jueves, 19 de diciembre de 2024

Detox

Dicen mucho los compositores que es más fácil cantarle al desamor que al amor, que se inspiran más cuando están tristes que cuando son felices. Un poca por las musas y el desahogo y un poco porque cuando estallas de alegría sales al mundo real a disfrutarlo a tope y no te sientas a teclearlo frente a una pantalla.

No sé, yo creo que en mi caso es más por lo segundo, ¿no? Si tienes mil planes te queda menos tiempo para escribir, igual que si hay alguien que escucha todas tus neuras y tus idas de olla a lo mejor no te hace falta ponerlas sobre el papel para sacártelas de la cabeza. Y aunque durante esta última vuelta al Sol mi vida no se ha caracterizado por la alegría, el dinamismo, la esperanza, ni la multitud de actividades variadas eso no se ha traducido en más entradas por aquí. Y eso, queridos lectores, es algo que me tenéis que agradecer fuertemente porque responde a un enorme esfuerzo de contención para intentar dar la turra lo mínimo posible. 

Bueno, no tanto. En parte sí que era para no turraros y en parte porque sigo sin querer (ni ser capaz de) abrirme en canal en plan Shakira en sus canciones tristes o en sus sesiones con Bizarrap. Yo metáforas, imprecisiones, vaguedades, las que quieras. Concretar dolores, aunque sea bajo seudónimo, me cuesta. Y lo que me pedía el cuerpo era precisar al máximo. Así que no escribía. Al menos no aquí.

Pero, chavalada, tengo una mala noticia. Estoy en el absurdo reto este de llegar a final de año con el máximo de posts posibles y eso significa sacar de donde no hay, arañar el fondo del barril. Así que voy a extraer todo lo que encuentre dentro que, ya os lo adelanto, no creo que sea la alegría de la huerta.

De todas maneras, tranquis, que va a ser en plan detox, como el típico virus que te tiene un día echando hasta la primera papilla, pero después te quedas depurada a full y con 2 kilos menos. Pues un poco lo mismo, pero aplicado a los sentimientos. La idea es limpiar los restos de este 2024 del averno, darme la vuelta como un calcetín y empezar 2025 en mejores condiciones para (espero) estar un poco más feliz. Y dar menos la turra, sí. Esa parte os interesa.

Pues, ale, vamos con ello. Que la fuerza nos acompañe. A todos.




1 comentario:

  1. No tienen porqué ser la alegría de la huerta. Ni siquiera justificarte por ello. Además, por mucha Navidad que sea, su espíritu es de naftalina y mierda seca.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.