domingo, 23 de octubre de 2022

¿Por qué nos gustan los que nos gustan?

Voy a traer aquí un tema de enconado debate porque por estos lares nos va la polémica, ya lo sabéis.
Hablemos de amor, de atracción, de romance, en sentido amplio. Es decir, no abordamos ahora el tema exclusivamente físico, para sólo ¡¡SÓLO!! frinkamiento animal sin ninguna emoción ni sentimiento de por medio. Me refiero a cuando alguien te interesa para esa primera parte, claro, pero para algo más que eso también.
¿Por qué nos gustan los que nos gustan?

Una rápida consulta a san Google nos regala perlas de sabiduría como esta. Según este sesudo análisis, una persona nos atrae por su fisonomía (su aspecto externo, si es guapo o no, según nuestros criterios), características físicas no relacionadas con la belleza (una forma de mirar, de reírse, de tocar, de hablar...), la imagen personal (si se arregla mucho o poco, su estilo al vestir...) y las circunstancias en las que nos conocemos (un momento peligroso, emocionante, con serenidad y tiempo para llegar a saber más del otro...)

Bien, supongo que al pobre redactor del artículo de arriba le limitaron los caracteres del texto y se vio obligado a cortar por todos lados, porque se le han quedado algunas cosas fuera de la lista, ¿no? ¿Le ayudamos a completarla?

Aunque en el cuarto punto ha mezclado un poco churras con merinas, entiendo que él se refería a la atracción instantánea, a los primeros encuentros, no a los rasgos de personalidad que te enamoran cuando ya conoces bien a alguien (en plan ser buena persona o fan de la cultura asiática). Así que a cinco céntimos la respuesta, nombren elementos que contribuyen a la atracción, como, un dos tres, responda otra vez, el olor:

-El olor. Para algunas personas determinante de forma consciente (tipo me encanta que huela a almendras tostadas o lo contrario, los desodorantes que abandonan a sus dueños, por ejemplo) y para todos de forma inconsciente porque por lo visto olemos las feromonas de otros sin saberlo. Eso dicen los científicos, yo qué sé. Explicaría muchas cosas inexplicables de por qué a veces nos gustan peores de la vida.

-La forma de "estar". No me refiero a la personalidad, si es extrovertido o payaso o tímido, sino algo anterior a eso. Como se relaciona. Ocupa mucho o poco espacio (metafórico). Observa, asimila todo antes de actuar o no.

-La forma de reaccionar. Puedes no conocer a alguien y en los primeros cinco minutos verle reaccionar a algo: a un empujón involuntario en un bar, a una multa, a una caída en la calle (de otra persona o propia. Como se levanta alguien después de un tropezón vergonzoso es muy revelador).

-Detalles. Cómo se dirige a los camareros, como trata a los animales, si finge que muere cuando un niño le dispara con una pistola imaginaria... esas cosas.

-La reciprocidad, la exclusividad. A ver si lo explico bien, que sé que aquí las opiniones difieren. Hay gente a la que le gusta gustar, en general, a todos. A otros no. Si a mí no me va alguien, me agobia mucho saber que le gusto, me parece que va a haber malentendidos y mogollón de momentos incómodos. Sin embargo si él ya me ha llamado la atención, mi interés se multiplica por mil si noto que le molo, que le afecto, que hay sensaciones, reacciones que SÓLO le provoco yo. Lo contrario, que le de igual ocho que 80, yo que otra, me baja la líbido hasta el suelo. Me han dicho muchas cosas horribles de joven para ligar conmigo en los bares, ya os lo he contado. Una de las peores fue ese día que se acercaron dos iluminados a una amiga mía y a mí y uno le dijo a otro: "Elige tú, a mí me gustan las dos." Si te gustan todas, no te gusta nadie.

Vuestro turno: ¿Por qué nos gustan los que nos gustan?

7 comentarios:

  1. Nunca me lo he preguntado, de veras. En cuanto a tu enlace a google, lo he leído y no sé para qué tanta letra para decir aquella verdad iinegable y primigenia de "si el exterior no me atrae, el interior no me importa".

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  2. Yo creo que aunque haya características específicas que nos atraigan más, como que nos gusten más los morenos, o con barba, o más altos que nosotras, por ejemplo, hay otras cosas que solo nos gustan en una persona en concreto. No sé si me explico.
    A mí me atrae mucho que sea una persona culta o con la que se pueda hablar de cualquier cosa. No hace falta ser un cerebrito, que yo tampoco lo soy, pero sí que esté abierto a hablar de cualquier cosa sin hacerte sentir mal por los temas de los que te guste hablar.
    También me gusta que tenga sentido del humor, pero no a costa de ridiculizar a los demás.

    Besos.

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  3. Me ha gustado mucho tu análisis. Y más allá de atracción inmediata (que si estamos analizando cómo se relaciona y cómo trata a la gente, entiendo que la cosa va por ahí), me parece importante el rasgo de tener formas de mirar la vida semejantes. No digo ser de la misma personalidad, pero sí compartir algunos valores o visiones comunes. Aunque quizá esto es más condición sine quanon para que la cosa dure que para que alguien nos guste.
    Besitos.

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  4. El alcohol, creo que ha olvidado el factor alcohol. Como diría un colega: "No es fea, solo faltan copas".

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  5. Yo creo que soy sapioserxuá de esas. Atraerme de entrada me atraen muy muy pocos, a ver, sé lo que me entra por el ojillo y lo que no, pero me encandila una mente inteligente y noble adobada con humor.

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  6. El olor es básico y que parezca que no hay nadie más a tu alrededor , que le parezcas interesantísima y quiera escucharte.

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  7. Cabronidas, siempre dices eso y sigo sin estar del todo de acuerdo. El exterior influye, está claro, pero no determina siempre, hay mil situaciones. Será así las veces en que algo causa verdadera aversión, asco, repugnancia... pero en casos más neutros, menos exagerados, no lo creo.

    Devoradora, eso que dices es interesante, hay cosas que sólo nos gustan en alguien en concreto. Una risa escandalosa, por ejemplo. Pueden no gustarte en general y que sin embargo la carcajada exagerada de alguien en concreto te encante. Eso pasa.

    Bubo, puf, prefiero no meterme en eso. ;P

    Lopillas, yo es que creo que eso pasa más veces de las que parece. Un físico que no te convence del todo puede arreglarse con una mente que te encanta. No sé por qué ahora todos se empeñan en decir que no es así...

    Pseudo, pues eso que dices, otra cosa que no se destaca nada y que me parece superimportante. Que parezca que no hay nadie más al mismo nivel de atención que tú, que sólo tú le encantas, le afectas de esa forma, "la exclusividad", los "solo me pasa contigo".

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.