Pinché el otro día un temazo de Ismael diciendo que era un poco agonías y la verdad es que no es del todo así. Lo cierto es que tiene también temazos muy ingeniosos y divertidos que cuentan grandes verdades. Este es uno de los que más me gustan.
Y más allá de que la canción mola, el ritmo es muy chulo y la letra es para partirse, en el fondo se está hablando de algo muy serio que pasa más de lo que parece (ya ni te digo en tiempos de pandemia). De la gran decisión que se toma en caso de sequía sentimental prolongada. ¿Nos conformamos con lo primero que pillemos porque el hambre aprieta o seguimos buscando hasta que haya lo que tiene que haber?
No es la primera vez que comentamos esto por aquí, por supuesto. En su día hicimos hasta una encuesta, así que no voy a abundar en el asunto, sino a ir un paso más allá. A ver si consigo explicarme.
Cuando por la razón que sea las cosas no fluyen y no encuentras de forma casual y espontánea gente que te interese en plan pareja, no te queda otra que buscarlo, esforzarte. De hecho seguro que tu entorno no parará de repetirte eso de que "el amor no va a ir a buscarte a tu casa". Y bueno, sí, estoy bastante de acuerdo, si no pones de tu parte milagros en Lourdes, claro. Lo que pasa es que también pienso que esto puede traer un efecto secundario del que no se habla casi nunca y que puede ser muy perjudicial.
Cuando buscas, cuando te esfuerzas, colocas ese asunto entre tus prioridades. Y no olvidemos que el tema amoroso está casi al completo fuera de tu control, porque más allá de ducharte, peinarte, ampliar círculos, conocer gente nueva y comportarte como una persona medio cuerda poco más puedes hacer para que surja "algo", para encontrar a alguien que te guste y que te corresponda. Ello implica que hay una alta probabilidad de fracaso y frustración y que por tanto estás poniendo en el centro un tema en el que pintas muy poco y que tiene muchos números para irse al garete. ¿Y en qué se traduce esto? En combustible para muchas y muy intensas emociones negativas.
Sale mal. Te sorprendes. Sale mal. Te haces cruces. Sale mal. Te irritas. Sale mal. Te entristeces. Sale mal. Te desesperas. Sale mal. Te angustias. Sale mal. Te obsesionas.
Te obsesionas. Ahí está el peligro del que no se habla. Metida en una mala racha sentimental en la que se acumula un fracaso, tras otro, tras otro, es prácticamente imposible no obsesionarse. Y cuando te obsesionas enloqueces, pierdes completamente el norte, la racionalidad, te comportas como una persona distinta. Haces cosas que nunca habrías hecho estando en tus cabales. Aceptas comportamientos que jamás habrías aceptado de otro modo. Yo he visto a amigas aguantarle estupideces, desprecios y malos modos a pazguatos a los que en circunstancias normales no les habrían dado ni los buenos días. Pero en su obsesión, en su desesperación, no regían, no eran ellas mismas.
Yo no creo haber estado nunca en ese punto pero me da terror que me pase, porque tengo cierta tendencia a obsesionarme y al pensamiento circular y recursivo. Como me meta en un círculo vicioso de estos van a tener que sacarme con una grúa. Por eso soy poco de buscar y más de encontrar de casualidad y lo que surja. Pero surge poco, claro y entonces tengo que decir lo que dice sabiamente Ismael: "Mejor loco que mal acompañado".
Sí es mejor que surja cuando tenga que ser, además una super heroína no tendrá muchos problemas
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