Todavía devastada dos días después por los efectos del cambio de hora y tras laaaaargos y sesudos debates con cientos de persona sobre la preferencia del horario de verano o invierno, me sigo haciendo la misma pregunta que la autora del tuit de arriba:
¿Por qué sois tan masocas?
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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.