Con independencia de la edad que se tenga, siempre quedan por delante primeras veces de algo. Y yo, a mis taitantos, el otro día tuve una: mi primera manicura, chispas. No sé por qué no me había introducido antes en el intricado mundo de cuidado ungueal. Supongo que estaba habituada a un desastre de uñas al más puro estilo Speedy la Chapucera, con esmaltes mal distribuidos, picos no totalmente limados y formas cuanto menos sospechosas. Simplemente no pensaba que hubiera vida más allá. Y un día de repente, viendo las impecables y brillantes uñas de casi toda la peña, pensé: ¿Por qué yo no? Y me fui a uno de los trillones de millones de establecimientos que hay ahora a cada paso dedicados a esta materia.
Bien, como consejo general os diré que si vais a introduciros por primera vez en un proceso del que no tenéis ni idea, lo hagáis de la mano de alguien que hable vuestro idioma. Los gestos, las onomatopeyas y las miradas insistentes pueden llevar a malentendidos cuando no tienes ni idea ni del resultado que buscas, ni de los pasos que debes dar, ni de las indicaciones que, en teoría, alguien te está dirigiendo.
Como habréis supuesto ya a estas alturas del párrafo, yo no seguí esta simple recomendación. Yo me metí en un sitio donde una "amable" (o no tenía un buen día, quien sabe) ciudadana china empezó a gritarme cosas ininteligibles. Bueno, unas veces a mi y otras veces a su compañero de trabajo, una becario en prácticas que, a juzgar por los decibelios de la conversación, no iba a superar el periodo de prueba.
No lo iba a superar él como empleado ni yo como como clienta. Por lo que se deducía de la cara de la amable ciudadana asiática, yo no daba ni una. No ponía las manos de la manera correcta para facilitar su trabajo. Las sacaba antes de lo debido de las lámparas esas de secado rápido. Cuando quería la derecha, le daba la izquierda y al revés. No elegí el color lo bastante rápido. Lo que os digo, una nota de muy deficiente en la asignatura de manicura pasiva.
Y lo peor no es el complejo de perrito entrenando para dar la patita cuando se la piden con el que sales.de la tienda. Lo PEOR es sospechar que, entre esas indicaciones en idioma ininteligible con las que me ametrallaba la nipona, había más de un "¡inútil!" camuflado entre palabra y palabra neutra.
Las uñas bien, gracias.
Próxima búsqueda en internet: kit de manicura en casa.
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