lunes, 15 de julio de 2013

El reto de comentar

A primera vista puede parecer que esto de bloguear consiste en escribir. Y bueno, sí, esa es una parte importante de este vicio, está claro, pero no es la única, ni mucho menos. Hay la tira de tareas complementarias en este mundillo que parecen fáciles, pero que no lo son. Una de ellas es, sin duda, comentar. Y de eso va la entrada de hoy. De lo que muchos de nosotros NO hacemos. O de lo que hacemos menos de lo que deberíamos. Porque en la blogoesfera últimamente los comentarios se han convertido en artículos de auténtico lujo. A juzgar por lo poco que se ven por la blogocosa, su precio debe de andar por los 500 euros el kilo o por ahí, ¿no?

Y la verdad, no me extraña. Porque escribir tiene su dificultad, pero, por lo menos, el ritmo lo marcas tú. Se te puede ocurrir un tema en la ducha y escribir dos días después o tener una idea por la noche y darle forma con la tecla por la mañana o a la semana siguiente. Los plazos dan igual porque la entrada aparecerá cuando aparezca en la pantalla y el proceso de creación o la velocidad no afectan para nada a la lectura. Sin embargo, la cosa no va así en los comentarios.

Comentar es acción-reacción. Tú lees algo, normalmente con prisas, y debes hacer tu aportación en el momento y lo más rápido posible para seguir tu recorrido por la blogoesfera. Tienes que decir algo que demuestre que entiendes lo que has leído y que exprese tu opinión. Y ya que te pones, claro, también quieres que sea mínimamente inteligente, original y, si puede ser, gracioso. Los típicos rasgos que suelen estar reñidos con la velocidad, vaya.

Y el problema es que el tema no acaba allí, porque tu comentario no está solo, sino que se une a los pocos o muchos que ya han dejado otros lectores. Tú procuras no repetir lo que ya se ha dicho, claro, y gracias a la ley de Murphy, el 90% de las veces que se te ha ocurrido un comentario brillante y graciosísimo ya hay algún listo que lo ha hecho antes. Y eso si contar las ocasiones que rellenas el formulario a la vez que otro y cuando se publican tus palabras ya no son la primera intervención, sino que hay tres o cuatro antes y entonces la broma que querías hacer ya no tiene el sentido que tú pensabas o se forma un lío con lo que ha comentado otro antes.

Porque esa es otra dificultad del mundo del comentarismo blogueril: el enorme riesgo de malentendidos que acecha continuamente. Si en las entradas de los blogs la tira de veces que se escribe A, mucha gente entiende B, imagina en los comentarios, que son más breves y los temas se concretan menos. Y ahí estás tú, intentando dejar una aportación que no sea un testamento, pero que sea clara y que nadie pueda malinterpretarla como un ataque o una crítica, si tu intención ha sido ser irónica, o hacer una broma, por ejemplo. Que a veces se arman unos bullullus de flipar por haber utilizado una palabra mal escogida y eso es un horror.

Y que aunque no pase nada de esto, comentar es difícil, leche. Porque muchos blogueros se abren en canal y se dejan la mente o el alma en las teclas. Y tú lo lees y te sientes tan identificado que te quedas sin palabras. O piensas algo tan tan tan opuesto que no te daría tiempo a explicarlo ni en 2.000 comentarios. O te ha descolocado de tal manera que no sabes qué decir. Y claro, el formulario se comentarios ni lo abres. O lo abres y tras varios intentos lo cierras sin escribir nada, que también pasa, no os creáis.

Total, que comentar es un arte nada sencillo. Yo lo sé y cualquiera que haya blogueado un mínimo también. Por eso entiendo que haya pocos comentarios, un mal que afecta por igual (proporcionalmente, claro) a blogs megapopulares con la tira de seguidores y rincones interneteros de éxito bastante más discreto. Lo que pasa es que es una pena que el comentarismo blogueril sea una de esas buenas costumbres que se van perdiendo. Porque una entrada, por chula que sea, por estupendamente bien escrita que esté o por muchas risas que provoque, siempre mejora cuando quien la lee, quien la disfruta o quien la sufre, hace su aportación. SIEMPRE.

