martes, 20 de marzo de 2018

Estar ahí

Por razones relacionadas con mi curro, he tenido que seguir bastante por redes el talent show que más lo está petando ahora mismo. No he visto nada por la tele, pero twitter y youtube hoy en día son casi más tv que la tv misma, así que tengo bastante claro casi todo lo que ha pasado y conozco más o menos a la mayoría de los concursantes. A unos más que a otros, pero yo creo que podría aprobar un test facilillo que me pusieran sobre el asunto.

La cosa es que el programa ha sido un exitazo de audiencia y claro, ahora los participantes están de moda y les va estupendamente. Tienen miles de seguidores y les llueven las ofertas de trabajo. Muchísimo más de lo que nadie habría esperado cuando comenzó el formato. Que les ha tocado la lotería laboral, vaya. El Gordo de Navidad, el Euromillones y el Cuponazo juntos, tirando por lo bajo.

Y yo no podía evitar pensar que menudo golpe de suerte para ellos formar parte juuuuusto de esta edición que, después de un porrón de años en los que ni fu ni fá o incluso muy muy fá, vuelve a renacer. Qué menuda fortuna estar juuuuusto en el lugar y en el momento donde ocurre el milagro. Y bueno, sí, la suerte desde luego cuenta, eso es INNEGABLE. Pero también es cierto que para que la suerte te toque con su varita mágica hay que estar ahí.

Quiero decir... que los concursantes son chavalillos que pese a su juventud se lo han currado a tope. Casi todos se han formado ampliamente en su campo y tienen el culo pelao de presentarse a castings, programas y buscarse sus bolillos. Bastantes han participado, incluso, en otros concursos televisivos donde no les fue tan bien y pese a ser unos renacuajos no dejaron que eso les desanimara y les apartara de su camino. Cuando leía cosas sobre algunos ellos no podía evitar mirar de reojo inquisitivamente a mi yo interior y preguntarle:

-¿Te habrías presentado tú a un casting de 10.000 personas o te habrías dado por vencida antes de empezar porque había demasiada competencia?

-¿Habrías aguantado la presión o te habrías convertido, como tantas veces, en tu mayor enemiga?

-¿Te habrías abierto para que la gente te conociera (y, por tanto, arriesgándote a que te hicieran daño) o te habrías escondido detrás de un muro de protección que te aleja de todo el mundo?

-Y si te hubiera pasado algo tan bueno de repente, ¿podrías manejarlo? ¿Serías capaz de digerir las críticas que inevitablemente van siempre ligadas a la fama? Y lo que es más importante, ¿sabrías gestionar los elogios, falsos y verdaderos? Porque un tonto nunca se repone de un éxito...

Creo que algunos de los 10.000 aspirantes que estaban en esa misma fila para ese mismo programa, con un talento parecido o igual al de los concursantes que al final entraron, podrían haber hecho todo esto. Sin embargo no los escogieron, se quedaron fuera. Porque SÍ, la suerte cuenta. INNEGABLEMENTE. Pero otros de los de la fila habrían fallado en alguno de los puntos de arriba. Y muchos ni siquiera llegaron a ponerse a la cola. Y el primer requisito para que te toque la suerte con su varita mágica es estar allí.

¿Yo habría estado?

3 comentarios:

  1. No sé quien dijo que son más numerosos los que renuncian que los que fracasan.

    Dicho esto, ya pueden aprovechar su momento de gloria, que cuando se pasen de moda...

    ResponderEliminar
  2. No lo he seguido ni se nada al respecto de ese programa, pero si yo voy a un sitio y veo 10.000 antes que yo me piro fijo.

    ResponderEliminar
  3. Yo no sé si habría estado... más que nada porque no me entero de nada y si me entero ya ha pasado el turno.

    Pero a veces he estado... y es guay... no a estos niveles pero a veces me he atrevido a hacer cosas, a apuntarme a esto o a aquello y ha molado.

    Besos.

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.