Una de mis partes favoritas de las historietas romanticonas que están empezando son los preliminares. TODOS. No sólo los que tienen que ver conmigo y Maromazo de Turno en cuestión, en plan con qué propuesta me sorprenderá en la tercera cita o qué libros tendrá en su casa. En los preliminares yo incluyo también contarles a mis amigos que Maromazo de Turno existe y describírselo antes de que le conozcan.
Este momento es especialmente divertido con mis amigas de Capilandia porque nos vemos menos y al final no todos mis maromazos de turno tienen la suficiente entidad ni duración como para pasarles a ellas el informe oficial, así que las pocas veces que ocurre montan una verdadera fiesta. Por la falta de costumbre y porque les gusta el cotilleo más que mojar pan, eso también influye, supongo.
Total que el momento "Informe Maromazo" es todo un acontecimiento, para ellas por vivir aunque sea a distancia una parte importante de mi vida y para mi porque explicarles por qué me gusta el chico en cuestión es como explicármelo un poco a mi misma también, volver racional lo que a menudo es impulsivo e irracional.
La mayoría de las veces flipan bastante con lo que les cuento porque a mi me ha molado cada uno que ¡madre del amor hermoso!. A ver, que todos eran guays, claro, por eso llegaban a ganarse el calificativo de maromazo, pero reunían características llamativas que, de primeras y fuera de contexto, podían pegar poco conmigo.
-¿¿¿Que es campeón de qué???
Luego ya las de Capilandia conocían al chico en cuestión, encajaban las piezas y su cara cambiaba a un:
-Ahhhhh, coño, ahora entiendo todo.
Con algunas de las últimas incorporaciones el momento "Informe Maromazo" se ha complicado aún mas porque varios de los nuevos eran especialmente difíciles de definir, lo cual para mi es una de las mejores cosas que se puede decir de alguien. Que no es habitual, ni común, ni normal, sino que es peculiar, raro, especial. Llamadlo como queráis.
-Pues no sé, es que Maromazo actual no es "el típico..." nada porque no cuadra con ningún estereotipo. No es el típico musculitos ni el típico ratón de biblioteca. Tiene una trabajada condición física pero también es listo y ágil mental. Lleva tatuajes gigantes por todos lados y luego dice cosas tipo cuqui o culete. Es grande como un mayo y después te sorprende con su coordinación y sentido del ritmo. Puede perfectamente dejarse las llaves puestas por fuera de la puerta 2 veces al mes por puro despiste y también recordarte cualquier cosa ocurrida en los últimos 10 años porque su memoria es infalible y peligrosa. Cuando menos te lo esperas te cuenta los planes que ya ha pensado para 2021 pero no le preguntes que va a cenar hoy, que ni idea. Si te mira serio te pone firme, porque tiene un gesto durísimo que deshace con una sonrisa de 1500 vatios suficiente para iluminar una ciudad de tamaño medio.
Les diría a las de Capilandia que se parece a mi Zac, con otra mirada y un peinado distinto, pero lo cierto es que no. No se parece a nadie que haya conocido antes. Lo mío son las palabras y no sé cómo describirle. Con eso os lo digo todo.
En realidad has dejado ver lo importante para tus lectores... ¡Hay un maromazo actualmente en plantilla!! 😲😲
ResponderEliminarPues no es nada típico el «maromazo» que describes, la verdad.
ResponderEliminarBesos.
Mentira.
ResponderEliminarTodas las personas tenemos al menos un detalle que nos hace destacar, algo por lo que se nos puede identificar rápidamente. Da igual que seas la persona más normal del mundo o que tengas rasgos contradictorios que dificulten encasillarte en algún grupo.
Todo el mundo tiene al menos una cosa rara. Y el hecho de que lo estés ocultando me hace sospechar.
No me gusta este chico para ti ¬¬
Pepito Grillo, jajaja, yo SIEMPRE tengo un maromazo en plantilla. Otra cosa es que luego le preguntes a él y no sepa que ha sido incorporado a la plantilla, pero bueno, eso ya es tema suyo, no mío jajajaja
ResponderEliminarDevoradora, efectivamente, nada pero NADA típico
Doctora, ¡qué sorpresa!, que no te guste un chico para mi, eso no había ocurrido nunca, ¿eh? jajaja