Si ya de normal mi estilismo capilar y mi imagen física no están muy arriba en mi escala de prioridades, imaginad con la época de mierda que llevo ahora encima. Demasiado que no salgo en batamanta a la calle, así os lo digo. Más si cabe teniendo en cuenta que estoy comiendo fatal y durmiendo nada y menos, lo que me convierte en un muerto viviente con peor cutis que la media. Así las cosas, para intentar arreglar algo recurro a cremas supuestamente milagrosas que ya imaginaréis que lo de los milagros lo llevan regulinchi. Y al no ver resultado alguno me quedo mirando fijamente al bote y digo muy al estilo Mafalda...
No sé, cambia de terapeuta.
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