miércoles, 6 de abril de 2022

Referencias viejunas

(Ojito con la antigüedad de las referencias que voy a utilizar en esta entrada. Al nivel de Sofía de las Chicas de Oro y su "Sicilia, 1920..." En fin, este es un blog de clásicos, yo tengo el alma viejuna y tenéis que quererme así. Sorry not sorry.)

Cuestión. ¿Os acordáis de unos anuncios que hizo El Tajo Británico hace la tira de años? Son tan antiguos que no he conseguido encontrar un ejemplo para linkarlo, pero los más veteranos del lugar igual los recuerdan. La cosa era que pedían voluntarios jóvenes para hacer la publicidad en papel de estos grandes almacenes en los periódicos. La gracia era que podías ir con tus amigos el día y la hora que ellos dijeran, entre todos los que acudían se elegía a unos cuantos (20 o 30 personas de todas las edades, de distintos perfiles), que se ponían ropa de la tienda y se hacía una foto colectiva variopinta que solía quedar bastante salada. Luego esa imagen se publicaba en prensa como publi y podías fardar ante amigos, familia y demás que eras "modelo" y habías salido en el periódico. Una tontada, ya veis, pero si eres adolescente y vas con tu pandilla, puede ser un rato distinto y original.

Total, que hablando en casa nos llamó la atención la idea y mis hermanos y yo fuimos con unos amigos a ver que se cocía allí. Hacías fila e ibas pasando delante de una señora (estilista, supongo) que decidía a quién escogía para salir en el anuncio. No sé qué criterios seguiría para elegir. La belleza sería uno de ellos, me imagino, pero ahora pienso que ni siquiera el más importante. La gracia era que la foto quedara variada, así que cogería a altos, bajos, mayores, pequeños, rubios, morenos... Ser guapo ayudaría, no os digo que no, pero no sería determinante.

Aún así yo, que era adolescente (y bastante boba), me veía allí como una intrusa porque ni soy ni he sido nunca precisamente Miss España. Me apunté a esa movida por curiosidad y por hacer la broma con la pandilla, pero, por supuesto, CON CERO expectativas de que me seleccionaran. Cuando me llegó el turno de pasar delante de la estilista lo hice mirando al suelo, como pidiendo perdón por estar allí, creyendo que ella pensaría una versión de "¿con este careto te presentas para ser "modelo"?" No sé si lo pensaría, la verdad, pero lo que me dijo fue: "¿Ni siquiera me miras para que pueda verte bien?"

Fijaos si hace años de eso (más de 25) y aún me acuerdo de la expresión de la señora y de como me lo dijo, como animándome, como extrañada de que yo misma me hiciera de menos, de que no me concediera ni siquiera la oportunidad de intentarlo. La fila sería de unas 150 personas y salieron en el anuncio 30. A una amiga de SpeedysisterPeque la seleccionaron y SpeedyBrother se quedó a las puertas, cayó en la segunda ronda. Quiero decir, que aquello tampoco era Miss Mundo, no era como presentarme a un casting profesional, sino una experiencia graciosa, sin más trascendencia. Tenía todo el derecho a estar allí, a probar, a participar sin sentirme ridícula. Sin embargo yo pasé mirando al suelo, no sólo segura de que iba a "fracasar", sino pidiendo perdón por siquiera atreverme a intentarlo.

Ahora pienso mucho en ese momento porque creo que llevo toda la vida haciendo eso en diferentes facetas: profesional, personal, amorosa. Me siento indigna de lo que sea (un chico, un trabajo) y no sólo me convenzo de que no lo voy a lograr (para no llevarme la desilusión cuando pase, me digo) sino que ni me permito fingir que me lo merezco en el proceso de intentarlo. No he llegado a decir en una entrevista de trabajo "ya sé que no soy lo suficientemente buena para que me cojáis" pero si me dieran un euro por cada vez que le he dicho "ya sé que no te gusto" al maromazo de turno ahora mismo sería millonaria. Que en casi todos los casos, efectivamente, no le gustaba pero, ¿qué necesidad de descartarme yo desde el principio? Ya decidirá él lo que tenga que decidir...

Sospecho por qué lo hacía (y lo hago), claro. Si ya sabes que no lo vas a conseguir, no te coge de sorpresa. Si eres consciente y dejas claro que no tienes nivel suficiente, no pareces una ilusa con ridículos delirios de grandeza. Ellos no te están rechazando, tú eres más rápida y te descartas sola para que no les de tiempo a hacerlo. Un plan sin fisuras.

Me imagino que por eso (y ojo que aquí va la enésima referencia viejuna de esta entrada) me sentía tan identificada con Kat de ese clásico de cine adolescente que es "Diez razones para odiarte". Ella lo hace con la decepción y yo con el fracaso. Y quizás, sólo quizás, eso explique un poco el desastre de vida que llevo.


4 comentarios:

  1. Ni idea de los anuncios de los que hablas, la verdad, pero me parece muy original y barata (para la marca) la idea.

    Entiendo lo que dices porque yo también soy un poco así, pero leyéndolo de otra persona me hace darme cuenta de la tontería que estamos haciendo. Todavía estamos a tiempo de cambiar, o por lo menos de intentarlo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Es que ya nos educan desde que nacemos que tenemos que tener un buen comportamiento, educación y que el fracaso es inaceptable. Eso, según cómo y a la larga, puede jugar en contra de nuestra autoestima, que por no decir esta voz es mía ni hablamos. Nadie es mejor que nadie. De vez en cuando está bien insultar, caer mal y ser un poco hijoputa con el que lo merezca.

    ResponderEliminar
  3. Entiendo lo que dices y a mi también me pasa bastante. Es un fastidio sentir que no vamos a poder hacer algo, y que eso nos haga no atrevernos a intentarlo. Y lo más curioso es que, en las ocasiones en que sí nos atrevemos, no suele salir particularmente mal. (Tú has comentado por aquí que haces teatro: ¡anda que no hace falta seguridad para ser actriz de teatro!).

    Es llamativo que el análisis que hacemos "en frio" sea tan claro y, aún así, cueste tanto hacer las cosas de otra manera en la próxima ocasión.

    ResponderEliminar
  4. Devoradora, era más bien como una campaña de publi en sí misma, llamar la atención y conseguir que fuera mucha gente a los almacenes el día de los "castings". No sé si era muy barato, ¿eh? Se organizaban unos bochinches morrocotudos esos días.

    Cabronidas, eso es verdad, el fracaso es inaceptable. Y así nos va, porque, en realidad, todos fracasamos, en unas cosas o en otras.

    Tarambana, eso desde luego, se ven muy bien los toros desde la barrera, claro. En el ruedo es otro tema.

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.