Qué perracos del infierno esos que no tienen el enemigo en casa, ¿verdad? No ya los que no tienen un terrorista de Al Quaeda en la cabeza, que también, claro, pero de eso ya hemos hablado mucho. Me refiero a los que se pueden fiar de sí mismos. Los que se proponen algo y cumplen. Porque es difícil, ¿eh? Yo soy inmensamente responsable y tengo una enoooorme fuerza de voluntad y disciplina cuando hay más peña de por medio, pero cuando el trato es solo conmigo misma, siempre me fallo. SIEM-PRE.
Qué se sentirá bebiendo más agua cuando decides beber dos litros al día. Qué se sentirá apagando la luz a una hora razonable cuando juras que vas a dormir más. Qué se sentirá no saltándose la rutina de brazos diaria porque se te olvida o ya estás en pijama. Qué se sentirá haciendo la skincare a diario y no cuando te acuerdas. Qué se sentirá consiguiendo reducir en, al menos, un 15% el porcentaje de mierdas varias ingeridas cada día. Qué se sentirá llevando al punto limpio las toneladas de objetos descartados en casa antes de que lleguen a ser kilotones o gigatones. Qué se sentirá logrando salir mínimamente peinada de casa cada día.
¿Qué se sentirá pudiendo confiar en una misma, en todos los sentidos?
Seguro que es guay, ¿no?
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