17 comentarios:

  1. Pues nada como no comentar en una entrada sobre comentarios?
    Era una trampa no pillina?
    La verdad es que yo antes comentaba en TODOS los blogs que visitaba y en TODAS las entradas.
    Pero poco a poco he decidido no forzarlo y si no se me ocurre que decir no se me ocurre y ya.
    También tenía una regla que era no comentar en los blogs que no contestan los comentarios, no solo por que me pueda parecer injusto que uno se tome su tiempo en decirle algo a esa persona, (no te digo nada si su entrada es hiper personal y emotiva, que tu te dejas los sesos en el comentario y no te diga un ahi te pudras...
    Solo me saltaba esa normal con un blog, y he dejado de hacerlo también. Tengo la sensación aunque no sea verdad que le importa a ese bloguer@ un pito los comentarios. Siento como que ni los lee, aunque no sea verdad, y claro se me quitan las ganas.
    En el caso de los que contestan siempre me sabe mal no comentar en todas las entradas pero es que no siempre sabes que aportar y para decir, pase por ahí y leí pues no se si vale la pena contestar.
    ¿A ti te gustarían ese tipo de comentarios:
    Leído!, Listo!,Visto!? No lo digo con ironía es una pregunta sincera eee :)

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  2. Una explicación de la escasez de comentarios en estos tiempos que corren (aunque no sé si es cierto: hay blogs que ya tienen "fidelizados" a sus comentaristas de toda la vida, y en ellos nunca decae el nº de comentarios) puede ser la abundancia de sitios donde se dejan opiniones: secciones de comentarios de los lectores en todos los diarios digitales, facebook, twitter... Vamos, que al final no llega el tiempo para comentar en todos los sitios xD

    Sobre los comentarios, ya has dicho casi todo, pero voy a añadir algo más. Recibir un comentario puede ser como recibir una bonita muestra de cariño, un apoyo para seguir pa'lante. Y está bien. Hay otros comentarios que ni fu ni fa, porque son de los de cumplir-y-ya o porque se ven más como comentarios que solo buscan la reciprocidad (yo te rasco la espalda para que tú me la rasques a mí) y, bueno, no quiere decir que porque tú leas mi blog a mí tenga que apetecerme leer el tuyo. Para gustos. Por eso entiendo que me pase que yo comente en blogs cuyos autores no tienen el mínimo interés por el mío. Ni lo pretendo. Cada uno es libre de elegir y decide sobre qué escribe y sobre qué lee. Y es por eso que tampoco dejo de leer un blog si no tengo correspondencia: si me gusta, me gusta pese a todo. No es un cambio de cromos.

    Por último, en todos estos años de bloguero también he leído muchos comentarios tipo: "dejo de comentar en sitios que no responden a los comentarios". Pues mira, cuando empecé me parecía algo bonito. Visitaba sitios que recibían decenas y decenas de comentarios y el autor los respondía todos y cada uno y no de pasada, sino deteniéndose en dar respuestas personales y atinadas. Muy bueno. Pero pasando el tiempo, también me di cuenta de que muchas veces esto de la respuesta a los comentarios parecía un a ver quién dice la última palabra y no me pareció tan bien. Tuve una época en que dejé de responder comentarios porque quería que los lectores tuvieran la última palabra, no necesitaba yo estar apostillando cada contribución certera y correcta de los comentaristas. Vamos, que para decirles "oh, qué bien lo has hecho", como que no. Me parece demasiado condescendiente. Y si el comentario es muy bueno, te pasa como cuando el post es muy bueno: que te quedas sin palabras y no sabes ni qué decir. Lo malo es que algunos se lo toman como pasotismo, chulería, desconsideración o qué sé yo. Pero no lo es. Bueno, que uno ya no sabe cómo acertar xD
    El problema es que a veces tanto los comentarios como las respuestas a los comentarios se van quedando en un mérito trámite, un cumplir (como quien ficha a la entrada del curro), y eso también acaba matando todo este montaje que nos traemos y nos llevamos entre todos.

    Me he enrollado bastante, por cierto xDDD

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  3. Como voy justita de tiempo, prefiero comentar las entradas de otros que contestar los míos. Pero lo aprecio. Todo lleva su tiempo.
    Hay blogs que contestan comentarios y otros que no: al principio me gustaba que contestaran, ahora, me sigue gustando, pero no pasa nada porque no te contesten, no sé, a menos que sean preguntas directas, no? Me gusta mucho, pero si no lo hacen, tampoco me importa mucho, la verdad.
    Lo de que se armen bullullus... bueno, hay gente que pone mucho cuidado en no ofender y se nota. No hay por qué ofenderse, si la idea es contraria no es en sí un ataque...
    En fin...

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  4. Mis blogs son de recibir muy pocos comentarios. Muy, muy, muy escasas son las ocasiones en las que he llegado al doble dígito, pero el comentario es para mí una necesidad, tanto en los blogs que leo como en los míos para los que recibo. Lo primero es la misma esencia de esta forma de comunicar, porque de lo contrario nos abriríamos una web que no los admitiera, no un blog. Y lo segundo me parece una norma de educación fundamental. Es verdad que a veces no llego a contestar comentarios que me aparecen en entradas antiguas, porque es imposible llegar a todos sitios (¡maldita vida moderna!) pero los de las últimas siempre los contesto en cuanto publico la siguiente entrada.

