jueves, 9 de marzo de 2023

Castigo kármicos para malas lectoras

A ver, por favor, esto que no salga de aquí que no quiero ir a la cárcel, pero yo soy una lectora horrible. ODIOSA. De las que los escritores detestan con la fuerza de mil soles. Y lo más triste es que llevan toda la razón, no tengo disculpa ninguna. Pero es que no puedo evitarlo. No puedo.

¿Que qué hago? TODO lo que no se debería hacer al leer. Cuando la cosa me interesa mucho, leo a lo loco, lo más deprisa que puedo, casi en diagonal para enterarme cuanto antes de como acaba. Traducción: me pierdo la mitad. Maaaal.

Todavía peor: cuando me interesa tanto tanto tanto y estoy tan metida en la historia que los personajes me importan como si fueran de mi familia, voy al final a asegurarme de que todo acaba bien. A mi, al contrario que la mayoría de la peña, los spoilers no sólo no me fastidian, sino que me dan tranquilidad. Para qué voy a leer sufriendo pudiendo leer tranquila y feliz. Que si lo que le preocupa al autor es que voy a perder el interés y voy a abandonar, que duerma tranquilo, que eso no me pasa. De nuevo, al contrario que la peña, me encanta regresar sobre mis pasos para fijarme como he llegado a mi destino. No sé, me da serenidad entender como funcionan las cosas. Un poco lo mismo que cuando de pequeños abríamos relojes para verles el mecanismo de dentro, pero con palabras.

Y el colmo de los colmos, y esto si que es de denuncia a la Guardia Civil, lo sé. Como haya una relación o algún problema en la trama que por lo que sea me toca más, voy buscando lo relativo a eso para leerlo primero. Y again, que no cunda el pánico, que una vez que me he enterado de la chicha vuelvo a buscar lo demás. Porque nunca es independiente, claro. Las decisiones, las reacciones de los protas están unidas al resto de lo que les ocurre. Y cuando las ves por separado no entiendes un mierdo. Luego, con el contexto, piensas. "Ahhhh, coño". Es la misma sensación que cuando Jessica Fletcher resolvía el caso y ponían imágenes del crimen con detalles en los que antes no habías reparado. Era mi parte favorita del episodio, ¿la vuestra no?

Soy la peor lectora del mundo. Lo tengo claro y lo siento en el alma. Pero no os preocupéis, que el karma es sabio y me ha puesto mi castigo siendo el mismo tipo de escritora. ¿Qué hago ahora con mis propias historias? Liarla parda otra vez. También me pasa que tengo personajes preferidos, que me caen mejor y tramas que me inspiran más.Y entonces sólo quiero escribir de eso. Me cuesta menos esfuerzo, fluyo, así que cuando estoy atascada con lo demás (algo muy, pero que MUY frecuente) me pongo con mis prefes. Y el drama no es sólo que ellos hayan llegado ya al final de la novela y el resto esté en el capítulo tres. El drama no es que esté todo desordenado, sea un lío de la leche y ni yo misma sepa lo que ha ocurrido ya y lo que no en el argumento. EL DRAMA es que hay millones de escenas que mucho me temo que después no servirán. Como ha quedado claro hace un párrafo, las reacciones, los sentimientos de los personajes están condicionados por el resto de su vida. Y conforme voy escribiendo lo demás hay detalles que se van modificando y que hacen imposibles determinadas conversaciones, determinadas emociones.Y me toca borrar y borrar y borrar y borrar y borrar.

Y veo a mis autores favoritos pensando: ¡Toma,castigo del karma! Para que aprendas a leer como es debido. ¡HOMBRE YA!

4 comentarios:

  1. Yo también amo los spoilers. Me alegra saber que no soy la única.

    Besos.

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  2. Rediós, Speedy. Si esa incomprensible forma de leer se hace extensible al caos que siempre te rodea, empiezo a entender muchas cosas. A mí no me gustan los spoilers: prefiero sorprenderme o decepcionarme.

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  3. Devoradora, somos las dos únicas que pensamos así en el planeta Tierra, lo sabes, ¿verdad?

    Cabronidas, si tú entiendes algo de mi vida, eres el único, porque yo ni de lejos ;P

    Speedy

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  4. Yo me agobio con tu agobio.
    No leo ni las sinopsis y tu desorden me fascina.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.