domingo, 20 de febrero de 2022

Narrador de la cofradía del puño cerrado



Llamadlo como queráis, pero yo creo que en la vida de cada uno hay un narrador. (Bueno, en realidad dos, si contamos con el que muchos tenemos en la cabeza y que casi siempre es un troll profesional dedicado a insultar y hundir a su hospedador 24/7. Pero ese es otro tema, no nos vayamos para lo hondo.)

Me refiero a otro narrador, a uno que va inventando y trazando nuestra historia. Que no digo que lo decida todo, que la última palabra la tenemos nosotros porque es en plan "elige tu propia aventura" y que el tema acabe con bien o como el rosario de la aurora, al final, es cosa de cada uno. Que si se sabe votar para escoger las mejores opciones (y eso lo hemos aprendido a las malas los #cosistas de 2021 a base de muertes en pasillos) no tiene por qué ser un drama. Y bien, puedo estar de acuerdo con esto si vosotros admitís que el contexto en el que se producen las elecciones, los personajes y en general cada detalle de la trama también influyen en el desenlace. Y bueno, en fin, reconocédmelo: eso lo pone el narrador.

No es por criticar el trabajo de nadie, pero mi narrador es, por decirlo suavemente, rácano. Tacaño. De la cofradía del puño cerrado. No en todo, claro. En elementos surrealistas, por ejemplo, es rumboso como pocos. Le divertirá, supongo. O igual es que esas escenas se le dan mejor, todos tenemos nuestros puntos fuertes escribiendo, nada que reprochar ahí. Pero claro, si gastas todo tu tiempo y energías en tenerme metida en barullos absurdos que mucho jijijaja al contarlos pero no me llevan a ningún lado, luego te pilla cansado para inventarte personajes y situaciones de otro tipo. Y a tu protagonista, en este caso la menda lerenda, la tienes desesperadita y con muy pocas opciones para hacer avanzar la acción.

Que yo no dudo de sus buenas intenciones, ¿eh? Fijo que lo hace por mi bien. Las subtramas y personajes que elimina serán historias dañinas o agotadas que no dan más de sí. Puede ser. Peeeeeeeeero, como narrador, si te cargas algún elemento tendrás que añadir otro, ¿no? Preferiblemente del mismo tipo, para que puedan seguir generándose escenas variadas. No toda la novela pueden ser persecuciones de coches, luchas con espadas, tiroteos y alivios cómicos. También tiene que haber momentos tiernos, o filosóficos o dramáticos para que sea un libro entretenido, completo. Digo yo, vamos.

Está claro que a mi narrador hay temas que le dan muuuuuuuucha pereza y le veo ahí, repanchingado en su sofá, enganchado a la última serie de Netflix y pensando que le parte toda la tarde tener que inventarse ahora nuevos personajes para mi vida. Creerá que puedo ir tirando con lo que hay y después ya se verá. Él no tiene prisa ninguna, claro, el tiempo es relativo desde el otro lado de la pantalla. Pero dentro de las páginas de un capítulo a medias, a los personajes cada segundo paralizados se nos hace eterno.

Los #cosistas de 2021 me entenderán. En general en toda la edición, pero especialmente aquella fatídica jornada tuitera, votamos mal una y otra y otra vez. Nos regalaron tres vidas extras y aún así acabamos tiesos como la mojama. Por no poder, ni pudimos salir del pasillo. Escogiéramos lo que escogiéramos, siempre terminábamos volviendo allí. Al #cosistadeldia9 le dimos tanta pena, que terminó publicando las opciones completas de la trama para que supiéramos que había muchos finales felices, que si hubiéramos elegido otras alternativas, habríamos acabado bien. O al menos, vivos, que no es poco.

Mi narrador se sentirá muy identificado con el #cosistadeldia9, me imagino. Pensará que no hace más que inventarse encrucijadas para mi y que yo, indefectiblemente, voto mal. Que no me decido por la opción correcta para ir donde quiero llegar, que él no tiene la culpa, que está cansado y que ya se le acaban las ideas.

Y de verdad que a mí me da mucha lástima que a mi narrador le haya tocado una prota que vota tan mal como yo. Pero oye, se siente. Como decía el famoso chiste: haber elegido muerte. Y nunca mejor dicho...

3 comentarios:

  1. Pero Speedy, no elijas muerte; si ya vendrá sola un día u otro, y sin pedir permiso.

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  2. Madre mía, no sabes cuánto me identifico con este post.
    Y me flipa que sigamos acordándonos de las #cosas (cierto que este año ha sido memorable).
    Me gustaría decirte algo reconfortante pero no me sale. Nomás que, P'ALANTE.
    Besos.

    Gordipé

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  3. Cabronidas, eso desde luego, sólo hay dos cosas seguras en esta vida: la muerte y los impuestos.

    Gordi. bueno es saber que no soy la única, mal de muchos epidemia, ¿no? ;P Pues sí, hay que seguir, no queda otra, se le ocurra lo que se le ocurra al narrador. Besos para ti también.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.