En la lotería genética te tocó el premio gordo de las habilidades sociales. Qué morrudo, que dirían los speedysobris más peques. Como quien es alto o tiene las pestañas largas y los ojos azules, eso te ha venido de fábrica. Casi siempre aciertas en lo que dices y en como lo dices para que el que te escucha se sienta bien, reconocido, aceptado y lo más gordo es que no creo ni que te des cuenta, lo haces por instinto. Que puede que con los años y la experiencia lo hayas potenciado, pero que se nota que es lo que te brota natural. Qué morrudo, de verdad...
Y digo habilidades sociales porque no es sólo que seas amable. Lo eres cuando hace falta, claro, pero muchas veces empleas otros recursos. Usas coñas que requieren cierta carga crítica y que, sin embargo, consiguen la complicidad de tu interlocutor. Sabes cuando preguntar y (más complicado aún) cuando NO preguntar, porque es mejor dejar al otro un poco a su aire. Tienes claro cuando insistir y cuando pasar del tema.
Todo lo haces con un tono agradable, cuidadoso. Por eso me sorprendí tanto cuando te oí hablarle distinto a esa mujer. No te dirigiste mal a ella, ni muchísimo menos, pero sonaste como más tajante, levemente más áspero que con los demás. ¿A qué me recuerda a mi esa forma de hablar?, pensé. Y luego caí: Ah, claro, al SpeedyHogar.
En mi familia nos hablamos así. No mal, ¿eh? Para nada. Es más como llevar al límite eso de que donde hay confianza da asco. Parece que con los de fuera de casa hacemos un poco más de esfuerzo, recubrimos todo con una capita extra de afabilidad, de gentileza. Eso es cansado y de puertas adentro nos lo ahorramos, por eso sonamos "distinto", no peor. De hecho, en el SpeedyHogar hay cachondeo porque a algunos se nos nota incluso al coger el teléfono sin identificador de llamadas. Hasta que nos enteramos de quién es, nos sale una voz. En cuanto sabemos que el que está al otro lado del aparato es de confianza, nuestro tono cambia. Es completamente involuntario y no lo podemos evitar
Total, que a esa mujer le hablaste así, a mi me recordó al SpeedyHogar y después resultó que, efectivamente, aquella señora era tu madre. Elemental, querido Watson. Y el otro día...
¡¡PERO NO TE COJAS ESE BUS, CÓGETE ESTE OTRO QUE TE VIENE MEJOR!!
No sé quién se sorprendió más, si yo o tú de escucharte a ti mismo hablándome así. Corregiste al instante, claro, pero ya era tarde, ya lo había oído. Ese tono, el del SpeedyHogar, el de confianza máxima, se te había escapado. Conmigo.
Y yo sólo te digo lo que te diría Ana Pastor:
Estos son los datos, suyas son las conclusiones.
=^_^=
ResponderEliminarPillado
De quién estamos hablando???
ResponderEliminar¿Eso, eso, y quién es él?
ResponderEliminarPepito Grillo, oh, que carita más mona has hecho con los signos del teclado, tengo que aprender a hacerla, mola!
ResponderEliminarMaribel, Pseudo, se dice el pecado pero no el pecador. Y además me hace gracia que siempre me preguntáis como si conocierais a todas las personas de mi alrededor. Ahora os digo, es Francisco y os quedáis igual que estabais. Jajaja, no toda la gente de mi vida puede salir en este blog