jueves, 23 de abril de 2020

Escribir en tiempos de coronavirus XVI: despedidas

Con todo esto del Apocalipsis Pandémico no había caído en que a lo mejor no te voy a volver a ver. Casi seguro que no, de hecho. Y no lo había ni pensado. Hombre, muy al principio, en una de esas listas de consejos psicológicos para sobrellevar la cuarentena leí "aprovecha el confinamiento para acabar tareas pendientes" y sí que se me ocurrió que era un buen momento para pasar el "mono" de ti, dado que por imperativo legal no íbamos a coincidir en el espacio-tiempo. Como quien aprovecha para dejar de fumar, vaya. Y me pareció hasta bien, porque la idea esa ya me rondaba y lo que me faltaba era fuerza de voluntad para implementar el cambio, así que no me venía mal que me obligaran. Pero la verdad, no pensé que era definitivo. Creía que me iba a desenganchar y que luego te seguiría viendo pero ya en plan persona normal y no yonki en rehabilitación.

Con tanto drama, caos y el puto bichillo dando por culo no había vuelto a reparar en ello y ahora que me ha venido a la cabeza compruebo que sí que he pasado el mono, que ya estoy rehabilitada pero que no creo que volvamos a vernos. Cuando salgamos el mundo estará patas arriba, tu y yo bastante tendremos con mantenernos a flote y veo difícil que la vida nos vuelva a reunir, la verdad. Y me da muchísima pena porque no he podido decirte adiós.

Ni siquiera sé si tú y los tuyos os habéis librado del cabronazo este. Tú supongo que sí, eres fuerte como un roble. Aunque, bueno, con esto del confinamiento estarás a punto de cortarte las venas, como si lo viera, porque menudo culo inquieto estás hecho... Te imagino aprovechando cada centímetro de tu casa para hacer ejercicio. ¡La de inventos surrealistas que te habrás sacado de la manga para entrenar! Creatividad al poder.

Te visualizo quejándote y a la vez bastante sereno porque si hay algo que envidio más que tu potencia física es tu fortaleza mental. Tienes una resistencia al sufrimiento y una capacidad de autosuperación titánicas y eso, con el marrón que tenemos encima, es un tesoro. Estarás resignado, yo creo, con tu cara de "qué se le va a hacer" mientras inventas soluciones y buscas alternativas para el futuro. ¿Sabes eso que no te iba a dar tiempo a acabar en junio por tu agenda imposible? Ya lo habrás finiquitado, fijo. Como si te viera por un agujerito...

Ojalá estés bien. Y ojalá nos encontremos un día por la calle, cuando el puto bichillo se haya ido a tomar por culo y salir a pasear nos parezca otra vez lo más normal del mundo. Ojalá nos topemos para despedirnos o para reencontrarnos.

Ojalá

3 comentarios:

  1. Bueno el bicho no se lo lleva todo, algunas cosas las deja, quien sabe si...

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  2. Mira, para lo único bueno que está sirviendo esta pandemia es para quitarse mierdas de encima.

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  3. PapaCangrejo, si hay algo que está claro en este movidón es que NADIE sabe NADA, así que sí, es verdad, quién sabe, eso no te lo puedo discutir

    GordiPe, bueno, pues sí, mejor buscarle el lado positivo a todo ;P

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.