sábado, 18 de abril de 2020

Escribir en tiempos de coronavirus XV: Hasta el Sol lo sabe

Hay un lado de mi casa en el que suele dar mucho el Sol. Al menos en tiempos normales. En esta pesadilla pandémica en la que todo parece estar alterado de alguna manera, la cosa ha cambiado un poco. Muchos de los últimos días han salido nublados, así que no había nada que debatir y en los que han tenido algo más de claridad Lorenzo ha lucido tímidamente y durante pocos minutos, a medio gas. Un ratito a primera hora de la mañana, como para acompañar el café del desayuno y otro poco por la tarde pronto, mientras rematas la comida con el bombón-salvavidas diario. Con escasas variaciones, estos horarios atípicos se han mantenido bastante estables, como al curva de contagios últimamente.

Y yo no he podido evitar imaginarme al Sol, todo agobiado por no saber qué hacer durante el estado de alarma. "Si luzco a tope no va haber policía suficiente en el mundo para retenerlos en casa, pero si tienen que aguantar un día gris, tras otro, tras otro, tras otro, a la semana se me tiran todos por el balcón después del aplauso de las ocho. Vamos a buscar un término medio...

Y así está Lorenzo, organizando días medio clarillos con nubes pasajeras que filtran sus rayos de forma intermitente: un momentito ahora para que absorbas vitamina D y luego un poco de sombra que te aplaque las ganas de coger la puerta y sentarte en el césped del primer parque que veas. Una mini sesión luminosa que te recargue las pilas cuando justo estabas llegando al nivel anímico de querer cortarte las venas y después ya un atardecer rapidito, que mañana será otro día.

Un día más, un día menos. Hasta el Sol lo piensa.


1 comentario:

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.