lunes, 15 de septiembre de 2014

Entre escombros

Mi vida era una ciudad. Pequeña, sin grandes pretensiones. Teníamos colegios, hospitales y servicios básicos y aunque nos faltaban cosas guays como restaurantes de lujo o grandes vías circunvalatorias que evitaran atascos, allí estábamos, al pie del cañón, buscando soluciones.

Hace no mucho sobre mi ciudad cayó una bomba que lo destruyó prácticamente todo. Lo poco que quedó en pie tras el impacto terminó cayendo también por los efectos colaterales de la explosión. Ahora a mi alrededor solo hay escombros y cascotes. No queda nada de lo de antes. NA-DA. Hay que reconstruir todo de cero.

El problema es que en mi ciudad no hay arquitectos, ni albañiles, ni carpinteros. Estoy yo sola para levantarlo todo. Y claro, esta vez quiero edificarlo bien, con buenos cimientos, con avanzados sistemas de seguridad que eviten que cualquier bomba imprevista vuelva a hacerlo saltar todo por los aires. Así que me informo. Investigo. Leo sobre grandes urbes. Miro fotos: Nueva York, París, Roma, Berlín... Son las clásicas, las carismáticas, las que triunfan. Mi ciudad tiene que ser como ellas para no volver a derrumbarse.

Pero me entran dudas. ¿Y si no soy capaz de construir algo tan grande? ¿Tan bonito? ¿Tan armonioso? ¿Tan equilibrado? ¿Y si no consigo que los turistas quieran venir?

¿Y si no puedo levantar una ciudad que dure?

8 comentarios:

  1. Ay entiendo bien esa sensación!
    Piensa que una ciudad no tiene que ser eterna. Habrá esificios que duren muchos años y otros que tendrás que demoler para dejar paso a cosas nuevas y mejores. Estará en constante cambio pero siempre será tuya.
    Ánimo con la reconstrucción! Tú puedes!

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  2. Lo primero es desescombrar, Speedy. A partir de ahí verás el hueco que te queda, a lo mejor parece un paisaje desolador pero no lo es, será espacioso, limpio y lleno de posibilidades, es la base de lo que será la nueva ciudad, que se irá construyendo poquito a poco. Y cuando menos te lo esperes ya estarás pensando en las plantitas con las que terminar de adornar las relucientes calles y plazas de tu nueva ciudad. Muchos ánimos :-***

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  3. Debes recordar que todas las ciudades cambian, todas tienen que hacer obras de vez en cuando (aunque resulte incómodo). La idea es tomárselo con paciencia e intentar que después de cada cambio la ciudad mejore todavía más.
    Y mientras que permanezcas en obras, en vez de enfadarte cuando pases por calles cortadas y oigas los ruidos de los martillos neumáticos, recuerda que la ciudad es grande y que seguro que hay otras zonas menos turísticas que siguen tranquilas y acogedoras. :)

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  4. Siento mucho que estés pasando por un bache tan gordo, nena.
    Creo que con tu simil te pones demasiada presión a ti misma. En vez de una ciudad piensa que es un bosque. Quizá se haya quemado una parte, o todo, y te toque reforestarlo. tardará y quizá no quede como antes o como te gustaría, pero volverá a crecer. Ahora bien, lo hará a su ritmo, los árboles no crecerán más fuertes ni más rápido por mucho que lo intentes. Hay cosas que no se pueden controlar, ni acelerar, ni elegir, pero ya verás que brotarán cosas buenas porque tienes un terreno de calidad.

    Qué bien me ha quedado, me cago en la puta.

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  5. Pijacosadora, gracias por los ánimos! No me importaría que se cayeran edificios de vez en cuando... pero es que está todo por los suelos cada dos por tres y me canso de reconstruir una y otra vez, una y otra vez. Estoy harta.

    Gallinica, veo las plantas taaaaaaaaaaan lejos. Pero taaaaaaaaaaaan lejos... Gracias, de todas formas.

    Tarambana, si hubiera zonas tranquilas, vale que vale. Pero es que está toooooooooodo en obras. Siempre. Y así no hay quien viva.

    Thanks, Doctora. Sí que te ha quedado bien. Y ojalá tengas razón.

    Yo Misma, es la que la Doctora siempre tiene razón, ¿eh? jajaja

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.