    Para mí no tiene nada de trámite. Siempre que dejo unas líneas es porque quiero hacerlo, porque necesito hacerlo, porque siento que tengo que hacerlo. Y no dejo comentarios en muchos blogs, no...

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  5. Pues sí, siempre es agradable recibir comentarios en el blog: nos hacen sentir atendidos y queridos de alguna manera. Y también es agradable escribir en los blogs de los demás porque así damos nuestra opinión y entablamos comunicación con gente maja.
    Pero, como comentas, no siempre es fácil. Yo a veces me voy sin comentar pero pienso "luego vuelvo y le escribo algo más elaborado", lo cual es peor, porque cuando vuelves tienes todavía menos ideas. :P

    Pues hala, creo que con esta parrafada ya he cumplido, así que ahí lo dejo. ;P

    ¡Buena semana! (Y que te lleguen muchos comentarios ingeniosos).

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  6. No sé, Celia, a mí si que me gusta que el bloguero conteste los comentarios, pero entiendo que lleva tiempo y los que tienen 40 0 50 comentarios si respondieran a todos, no les daría tiempo a escribir... ni a respirar, casi jajaja Y sobre lo demás... pues a mi me molan todos los comentarios. También los de "visto" "leído" porque es la única manera de recordarnos que no estamos hablando solos... que a veces se nos olvida. Por lo menos a mí. jajaja

    Pues Rain, yo no creo que los comentarios se hagan por cumplir o para conseguir reciprocidad. Sí que a veces se comenta porque se sabe que al bloguero le hace ilusión que le digan cosas, como hace ilusión que comenten en el blog propio. Pero que vamos, eso me parece de los más natural...

    Bionica, es verdad que no hay que ofenderse, pero también es verdad que en este mundillo hay gente que enseguida se ofende, ¿no? Hay que andarse con pies de plomo jajaja

    Juan, bueno, yo creo que el número de comentarios no tiene mucha importancia, porque depende de taaaaaaaantas cosas ajenas al blog y a escribir...

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    1. Bueno, me refiero a muchos comentarios que he recibido (en tiempos) tipo:

      Me ha gustado mucho tu blog, pásate por el mío http:\\www.tataríqueteví.blogspot.tururú
      (y ninguna mención ni de pasada al tema del post)

      Si esto no es comentar solo para hacerse autobombo o captar seguidores... jejeje

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    2. Ah, sí, sí, claro, Rain, ese tipo de comentarios sí, pero es que yo no los considero casi comentarios, son más bien spam porque es pura publicidad, ¿no? Y no suele haber tantos de esos...

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  7. CIerto, es que la cosa está muy paradita. Será el calor, será la playita... Normalmente disfruto con las entradas que dan pie a comentar lo que te apetezca, aunque no venga demasiado a cuenta. Y siempre se agradece que tu aportación sea respondida, y si puede ser con un mínimo de dedicación, mejor.

    Y qué rabia que te pisen lo que querías decir, jajaja. ¡Y yo que me quería currarme un comentario tipo el último de raindrop!, un poquito de ironía y humor que ya no puedo plasmar en estas letras, otra vez será.

    Besos

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  8. Yo he tenido mucha suerte en ese aspecto, porque por cada bloguero que pierdo aparece otro nuevo, así que no he notado mucho ese bajón (salvo en verano, que es lógico).

    Lo que hago cuando no se me ocurre qué comentar en ese momento es pasar a otro blog o hacer otra cosa y luego volver.
    Y lo que casi nunca hago es leer los demás comentarios. No tengo miedo de repetir algo que hayan dicho ya, porque como soy la más original del mundo... :P

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  9. Mea culpa.... Muchas veces leo y no comento, pero creo (espero) que eso ocurra también en mi blog

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  10. Te doy toda la razón.

    Últimamente me siento mal porque no he pasado apenas por la bloggosfera, pero sí es cierto que deprime bastante llegar al blog tras tres días y tener sólo un comentario de un anónimo diciendo que tienes una falta de ortografía. Y a veces nada.

    Cada blog tiene sus altibajos, pero los lectores seguimos allí, siempre fieles.

    Sí da pereza comentar muchas veces, pero se hace lo que se puede, y los bloggers entendemos más que nadie la ilusión que hace que te llegue al mail un correo electrónico de blogger avisándote que alguien te ha comentado.

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  11. Querida Speedy:
    todos esos peros y prevenciones los comentaristas los sentimos al principio ... pero luego de alcanzar cierto nivel de familiaridad, con el bloguero y con los demás comentaristas de paso, yo creo que nos comportamos todos con naturalidad. De modo que la mayor o menor actividad depende de factores exteriores: el tiempo, la inspiración, el humor o el tema en concreto de la entrada ... o los biorritmos, que todos atravesamos rachas de mayor o menor efervescencia que se manifiesta en la participación activa o más vaga.

