El mundo se divide en dos tipos de personas: los que escriben y los que no. Y no me refiero a escribir la lista de la compra o los apuntes de inglés (que lo hacemos prácticamente todos) ni a crear y elaborar cuidadísimas obras literarias (que no lo hacemos casi ninguno). Me refiero a escribir como forma de expresión, como manera de comunicación con los demás y con uno mismo.
Yo soy de escribir, ya os lo he contado. Lo necesito para tranquilizarme, para pensar, pero también para relacionarme con los demás. Las cosas realmente importantes (buenas y malas) a las personas imprescindibles de mi vida se las he dicho por escrito. También de palabra, claro, pero en algún momento, antes o después, las he convertido en letras. Porque lo necesito. Porque siento que lo expreso mejor y con más exactitud. Porque hablando soy un desastre: me descentro, me pierdo, destaco cosas que en realidad no quiero resaltar y me olvido de otras que era imprescindible para mí decir.
El problema es que el hecho de que yo me exprese mejor, no quiere decir que la gente me entienda más. En el papel no hay manera de transmitir la intención, el significado, que en las conversaciones ponemos en el tono, los gestos, las caras. Por eso hay tantos malentendidos por escrito. Porque por muchos emoticones que empleemos, onomatopeyas de risas o signos ortográficos que imitan caritas sonrientes que pongamos, siempre hay mucho riesgo de que las bromas se entiendan mal. De que se tome en serio una ironía con la que se pretende decir exactamente lo contrario a lo que expresan las palabras o de que no se entienda una exageración con intención cómica.
Y eso partiendo de la base de que el que escribe se maneja bien en la comunicación escrita, domina la ortografía y está a lo que está. Porque si nos metemos en las veces en las que queremos contar algo sobre una Vaca (animal) y nos sale una Baca (maletero), como la copa de un pino, ni os cuento. O los momentos en los que tenemos 10 ventanas del ordenador abiertas y contestamos en la que no es, o escribimos perro donde queríamos decir tractor. Y las ocasiones en las que se nos escapan los dedos en el teclado y parece que estamos inventando un idioma nuevo de todas las letras que sobran o que no están en el lugar que les corresponde en la palabra.
Si me dieran un euro por cada vez que le he escrito a alguien te "lamo" en lugar de "te llamo" a estas alturas ya sería millonetis. Que cuando hay confianza, tira que te va, pero un "te lamo" de esos en las primeras conversaciones con un posible proyecto de novio, pues es un tema: o acelera el ritmo de las negociaciones porque el chaval se piensa que estás requetedecididísima a darlo todo o sale corriendo al verte tan echá pa' lante tan pronto. Los "te lamo" son momentos cruciales y difíciles que podrían evitarse escribiendo bien, ni más ni menos.
Y aún así no es la peor pasada que te pueden jugar las letras escritas. Aún me acuerdo de un correo formal que recibí de temas laborales en el que un hombre, exquisitamente educado en el resto de su mensaje, se despidió con un "atentamente, un salido". Un salIdo. Pobre hombre, lo tiene tan asumido que lo reconoce hasta en la firma. Madre mía...
Y lo más triste es que de palabra nos entendemos un poco mejor, pero muy poquito mejor. Que la comunicación es un pifia. Y ya.
Tiene que serlo para que la gente entienda de una vez que comunicarse es algo precioso, que no es lo habitual, que, si el amor es algo, entonces es comunicación. Y sí: compartir el mismo código lingüistico y disponer de cuerdas vocales no siempre ayuda. Por eso comunicarse a veces no es más que una sed. Escribir o no, da igual, tanto da: importa poder tener la oportunidad de saciarla.
ResponderEliminarAnónimo76
Yo no me preocuparía demasiado por que no me entendieran; además, seguramente los mil millones restantes de personas del planeta estarían equivocadas. Fijo.
ResponderEliminarUn beso.
Que no, mujer!! Mira, sin ir más lejos, en esta entrada te hemos entendido todos perfectamente ;)
ResponderEliminarJajá, lo de te lamo es buenísimo!! A mí no me ha pasado que yo sepa y cruzo los dedos...
ResponderEliminarEscribir está muy bien. Mi problema es que soy muy vago para escribir. Con los blogs me voy obligando un poco, a ver si... xD
ResponderEliminarEl tema de los malentendidos me resulta interesante, de todos modos. Me explico: cumplen una función reveladora, porque descubren en muchas ocasiones las predisposiciones que se tienen hacia quien no se expresa de una forma redonda. Quiero decir, que si pienso bien de alguien, trataré de tomarme el malentendido por el lado bueno. Pero si pienso mal, ayyyyy
jajajaja
Ya te digo, como la prueba del algodón. A mí me ha servido el algunos casos de duda.
