Los mecanismos psicológicos que hay detrás de una adicción (a una droga, a un alimento, a una actividad...) siempre me han intrigado mucho. Son enormemente complicados. Por eso, sin conocerlos, es difícil de entender que haya personas que ven claramente como esa dependencia les está destrozando la vida y aún así son incapaces de librarse de ella. Porque a veces parece tan evidente desde fuera, ¿no? Chico, si no puedes dejarlo solo, busca ayuda y sal de eso. Y sin embargo en la realidad no es tan fácil.
Este tema es todo un mundo en el que hay millones de factores a tener en cuenta, así que no pienso meterme en eso. Sólo lo menciono porque creo que a pequeña escala, en proporciones microscópicas, a todos nos pasa algo parecido a esto día sí y día también. Todos estamos "suavemente enganchados" (no hablo de enfermedad, ya me entendéis la licencia poética, ¿no?) a algo que a la larga no nos conviene. Puede que no ponga en riesgo nuestra salud, nuestras finanzas o nuestras relaciones, pero de una forma o de otra, eso que hacemos no nos sienta bien, lo sabemos y sin embargo no podemos dejar de hacerlo. O mejor dicho, no queremos dejar de hacerlo. Querríamos querer porque seguramente es lo más inteligente, pero en el fondo no queremos y POR ESO no podemos.
Y allí tienes a tus yos internos discutiendo. Tu yo racional no hace más que darte argumentos objetivos y reales de por qué tendrías que desengancharte: "No te aporta nada", "no lleva a ninguna parte", "te hace perder el tiempo", "mina tu autoestima".. Lo que sea. Y tus demás yos se dedican a inventarse excusas con apariencia de causas racionales por las que eso que tú sabes perfectamente que es malo, en realidad, no lo es tanto. Los yos inventores tienen margen porque las cosas a las que me refiero no son terremotos vitales a corto plazo. No digo que te despidan porque llegas borracho al trabajo o que no puedas pagar la hipoteca después de dejarte la nómina apostando al poker on line. A esos niveles los yos inventores lo tienen un poco más difícil, pero a escalas microscópicas, creatividad al poder.
Mi yo inventor más poderoso, con diferencia, es el de "chica, para una cosa buena que tienes en tu vida ahora...No le haces daño a nadie." Como los mejores maestros de la mentira, usa la técnica infalible de coger datos verdaderos para usarlos en un TODO que no es cierto, pero con apariencia 100 por 100 verosímil. "La vida es requeteperra", una verdad como un pinar de grande. "No es tu mejor momento", otra evidencia innegable. Pero lo de no hacer daño ya tal. La primera afectada es tu yo del futuro, a la que le estás cerrando posibilidades. Y si tu yo del presente no estuviera tan colgada ya veríamos lo que contestaba al preguntarle.
P*tos yos inventores, de verdad...
�������� Mmmm, colgada... ¿del maromazo en plantilla?
ResponderEliminarTus «yos» inventores se lo curran mucho :-)
ResponderEliminarBesos.
Yo me imagino que las únicas personas que no tienen esas pequeñas cosas serán los monjes y esa gente que lleva una vida contemplativa.
ResponderEliminarPepito grillo, de loS maromazoS en plantilla, así, en general, como concepto. Me pasa siempre.
ResponderEliminarDevoradora, no lo sabes tú bien...
Doctora, ¿los monjes no tienen yos inventores?, ¿tú crees? ¿y cómo lo conseguirán?
Mi "yo inventor" me ha convencido de que como magníficamente bien, todo sano y bajo en calorías, y que por tanto no es normal que vaya subiendo de peso constantemente. Se esfuerza mucho en explicarme que todo lo que me entra por la boca es el paradigma de la alimentación fit y que no hay ningún motivo para que pese 80 kilazos cuando hace 5 años pesaba 70.
ResponderEliminarObvia los paquetitos de 4 donetes que me como una o dos veces a la semana, los chorretones de aceite que me hecho en la verdura, los heladitos que me como de vez en cuando, las botellitas de vino que caen en cada cena de fin de semana, las hamburguesas del Timesburg de vez en cuando, el mexicano, los fideos de la casa del chino de abajo...
Y aún no entiendo qué es lo que hago mal...