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  12. Creo que has hecho lo más parecido a una pequeña tesis sobre el mundo de los blogs, y te has referido a algo en lo que en más de una ocasión habré pensado pero en lo que no se me hubiera ocurrido ponerme a escribir. Por eso me ha gustado ver por escrito lo que podrían ser mis propios pensamientos.

    A estas alturas me pregunto si seguiría escribiendo si dejara de recibir comentarios. Probablemente no. Son alimenticios y motivadores, son adictivos y el mejor combustible de los bloggers.

    Pero sí, dejar comentarios no siempre es tarea sencilla, y también yo me he dejado muchas veces posts estupendos sin comentar. Porque dejar escrito: "Me ha gustado tanto que no sé qué decir" no queda muy bien, ¿no?

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  13. Uyyyyyy, Tarambana, lo de pensar que ya volverás luego a comentar cuando se te ocurra algo es la peor estrategia del mundo, el 90% de las veces se te olvida y ya no vuelves jajaja Y que no es que me haya pasado a mí, eh? ni mucho menos ;P

    Sese, pues no sé, yo creo que, en el fondo, en los comentarios casi todos hablamos de lo que nos peta, venga o no a cuento, porque como la mente de cada uno va a su bola, pues cada uno entiende la entrada por un sitio y comenta en esa onda y así pasa lo que pasa ;P

    jajaja, Doctora, pues tú porque eres "la más original del mundo", pero a mí no me gusta nada comentar sin leer los otros comentarios, me parece perderme la mitad de la diversión no hacer esa especie de chat que se monta a veces en las entradas con los otros comentaristas... Eso a veces es lo mejor.

    Peter, yo creo que es la primera vez que dices algo por aquí, ¿no? Y sí, creo que eso de leer y no comentar pasa en muchos blogs

    Misa, es el calor, que nos tiene a todos alejados a 200 metros de cualquier cosa parecida a un ordenador jajaja

    Bueno, Euclides, pues sí, seguro que todo influye un poco en todo.

    JuanRa, pues fíjate, a todos nos parece que no queda bien eso de decir solo "me ha gustado tanto que no sé qué decir", pero yo lo pienso, y si me encontrara un comentario de esos, pues no me importaría nada, al revés, creo que me haría hasta ilusión. No es fácil llegar a alguien hasta dejarle sin palabras, ¿no? Es más bien un piropo.

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  14. Je, yo creo que he bajado las veces que comento al nivel que me lo hacen, 0 ó menos; pero no por venganza ni nada por el estilo, normalmente creo que no voy a decir nada interesante (léase lo aquí escrito).

    ¿Y leer los comentarios anteriores? Quita quita, que yo estoy en ese blog por el autor (y autora) y si apenas tengo tiempo para escribir, que tengo que pasar deprisa corriendo...

    Salud y eso.

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  15. Interesante... Más o menos en verano decidí que apenas tenía tiempo para hacer todo lo que quería, que es mejor actuar que reaccionar también en literatura, que el tiempo en escribir comentarios en respuesta es tiempo que no escribes textos propios... Y voy más lejos: q hay tantas cosas para leer y desde el punto de vista profesional, de escritores consagrados (que muchos lo son por algo), que si atiendes a las novedades de MariPuri o de JuanSinMiedo estás, desde luego en el mundo, casi parece que tienes vida social o que charlas con el personal, pero lo cierto es que hay mayor rédito, mejor ratio tiempo empleado / ideas ajenas para digerir con literatura publicada ya en forma de libros...
    Y si estas relaciones blogueras lo fueran realmente (alguna habrá por ahí, pero yo no las he disfrutado) entonces se trasladaría a chat, o incluso a skype o a charla de tfno o a quedada un día para un café... Y de esas hay de nuevo más productivas y humanas con gente a la que ves en carne y hueso... Y por otra parte, no recuerdo haber recibido un gran comentario por tu parte, a veces ni respuesta a alguno mío, así que si no existo (no soy percibido, no soy contestado ni cuando opino), ¿pa qué? porq todo cuesta esfuerzo y tiempo como decías y tal vez sea cuestión de plantearse esa allocation of resources finitos y más cuando uno es vago como lo soy yo, pero lleno de ambiciones: desde escribir de verdad a tener relaciones de verdad (toda la gama) y no escribir de vuelta o dejar huella en blog ajeno... Cutre, pero realista... Yo al menos no doy más de mí... A lo mejor si recibiera tantos comentarios como tú me forzaría...

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.