^^
besos
Sí, yo también he tenido algún malentendido precisamente con el blog, por no poner una sonrisa :) al final de una frase me la han entendido como un insulto cuando era una broma...
ResponderEliminarLo bueno que tiene escribir a menudo es que suele ayudar a expresarse hablando.
Muy bueno lo de "Un salido",ha sido muy gracioso.
Anónimo 76, yo también pienso que la comunicación es muy poco habitual. Hablamos, pero no nos oimos, nos leemos, pero no nos entendemos. Son intentos comunicativos, pero de garrafón, para entendernos ;P
ResponderEliminarDaniel, tú como el del chiste, ¿no? "¡Señor, todo el ejército se ha perdido!" jajaja No sé... a mí sí que me preocupa no hacerme entender o no entender a los demás. Muchas cosas malas de la vida vienen de ahí.
CMQ, ¿seguro? XDDDDDDDDD
Rain, totalmente de acuerdo, a veces lo malentendidos clarifican mucho, sobre el que se expresa mal y sobre el que tiene que entender esa mala expresión. Ahora, eso sí, lo aclaran cuando ya poco se puede hacer para arreglar lo que sea.
Doctora, puffffff en la blogoesfera hay muchísimos malentendidos de estos: en entradas que la gente interpreta como lo que no son, en comentarios que se toman por el lado malo, en bromas que no se pillan... No me he querido meter en eso, porque es un tema que tiene otro post entero. ;P
Totalmente de acuerdo!! Yo también soy de escribir... de expresar mis sentimientos más importantes y profundos escribiendo, porque es como si hablando me quedara muchas veces corta, como si no acabara de expresar exactamente lo que quiero y se quedaran siempre mil cosas en el tintero... También reconozco que escribiendo es más fácil abrirse, decir lo que sientes y hablar de sentimientos... quizá eso tenga mucho que ver también a la hora de elegir el tipo de comunicación cuando hablamos de sentimientos.
ResponderEliminarPero como bien dices, muchas veces la comunicación escrita es también una fuente de malentendidos, de malinterpretar tonos y estados de ánimo, de dar un sentido que no es a las cosas... pero también creo que en eso influye siempre demasiado el estado de ánimo del interlocutor y frente a eso, no hay nada que hacer, ni en la comunicación oral, ni en la escrita ;-)
No te quejes, Speedy, que a ti en concreto, tesentiende mu rebien. Como contadora de cosas lo haces de fenómenos :p
ResponderEliminarEs muy cierto esto que cuentas. A través del blog o de correos no será tan fácil que haya malentendidos, porque solemos ser más remirados, pero chateando... la de veces que he pensado que la otra persona se ha molestado por algo y solo me lo parecía por esa falta de comunicación visual
saludos
PD. Nunca terminas de conocer a alguien. No te imaginaba lamiendo a la gente :O ¿No lo puedes evitar o qué es?
END, te habrá pasado... sólo que han sido buenos y no te lo han dicho ;P
ResponderEliminarNII, pienso lo mismo, el ánimo del interlocutor es determinante, en comunicación oral y escrita. Pero no sé por qué por escrito mucha gente se toma todo a la tremenda.
JuanRa, incluso en correos muy remirados hay malentendidos, ya te lo digo yo. Y yo NO lamo a la gente, lamo a los que se lo merecen. Y sólo si se portan bien XDDDDDDDDDDD
Muy buena entrada, a todos nos han pasado cosas de estas. :D
ResponderEliminarPero creo que al final acabamos entendiéndonos bastante bien. Además, algunos de estos malentendidos acaban convirtiéndose en anécdotas muy divertidas.
Es cierto que no siempre la capacidad de expresarse (oral o escrita) va unida a la verídica transmisión de lo que se quiere decir.... Por escrito, desde luego, no es infrecuente que uno haya tratado de decir una cosa y que se le entienda otra, y si uno repasa lo que ha escrito, resulta que la otra parte no carece de razón. Por oral, igual, incluso la ayuda del lenguaje corporal y gestual no evita que a veces cosas que creemos graciosas no tengan gracia para el interlocutor, o que lo que expresamos con rotundidad (según nosotros) se entienda en un sentido absolutamente distinto. Pero todo se puede superar (mejor con superpoderes, claro)
ResponderEliminarTarambana, no sé yo si al final acabamos entendiéndonos... unas veces si, otras no. ;P Pero si por lo menos nos reimos, algo es algo...
ResponderEliminarEuclides, pues eso, que no hjay manera de entenderse, si es que...