Pensaba que me iba a librar, pero no ha podido ser. Llevaba año y medio de suplicio pandémico esquivando al bicho y a algunas de sus implicaciones más incómodas pero ya era demasiado pedir que acabara este infierno coronavírico a cero en el marcador. Así que aquí está, ha llegado el momento. Es la hora de mi primera PCR, chispas.
Y ni siquiera es una PCR premium, de las que se hace por síntomas o por contacto estrecho. Es una PCR aguachiná, preventiva, un daño colateral de estar otra vez de médicos, que nunca trae nada bueno.
Total, que ahí lo llevo, palito por la nariz para vivir la Experiencia COVID completa, en dolby surround, blue ray, incluyendo escenas eliminadas y entrevista con el director. ¿O que me pensaba, que iba a atravesar la peor crisis sanitaria de los últimos 100 años a tocha intacta y pie enjuto, como Moises abriendo las aguas del Mar Rojo?
No hija, no, aquí a pringar, como todos. A ver quién me he creído que soy...
tres palicos llevo ya por las narices desde principio de año y dos confinamientos.
ResponderEliminarGracias a dios negativos.
Yo de momento no he tenido que hacerme ninguna... sigo con los dedos cruzados.
ResponderEliminarBesos.