domingo, 18 de septiembre de 2022

La gran decepción chocolatera y besos Hacendado (Cuenta atrás 12)

No se mucho de casi nada, pero de chocolate SÉ. Esto es así y es así. Como buena adicta, a nivel usuaria tengo muchísima experiencia en saborear este producto en sus diferentes formas y estilos. Por eso puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que una de las mayores decepciones del mundo es comer un chocolate "malo".

Aclaremos conceptos: ¿puede un chocolate ser malo? A ver, siempre estará más bueno que unas acelgas, claro, tampoco nos volvamos locos. Pero la diferencia entre uno bueno y uno que no lo es resulta tan abismal, tan TAN ABISMAL, que la decepción lo eclipsa todo y minimiza cualquier asomo de disfrute. El problema son las expectativas, por supuesto. Te esperas un momento de gloria, de éxtasis, que te ayude a sobrellevar los sinsabores de esta vida perra y luego lo pruebas y meh. La sensación de estafa es gigantesca.

Y eso sin tener en cuenta el tema de las calorías, la salud y tal. Comes chocolate haciendo frente a un descomunal cargo de conciencia (el azúcar es el demonio, los lípidos taponarán tus arterias, bla, bla, bla) porque necesitas desesperadamente un cable que te ayude a tirar pa'lante. Ves un pastel, una tarta, un bollo con pintaza y piensas: "Me falta el canto de un duro para tirarme por la ventana, esto se considera medicación de urgencia" y cuando te lo comes resulta que te han dado gato por liebre. De grasas, colesterol y todo lo malo, lo que quieras. De la paz mental y el placer prometido por los hidratos de carbono y dulces, ni rastro. O tan tan tan poquito que te sientes la víctima del timo del siglo. Victor Lustig, el espabilado que vendió la Torre Eiffel dos veces, una hermanita de la Caridad comparado con el iluminado que te haya tangado de semejante forma.

Aunque no seais tan adictos como yo, esta sensación la habréis vivido, me imagino. ¿Localizáis ese sentimiento de decepción, de desengaño, de desilusión absoluta? Bueno, pues lo mismo con los besos (a ver si os habíais creído que os voy a meter esta chapa sólo para hablar de comida, que este blog es superficial, pero no tanto, hombre. Un voto de confianza.)

Pues eso, que los besos con gente que te encanta, que te remueve por dentro, que hace que te tiemblen las rodillas son el chocolate bueno, la medicación de urgencia, ese momento de éxtasis. Te olvidas de donde estás, de como te llamas, de qué año es. Y luego te haces arrumacos con gente cuyo nombre no te dan ganas de gritar desde los tejados y meh. Pero tan tan meh que no llega ni a compensar lo malo. Los besos no tienen grasas saturadas que te taponen las arterias, pero sí toneladas de ruido mental que te satura el cerebro: que si no me ha llamado, que si le llamo yo, que si por favor que me deje de llamar de una vez... Vamos, lo que viene siendo el ruido de cuando la cosas no fluyen. 

Barullo perpetuo en la cabeza y la sensación de timo del siglo. ¿Merecen la pena las sesiones de besos Hacendado? Razonen sus respuestas.

6 comentarios:

  1. Bueno, el chocolate en tableta con un 85% de cacao está muy bueno. Pero el de pastelería...

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  2. Pues me das que pensar. En otro momento, cuando era más joven, me daba igual. Chocolate era chocolate, dulce era dulce. Me apetecía algo rico y oye, había que probar. Que sí, que a veces lo que tenías al alcance de la mano no era lo mejor, y en ocasiones te quedabas decepcionadísima, pero lo llevaba menos mal, ¿sabes? Porque tenía yo la idea de que bueno, pues habría una próxima vez y sería mejor. Y no me importaba volverlo a intentar.

    Pero ahora... Ahora llevo 3 o 4 días con antojo de un cruasán. Y tú dirás, ¡coño!, un cruasán no es el santo grial. Y sí, un cruasán se consigue en casi cualquier lado, pero ya es eso que tú dices. ¿Me merece la pena? Porque yo no quiero ya cualquier cruasán. Quiero un cruasán rico. Uno que merezca la pena, ¿sabes? Así que mira, aquí estoy, con el antojo todavía. Y sí, estoy hablando de comida y no de besos. Pero sí de personas, también.

    De verdad que me has dado tela que pensar.

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  3. Me gusta el chocolate pero no llego a tu nivel. Lo más parecido que puedo sentir a lo que tú explicas es cuando leo un libro y no cumple las expectativas que me había hecho.

    Respecto a lo de los besos... Sí que recuerdo alguno muy de jovencita en el que has deseado poder teletransportate y desaparecer 😂

    Besos.

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  4. Pues mira, lo mismo me pasa a mí con el chocolate, los Donut y los besos... Vamos... Que lo dejo todo plantado de golpe como no sea lo esperado. A esta edad ya paso de terminar algo que no es lo esperado😉😋
    Un abrazo

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  5. Una cosa es un chocolate hacendado y otra las acelgas del beso. Y como dicen por arriba todo tiene su edad. Que en el historial todos tenemos ya no acelgas sino borrajas, bueno prro tambien algun toblerone.
    Bsss

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  6. Cabronidas, no me sorprende que a ti te vaya el 85% de cacao, tú siempre emociones fuertes, de medias tintas nada jajaja

    Bettie, no me extraña, los cruasanes son una cosa seria, que no se puede tomar a la ligera jajajaja

    Devoradora, es verdad, con los libros pasa también un poco eso, pero es como más gradual, ya te lo vas oliendo conforme avanzas las páginas, la decepción no te pilla tan de sorpresa

    Mento, buena actitud, a veces dejar plantado lo que sea es la mejor opción

    ECDC, me parece recordar que tú de joven eras un firme defensor del "si no está Juana, estará su hermana, ¿no? Así es más probable que el historial se nos llene de borrajas jajajaja

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.