viernes, 19 de julio de 2013

Tsunamis regalísticos

La Speedyfamily es grande y numerosa. Esto tiene algunas cosas buenas, como la gestión de crisis y otras cuantas malísimas, como la avalancha de regalos. Y precisamente ahora que estoy metida en uno de estos inmensos aludes, es un buen momento para contaros lo que son.

"Sicilia, 1948..." Que nooooo , tranquilos, no voy a soltaros las historietas de Sofía, de Las Chicas de Oro. Sólo os diré que muchos de los miembros de la Speedyfamily tuvieron en su día la mala idea de nacer en fechas próximas entre sí en el calendario, lo que provoca que, en la actualidad, la celebración de cumpleaños y la consecuente compra de regalos, se amontonen en pocas semanas y se produzcan auténticos tsunamis regalísticos que acaban con la economía y la paciencia de cualquiera.

Uno de estos tsunamis se produce cada año cerca de Navidad y sus consecuencias arrolladoras se unen a los efectos de la fiebre compradora patrocinada por Papa Noel y los Reyes Magos. Como será, que cada vez que me acuerdo me entran ganas hasta de llorar, aunque no tantas como las que tengo cuando pienso la que se me viene encima los próximos días. Y es que la otra gran avalancha de regalos llega en verano y, contra lo que pudiera parecer, no es menos dolorosa que la de invierno. Tiemblo por mis huesitos.

Si os digo la verdad, ni sé el número de regalos de cumpleaños que tengo que comprar en total, porque prefiero no pensarlo detenidamente para no asustarme. Lo que sé es que son muchos. Muchísimos. En cada uno de ellos hay que aplicar a full el arte de regalar: recuerda qué le regalaste el año pasado para no repetir, piensa algo que le haga ilusión y que no tenga ya, sal a comprarlo, encuéntralo, que se ajuste a tu presupuesto... el horror elevado a la enésima potencia y multiplicado por un número de regalos que tiende a infinito. El HO-RROR.

Pero es que el sufrimiento no acaba allí, porque si son muchos a los que hay que regalar, todavía son más los que regalan y esto añade al tema competitividad y confusión. Hay que ponerse de acuerdo entre unos y otros para no comprar todos lo mismo al homenajeado y estar rápido para que nadie te quite la idea, le compre antes que tú el regalo que habías pensado y te toque pensar otra cosa. Y en estos asuntos no hay que fiarse de nadie, que luego te encuentras con muchos como Speedymum con cara de no haber roto un plato en su vida y que como te despistes, te birla la idea. Y parecía tonta cuando la cambiamos por el burro, ¿sabes?

Total, que por si no fuera suficiente lío este tsunami regalístico, la cosa se ha complicado más con las últimas tendencias asociativas que reinan en la familia. Es verdad que la idea de base no está mal: juntar dinero entre varios para comprar menos regalos cada uno, pero mejores. El problema es que para asociarse, hay que entenderse, lo cual no es el punto fuerte de la Speedyfamily. Entre que yo sigo siendo la única española sin Whats App y que la especialidad de la familia es el teléfono roto, las negociaciones trascurren tal que así:

-¿Entonces a L le compramos la tienda de campaña?
-No, ¿no? Era el kashisabi ese.
-¿El qué?
-No sé si se dice así, el teatrillo ese para contar cuentos.
-Dudo mucho que ese sea el nombre y en todo caso eso era para E.
-¡Qué va, si E. quería una cosa para hacer álbumes de fotos!
-Mira que me extraña, teniendo en cuenta que E es un bebé que tres meses que no sabe hablar, andar y mucho menos hacer manualidades.
-Ah, no, yo decía E. madre
-Pero, ¿te acabas de levantar de la siesta o qué? La madre de E. es C.
-Ya, ya, pero que yo no me refería a la madre de E, sino la madre de L., que es E.
-¿Lo qué? Bueno, da igual, el caso es que ella había pedido una toalla de playa.
-Estoooooooo, no, la toalla es para mí.
-Ahhhhhhhh

Y todo el rato así. Imaginaos mi sufrimiento. Por cierto, si alguien tiene ideas de regalos buenos, bonitos y baratos, se admiten sugerencias. Que buena falta me hacen.

10 comentarios:

  1. Je, je, je, je, madre mía, cómo te lo pasas, muchacha... Regalo infalible: tarjeta regalo de El Corte Inglés y que se compren lo que quieran.

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    1. Nah, si era para que nuestra anfitriona pudiera salir del paso, je, je, je... Nunca lo he hecho, hasta broncas he tenido con amigos que han querido ir a lo fácil, porque a mí me gusta que el regalo sea útil y haga ilusión...

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  2. Yo tengo una idea, pero claro, hay que tener en cuenta que no me trato mucho con la familia y no me molan las reuniones y las tontadas esas. Por eso he pensado en regalar Biblias. Biblias por cumpleaños, por reyes, para bodas, para todo...

    Así cumplo con el regalo y de paso la gente me mirará raro y me dejarán en paz, agradeciendo mi ausencia en las reuniones. Es perfecto. Y ya si después de eso me siguen dando la lata lo siguiente es un animal muerto ;P

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  3. Como bien decías en el post sobre el arte de regalar, las ideas se asocian a la persona, así que un regalo genérico seguro que no acierta ni en el blanco del ojo. Pero si el objetivo es el clásico familiar hipertecnológico (el que no tenga ninguno que tire la primera piedra), siempre puedes pensar en un app interesante para el telefono o la tableta, que vaya con su personalidad y que todavía no tenga. Es más personal que la tarjeta regalo del Corty, aunque si no le mola lo lleva claro para cambiarlo...

    Muchos ánimos!
    Anónimo F

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  4. Darte ideas, así sin edades ni presupuestos....
    A mi las cajas "box" me parecen un invento.

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  5. Ahí debo confesar que me rindo ... Primero porque en mi familia no existió nunca tradición de regalar nada .. luego porque cuando me ví en el fregado de hacerlo procuré siempre resolver pero nunca encontré el toque a acertar ... Necesitaría superpoderes. Así que lo siento, no sirvo de ayuda....

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  6. Ufffff!!! qué pereza, si ya me da palo ir a comprar cosas para mí no te digo nada para los demás, y además con todos los matices que relatas.

    Peor sería que los regalos coincidieran en la cuesta de Enero, por ejemplo... uqien no se consuela...

    Besos

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  7. al menos mamacangreja y cangrejito nacieron el mismo día ... el día del padre jejeje

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  8. Te comprendo, el mes de julio es el horror, el horror, de que padres, hermanas y hasta mi ex conforman un éjercito de "cánceres" practicantes que acaban con la imaginación (y con la extra) de cualquier Babilonio bienintencionado.
    Paciencia joven.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.