Leo habitualmente a una bloguerA que escribe requetebien. Su estilo es triste, melancólico y habla a menudo sobre su realidad diaria así que da la sensación que experimenta esos sentimientos en su vida. No, no, eso nos pasa a todos, no EN su vida, sino RESPECTO a su vida. Es decir, parece (puede que sea sólo una cuestión de estilo literario, no la conozco en persona) que no está contenta con su vida. Y yo, claro, flipo en colores.
Porque ella tendrá como mi edad (quizá algo menos) y tenemos la misma formación superheroica. Mis primeras prácticas fueron rescatando gatos de árboles y cosas así y ella enseguida empezó a participar en misiones para detener meteoritos que venían directos a destruir la Tierra. Desde entonces está en bastante primera línea de la estratosfera jefacial heroica y se gana la vida haciendo lo que le gusta. Se la gana bien, además, a juzgar por los sitios a los que ha viajado y que las últimas zapatillas megacarísimas de moda son una inversión aceptable aunque el plan sea correr 5 minutos a la semana.
Lo que son las cosas, el otro día leyendo a otro bloguerO que me encanta y que escribe requetebien me enteré de que habían estado juntos en Nueva York. Yo, con mi pasaporte recién renovado juuusto antes del ApocalipsisPandémico, intacto, como es lógico, desde entonces y pidiendo a gritos desde hace años el sello de la Gran Manzana, pensaba. "Pues BloguerA, hija mía, no sé que más quieres. Estás en el ciudad ideal con el que es lo más parecido al hombre perfecto que he leído jamás. Y cuando vuelvas tienes esperándote un trabajo estupendo que te encanta. No sé, chica, a qué vienen tanto lamento..."
Pero BloguerA llora. Se intuye que por un amor que no salió bien o que no llegó a cuajar pero a saber, porque tampoco vas a contar tu vida tal cual en internet, que ya somos todos mayorcitos. Que igual es una cuestión de voz literaria, yo que sé, pero parece percibirse un alma triste. Y desde otras realidades cuesta entender por qué.
Es lo que pasa siempre, supongo. Habrá muchos que no comprenderán por qué me quejo yo teniendo, por ejemplo, un techo bajo el que vivir y otros que no pillarán que estos últimos se lamenten si conservan, pongamos por caso, la salud. Lo único cierto y fijo es que aquí cada uno tiene lo suyo, los demás no tenemos ni repajolera idea y más vale callarse un mes y recordar siempre eso de...
Anhelamos lo que no tenemos, somos así. Y muchas veces nos damos cuenta de lo que teníamos al perderlo, nos pasa a todos está en nuestra naturaleza.
ResponderEliminarYo desde luego intento siempre tratar bien a los demás, sé que no soy el único que vive en un mundo de mierda.
Yo siempre cuento la historia de cuando era adolescente y (muy resumido) tenía mal la espalda por un fractura en 2 vértebras. Un día a un hombre se le cayó el boli junto a mi y yo no me agaché a recogerlo (porque no podía, aunque mi apariencia no lo indicara). Me echó una mirada fulminante, convencido de haberse de que yo era un adolescente maleducado.
ResponderEliminarEn fin, que la gente es compleja y nos faltan muchos datos sobre ellos. Mejor ser prudentes antes de colgarles la etiqueta de maleducado o de quejica o cualquier otra.
¡Felices fiestas!
Papacangrejo, "un mundo de mierda", estanos con el optimismo al máximo, ¡eh? jajaja, pero es verdad, muchas veces es un mundo de mierda. Porque la vida puede ser maravillosa, pero la mayoría de las veces no le da la gana de serlo ;P Vale la pena por las veces que sí le da la gana, claro.
ResponderEliminarTarambana, que no le querías recoger el boli al hombre y ya está, no inventes jajaja Pero fíjate si te molestaría aquella mirada que, aún sin tener él nada de razón para mirarte así, te sigues acordando. Como para no pensarse como tratamos a los demás, es que algunas cosas se quedan. Hay que ir con cuidado
Ahora cuando alguien cruza muy lentamente el paso cebra o una cajera tarda una eternidad en cobrarme me da por pensar:¿Y si ha pasado la covid y le ha dejado lesiones?.
ResponderEliminarCada uno tiene lo suyo pero también hay que fijarse en cuántos tienen mucho más y no se quejan, y eso es de admirar.Y luego están los infelices crónicos, depresivos y demás...
Pseudo, yo también pienso a veces lo de las secuelas, pronto vamos a ver mucha gente que las tiene, por desgracia...
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