Cuando el SpeedySobri más mayor era pequeñísimo, casi un bebé, se rompió un tobillo y tuvo que estar en silla de ruedas unos días. Era chiquitín, no entendía nada, sólo que no le dejaban saltar ni correr. Iba a ser sólo una semana de inmovilización pero tras ella el médico vio que aquello no estaba curado aún y lo alargó otra más. Al pobre peque se le cayó el mundo encima y a nosotros se nos partía el corazón oyéndole lamentarse:
-¿Pero por qué? Si he sido bueno y no me he movido, ¿porque tengo que llevar la escayola una semana más? ¡¡Si he sido bueno!!
Lloraba como una madalena. Pobrecito mío, criaturita.
Visualizáis el momento, me imagino. Desgarrador. Desolador. Trágico. Como para descomponer al más pintado.
Bueno, pues retened bien la imagen en la mente porque así me tenéis, pedazo de cabrones. Es que no me puedo creer que me estéis haciendo esto. Que no he podido ser más prudente, ni guardar más las distancias de seguridad, ni llevar más y mejor puesta la mascarilla. Que ni siquiera he entrado aún a casa de los SpeedyPadres, que les hablo desde el rellano. Que no he hecho nada de nada, ni cines, ni conciertos ni mucho menos bares. NA-DA. Y aún así ya está aquí, a la vuelta de la esquina, SE VIENE REBROTE.
¡No me lo puedo creer! ¿Ya? Dada la flaqueza de memoria de gran parte del personal que ha borrado de sus recuerdos ipsofácticamente el infierno de marzo, abril y mayo daba por supuesto que volveríamos a las andadas, pero nunca pensé que tan pronto. ¿En serio? ¿Ya? ¿¿¡¡YA!!?? ¡Si apenas hemos estrenado la nueva normalidad de los cojones!
Para mi el tema es más dramático si cabe porque, dado mi proverbial sentido de la oportunidad, el confinamiento me va a pillar juuuusto cuando me tocaba coger vacaciones, lo cual pasa a nivel recochineo PRO. Tardé un mes en decidir qué semana pillar (ni demasiado pronto por si retrasaban la desescalada, si demasiado tarde por si el bicho volvía rápido y desmadrado) y he ido a dar juuuuusto en la diana. Qué puntería, oye. Ni un triste día de playa he visto, amiguis. Increíble.
Tengo un cabreo que no os podéis imaginar. Me faltan palabras para expresarlo. Es que, vamos, cogía una metralleta y hacía una escabechina tal que el coronamierda iba a parecer un aficionado a mi lado. Me cargaba a los políticuchos de pacotilla que escurren el bulto pasando de una administración a otra la responsabilidad de vigilar al bicho, a los que no contratan suficientes rastreadores para controlar los brotes a tiempo, a los que miran para otro lado sabiendo que la cosa está mucho peor de lo que se reconoce. Me cargaba a los empresarios que no implementan las medidas necesarias porque priorizan el beneficio económico a la seguridad sanitaria. Me cargaba a la gente que no toma ninguna precaución porque supone que el riesgo para su salud es bajo y la de los demás le importa una puta mierda. Y me cargaba también a los que pasan de todo porque están cansados, hartos, aburridos de este infierno y justifican cualquier comportamiento con un "hay que seguir viviendo"
Pues claro que hay que seguir, pero las cosas no pueden ser igual que antes, como si el bicho no estuviera ahí fuera, preparado para montarnos otro pifostio en cuanto le demos la más mínima oportunidad. Hay cosas que no queda más remedio que hacer de otra manera y cosas que, durante un tiempo, no se podrán hacer. Se siente. Ajo y agua. No hay más tutía.
¿Estáis hartos? Pues claro, como todos. A ver si os creéis que a los demás nos encanta este Matrix de Hacendado que es la Nueva Anormalidad. A ver si os pensáis que a mi no se me ocurre nada mejor que quedarme arrestada en casa los 3 últimos fines de semana porque me han pasado rozando (¡¡ufff, por poco!!) dos positivos COVID. A ver si os parece que a mi me agobia menos que a vosotros la mascarilla y que no me muero de ganas de achuchar a los SpeedySobris.
TODOS estamos cansados, aburridos, desesperados, hastiados, fastidiados, saturados, ¡¡HAAAARRRRTOS!! TO-DOS, no sois los únicos. Pero estamos en el mismo barco. Bueno, ojalá fuera un barco. Vamos en una colchoneta de esas cutres de plasticucho rosa y el bicho intenta quebrar nuestro frágil equilibrio para tirarnos al agua. Los que habéis participado en estas batallas acuáticas sabéis bien que si todos los de arriba de la colchoneta no se coordinan y hacen lo posible para equilibrarla se van por la borda en dos milisegundos. Esto es una ley piscinera universal.
Así que, por favor, poned de vuestra parte y vamos a contener el bicho lo máximo que se pueda. Y dejadme que vea la playa 2 días aunque sea, cabrones, que sois unos cabrones.
No tenemos remedio, espero que tengas suerte y te puedas ir de vacaciones incluso a la playa. (la playa está sobrevalorada)
ResponderEliminarA ver si te da.
ResponderEliminarCuando me dijeron que a los médicos les habían dicho que las vacaciones éste año todos en julio...
Tienes toda la razón Speedygirl.
ResponderEliminarBesos.
Yo soy bueno y cumplo las normas, echo la bronca a mis churumbeles cuando pasan incluso les cae una colleja de refilón si no llevan mascarilla (con mi mujer no puedo porque sería delito). O sea que no es escurrir el bulto.
ResponderEliminarPero vamos a ver. Uno de los problemas es que nos han mentido de una manera ta vergonzosa que ahora nadie les cree.
¿Si nos dijeron que las mascarilla no eran importantes porque no tenían mascarillas en ese momento porque ahora que me obligan no puedo pensar que es porque les sobra o alguien quiere hacer negocio?
¿Si rebajaron 10.000 muertos para no asustar porque ahora no van a sumar 500 infectados justo para lo contario?
y repito que cumplo las normas pero tienen unos güebos como pianos.
Bss
Babilonio, la playa es un cambio de escenario y de aires, si hay un verano en el que eso hace falta es este
ResponderEliminarPseudo, ya se lo temían...pero creo que nadie pensaba que fuera tan pronto. Qué horror. Siempre los más rápidos para lo peor, qué angustia, de verdad
Devoradora, si yo creo que todo el mundo lo sabe, ¿por qué no hacemos todos un poquito de caso?
Lo que Leo, ni de lejos quiero defender la gestión de ningún gobierno, ni estatal ni autonómico, porque ha sido nefasta en todos los casos. Sin matizaciones. Y sí, es indignante como nos han querido mentir. Pero hay más muchos más canales para informarse que la tele y las cosas se han dicho para el que las ha querido ver. La cifra de fallecidos oficial da igual si luego se publica igualmente la cifra de MoMo. El horror de las residencias no se supo en su momento pero ahora ya está saliendo todo. La información está ahí, para el que la quiera ver, sólo que la mayoría no quiere, está cansado, harto, quiere ignorar el problema, pero ignorarlo sólo lo hace más grande. Entiendo tu cabreo con los políticos, yo también estoy cabreada. Pero escudarse en ese cabreo para no hacer caso es una excusa. Todos sabemos lo que hay, lo que nos estamos jugando, nadie cree que ahora se dice que hay más casos para asustar. El problema es que a nadie le da la gana de poner de su parte para evitarlo, porque es verano, estamos muy cansados y cuesta mucho esfuerzo. TODO lo demás son excusas.