quiero cuidar de ti". Sonríes con una sonrisa potente que deshace los caretos de lunes a las ocho de la mañana y de viernes a las dos de la tarde. Sonríes con una sonrisa que se contagia, como los bostezos.

Tu sonrisa es tu superpoder. Y puede que ni siquiera lo sepas...

4 comentarios:

  1. Eso está bien. Hay gente maja, agradable. No es algo fácil de describir porque es más sutil, pero es mucho mejor que ser simplemente un guaperas.

    Supongo que tú también le sonries a él, ¿verdad? ;)

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  2. Me haces gracia, dices que el tío es alto, musculado, viste bien, pero no te llama la atención su imagen ;P

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  3. Tarambana, todo e mundo le sonríe. Provoca ese efecto ;P

    Doctora, lo de musculado me lo he inventado, es imposible saber con todas las capas que llevamos en invierno jajaja. De todas maneras,él no está mal, pero no es especialmente llamativo por su físico, la verdad
    Llama más la atención por otras cosas.

    Holden thanks!

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.