El domingo fue San Solterín y el lunes San Valentín, así que, por mucho que este blog quiera escapar de los convencionalismos y de las celebraciones de centro comercial, esta semana tocaba hablar de amor. Hablemos, pues.
Creo que ya lo conté por aquí. Leí en un libro de Marian Rojas que no se encuentra lo que no se busca y que para encontrar cualquier cosa hay que dejar que el cerebro nos ayude con el sistema activador reticular ascendente. Y esto, que es un herramienta chachi casi en plan superpoder, tiene dos inconvenientes: un nombre terrible de recordar y que para usarlo es necesario saber con exactitud lo que se está buscando.
Si hablamos de amor y, por tanto, de buscar pareja, haría falta saber qué características son básicas para que un maromazo de turno random digievolucione a un maromazo fijo en plantilla. Yo no lo tenía del todo claro cuando escribí esa entrada y aún no me ha venido la iluminación más allá de lo típico, pero sí que se me ha ocurrido algo que sería bastante guay. ¿Básico? No sé. Pero muy muy guay: que tuviera un nivel de locura medio alto y SOBRE TODO sintonizada con la mía. A ver como os lo explico...
Que un chico sea imaginativo, creativo, siempre es BIEN. Pero lo que mola, lo realmente importante, es la capacidad de subirse al carro de cualquier historia, de meterse en las imaginaciones de otro, de conectarse a su ida de olla y mejorarla. Que alguien comente que cuando le toque la lotería se va a ir al Caribe con Curro y él conteste que le aconseja elegir las tumbonas blancas al bajar a la playa, que las azules son un poco menos anchas y no queda mucho sitio para apoyar las piñas coladas. Que veáis a un chaval en el metro con unas gafas que recuerdan a las de Harry Potter, tú digas que igual sin daros cuenta os habéis pasado al andén nueve y tres cuartos y vais de camino a Hogwarts y que él responda que ya le parecía que los periódicos del asiento de al lado se habían movido solos y que será que alguien está usando la capa de invisibilidad. O la situación de los armarios parlantes de la niña del tuit de arriba.
¿Locuras sintonizadas un básico? No sé. Puede que sí. Mola mucho.
No tenía ni idea del día de San Solterín. Quizás incluso le dedique una entrada a mi estilo, como hice con San Valentín. A todo esto, la cordura seguro que es muy aburrida.
ResponderEliminarEstá bien ese matiz tuyo de que la locura esté "sintonizada" con la de la pareja. Porque muchas veces se dice que estaría bien un chico creativo y tal... Pero imagínate que aparece uno en plan Dalí: indiscutiblemente creativo pero, uf, ¿quién lo aguanta todo el día? xD
ResponderEliminarMás en serio, sí, eso de tener complicidad con alguien mola mucho. Por otra parte también es algo que se cultiva con el tiempo. Cuando dos personas se conocen bien, empiezan a saber lo que está pensando el otro y es cuando salen estos momentos de locura compartida.
Madre mía, Cabronidas, ira que no saber lo de San Solterin!! NO estás al día de lo importante jajaja
ResponderEliminarTarambana, yo voy más allá de la complicidad, que está muy bien, desde luego, pero que se puede tener en cualquier área. Yo me refiero concretamente a la faceta artística, a la creación (aunque sea de tontadas). Alguien que pueda complementarte incluso en cosas que no existen aún, que estás en proceso de crear. Es como crear algo juntos, la mayor forma de complicidad. Tiene que molar.
En resumen...cosas en común.
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