lunes, 21 de agosto de 2023

Posesión fantasmagórica

Saludos cordiales No sé ni por donde empezar. ¿Me presento? Porque igual ya no os acordáis de mi. Bueno, mejor sí, no vaya a ser. 

(Sonido de carraspeo)

Hola, soy SpeedyGirl, la que hace el corte de mangas en la foto de perfil de ahí al lado. Os diría que he estado desaparecida por movidas superheroicas, pero lo cierto es que no, ha sido más bien como un apagón. Fue como si me saltaran los plomos, se quedara mi cerebro a oscuras, se cerrara la puerta de golpe con las llaves por dentro y yo me quedara tirada en el rellano en pijama y con zapatillas de felpa. Que piensas, ¿dónde voy yo ahora con esta pinta a pedir ayuda?

Y ahí he estado un mes, sola, fuera, en el pasillo, sin móvil, sin nada que leer, o lo que es lo mismo, con DEMASIADO tiempo para pensar. ¿Sabéis cuando repites en voz alta tantas veces una palabra que termina perdiendo el significado? Pues un poco eso. Ya no sabía qué era verdad y qué eran imaginaciones mías, qué era real y con qué me estaba troleando mi mente. El horror.

Por suerte, irrumpieron en escena las vacaciones. Se me hundieron unos planes, me salieron otros y sobre todo me vi arrastrada por una posesión fantasmagórica. En concreto la de SpeedyMum, a la que poseyó el espíritu de los gemelos del programa de reformas de Divinity,



¿Que por qué eso me ha afectado a mi? Muy sencillo: porque se le han ocurrido miles de ideas de mejoras habitacionales en las que ella era el cerebro de la operación y yo el músculo. Y daba igual que no tuviera la formación, la habilidad ni los conocimientos necesarios para ejecutarlo.

Con mayor o menor fortuna, estas vacaciones he pintado verjas, he podado árboles, he transportado sacos de tierra, me he sacado el carnet B2 de cortacesped. Y quiero pensar que me he convertido en una versión más joven y menos glamurosa de la prota de Mamma Mia.


(Y cantando peor que Meryl, claro)

El caso es que tanto ajetreo me quitó bastante la tontería. Vine a contároslo aquí como a mitad de vacaciones, pero todavía debía de quedar algún fusible fundido, me creí que había dejado algo programado y resulta que no.  Ejem, ejem, soy una mente brillante, ¿eh?

Total, que esto nos trae a este momento, los instantes previos a mi vuelta al curro en los que, como os podéis imaginar, tengo serias tentaciones de cortarme las venas porque ¡¡NO QUIEROOOOO VOLVERRRR!!

Pero esa ya es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión. Ahora sólo quiero saludar. confirmar que estoy viva, desear que disfrutéis de las vacaciones a alos que cabrones que aún os queden días libres y decir que, como siempre:

Por la sombra, bombones.

2 comentarios:

  1. No te preocupes, que la sensación de no querer volver al trabajo sólo dura entre los primeros treinta y cincuenta años. Luego se ve que pasa.

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  2. Me he cansado sólo de leerte. De hecho estoy agotada XDDD

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.